Evacuación

Nueve días atrás 

Miro a su alrededor el hospital es un caos de gente, y fuertes estruendos la hicieron estremecer, pero siguió pasando por el pasillo buscando como ayudar al mar de gente, pero de inmediato soldados la sujetaron de los brazos. 

— Comenzaremos a evacuar, bebes, niños, mujeres embarazadas serán llevadas al techo, luego gente de la tercera edad. — Camila asiente y se dirige al área de pediatría acompañada de soldados armados que al entrar permitieron la entrada de mas enfermeras que dieron la misma orden de llevarse recién nacidos con las respectivas madres, con familias. 

 Camila ayudo a una nueva madre bastante joven a cargar a sus hija y se encargo que la otra niña fuera en las piernas de su madre y el hijo mayor tomado de la mano de una señorita del personal, cuando ella seguiría atendiendo los problemas, las luces del hospital se fueron súbitamente con chispazos que asustaron a mas de unos, el área de maternidad fue llenado de sollozos, los personales médicos y enfermeros apuraron el paso para evacuar lo mas rápido aun que pueden, algunas personas tropezaron con otros, algunos niños de pediatría se perdían de las manos de sus familiares, agobiando aun mas el ambiente, la noche era cada vez más ajetreada y con cada cosa que hacia Camila sentía que no podía avanzar, deseaba estar en casa con sus hijas, la luz llego eventualmente los minutos de oscuridad por las reservas de luz, Camila al ser ya residente de urgencias esta algo acostumbrada al ajetreo pero esa noche se sentía tan mal, un nudo en la boca de su estómago que al mismo tiempo le evitaba llegar a aire a sus pulmones, pero ella no tenia tiempo por dejarse agobiar y mas cuando tenia trabajo por hacer y vidas que ayudar. 

No paso despues de un tiempo en que maternidad y pediatría estaba casi ya vacía a excepción de personal medico y soldados pasando con apresuro por todo el lugar, Camila tomo una escaleras usada por el personal exclusivamente y cuando estaba apunto de bajar escucho voces de personas subir seguido de disparos, las luces del hospital se volvieron intermitentes, ella bajo las escaleras y giro por un pasillo abarrotado de gente de todo tipo a pesar de ser el área de quirófanos, ella buscaba en que mas podía ayudar, y cuando da una vuelta escucha ruidos que le hacen sentirse incomoda, tomo aire y al entrar encontró una escena que le hizo sentirse tan mal. 

Tres cirujanos que ella muy apenas reconocía devorando a un paciente en la sala del quirófano junto con otra persona que no era parte del personal, Camila sintió la necesidad de vomitar por el hedor y por la escena de canibalismo, se quedo muda, ninguna palabra salió de su boca, así que de espalda salió por donde entro y comenzó a correr a otra dirección cuando otra enfermera la detuvo. 

— Doctora Noceda, la buscan uno sargento, están evacuando personal medico — Informa ya sin aire al parecer la chica venia corriendo. 

— ¿Qué?, n-no puedo irme mis hijas, ¿a donde vamos? — La nueva orden le cae como balde de agua frío, sacando por instantes esas imágenes tan fuertes de momentos atrás. — ¿sabes que esta pasando? 

La enfermera negó con la cabeza, cuando mucho ruido llamo la atención de ambas mujeres, la enfermera no la dejo avanzar y le recomendó a ir por con el sargento,  Camila dudo por instantes pero la misma sensación de paranoia y miedo desconocido le hizo darse la vuelta mientras su compañera se iba por lado contrario tras decirle donde se encontraba el hombre. 

Camila se sentía en ir en cámara lenta, mientras a su alrededor ir velozmente, iba por todos lados mirando con precaución, cuando mas se acercaba llego a la oficinas, donde tras el vidrio opaco podía ver figuras, Camila se acerco y apunto de abrir la puerta fue jalada del brazo por otra persona de aspecto mayor. 

