Capítulo 13- ¡Eso Hyung! ¡Bésalo! ¡Bésalo!

Jin's pov

La próxima hora y media pasó relativamente rápido.

Justo después de que Namjoon soltara eso de que iba a dar lo mejor de sí para ser mi novio, volvió Youngjae, e instantes después, llegó Tae Il para decirnos que volviéramos a las cocinas, por lo que no pudimos seguir hablando del tema.

El moreno salió sin decir una palabra por la puerta trasera, dejándonos solos, y francamente lo agradecí, pues quería reflexionar sobre todo sin que su presencia influyera en mi conclusión.

Yo seguí preparando los platos que me asignaban mientras le daba vueltas a lo que había pasado en los últimos 20 minutos.

Si le dije eso, fue porque quería que dejase de estar detrás de mí de una vez por todas, pero el resultado fue todo lo contrario.

Y a decir verdad, estaba un poco asustado.

No podría afirmar que el simio no me atraía (como ya había demostrado en ocasiones anteriores), porque eso sería negar lo obvio, y la verdad era que con solo besarme el cuello consiguió excitarme sobremanera, pero precisamente por eso era que quería apartarle, porque si conseguía ponerme así con ligeros roces, no me imaginaba cómo sería ir un poco más allá.

Y vosotros os preguntaréis, ¿qué hay de malo con que una persona a la cual le atraigo, me atraiga a mí también?

Pues la respuesta es sencilla: las intenciones.

Yo tenía muy claro que él solamente quería tener sexo (o por lo menos eso parecía en un principio, porque luego sus acciones me llevaron a pensar cosas muy diferentes), y a pesar de que mi cuerpo estuviese dispuesto a dejarse llevar, mi mente y mi corazón no estaban seguros de si después de que eso pasara, pudiese recuperarme. Básicamente, tenía miedo a engancharme con él.

Y esto podría sonar súper absurdo, pues llevábamos muy pocos días de conocernos, pero no sé qué cojones había pasado, el caso era que yo no estaba seguro de cómo asimilaría que él pasara de mí después de follar, porque de cierta forma, había terminado por interesarme, así que pensé que sacarlo rápidamente de mi vida sería lo más fácil y adecuado.

Mi plan era ese: apartarlo antes de que sucediera lo que no quería que sucediese, y el único que terminase lastimado fuera yo.

Sin embargo, ahora todo tomaba un rumbo totalmente distinto y bien podían pasar dos cosas: que Namjoon en el proceso se hartara de esperar y me mandase a la mierda, o que de verdad esperara hasta que yo le diese el visto bueno, y empezáramos una relación seria.

También había una tercera opción, que de lejos era la más dolorosa y en la que yo prefería no pensar: que Namjoon esperara, yo pensara que él iba en serio, y después de acceder a tener sexo con él, me dejara.

No obstante, esta situación parecía muy poco probable, porque solo una persona con la mente muy retorcida podría llevarla a cabo, y en lo poco que llevaba de conocerle (y a diferencia de lo que yo pensaba en un principio), el simio me había demostrado ser un pervertido, pero no una mala persona.

Pero igual yo estaba siendo muy paranoico y le estaba dando demasiadas vueltas a la puta situación.

"Joder Jin, solo tienes 23 años, vive la vida y no pienses gilipolleces, que pareces un puto viejo. ¡Y concéntrate en el solomillo que tienes que preparar, por Dios!"

Entre pensamientos y diferentes tipos de carnes, pasó el tiempo, y ya era la hora de salida.

Youngjae y yo nos despedimos de todo el personal, para luego volver a la sala de estar y tomar nuestras cosas.

Salimos por el callejón, y al llegar a la acera, vimos a su madre en un auto rosa (precioso por cierto) esperándole.

Se ofreció a llevarme, pero resultó que vivíamos en direcciones opuestas, así que después de decirle un educado: "tranquila, no se preocupe", emprendí mi camino de regreso a casa.

Estuve 5 minutos andando, ignorando todo lo que sucedía a mi alrededor, hasta que...

- Bu - Una persona, que al parecer no tenía nada mejor que hacer, decidió salir a mis espaldas y clavar sus dedos índices a los costados de mi cuerpo, dándome así, un susto de muerte.

Pegué un chillido sumamente vergonzoso y me volteé para ver que el causante de mi casi ataque al corazón, era cierta muralla humana con adorables hoyuelos.

- ¡¡Serás idiota!! ¡¡Casi me muero del susto!! - Le golpeé el pecho dramáticamente, causando que él comenzara a reír.

- Que exagerada princesa - Y tenía razón, lo era, pero iba tan ensimismado en mis pensamientos, que su sencillo acto me pareció como si hubiese explotado una bomba a mi lado.

- ¿Y tú qué haces aquí? Pensé que te habías marchado a casa o algo de eso.

