𝙻𝚘𝚍𝚘 𝚊𝚕 𝚜𝚊𝚕𝚒𝚛 𝚍𝚎 𝚌𝚊𝚜𝚊 𝚙𝚝𝟸

N//A: ¿qué es esto? ¿actualización en menos de una semana? ¿Qué sigue?, ¿que mis trastornos de personalidad se curen? Jajaja no creo. Y encima, de que no encontré una sola canción para este capítulo, pero, en fin, disfruten ;)

Edit1: me di cuenta de un problema de redaccion muy, muy grande, esta casi al final pero aja. Una disculpa




Skara dio unos pasos adelante, mientras limpia sus ojos sin creerlo, lagrimas ruedan por sus mejillas, no encuentra alguna forma para hablar, su corazón se hincha de felicidad, pero ya no siente que pueda moverse por temor que todo sea un espejismo.

—¿Ma? — jadea llevando sus manos a su boca, la figura asiente y con dos largas pasos la mujer envuelve a Skara en un estrecho abrazo. Skara se quiebra en llanto de felicidad devolviendo el abrazo —Mamá — lloriqueo, mientras la adulta besa la cabeza de su hija.

La figura masculina sigue con el arma apuntando a las demás.

—Mi niña — La mujer repite con sumo cariño revisando el rostro de su hija, acariciando sus mejillas, y la vuelve abrazar con fuerza, la mujer de piel morena y cabello ensortijado negro con algunas canas asomándose, una nariz similar a la de Skara.

La mujer de complexión delgada que había estado de rodillas junto con su hija abrazándola, se levanta sin soltar del abrazo a su pequeña hija, y con esto la matriarca la levanta unos centímetros del suelo como si nada pesara Skara.

—Mamá — solo repetía Skara —P-pensé que estaban muertos — balbucea entre llantos y mocos hundiendo su rostro en el pecho de su madre que la consuela.

La mujer mira a su esposo haciéndole una indicación que bajara el arma.

El hombre se acerca a su familia y antes de rodearlas con un abrazo Skara lo nota, haciendo que ella abruptamente se levante y se ponga detras del cuerpo de su madre, clava su mirada al suelo, y comienza a sentir una terrible picazón seguida con la sensación de estar sucia.

El hombre desconcertado se queda quieto.

Toman varios segundos en silencio.

—¿Ska? — Luz se acerca con precaución, la joven temblaba completamente y se abrazaba así misma con mucha fuerza.

Y la puerta fue golpeada violentamente desde afuera, unas voces masculinas se carcajean con maldad.

—¡Oye Monroe! — El hombre pasa por en medio de la chicas indicando silencio con su mano.

—¿Qué es lo quieres Patrick? — Contesta irritado.

—Alguien abrió el portón, solo para que tengas cuidado — Amenazó el susodicho Patrick — Sobre todo que tengas cuidado con tu esposa. — golpeo otra vez la puerta negra retumbándola un poco.

El hombre imperturbado por la agresión, cargo el arma, asegurándose que todos escucharan el arma.

—No te preocupes, estamos bien asegurados mi esposa y yo, Patrick. —Responde mirando al monitor de la pared que tenía una cámara de seguridad.

Era un grupo grande de personas las que se veían en el monitor, Lucia se asomo a la pantalla, y noto como es que la casa se encontraba iluminada por los focos, lo siguiente que nota es como la propiedad permanece impecable y con fuertes aromas florales de productos de limpieza.

Lo único sucio ahora era la entrada gracias a ellas.

De reojo presto atención a la tensa figura del hombre con el arma cargada.

El hombre es alto y de no ser por la barba desalineada, parecía que el fin del mundo no llegaba adentro de la vivienda.

Miro a la mujer que está cerca de Skara, ambos adultos van arreglados, zapatos convencionales, el hombre un pantalón negro, con su cinturón, y una camiseta y una chaqueta aterciopelada, mientras que la madre de Skara se vestía como se vestiría una ama de casas con la vida resuelta.

