Nocedas


N/A: cuando vean "cursiva" es que están hablando en español


El viaje en coche era totalmente incomodo, no sabían bien que decir era agobiante ir en aquel espacio reducido sin saber bien como actuar o que decir. 

Luz, la mas joven de las tres mujeres mira por la ventana el paisaje, el cielo era nublado si todo iba bien vendría la lluvia y con ella seria mas fácil buscar insectos raros para jugar con ellos en el jardín, eso pensó intentando distraerse del aire del auto, jugo con con las correas de su mochila, no quería decir algo que incomodará a las mayores. 

El coche da unas cuantas vueltas hasta llegar al vecindario, su madre aparco el coche y se quedo en silencio, miro por el retrovisor y miro el golpe que tiene Luz en su labio inferior. La mujer mayor se levanto los lentes y se quedo murmurando algo en español, y luego devolvió la mirada a su hija menor. 

— Mija, ve a dentro y ponte hielo en ese golpe — Comento y Luz sale del automóvil por fin respirando aire fresco, miro hacia atrás a su hermana y madre, Lucia tenía la mirada pegada al vidrio y su madre tenía una expresión cansada, Luz apretó sus labios y no dijo nada entrando a la casa. 

 Madre e hija se quedaron calladas, Lucia jugaba con el anillo de su pulgar y esperaba el sermón incomodo de su madre, aspira con fuerza y gira su cabeza para mirar a su madre. 

— ¿En que piensas? —Dice cansada, su madre solo la mira molesta. 

— Esto es el colmo Lucia, no llevas ni un mes fuera del reformatorio de menores, ¿a que estas jugando? — Su madre exclamo molesta Lucia giro sus ojos cansada. — ¿Realmente quieres saber que pienso? — Eleva su tono de voz y la ve muy enojada. — En que la próxima vez en que te metas en peleas callejeras por unos que ¿diez dólares? ¿cigarros, alcohol, drogas?  tal vez te lleven lejos de mi, pienso en que no te importa nada y sabes que esta bien. Me parece perfecto que te importe poco tus estudios, que te importe una mierda tus responsabilidades en casa, esta bien, hazte los tatuajes que quieras no importa, pero toma en cuenta que la próxima vez que te metas en problemas, tal vez un día llegue servicios a menores, y se las lleven de mi lado. — Explotó — Y es imposible, casi improbable que las adopten a ustedes dos juntas, las van a separar y se las llevaran de mi lado, se que no te importa matarme de un susto, pero tu hermana, si supieras cuantos niños llegan al hospital separados de sus familias, quien sabe que les sucede después que se van del hospital, y tú....y tú — Tenia un nudo en su garganta del miedo en perder a sus hijas. — Pienso en que momento comencé a desconocerte. 

Los ojos de Lucia están rojos de querer llorar, pero era más su orgullo.

— Ay mamá — Lucia se ríe y gira su cabeza. — Nunca has estado en casa, todo el tiempo lejos de casa, yo soy quien cuida de Luz mientras tu te vas por días. No te hagas la santa prefieres cuidar de otros que de tu propia familia, se que deseas cambiarme por alguien masLucia reclama con algo de rencor en su voz. Camila le levanta la mano y Lucia cierra los ojos esperando la cachetada, pero la mayor cierra el puño y lo devuelve al volante. 

— No a mi no vas echar la culpa de tus acciones jovencita ni me cambies el tema, tu no sabes lo que dices— Contesta. — Todo lo que hago es por ustedes, para que tengas un techo, no te pido que trabajes, solo pido que....Dios mío — Camila toma aire, pensando y murmurando entre dientes. — Bájate del auto, vete a cuidar a tu hermana, no quiero verte ahora mismo. 

Se rinde por fin. 

— ¿Me vas a castigar?

Camila ríe amargamente y lleva su cabeza al respaldo gastado del asiento. 

