Capítulo 17- Hyung, yo tampoco sé qué es el azafrán.
Jin's pov
- Vaya, lo tienes mejor de lo que pensaba - Dije al ver que el departamento de Namjoon estaba extrañamente ordenado - La verdad me esperaba que estuviese hecho un asco, no te ofendas.
- Sí... Bueno... Es que yo soy muy limpio, ja ja - Contestó él con una risita nerviosa y desviando la mirada. Yo me crucé de brazos.
- Vamos, suéltalo - Comenté con tono obvio.
- ¿El qué? - Preguntó con una fingida sonrisa inocente. Alcé una ceja y el moreno suspiró - Vale, he llamado a Yoongi y Hoseok para que me ayudaran a organizar todo esto antes de pasar a buscarte.
- Ya me imaginaba yo que era algo de eso - Sonreí, me hacía gracia cómo Namjoon se comportaba como un niño pequeño en este tipo de situaciones, y aunque no lo hubiera dicho directamente, me sentía complacido de que hubiese limpiado para no hacerme sentir incómodo - ¿Y cómo están los chicos?
- Pues muy bien, de hecho, ahora deben estar en la pijamada que ha montado Tae en casa de Hoseok.
- ¿Taehyung?
- El mismo.
- ¿Y cómo pasó eso?
- Pues fuimos al súper a comprar comida y lo encontramos, junto a tus otras dos crías - Rodé los ojos ante su comentario - Y bueno, sabes que él se pone todo loco y empieza a gritar "Hobi Hobi" sin parar - Imitó a Tae con una voz aguda que me hizo muchísima gracia - Y cuando les conté que esta noche te quedarías aquí, él dijo que también quería hacer una pijamada, y al final todos han terminado en casa del pelirrojo - Se encogió de hombros - Por cierto, mira todo lo que te he comprado - Me tomó de la mano y me llevó hasta la cocina con cara de total ilusión. Dentro, abrió la nevera y un par de estantes, dejando ver así un montón de productos - ¡TACHÁN! - Exclamó sonriendo en grande, y luego se puso detrás de mí, me rodeó con sus brazos y apoyó su barbilla en mi hombro.
- Vaya, ¿has comprado todo eso hoy en el súper?
- Exacto, aquí no había nada, de hecho solo tenía un ajo - Ante su respuesta, no me pude contener y comencé a reírme cual foca retrasada - Lo digo de verdad, solo había un puto ajo en la nevera, y fuimos a comprar todo lo necesario para que pudiéramos tener una buena fiesta de pijamas.
- ¿Y se puede saber en qué fiesta de pijamas has visto tú que usen azafrán? - Pregunté tomando un bote del producto mencionado que estaba en una de las repisas, sin despegarle de mi cuerpo, teniendo algunos espasmos aún por las anteriores carcajadas, y sonriéndole burlón.
- Mira princesa, te voy a ser totalmente sincero. Yo no tengo ni puta idea de qué es eso, ni muchas otras cosas que compré - Y nuevamente... Modo limpia vidrios activado - Pero como a ti te va todo el rollo este de la cocina, dije: "Namjoon tío, seguro que a Jin esto le flipa", y bueno, aquí ves el resultado.
- Gracias por el gesto, pero no creo que vayamos a usarlo todo hoy.
- Da igual, lo usamos cuando vengas otra vez. Si quiero que pases por aquí seguido, necesito tenerte contento - Y diciendo esto, comenzó a repartir besitos por todo mi cuello. Yo, evidentemente, me dejé hacer, inclinándome ligeramente para darle más espacio. Dejé escapar de mis labios alguno gemidos bajos que indicaban lo mucho que estaba disfrutando con esa sencilla acción, y el peligris metió sus manos debajo de mi camiseta, comenzando a acariciar así mi abdomen lentamente, pintando líneas invisibles en esa zona y haciéndome un poco de cosquillas, que más que molestarme o darme ganas de reír, solo mandaban un zumbido de excitación por todo mi organismo. Luego de un rato, las puntas de sus dedos rozaron con el borde de mis pantalones, y yo, a sabiendas de que las cosas se estaban calentando, le sujeté de las muñecas para que no fuera más allá - Tranquilo princesa, que no voy a hacer nada que no quieras, solo estoy acariciándote un poco - Susurró en mí oído con voz ronca, derritiéndome y haciendo que me temblaran las piernas. Sin tener la fuerza de voluntad suficiente para resistirme a eso, solté sus manos, y él siguió con su peligroso recorrido, metiéndolas dentro de mis pantalones, para seguidamente, introducirlas en mis bóxers. Comenzó a trazar pequeños círculos sobre mi piel con sus pulgares, pero sin llegar a tocar mi miembro, a la par que seguía atendiendo mi cuello, provocándome así una calentura increíble. Y al parecer, él estaba en el mismo estado que yo, pues después de unos cuantos minutos en esa deliciosa tortura, pude sentir su dureza contra mí, por lo que decidí parar en ese instante, ya que si seguía así probablemente no pudiera controlarme.