El cabello rizado estaba amarrado a un scrunchie dorado, usa un suerte de manga larga con un pequeño estampado, y una falda larguísima, lleva una joyeria sencilla dorada. Y seguiría pulcra si no hubiese abrazado a su hija.

—Vámonos muchachos tenemos que encontrar quien entro. — Lucia gira su cabeza al monitor viendo a las figuras alejarse.

Lucia suspira al ver que ellos desaparecen de la visión de la camara.

Y entonces es encañonada por el arma del padre.

—Suelta tu arma y dime quién eres — ordeno

Lucia lo mira con irritación.

—No me gusta que den ordenes, y mucho menos que me apunten con una arma. — Lucia se pone recta y alza su bate rojo al nivel del cañón de la escopeta.

Sonríe engreída y confiada Lucia.

No le iba a disparar, pensó, mientras la punta del bate estaba junto con la escopeta, chocando levemente.

—¿Qué tal si nos relajamos todos? — Lucia sonríe ladina. — Digo, es algo grosero que arruines el momento familiar con amenazarnos, siendo que somos amigas de Skara.

El hombre se mantuvo inexpresivo, y así como de repente apunto con un arma, comenzó a reírse a carcajadas mientras baja su arma poniéndole el seguro.

—Ella me agrada. — El hombre sonríe mostrando sus dientes. — no sé si tiene agallas o solo es muy imprudente, pero me agrada.

Luz volvió a respirar al ver que se relajaron finalmente. Skara se calma un poco.

—Pa, ellas son mis amigas, Luz Noceda y su hermana Lucia. — Skara sonríe débilmente.

—Un gusto, soy Jasper Monroe. — Se presenta. —y a ustedes dos ya las conozco. . . Amelia Blight, has crecido bastante — El señor mira a la chica. — y tú, se que vives en la calle belladona, numero 58. Lo siento no recuerdo tu nombre. — ríe un poco causando una pequeña risa incomoda en las demás. — pero se quién eres, y tu hermana también.

El silencio e incomodidad predomina.

Hasta que el sonido chirriante llama la atención de todos.

—¿Alguien gusta café? — Ofrece la mujer con una amable sonrisa.

—Por supuesto señora. — Alarga la sonrisa Lucia. — ¿tendrá azúcar?

—Claro, ¿te gusta dulce?

—Demasiado dulce si es posible — amable le responde — Un buen café no se rechaza nunca.

—Si que es agradable niña — La mujer ahora mira a su hija. — Mi amor, ¿quieres algo? ¿Un té?

Skara asiente levemente.

—Skara, porque no les muestras tu cuarto, para que se cambien por algo mas cómodo y limpio, y bajan, en un rato preparamos algo para comer todos. — El padre de Skara había cambiado en segundo de verse como un hombre peligroso, a uno bastante amable, la clase de padre que hace reuniones constantes en su casa y los fin de semanas preparar barbecues para sus compañeros.

En realidad, ese era la imagen que siempre dio el hombre, y la familia de Skara, un matrimonio tranquilo y amoroso, Skara nunca recuerda haber visto a sus padres discutir o siquiera elevarse la voz, pero ver ahora su padre en esa faceta de unos segundos la hizo replantearse un poco la figura de padre que tiene. Lo mas agresivo que lo había visto era en alguna llamadas telefónicas por su trabajo y una vez bastante desesperado por que no sabía como hacer funcionar a la asistente virtual.

Skara acato la sugerencia de su padre y la indico que la siguieran.

Luz noto el suelo de mármol bien pulido y limpio, que puede apreciar su reflejo, la casa tiene una decoración nada fuera del otro mundo, llegan a una mesita donde hay fotografías en su mayoría de Skara con sus padres y algunas de sus amiga en bailes escolares.

Llegan a la sala que tiene vista al espacioso jardín que incluye una piscina y lo que parecía ser un jacuzzi, o espera, esa era una piscina para niños, el verdadero jacuzzi estaba más al fondo por lo que veía Luz, hay una pequeña área con mesitas de jardín, una área donde se cocina, un jardín botánico bien crecido y cuidado y podía notar flores.