— ¿Para que? No sirve de nada, no te importo, no te importa tu familia, no sirve de nada castigarte, haces lo que se te da la gana. Ahora te pido que cuides a tu hermana, — La mira agotada, angustiada, bastante enojada — Toma dinero, ya sabes donde hay dinero, del dinero que tomas para irte a beber y a fumar a la calle, bueno de ese dinero que tomas, compra la comida de este semana. Si planeas salirte de la casa a quien sabe donde, cierras bien para que Luz este segura. — Camila la mira a sus ojos y Lucia se siente culpable de ser atrapada desviando sus ojos — Si no te hagas la inocente Lucia, se que te sales por la ventana, crees que no me doy cuenta, ¿piensas que soy tonta o que?, se que te largas a quien sabe dónde, con quién sabe quién, así que si piensas salir, vete por la puerta pero ciérrala bien, para que tu hermana este segura. 

Lucia la miro enojada, sobre todo por que era verdad, ambas se retan con las miradas. 

— Así que, si te vas a ir hoy en la noche, asegúrate de cerrar todo, me mandas mensaje y me dices, "ya me voy", ahora. Vete pa' la casa, ándale que no quiero verte

Lucia bajo del automóvil enojada y con algunas lágrimas cayendo por sus ojos oscuros, cerro la puerta del coche con fuerza, y se fue a pasos pesados hasta la casa cerrándola con un portazo. Camila restregó las palmas de su manos contra su rostro y apoyo su cabeza en el volante, abre el guantero sacando papeles con algunas deudas pendientes pero sobre todo con una carta de protección a menores, tendrían una visita en unas semanas, la angustia que se llevarán lejos a sus hijas le formó un doloroso nudo en su garganta y algunas lágrimas se escaparon, pero el sonido de la alarma que debía volver al trabajo la hizo reaccionar. Cuando por fin se tranquilizo pudo encender el coche nuevamente y manejar hasta el hospital. 
















Lucia vuelve del supermercado cansada, con un cigarro en su boca, camina con una expresión de mucho enojo que evito que algún hombre haciéndose el listo le dijera algún "cumplido" indeseado a ella o a su hermana que va hablando de cualquier cosa, no puede evitar suavizar su expresión. Luz ama la lluvia y lo que viene después que es jugar por ahí y buscar algo asqueroso con el que jugar.

Pero su mirada viaja al labio partido de su hermana.

— Y estos mellizos pasan el verano en Oregón en una cabaña de sus tíos dicen que hay cosas muy raras ahí, y yo les dije, claro que no, seguramente no conocen las cosas que la tía Eda guarda en la casa. Y el chico me mostró un libro con cosas muy raras, le pregunte si podía sacarle una copia y-

— Luz, ¿Quién te golpeo? — Lucia interrumpió a su hermana quitándose el cigarro de su boca. Luz solo se puso algo nerviosa y miro a otro lado. 

— Me caí — Murmura y camina algo desganada. 

— Oh vamos Luz, sabes que eso no es una caída — Apunto a su labio partido, Luz se acomodo el gorro de su sudadera y tiro de las tiras haciendo que su rostro se ocultara parcialmente.  Lucia solo suspiro mientras miraba a mucha gente dirigirse de lado contrario muy apurados empujándose unos a los otros. Lucia tomo las bolsas de comida con un brazo tiro su cigarro en un charco de agua y con su brazo libre acerco a Luz para evitar que alguien la empuje. 

Caminaron apurándose un poco más, decidió Lucia que usarían el transporte para acercarse un poco mas, subió Luz primero y Lucia pago y se fueron a sentar, Lucia tuvo que jalarla lejos de donde al principio se quiso sentar. Acabaron en los asientos del final, y se quedo Lucia mirando atenta donde tendrían que bajar. 

— Luz, ¿Quién te hizo eso? No estoy enojada contigo, pero si con quien te haya hecho eso. — Dijo después de un rato en silencio. — ¿Me dices?, no le diré a mamá, lo prometo. 

