Capítulo 12- Y una vez más, no tengo nada que decir.
Nam's pov
Definitivamente Jin era diferente a cualquiera que hubiese conocido.
Lo que me faltó para quitarle el resto de la ropa en el el baño fueron apenas 10 segundos, sin embargo, nos vimos interrumpidos y el pelinegro tuvo que salir a seguir con lo suyo.
Joder, fue tan gracioso verle con la cara roja, tratando de ponerse la chaquetilla, que casi exploto de la risa.
Una vez salimos a cocinas, él se dispuso a continuar preparando lo que fuera que estuviese haciendo, pero en esta ocasión, decidí sentarme y esperar como un niño bueno, pues no quería que le pasase algo más por mí culpa.
Daba gracias a Dios que lo anterior no hubiese sido grave, porque la culpabilidad me hubiese carcomido.
Sin duda, Jin estaba despertando en mí un sinnúmero de emociones, que por primera vez experimentaba, y ni siquiera llevaba una semana de conocerlo.
Era tan guapo, tan gracioso, su cuerpo era una maravilla, y sus gestos... Dios... Sus gestos.
Cada vez que hablaba, sus enormes labios se movían haciendo una especie de pucheros que resultaban hipnotizantes, pero si esto no era suficiente, su actitud realmente me volvía loco. Adoraba ver cómo me rechazaba
constantemente, y que a pesar de ello, tuviera que apartar la vista cada vez que le ponía nervioso o se sonrojaba. Básicamente, me encantaba como reaccionaba con respecto a mí, tan duro pero a la vez tan tierno.
Era tan... Tan... Tan él, que simplemente me parecía perfecto.
Estuve la siguiente media hora observándole, con cara de idiota, moverse por la cocina con total destreza, y si bien hacía su trabajo a la perfección, aún estaba rojo como un tomate y evitaba mirarme a toda costa.
De más está decir que cada 5 segundos se subía el cuello de la chaquetilla en un intento desesperado por cubrir la marca de la mordida, pero todo resultaba inútil, pues la fuerza de gravedad cumplía a la perfección con su trabajo y cada vez que alzaba la prenda, esta volvía a su posición original.
Simplemente adorable.
Vi que Tae Il se acercaba a él y al otro chico de pruebas, Youngjae creo que se llamaba, a decirles algo en voz baja, lo que provocó que estos salieran por el pasillo que daba a la sala de descanso.
Y de más está decir que, como buen perrito faldero, le seguí solo unos instantes después.
Cuando llegué, ambos estaban charlando sentados en la mesa. Seokjin daba la espalda a la puerta, así que no podía verme.
- ¿Y por qué no le pides su número? - Cuestionó el pelinegro.
- No lo sé, qué vergüenza, aún no le conoz- El otro chico paró de hablar en cuanto me notó, y Jin volteó la cabeza, sonrojándose al descubrir que la causa de la pausa abrupta, era yo.
- Hola - Saludé con la sonrisa más inocente posible.
- Hola... - Murmuró el castaño y la princesa me ignoró olímpicamente, apartando la vista.
Un silencio incómodo se instauró en la sala, y decidí ser yo el que diera el primer paso para comenzar una futura conversación.
- Bueno... ¿Y cómo os va? ¿Todo bien? - No sabía qué más decir.
- Sí, todo genial, gracias por preguntar - Respondió Youngjae, y Jin volvió a pasar de mí.
- Eso es bueno, dicen que el ambiente laboral es importante para trabajar a gusto... - El chico en el cual no tenía ni una pizca de interés asintió, pero al parecer el sentimiento era mutuo, pues no agregó nada más, y nuevamente, la atmósfera tensa hizo acto de presencia - Bueno... - No tenía idea de qué hacer, pero de lo que sí estaba seguro, era de que no me iba a marchar, así que decidí intentar disminuir la incomodidad todo lo que estuviese en mis manos - ¿Habéis conocido a Jaebum? Todos los demás trabajadores son mayores, pero él tiene mi edad, es un tío guay - Al amigo del pelinegro los ojos le brillaron en cuanto hablé del chico del mullet.
- Sí, lo hemos visto un par de veces, parece simpático.
- ¿Simpático? ¿En serio? No digo que no lo sea, pero dudo que "simpático" haya sido la primera palabra que os vino a la mente cuando le visteis - Respondí con una ceja alzada.