Suben unas escaleras de cristal a la segunda planta que tiene tres puertas, pero Skara les indica que sigan subiendo.

—Ese es la oficina de mi papá, la de mamá y mi cuarto de estudio. — Suben a la siguiente planta, encontrándose con una segunda cocina diminuta y un bar personal, con dos pantallas planas, sillones reclinables, y una mesa de billar, la puerta del fondo está abierta Luz se asomó un poco notando que era una baño.

Luz, Lucia y Wyonna miran con asombro la casa. Amelia no estaba impresionada.

A la siguiente planta estaban dos puertas negras una frente a la otra, y dos al fondo.

—Este es el baño de invitados — Skara abre la puerta mostrando un baño amplio.

Skara abre una gaveta debajo del lavamanos sacando toallas extras de color escarlata.

El baño tiene una gran espejo ovalado de dos metros pegado a la pared y protegido por un enmarque de madera tallada.

—Dejen les presto sandalias — Se encaminaron al cuarto de Skara.

—Mana esto es como dos casa nuestras — Lucia admite impresionada por el tamaño enorme del cuarto de Skara. Es de dos pisos el cuarto. —Definición de cagar dinero — Lucia impresionada noto la habitación gigantesca, Luz le da un codazo disimulado.

El cuarto estaba pintado de distintos colores a contrastando con el resto de la casa, con colores vivos, llenos de posters, fotos colgadas de las amistades de Skara, un pared del cuarto era un gigantesco closet, al otro lado estaba un baño completo e incluso más grande que el que Skara les enseño previamente, en lo primero que los ojos de Luz se fijaron fue en la variedad de instrumentos de repercusión, cuerda, y un destacable piano clásico color hueso.

De alguna forma ahora Luz se sentía algo estúpida por haberle regalado aquel instrumento que encontró. Skara abre el armario, no estaba del todo lleno, pero lo que había era justo para las demás.

Las paso unas sandalias a las chicas.

—Pueden usar el baño de mi cuarto y el que les mostré, aquí hay ropa. —La Monroe sonríe pero no dura esa sonrisa.

Se sentía tan fuera de lugar, sentía que nada cuadraba, era como estar en un pequeño oasis con las comodidades que Amelia o las demás extrañaban.

Amelia tomo una toalla y una muda de ropa y a punto de salir de la habitación, Lucia la tomo del brazo evitando que saliera. Poniendo seguro a la puerta de Skara.

— Se dan cuenta que no nos podemos quedar por mucho tiempo, esto es algo de un día a más tardar, es la una de la tarde, tenemos que irnos antes de las cinco. — Lucia tira la mochila al suelo, tenía calor. Comenzó a quitarse su impermeable.

De inmediato comenzaron a dar sus puntos de vistas sobre cuáles serían sus siguientes movimientos, no tomaron en ningún plan encontrarse con los padres de Skara, o que la casa estuviera tan bien equipada como para mantener a justas la demás parte del grupo que se quedo en la cabaña, pero acaso los inquilinos dejarían entrar tanta gente, poniéndose en riesgo sus propios bienes y seguridad, Wyonna comenzó a sugerir llevar a los padres de Skara con ellas, Lucia parece renuente a la idea por algunas cosas que no le cuadraban pero no quería hablar por Skara, Amelia trato de ser algo más diplomática sugiriendo que pudiera hablar con ellos y traer a los demás, quizás el otro grupo quizás desistiría y razonarían. Las otras dos se burlan un poco.

Amelia algo ya a la defensiva comienza a meter algunos comentarios que hieren el orgullo de Wyonna, poniéndose tensas, Lucia interviene metiéndose en medio y alejando a Amelia por los hombros y se acerca a su oreja para susurrar.

—Solo imagina que crees que pase cuando la gente de afuera sepan que quienes ingresaron son chicas, no será bonito te lo aseguro. — Ambas miran por instinto a Skara que esta sentada en una silla absorta junto con Luz.