Me separé un tanto brusco de su cuerpo, mi cara seguramente estaba toda roja, y mi respiración entrecortada. Su situación no era muy distinta de la mía.
- Namjoon yo... Necesito darme una ducha - Solté sin saber qué más decir.
- ¿Una ducha? - Preguntó desconcertado por el repentino cambio que daban los acontecimientos, y parpadeó para, después de que yo asintiera, soltar: - Una ducha... Sí, sí, claro - Fuimos hasta el baño, y cuando llegamos, me dijo: - Si quieres puedo acompañarte, ya sabes, por si necesitas ayuda.
Genial, las cosas ya habían vuelto a la normalidad después de lo pasado en la cocina.
- No, gracias, puedo encargarme yo solito - Dije con soberbia, para acto seguido empujarle hasta la salida, y una vez estuvo ahí, le lancé un beso volador y cerré la puerta en su cara.
Estuve relajándome por un rato bajo el agua tibia, pensando en todo lo que había pasado hoy, en cómo conocí al padre del peligris, y terminando por mi cuenta lo que había comenzado instantes antes con él, pues no quería salir con un mástil entre las piernas y mi dolorosa erección no parecía querer bajar hasta que se le diese un poco de atención.
Cuando por fin terminé, abrí la cortina, y en ese momento caí en cuenta de que el simio no me había traído ropa.
Pretendía gritar lo más alto que pudiese "¡¡NAMJOON TRÁEME ALGO PARA PONERME!!", pero no hizo falta, pues, solo unos segundos después de que abriese la tela que no permitía ver el interior de la ducha, el moreno entró por la puerta.
- Princesa, te he traído esto, igual te queda un poco grande pero- Se detuvo abruptamente al levantar la vista y toparse con mi cuerpo justo como Dios lo trajo al mundo.
" Ups..."
Como os podéis imaginar, yo más rojo no podía estar, y utilicé la tela que instantes antes había movido, para tapar mis partes íntimas.
- ¡Pero serás gilipollas! ¡Podrías por lo menos tocar la puerta imbécil! - Le grité, pero mi voz salió temblorosa por la vergüenza.
- Lo siento princesa, tranquila que no he visto nada - Negaba con la cabeza, moviendo a la vez su mano desocupada de un lado a otro, intentando desesperadamente negar lo evidente. Le miré alzando una ceja - Bueno, sí he visto, pero haré como que no lo he hecho - Me sonrió burlesco.
Estuvimos unos segundos en silencio, mirándonos fijamente.
- Namjoon...
- ¿Sí?
- ¡SAL DE UNA PUTA VEZ! - Chillé escandalizado por su actitud, definitivamente era un pervertido.
- Oh, sí, sí, perdona, perdona - Comenzó a reírse - Te dejo esto aquí, ¿vale? - Y dejó la ropa sobre la encimera del lavabo, para acto seguido marcharse cerrando a sus espaldas.
Luego de que me secara, vistiera, y reflexionara sobre por qué cojones la puerta no tenía seguro, salí del baño y caminé hasta el salón, donde le vi en el sofá con unas mantas y distintos boles con chocolates y chuches sobre la mesita. Se volteó y al verme sonrió en grande.
- Jin, he traído esto para ir picando, pero no sé si te apetezca algo más elaborado. Quería preparar algo guay pero igual tenía que esperar a que acabaras porque no sé ni abrir una lata - Sonreí ante lo dicho para luego sentarme junto a él en el mueble.
- Esto está bien.
- ¿Seguro? ¿No tienes hambre de algo caliente? Acabas de salir del trabajo.
- Igual no me apetece cocinar nada ahora.
- No importa, podemos pedir algo.
- Namjoon, déjalo, esto es suficiente.
- Espera, creo que también he comprado un poco de ramen instantáneo, eso seguro que yo sí lo puedo hacer - Dijo, se levantó del sofá y fue hacia la cocina. Yo le seguí, y me paré en el umbral de la puerta de brazos cruzados, esperando a ver cómo se desenvolvía solo - Vale, primero poner agua a hervir... - Asintió con la cabeza para sí mismo, como interiorizando lo que acababa de decir. Luego de unos segundos, sin hacer literalmente nada, me miró con los ojos muy abiertos y cara de cachorrito - Jin... ¿Cómo se hierve agua? - Yo rodé los ojos y sonreí, para luego ir hacia donde él estaba y tomar el bote que tenía en sus manos.
Ya me encargaría yo de preparar los fideos.
Definitivamente, me esperaba una noche muy larga.
¡Holis! Esta es la primera parte de la pijamada del Namjin😂😂 En un ratito subo el capítulo 18, y por la noche voy a subir el 19, donde van a pazar cozaz cozozas 😏😏😏
Un besazo y si os está gustando esta historia recomendadla porfis, mientras más gente lea mejor, pero si no lo hacéis tampoco pasa nada.
Nos leemos 😘😘😘😘
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