Y no mentía, en un principio Jae siempre resultaba acojonante, o por lo menos, "no agradable", a pesar de que en realidad fuese una persona genial.
- Bueno, sí, pero, cómo decirlo... Tenía... ¿Personalidad? - Su afirmación, que sonó más como una pregunta, y su rostro avergonzado, me hicieron unir un par de cables y llegar a una conclusión que me llevó a decir lo próximo que salió de mi boca:
- ¿Era de él de quien estabais hablando? Ya sabes, lo de pedir el número y eso - El tío se sonrojó violentamente y apartó la mirada. Jin me lanzó fuego por los ojos, así que me di cuenta de que la había cagado, por lo que traté de enmendarlo - Yo... Lo siento, no debí haber dicho eso, pero no penséis que estaba de cotilla, solo que os escuché cuando entraba y... Bueno... - Todo esto lo dije con las manos en alto, mostrando las palmas y moviéndolas de un lado a otro a la par que negaba con la cabeza, pero parecía no tener resultado porque él siguió mirando a otro sitio y Jin mantuvo el ceño fruncido - Si quieres te puedo dar su número - Propuse en un intento deseseperado por solucionar la situación.
- ¿De verdad? - Y al parecer dio resultado, porque al instante me hizo caso.
Yo asentí repetidas veces.
- Claro, incluso te puedo dar su dirección, nos conocemos desde pequeños, íbamos juntos al cole, de hecho, yo le pedí a mi padre que le dejara trabajar aquí para ayudarle un poco, y la verdad no lo esperaba, pero resultó ser un camarero genial.
- Vaya... - Se mantuvo callado unos segundos - Lo siento, pensándolo bien, no me des nada, no quiero parecer un acosador - Y en ese momento miré a Jin, quien tenía las comisuras ligeramente elevadas, alzando una ceja. Supe que lo que pasaba por su cabeza era el recuerdo de cómo yo había conseguido su móvil, así que me encogí de hombros y le sonreí, a lo que él me respondió con una sonrisa más grande, apartando la vista a la par que apoyaba su brazo en la mesa y sostenía su cabeza con la palma de su mano. Jodidamente hermoso - Además, ni siquiera sé si es gay - La voz del castaño me sacó de mi mundo de "Joder, ¿por qué cojones Jin es tan bello?"
- Sí lo es hombre, sí lo es. De hecho, creo que todos mis amigos lo son, o por lo menos son bisexuales.
- Vaya, tú... ¿Crees que debería hablar con él?
- Definitivamente.
- Vale... Gracias por la información... Y por ofrecerte a darme el móvil y eso, tu nombre era...
- Namjoon.
- Pues gracias Namjoon... Jin, voy al baño un segundo - Y una vez dicho, se puso de pie para dejarnos a los dos a solas.
En cuanto el chico cerró la puerta me senté a su lado en la mesa, y arrastré la silla para estar lo más cerca de él posible.
Puse una mano en su hombro, y su cuerpo se estremeció al segundo.
- ¿Estás mejor de la quemadura?
- Mucho mejor, gracias por preguntar - Contestó cortante, apartando discretamente mi mano de su cuerpo, y por ello, supe que estaba otra vez en su típica fase de rechazo, pero no pensaba dejar de lado mi plan.
- Eso es genial, y ya que te sientes bien, y estamos solos... He pensado que podríamos seguir por donde lo dejamos... - Comenté con la voz más ronca y sexy que pude. No esperé a que contestara, pues sabía que no iba a decir precisamente "Sí Namjoon, follemos" y por tanto, le tomé de las muñecas, para a continuación lanzarme a lamer su cuello.
Como bien dije, pretendía continuar justamente por donde lo dejamos.
Él comenzó a retorcerse, tratando de zafarse, pero luego de un par de besos, su cuerpo se relajó totalmente, e inclinó inconscientemente la cabeza, dejándome más acceso a su deliciosa piel.
Soltó una especie de gemido en voz baja, y juro por Dios, que fue el sonido más caliente que había escuchado en mi puta vida.
- Namjoon...
- Uhm - Gruñí, para que supiese que le escuchaba, ya que no pensaba usar mi lengua para otra cosa que no fuese dejar pequeñas marcas sobre él por el momento.