—¿Pasa algo? —Inquiere con angustia.

—S-no, es solo que... es demasiado que procesar, ¿sabes?, yo asumí que mis padres estaban muertos, bueno no asumí, unos chicos- otra pausa la evita poder hablar. — no importa, es mucho para mi ahora. — se vuelve a acomodar en su lugar ensuciando el sillón de colores.

—Tu cuarto es muy bonito y enorme, creo que es de este tamaño mi casa. — Afirma con asombro.

—Gracias, pero mi cuarto de verdad esta al otro lado de las Islas Hirvientes. — Skara ríe un poco, Luz ahora aseguraba mentalmente que Skara vivía en una gigantesca mansión, que no está muy lejos de la realidad sobre la mansión. —Puedes esperarme fuera del baño, me quiero bañar, me siento muy sucia. —Skara susurro con ojos llenos de lágrimas.

—Podríamos irnos por la mañana — Amelia sugiere.

—¡No! — ambas jóvenes replican. Intercambian miradas burlonas o al menos Lucia sonríe ladina —Tocada me debes un refresco — le da un puñetazo en su hombro.

—¡Ow! — Wyonna se soba el área afectada. — idiota.

Luz acompaña a Skara al baño quedándose en la tasa del baño con las piernas cruzadas mientras que Skara cerró la puerta y se quedó un rato en silencio.

Bañarse a veces se volvía muy difícil para Skara, pero ahora más, sentía que tenia una asquerosa sensación en su cuerpo desde adentro hacia afuera, que le genera una terrible angustia, y parecía que empeoro al ver su familia, una culpa le atormenta en su cabeza, como pudo negarle un abrazo a su padre. Su padre era diferente, él la quería y protege. Por qué se sintió tan asqueada con la idea que su padre la abrazara, su papá nunca la lastimaría.

—¿Skara estas bien? — Luz pregunto al otro lado de la ducha.

—L-luz...— El agua se deslizaba por su cuerpo.

—¿Pasa algo? — Luz se angustia.

—Solo que... ¿debería decirles, lo que me paso?














[...]





Las mayores decidieron dejar la habitación de Skara para darle privacidad, que parecía que caer enferma, Amelia aprovecho para dirigirse al baño y ducharse, llevaba tiempo anhelando una buena y verdadera ducha con las comodidades.

Wyonna y Lucia se quedaron afuera en silencio, Lucia olio debajo de su axila, pero no capto ningún aroma que no fuera todo los expide la casa, empezó a estornudar, el aroma es demasiado fuerte que comenzaba a estornudar por tantos aromas mezclados.

Productos de limpieza y extravagantes colonias o perfumes abusando de su sentido del olfato, comenzó a parecerle algo peculiar que provoco que sus sentidos de alerta la hicieran levantarse del suelo e inhalar con profundidad hasta llegar a la puerta de los padres de Skara pone su mano en la perilla de la puerta, y el pestilente aroma de químicos de limpieza la asfixio por un momento.

—Wyonna — La llama con la voz baja — ¿notas ese olor? — Wyonna intrigada se acerca.

—Huele a muchas cosas —Wyonna afirma oliendo la puerta — Se pasaron definitivamente con el cloro.

—¿No te parece raro? — Lucia trata de obviar lo que pensaba.

—Crees que oculten algo— Infiere

En silencio miran las escalinatas, y Lucia por impulso comenzó a descender con sus puntas descalzas para evitar provocar ruido que la delate, Wyonna se retiró sus zapatos e imito a la chica. La casa parecía ser bañada en productos de limpieza y fragancias diversas haciendo que sea en general algo difícil poder interpretar que aroma hay.

Llegaron a la sala, y podían escuchar murmullos de los propietarios, parecía una pelea, hasta escucharon los sollozos ahogados de la mujer.

—Hablare con ellas, pero no se pueden quedar — El hombre trata de hacer entrar en razón a la mujer, que lloriquea muy bajito.