- Ya, pero es que como ahora me propuse eso de conquistarte y tal, decidí empezar desde ya, y pensé comprarte algo o no sé, pero como nunca he tenido parejas antes, pues no tenía ni idea de qué hacer, así que... ¡TACHÁN! - Exclamó mostrándome unos envoltorios marrones que llevaba en las manos - ¡He comprado hamburguesas para que cenemos! ¿Debes tener hambre no? Lo siento si es muy vasto, pero no sabía qué más te gustaba, así que recordé que el otro día fuimos a una cafetería y me dije: "Namjoon tío, a todos les gusta la comida", y te compré el mismo tipo que te pediste la otra vez... Aunque ahora que lo pienso... En aquella ocasión no te la comiste completa así que igual y la he cagado... ¿La he cagado verdad? - Yo solo podía mirarle con los ojos sumamente abiertos.

Su discurso me había dejado totalmente descolocado, en primer lugar, porque había comenzado con una expresión malditamente feliz, y terminado con una de pura incertidumbre mezclada con miedo. Pero sin duda, lo que más me sorprendió fue el detalle.

Joder, igual y una hamburguesa no era lo más genial del mundo para enamorar a alguien, pero el simple gesto me pareció súper bonito.

- Yo... Bueno, no sé que decir, gracias, supongo.

- ¿No estás molesto porque te compré una hamburguesa como la que no te gustó el otro día? - Preguntó frunciendo el ceño, aún desconfiado, y por ello, yo rodé los ojos.

- No lo estoy, y la hamburguesa si me gustó, lo que ese día no tenía hambre - Su expresión se convirtió en una puramente inocente.

- ¡Pues genial! Entonces... ¿Dónde las comemos? Y ya de paso aprovechamos y tenemos esa charla que estaba pendiente.

- Pues no sé, podemos ir a mi casa, pero están Jungkook y mis padres, así que no creo que sea buena idea.

- Pues entonces... ¿Qué tal la plaza que está aquí cerquita?

- Vale - Murmuré un poco tímido.

Comenzamos a caminar, pero la atmósfera parecía algo tensa y por tanto, estuvimos en silencio unos instantes, hasta que él decidió a hablar.

- ¿Y cómo te fue hoy?

- Pues bien, supongo, me han asigna- Un momento... ¿Por qué mierda preguntas eso si tú estuviste allí casi todo el tiempo? - Cuestioné desconcertado.

- No lo sé. No se me ocurrió nada más.

- Definitivamente eres idiota.

- Perdón, es que no sé que decir, estoy nervioso.

- Podrías preguntar algo como una persona normal, como mi color favorito o que sé yo - Rodé los ojos, exasperado por su actitud.

- Pero eso ya lo sé, listo - Respondió agitando la cabeza, como si fuese un sabelotodo.

- ¿Ah sí? ¿Y cuál es? - Mi voz salió con autosuficiencia, pues dudaba que acertara, básicamente porque a casi ningún chico solía gustarle ese color, y yo no se lo había contado.

- Pues el rosa, evidentemente.

- ¿Eh?

- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo lo sabes? ¿Quién te lo ha dicho? - Estaba realmente sorprendido de que hubiese acertado a la primera.

- Nadie me lo ha dicho princesa, pero es obvio. En la fiesta llevabas un suéter rosa enorme, tu mochila es rosa, y ayer llevabas una camiseta que decía "pink is fucking amazing", de más está decir que la camiseta también era rosa - Contestó encogiéndose de hombros. Igual y yo sí era demasiado obvio.

- Vaya, me sorprende que te hayas fijado en todo eso - Y lo decía en serio, yo ni siquiera recordaba qué había desayunado, como para recordar qué usé en la fiesta.

- Jin, claramente me fijo en todo lo que tenga que ver contigo - Se encogió de hombros nuevamente, como si su afirmación fuera lo más obvio del mundo, haciendo que yo me sonrojara - Te ves precioso sonrojado princesa.

- Mira, ya llegamos - Señalé la plaza en un intento desesperado por desviar el tema, sin embargo, creo que mi plan fue muy evidente, porque me lanzó una sonrisa burlona y luego me revolvió el pelo. Me parecía curioso cómo hacía dos días esa acción me resultaba repulsiva, y ahora no me desagradaba en lo absoluto. Me enganché de su brazo y tiré de él para que caminara - Vamos - Se dejó llevar, sin borrar de su cara su habitual expresión altiva y nos sentamos en uno de los bancos disponibles. Él me tendió una bolsa y luego me ofreció una lata de sprite.

- No sé si prefieras la cocacola, pero esto es lo único que quedaba.

- Limón está bien.

Comenzamos a comer en total silencio, y yo me animé a sacar un tema de conversación.

- ¿Dónde vives?

- Pues justo al lado del restaurante.

- Ya veo... Espera, ¿qué? ¿Y entonces por qué mierda ayer me acompañaste a casa? ¿Eres tonto? Tuviste que volver todo el recorrido.