- Para - Le ignoré y seguí en lo mío - D-e verdd-ad paa-raa - Hablaba entrecortado, dejándome muy claro que, por mucho que lo negara, estaba disfrutando, y evidentemente, yo también lo hacía, cada vez más. Nuevamente, no le hice ni caso, y bajé mi mano hasta su vientre en un intento por meterla debajo de la chaquetilla, sin embargo, en ese momento se puso rígido, y me apartó de un empujón - ¡Te he dicho que pares joder! - Exclamó con la respiración agitada y totalmente rojo.
- ¿Pero por qué? Si lo estabas disfrutando.
- ¡No lo hacía!
- ¿Ah no? ¿Y entonces por que te revolvías de esa forma debajo de mí?
- Pues porque... Porque... ¡Ahhhh! - Me golpeó en el pecho con frustración, pues no tenía forma de negar lo evidente.
- De verdad Jin, no sé por qué te haces el duro. ¡Si a ti te gusta! No es como si te estuviese forzando. ¿No crees que lo mejor es dejar de lado todo esto y pasar directamente a lo que ambos sabemos que queremos? - Inquirí alzando una ceja y cruzándome de brazos.
Y a mi parecer tenía razón, es que no me entraba en la cabeza a qué se debía su ferviente oposición, no cuando los dos reaccionábamos positivamente a los roces que nos proporcionábamos.
- Mira Namjoon, - Se frotó las sienes con los dedos y tomó aire - no te lo voy a negar, porque creo que es evidente que me pones un montón, - Yo asentí con expresión orgullosa, y por ello, él rodó los ojos - pero eso no quiere decir que te vaya a dar el gusto. Yo... Lamento decir esto, pero solo tengo sexo con las personas con las que salgo - Le miré como si tuviese a un muerto frente a mí, pues lo que acababa de decir me parecía una de las formas de tortura más abusivas del mundo. No tenía sentido no poder disfrutar de uno de los mayores placeres que la vida le ofrece al ser humano, por el simple hecho de no tener una relación formal.
- ¿De verdad? - Asintió - ¿Nunca has estado con alguien sin que fuera tu pareja?
- Si he estado... Pero... Las cosas no han salido bien, así que decidí ponerme esa regla.
- ¿Y desde cuando la tienes?
-Pues... Desde este momento...
- Vale, así que lo que me estás tratando de decir es que no vas a follar conmigo porque no te da la gana y eso de la regla te lo acabas de inventar.
- Básicamente.
- Joder Jin, ¿qué tengo que hacer?
- Pues no lo sé, pero no estoy dispuesto a que nos acostemos y luego me dejes - Lancé una de mis habituales sonrisas socarronas.
- ¿Así que me estás diciendo que quieres que salga contigo princesa? - Le pregunte burlón y alzando una ceja.
- No idiota - Rodó los ojos - Lo que quiero decir es que no voy a tener nada contigo mientras no tengas ningún tipo de interés conmigo más allá del sexo, y aunque lo tuvieras, no lo haré a menos que me inspires confianza.
- ¿Y cuánto tiempo me llevaría eso?
- Pues mucho...
- Entiendo...
Nos quedamos en silencio unos segundos, durante los cuales, estuve analizando detalladamente lo que acababa de decir.
Él decidió reiniciar la conversación.
- Y... Como sé que no estás dispuesto a todo ese tedio para follar con alguien, pues hagamos como que nada de esto ha pasa-
- Acepto - Le interrumpí con expresión de seriedad absoluta.
- ¿Qué?
- Que acepto esto que me dices, voy a pasar tu prueba, voy a estar contigo hasta que te inspire confianza y aceptes salir conmigo.
- A ver Namjoon, creo que no has entendido, lo que yo te quiero decir es-
- He entendido perfectamente princesa, voy a dar lo mejor de mí hasta que seas mi novio y ya está, asunto cerrado - Le interrumpí una vez más, y a continuación le di una sonrisa sincera.
Nunca había estado en una relación seria, y antes de él ni siquiera lo había considerado, pero...
Si era con Jin, podría intentarlo.
Holis, nuevo capítulo, espero que os esté gustando esta historia. Un besazo y gracias por el apoyo😘😘😘😘
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