— Necesitamos ayuda allá abajo doctora, mi hija tiene una herida que le hizo un loco 

— ¿que? — se siente tan aturdida que sigue al desconocido, el hombre a paso decidido llegaron al caos de la sala de urgencias, donde gente entra y sale, donde hay personal medico gritando, gente peleando por camas o por ser el primero en atender, en los suelos, paredes, y techo hay salpicaduras de sangre, esto no le intimido, despues de todo lleva veinte años siendo urgencióloga, la sangre era lo menos inconveniente, lo que le preocupa era el ver tantas personas heridas con signos de peleas y agresión, claros síntomas de uso de alguna sustancia, o el olor que solo podía percibir en la morgue,  al llegar a una apartada camilla encontró a una niña de maso menos la edad de su hija Luz, apresurada comenzó atender, y se dio cuenta que el rostro de la niña tenia una gran herida en su mejilla de la cual esta llena de moscas con algunas larvas, la piel en contorno ya presenta signos de necropsia. Sumando que presenta altos grados de fiebre y por lo que reviso, la niña había perdido el control de sus esfínteres.  

Había tenido una charla con algunos residentes un mes o dos atrás, hablando de como se aumentaban caso de personas con heridas así. 

Comenzó ella misma a llevar todo el procedimiento pero la chica necesita urgentemente cirugía para remover piel muerta y mucho antibióticos para evitar la propagación de una infección en tejidos sanos, busco con su entorno enfermeras, pero algo capto su mirada, soldados comenzando a cargar sus armas y apuntar a enfermos. 

Seguido de esto, fuertes detonaciones callaron por segundos a la sala, pero el ruido estridente de gritos y disparos volvió con intensidad las personas parecieron volverse  aun mas loca, y un agarre en su muñeca le devolvió su vista a la chica que tenia ojos con derrames, y con mucha dificultad para respirar, Camila comenzó a revisar otra vez su estado, con el miedo de que ella tuviera sangre en sus pulmones, y antes de revisarla, fue empujada al suelo por varias personas, que se fueron de lleno contra la niña, comiéndola viva.  

Camila se congelo algo presa del pánico, no se había percatado que a su alrededor unos se atacaban a otros, y luego se devoran. 

Camila intento detener alguno de estos ataques, pero fue empujada y jalada por alguien mas, seguido de esto los atacantes fueron estampados por ráfagas de disparos, sangre y mas sangre le salpica a Camila. 

— Sube al auto Camila 

— mis hijas — muy apenas dijo desconcertada. 

— súbela al auto

Camila aun plasmada con todo lo que sucedía miro hacia arriba antes de ingresar y del cielo le cayo mas sangre, y solo podía ser sangre de niño y mamás, pues en los techos habían enviado a evacuar ya que por tierra seria imposible. 

— Llamare a mis hijas — Anuncio y cuando busco su teléfono se dio cuenta que este se había caido. — Mierda 

— Hay que alejarnos por la estatal, iremos directo a los centros de refugio de soldados. 

— No, esperen tengo que buscar a mis hijas — dijo en un tono claro de angustia y ansiedad.

— No, iremos al centro de acoplo Camila, de ahí intentaremos contactar a tus hijas. 

— Mis hijas...yo, tengo que buscarlas, llévenme lo mas cerca de las autopistas

— Camila piénsalo con claridad, ahora mismo es un suicidio dejarte por tu cuenta, mi hijo esta en la milicia él nos podrá ayudar, solo. 

— No, déjame lo mas cerca, me las puedo arreglar.  

— Camila no seas terca, no es buena idea.

— Tengo que ver si ellas están bien..

— Ten llama de aquí — el copiloto le entrego un celular estrellado y Camila acepto y llamo lo mas rápido. Trato de explicar lo mas clara posible lo que debían de hacer y lo que sus compañeros de trabajo le decían y ella repetía, pero la señal comenzó a fallar. 

De la desesperación Camila le dijo a su hija mayor. — Lucia te amo, las amo a las dos, me tengo que ir pero intentare llegar a casa de Edalynn.

— ¡Mamá!

Las amo. 

Esas fueran las ultimas palabras que Camila escucho de su hija mayor, de la cual no sabe nada tras la primera semana del colapso. 




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