- También pienso hacerlo hoy, así que da igual.

- ¿Qué? ¿Por qué? - Pregunté con una mueca de total desconcierto.

- Pues porque no pienso dejar que vayas solo todo el camino, mucho menos con esos pantalones.

- ¿Qué tienen de malo mis pantalones? - Enfoqué mi vista en estos, y empecé a revisarlos en busca del problema, problema que no encontré, eran simplemente unos vaqueros normales, de mezclilla clara y ya está, nada más.

- Pues que te quedan incluso mejor que los de ayer, y hay mucho degenerado por la calle - Respondió como si fuese lo más normal del mundo, sin dejar de comer.

Debí imaginar que era algo como eso, viniendo de Simiojoon, no se podía esperar nada más.

- No creo que seas la persona adecuada para hablar de pervertidos, no eres un santo precisamente - Comenté divertido.

- Y justamente por eso te lo digo princesa, al yo ser uno, entiendo cómo piensan los de mi especie - Dijo esto apuntándose a la sien con el dedo índice y una carcajada escapó de mis labios - Joder...

- ¿Qué pasa? - Pregunté descolocado por su repentina seriedad.

- Tu risa... - Me sonrojé ligeramente avergonzado, pero eso no borró la diversión de mi rostro, pues estaba pasándomelo curiosamente bien.

- Ah sí, es horrible - Comenté entre risas leves - Mis padres dicen que se parece al sonido que sale cuando limpias vidrios, pero mi hermano di-

- Es preciosa - Me interrumpió para seguir hablando con su repentina seriedad - Joder todo de ti lo es, creo que a partir de ahora va a ser mi segundo sonido favorito del mundo - Su voz salió profunda y jodidamente sexy, y de más está decir que en ese instante todos mis sentidos se pusieron alerta, pues a partir de entonces el ambiente dejó de ser simplemente ameno, y se convirtió en uno jodidamente caliente.

- ¿Y cuál es el primero? - Murmuré hipnotizado por su actitud reciente.

- El que hiciste esta tarde, cuando te estaba besando en el cuello - Pronunció mirando mis labios, y como acto reflejo, yo bajé mi vista a los suyos, que se veían sumamente apetecibles.

- Definitivamente eres un pervertido - Seguí susurrando.

- Tal vez... - Subió su mirada a mis ojos - Jin...

- Uhm - Hice una especie de gruñido, para que supiese que le escuchaba.

- ¿Puedo besarte?

- Debo tener sabor a hamburguesas y refresco de limón - Contesté ligeramente divertido, pero intentado poner la voz más sensual posible, a sabiendas de que le estaba tentando.

- No importa... ¿Puedo?

- Vale - Y no esperó dos segundos para, después de mi respuesta positiva, agarrar mi cuello por detrás con su mano y juntar nuestros labios, a lo que yo reaccioné poniendo las mías en su sus mejillas.

Al principio solo fue un roce, pero luego su lengua comenzó a pedir acceso, por lo que, sin ofrecer mucha resistencia, abrí ligeramente mi boca, dejándole todo el que necesitaba.

Ya lo que pasó después no sé si sea capaz de describirlo correctamente con palabras.

De un momento a otro, ambas lenguas se movían lentamente, saboreándose, y recorriendo cada extremo de la boca contraria, en una danza tortuosa pero profundamente excitante.

Estuvimos así lo que pareció un puto siglo, nos separamos ligeramente, pero eso no duró mucho, pues luego de recuperar oxígeno, nos unimos nuevamente, pero en esta ocasión, con más brusquedad, con cierta desesperación.

Y pude jurar que, a pesar del gusto de las hamburguesas y el refresco, el sabor de Namjoon sería mi favorito desde entonces.

Finalmente nos separamos, y después de que él mordiera ligeramente mi labio inferior, unimos nuestras frentes, aún sin quitar nuestras manos de la piel opuesta, para acto seguido mirarnos y reír como idiotas.

- Joder Jin, ¿qué mierda me estás haciendo?

Y en ese momento, llegué a la conclusión de que dejaría de lado todas las ideas que pasaron por mi cabeza esa tarde en la cocina, porque no pensaba tener miedo de lo que fuese a vivir junto Namjoon.

Holis.

Empezó el salseo ozy ozy 😏😏😏😏
Espero que os haya gustado y un besazo😘😘

Pd: a partir de ahora, y como es muy probable que Tae no salga en todos los capítulos, los títulos van a ser comentarios dichos por él pero a modo de espectador, como si él también estuviese viendo, o mejor dicho, leyendo lo que pasa. No si me entendéis, yo me lío con las explicaciones 😂😂😂.

Por cierto la frase en inglés significa "el rosa es jodidamente increíble", lo digo por si alguien no entiende o algo o no sé, ya me voy😂😂

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