— ¿Que piensas hacer si, supongamos alguien lo hizo? Hipotéticamente hablando obvio, en un escenario imaginario. 

— A veces los adultos lo hacen difícil, tu eras mas pequeña pero cuando un niño me intento levantar la falda a modo de "juego" no le gusto que yo a modo de "juego" rompiera su tabique, . A lo que voy es....mamá quiere protegerte Luz, y yo tambien pero yo lo hare a mi manera, por que los adultos son mas complicados.  Además tú y yo sabemos que a veces dialogando no siempre se resuelven cosas, a veces necesitas un buen gancho izquierdo para poner alto a un par de idiotas.

— Lucía, la violencia sin motivos pone en riesgo muchas cosas  — Luz la miro también algo cansada

— Uh...no es golpear solo por golpea, es defenderte, ellos te golpearon primero, así que lo apropiado es responder de la misma forma, por que seamos honestas, los maestros no les importa mucho. ¿o me equivoco? 

— No estoy muy segura de eso, hay maestros que se preocupan y buscan otras formas de resolverlo...creo

— Aja — No muy confiada desvía su mirada y ve por las ventanillas del transporte. 

— Te podría enseñar a defenderte, ya sabes si en el hipotético caso alguien te molesta tengas que defenderte. Ya sabes conozco movimientos muy cooles que puede impresionar algunas nenas — Lucia le dio algunos codazos a su hermana a modo de juego sacando algunas risas de las hermanas. 

Ambas bajaron en una parada y caminaron, mientras caminan por la banqueta ven coches manejando rápido, ya llegando por los vecindarios, no hay gente ni niños jugando en el parque o sus patios,  a pesar que la lluvia se había detenido tiempo atrás. En el cielo se colorea de rojos y naranjas de los últimos rastros del día. 

Hay una fresca brisa, y al unos cuantos metros de llegar a casa, escucharon un horrible chirrido y fuerte estruendo seguido del sonido de una bocina de un coche sonando. Ambas giraron las cabezas una camioneta roja se estrello contra varios coches estacionados. Varios vecinos salieron a ver que sucedía. 

— ¿Vas ir a ver? — Luz pregunto mirando la escena a una cuadra de ella.  

— No debe ser la gran cosa, ya sabes sangre, entrañas, huesos, nada interesante. — Contesta sin interés entrando a la casa y dejando sus zapatos por ahí. 

— Ve y date una ducha o lo que sea veré si preparo algo de cenar.  

Luz sube a su habitación, y ella se queda acomodando la comida, tarareando alguna canción, cuando le llega una llamada. 

— ¿Quién es?,— la voz al teléfono le irrita de inmediato — no, no puedo ir hoy. Tal vez mañana...¿cien dólares?, Sabes que es muy poco para unas peleas. — Lucia termino de guardar algunas cosas por la alacena y salió al patio encendiendo otro cigarro y llevándolo a su boca calandolo, se asoma por la barda que separa su casa y ve mucha gente rodeando el coche accidentado. Ignorando lo que la voz masculina le decía, no le presta atención. — Si, si, como sea, no voy a poder ir hasta mañana, tengo cosas que hacer.

Le dió otra calada al cigarro y se asomó por la entrada viendo el accidente de un mejor punto, colgó el teléfono no quería escuchar la irritante voz de ese tipo, se quedó mirando al accidente.

A la mierda — Se acerca caminando con su manos en los bolsillos y antes de que cruce la calle recibe una llamada, la que ignora al ver quién era el contacto. La ambulancia se escuchaba cerca, pero eso no la detuvo de acercarse a ver que sucedía .

Sus ojos captan a varios vecinos alejándose del auto, solo unos cuantos permanecen ahí.

— Noceda, ¿Sabes si puedes ayudar? Tu madre es doctora — Dice algún vecino, ella niega con la cabeza y se pone en cuclillas y mirando por la venta rota, ve algo de sangre y ve a los pasajeros, no sabía si están vivos.

Pero las puertas están muy aplastadas, y a falta de ruido supone que los pasajeros están muertos. 

El olor que despide el interior del coche le parece asqueroso así que se aleja.

— Solo toca esperar a que la ambulancia haga algo.— Dice ella levantando sus hombros sin saber que más hacer.

— Ese es el problema, la operadora de 911 no nos ha podido enviar aún la ambulancia.

— Oh, eso es raro. — Dice sin darle importancia, mira a lo lejos y ve algo de humo.

Unas cuantas personas viene corriendo apuradas, y no tardan en llegar hasta la pequeña multitud de gente dónde está Lucia.

— Necesitamos ayuda, la ambulancia que venía para acá se estrelló — Dice el hombre de aspecto cansado, supone que habrá corrido desde muy lejos. — Vengan

Los vecinos se van, excepto Lucía, quien se da la vuelta, y camina de regreso a su casa.

Pone en silencio su teléfono y se va a dar una ducha.

— Luz pide pizza en lo que me doy una ducha. Cuando llegue me avisas para que yo abra la puerta y pagué, ¿Ok? — Dice cansada abriendo la puerta del baño.

— Sip — Responde su hermana quien toma el teléfono sin quitarle de vista a su libro.

Se hunde en la bañera, su cuerpo está en un ardiente dolor, tenía la mayoría de su cuerpo lleno de moretones, de peleas en las que ha participado. Algunos de estos están mas negros que otros pero aún así se niega a tratarlos debidamente. Sabe que no morirá por esos golpes además que no necesita preocupar más a su hermana. O a su madre, ambas, las mujeres que más quiere en su vida, sufriendo angustia por ella.

Se levantó de la bañera antes que los pensamientos de angustia y culpabilidad volvieran a su cabeza y comenzó a secarse para continuar con cambiar su ropa por una más cómoda, su cuerpo dolía bastante pero no lo suficiente para dejarla tirada en el suelo, pero si lo suficiente para estar cansada, esa era uno de los motivos por los que no se fue a pelear esa noche en las calles, cien dólares era una broma cuando ella misma sabía que podía ganar más que eso por comisiones en las peleas.

Se recostó en su cama intentando relajarse pensando en cosas cualquieraa, pero su mente hizo los inevitable reemplazo el pensamiento random por otro amargo y reciente.

Recordó las peleas que ha tenido con su madre, cada una de las palabras las recuerda haciéndola sentirse peor, enojada, angustiada, con mucho pesar en su corazón. Su mirada se entristeció y su cabeza pensó en su día más temprano, fue llamada su mamá del trabajo por maestros para hablar sobre el rendimiento de sus dos hijas, las cuales una de ella está de visita en la enfermería mientras que la otra no ha asistido a clases, la escuela casi le dió a la señora Noceda un ultimátum al ver que no podía manejar a sus hijas.

Servicio a menores podría llegar. . .podría separarlas a todas y perder a su familia.

A su mamá, a su hermanita...

Lucia con el remordimiento se levantó y se paró en la ventana abriéndola y encendió otro cigarro.

Pensando en todo, rascando su nuca mientras pierde sus ojos en su entorno, las luces del cielo son rojas pero en muy poco tiempo esas luces naranjas serán azúl oscuro iluminado por las farolas y algunas agonizantes estrellas.

Calo el cigarro y sigue mirando había ya unas ambulancias cerca de las zonas de accidentes y unos bomberos con sierras abriendo las puertas de los automóviles, sacando lo que ella supone los restos de algún conductor idiota.

No pudo mirar más, la voz de su hermanita la saco de ese show, giro los ojos y apagó el cigarro y lanza la colilla del cigarro a la carretera, bajo la escalera y tomo se sirvió su plato.

Ambas hermanas se sentaron a comer el arroz blanco con habichuelas, tomando refresco en silencio por parte de Lucia, pues Luz comenzó hablar.

Eso era bueno, Lucia haría lo que fuera por nunca ver a su hermana con una expresión decaída. Es por eso que siempre le ponen atención cuando habla de sus libros favoritos, o las historias que ella hace. Esto le alegra y sube el ánimo, es ver a esa chiquilla ser un rayito de luz para sus días tan horribles y oscuros.

— ¿Por qué no pediste pizza? — Pregunto en un momento de silencio.

— ¿Quedó cruda la comida? — Luz se preocupo y miro el arroz — No quemé el arroz, no creo que esté crudo

— No,no,no. Está muy rico todo, pero pensé que ordenarias pizza

— Oh, la mujer que atendió dijo que no estaban enviando repartidores, fueron en tres lugares donde me dijeron lo mismo, y decidí preparar algo.

— Te quedó rico, ya lista pa casarte —Ambas hermanas rieron, y siguieron hablando, Lucía se encargó que Luz hiciera su tarea y después la dejo estar despierta un rato más, antes de enviarla a la cama. Lavo los trastes y se fue a la entrada de su casa a encender otro cigarro por la noche, la jaqueca de la constante culpa la invade, pero aún puede ignorarlo.

Solo un poco más.


















Ambas hermanas están en la escuela, Luz pegada a Lucía en la hora de recreo, Lucia presiente que Luz no se sentía cómoda estando sola con sus compañeros de clases, lo cual no le sorprende, Lucia tenía cosas que hacer y apresar que Luz no le gustaba la idea no quería quedarse sola, así que ambas hermanas van detrás de la escuela y se escapan por las rejas, y caminan un buen rato alrededor unas calles llegando a un callejón, ese día no había tanta gente por las calles, cosa que no le interesó tanto, y por lo poco que puso atención en clases Lucia se enteró sobre que los hospitales comenzaban a llenarse de mucha gente en accidentes, y al parecer ese día no muchos compañeros asistieron a clases, incluso algunos maestros. Tal vez por eso fue que resulto más fácil para ambas escabullirse.

Lucia tiene unas deudas que soldar y Luz muy arrastras cedió en acompañar a su hermana, algo intrigada del secretismo de esta misma.

Lucía no le gustaba que su hermana menor la acompañará a estos lugares donde obtenía buen dinero, pero era un día extraño, y dejo que se quedará a su lado, no podría estar tranquila en un lugar lejos sabiendo que seguramente hay un par de imbéciles molestando a Luz.

No era mucho mejor a dónde iba, pero podría protegerla, ahora que lo piensa esa era la primera vez que la acompaña a ese tipo de lugares, y ahora se siente culpable, que clase de ejemplo le da, tal vez su madre si tenía razón, ella era una mala influencia, tal vez debería alejarse de ambas.

— ¡Noceda! — Una voz la saco de sus pensamientos, y puso detrás a su hermana, en lo que ella veía si no había nadie más. — Hey, una Noceda chiquita — La voz se acercó, y mostró a una chica más alta que ella con un abrigo amarillo y lentes y cabello desordenado oscuro, les regaló una sonrisa algo torcida, la chica misteriosa se agachó para ver a Luz, pero Lucia no se lo permitió — Tengo una hermana también, creo que tiene tu edad.

— Park, dame mi dinero. — Contestó cansada y algo relajada, más no dejo de estar en alerta.

— Alguien está de mal humor, ¿Cómo te llamas mini Noceda? — Dice cruzando sus brazos ignorando a Lucía y dandole una sonrisa a Luz.

— Luz, ¿Y tú?

— Wyonna Park

— Luz, no te hagas amiga de la dealer, por favor.

— Oh, lo siento Lucía.

— Hey, no soy una dealer. — Reclamó fingiendo está ofendida.

— Espera, ¿te drogas Lucía? Lo que faltaba Lucia  — Luz quito el brazo de su hermana de su hombro enojada y comenzó a regañarla.

Oye no me hable así — Ambas hermanas se retaron con la mirada. — Park, ella me consigue algunos trabajos...solo que también vende

— Vendo marihuana a algunos estudiantes de universidad, y dejo que planten cerca de los invernaderos por una comisión — Dice sin interés. —  tu hermana y otras personas les consigo peleas y carreras de autos o motos

Luz se exaltó aún más, alejándose de ambas, comenzando a mirar enojada a su hermana. Una parte de ella le pareció genial las carreras aunque eran por naturaleza peligrosa, y eso no le gustaba pero eso significaba que su hermana era cool pero una idiota por arriesgar su vida.

— Luz, por favor ya tuve suficiente con el drama de ayer, solo quédate aquí e ignora está conversación, no lo sé juega con tu teléfono, lee algo, lo que sea, pero no te metas, . No me va a tomar tanto tiempo. — La mayor aprieta el puente de su nariz tratando calmarse, su hermana la miro enojada y se alejo de ambas.

— Yo no dije nada.

Cállate el hocico  y dame mi dinero — entre dientes dice irritada.

La otra chica se acercó y comenzó a contar.

— Anoche él no estaba contento con tu falta.

— No me importa, soy independiente con las peleas y ya pague mi deuda con él,  por si no lo recuerda aún tengo moretones por su culpa por todos lados 

Luz giro su cabeza mirando a su hermana ahora preocupada, pero las mayores solo seguían en lo suyo.

— No seas modesta eres la mejor peleando cuatro a uno para ser una chica — Lucía le hizo una seña de silencio y apunta con sus ojos a su hermana, pues no quería que su hermana supiera, pero era algo demasiado tarde, Luz ya estaba escuchando de espaldas la doble vida de su hermana mayor. —De todos modos, ayer no te perdiste de mucho. — Giro sus ojos, mientras se recarga en la pared para pasarle el fajo de dinero discretamente a Lucía.

— Como sea, no iré a pelear en un par de días. — Lucía comenzó a contar el dinero.

— Anoche me fuí antes, pero dicen que hubo demasiados inconvenientes.

— ¿Cuáles?

— Hubo muchos accidentes en autos y motos, sobre todo dicen que la gente que venía de observadores estaban lo que le seguían de drogados, dejaron un desastre. — Lucía frunce sus cejas poniendo una cara de descontento.

— Tantos fueron los problemas de anoche,  que me has dado la mitad del dinero, ¿eh Park? — Lucia le dió un golpe en su hombro nada amigable pero discreto. Wyonna miro a Lucía algo molesta.

— Si, fueron muchos, él nos quitó muchas de las comisiones, para sobornar a unos policías para que no desmantelaran el lugar, los policías estuvieron más roñosos que otras veces.

— Bueno, no me interesa y mientras yo no reciba el pago completo, no pondré un pie en ese lugar sin mencionar que no evito que me enviarán al reformatorio de menores. — Reclamó bastante irritada, Wyonna solo levanta los hombros desinteresada.

— Yo solo vine a darte el dinero, no soy la persona indicada para que reclames tus necesidades.

— Hasta luego Park — Lucia tomo del hombro a su hermana y ambas caminaron en silencio por la mismo camino.

— ¿Para que necesitas el dinero?, — Ambas cruzaron las miradas y dejaron de caminar, la mirada que le dió la menor fue dolorosa—¿Te vas a ir de la casa? — Luz tomo la muñeca de su hermana, tenía los ojos algo llorosos. — ¿Nos vas a dejar solas?

— Luz...— Lucia se puso en cuclillas, y la abrazó con fuerza. No estaba segura, si eso sería lo mejor, pero era mejor irse por su cuenta que ser separada, no quería que su madre y hermana fueran separadas por su culpa. — Estarán mejor si mi, y podrás visitarme, viviré un tiempo con Eda y luego después de trabajar compraré mi propia casa para mí, y mamá y tú podrán visitarme en verano.

Cuando comenzó a ir a esas peleas y a recibir dinero, aquel dinero iba para cualquier cosa, para comprarle el libro o manga que su hermana quisiera, reponer el dinero que a veces tomaba del dinero de su madre, comprar cualquier estupidez, y cigarros.

Pero con el tiempo y desde hace un año, ya se había replanteado la idea de comprarse un vehículo y así irse con Eda a vivir, trabajar con ella reunir dinero y comprarse una casa.

Tal vez eso era lo mejor.

— Nos vas abandonar....

— No es así Luz

— Es solo que, será mejor así. Para todas.

— Si crees que alejandote evitará que mamá se preocupe por ti, mala suerte no lo hará y mucho menos yo.

— Luz...aún no me voy a ir, pero es bueno que lo sepas ya, solo me voy a mudar no es la gran co-

— Volvamos a la escuela Lucia. — Luz la interrumpió de forma seca y tal vez con un tono de voz de enojo.

Ambas caminaron,  se escabulleron  entre las rejas y entraron como si nada al edificio. El dúo de hermanas camino hasta su salón cuando el descanso se acabó.

Al llegar a casa, no estaba el coche de su madre, Luz se fue a su habitación todavía sin dirigir una palabra a su hermana, Lucia bufo y dejo en suelo su beanie rojo en la mesa y camino lentamente por la escaleras hasta el segundo piso, camino al cuarto de su hermana y se asomó mirándola leyendo algo y antes que pudiera decirle algo, Luz la miro con mala cara, esto provocó que Lucia girará los ojos y se fuera caminando algo enojada y azotando la puerta de su cuarto.

Ya tenía suficiente con que su madre estuviera todo el tiempo enojada con ella, no necesitaba que su hermana menor la regañara. Era absurdamente estúpido.

Decidió no darle vueltas al asunto y mejor hizo lo que siempre hace cuando no quiere lidiar con problemas, dormir.

Se levantó de un pesado sueño, frotó sus ojos contra sus palmas y bostezo con pesadez, volvió a recostarse en su cama para volver a dormir pero su estómago rugió.

Y lo trato de ignorar, nuevamente un rugido proveniente de sus entrañas está vez más constante hizo que se levantará de la cama y tomó su teléfono y al salir de su cuarto se asomó por el de su hermana, la cual estaba en cama con un libro sobre su pecho descansando en un sueño y eso tenía sentido es la una am, tardo unos minutos en decidir si valdría la pena levantar a su hermana para tomar un bocadillo juntas.

La llamó por su nombre dos veces y su hermana seguía dormida como un tronco. Se dió por vencida y bajo por las escaleras aún con algo de sueño, y comenzó abrir la alacena buscando algo que cenar.

Tomo un paquete de galletas y algo de leche, y se sentó en la mesa a comer en silencio.

Mientras comía, se percató que por la ventana había luces azules y rojas, aunque no había ruido.

Se levantó de la mesa y se aseguró que la puerta principal estuviese bien cerrada, y camino a la de la cocina asegurando lo mismo.

Camino lento para la ventana, y se asomó por esta misma, observo varios coches de policías y una que otra ambulancia en medio de las calles, afuera hay gente, rodeándo una casa.

La curiosidad y tal vez un poco el morbo le convencía de salir de su casa y ver más de cerca lo que sucedía, de hecho camino hasta la puerta con las llaves, cuando una vibración la detuvo provieniente de su bolsillo, saco su teléfono y miro el número del contacto. Era su madre. 

Vaciló unos instantes en contestar, pero al final lo hizo.

— ¿Que pasa? — Dice con un tono algo seco casi sonando enojada, Lucia noto eso y de inmediato se arrepiente de haberle hablado así y antes de corregir su error la voz agitada de su madre la hizo callar.

— Lucia escúchame con atención ve a casa de Eda en cuanto antes puedas será mejor.

— ¿Que? ¿Mamá?

— Lucía, házme caso, toma todo lo necesario para ti y Luz y vayanse con Edalynn, no te acerques a las multitudes ni a los hospitales.

— P-pero Ma

— Lucia, presta atención a lo que te voy a decir no tengo tiempo....
















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