—No volveré a verla — Jadeo con dolor la madre. — mi niña, mi linda niña — Su llanto es doloroso, ambas cruzan la mirada, Wyonna le indica que debería de subir las escaleras. — pensé que la había perdido, y ahora me pides que la deje ir, no puedo hacerlo — reclama mientras la voz se quiebra.

Las entrañas de Lucia se retuercen y hunden, la sensación de un deja vu le provoca un escalofrío, sus ojos tiran una discreta lágrima que limpia discretamente. No quería admitirlo, pero extrañaba a su madre.

Siente un remordimiento en su estómago y conciencia, haciendo que se regrese por donde habían bajado, evitando mirar a Wyonna, imágenes de su madre, momentos se atraviesan en su mente como un viejo video.

Trata de ocultar el nudo en su garganta, trata de componerse al subir por las escaleras.

Al llegar a la planta de las habitaciones se encuentran con Amelia con unos pants largos y una camiseta de tirantes delgados color melocotón, con sus manos sigue secando su cabello que por primera vez parecía tener un brillo de limpio.

—Wow, bañada sí que cambias — Lucia bromea ganándose una mirada de molestia de Amelia, por Wyonna respondió con una risilla cómplice.

—Dios ustedes decidieron estar en mi contra — La chica observa a las chicas. — ¿A dónde fueron?, ¿Qué hacían? — inquiere con curiosidad al verlas descalzas.

—A jugar con la mesa de billar — La más alta le hace una seña para que se acerque mientras mira por dónde había subido. — Algo no cuadra, escuchamos a la señora llorar, que no quería perder a Skara y que no nos podemos quedar aquí, parecen que ocultan algo.

Amelia se quedó meditando las palabras de Lucia.

—¿Por qué no nos quieren aquí?

—Creo que la gente de afuera de la casa es una buena razón idiota —Wyonna siseo

Amelia volteo los ojos cansada.

—Quizás sea eso, pero también puede ser otra cosa, dentro de la casa

—Le buscas la quinta pata al gato Noceda — Wyonna murmura mientras se quita sus anteojos y los limpia con su playera.

—No, Lucia tiene razón, ¿Por qué simplemente no viene con nosotras?, ¿por qué hablan de perder a Skara?

—Quizás-

—Hola queridas —interrumpió la madre de Skara desde las escaleras. — Oh, lo siento no quería asustarlas.

—No tranquila, es costumbre nuestra hablar bajito — Lucia se gira para sonreírle amable. La mujer hace un ademan con la mano.

—Me imagino, solo venía a decirles que ya está la cena y tu café querida — El tono maternal y amorosa que utiliza contrasta con la mirada opaca y angustiada. — tengo varias cosas para endulzar tu café, pero necesito que escojas

—¡Ow! Que, considerada, ya bajamos en un rato. — le dice en un tono alegre

Sostiene su sonrisa mientras la mujer baja con cuidado la escalera.

—¿y si la comida es carne humana? — Lucia toma a las chicas por los hombros y acercándolas a ella. — ¿y si es por eso por lo que los hombres de afuera quieren golpearlos?

Ambas ríen.

—No, no, no.

—Los papás de Skara, son la cosa más blanda y linda que puedes encontrarte.

—Bueno al menos su padre no es la cosa más masita que me eh encontrado, me apunto con un arma hace menos de dos horas.

—Se preocupo por la seguridad, es comprensible, eres una extraña.

—No tiene sentido — La dominicana mira confundida a Amelia, que siente sus mejillas algo cálidas.

—Mierda pues no sé qué decirte, pero dudo, que ellos lleguen al canibalismo, tiene comida enlatada y todo eso. — Se aleja de Lucia. — además que, dudo que hayan asesinado a alguien.

—En eso estoy de acuerdo con Amelia, los padres de Skara quizás solo te apuntaron, pero no creo que se atrevan a matar, quizás los de Amelia, sin dudarlo y sin un buen motivo, pero los de Skara puff jamás. — Blight le dedica una mirada violenta.

Ambas se miran con resentimiento. Lucia tiene una corazonada que hay algo más que no cuadra.

—Bueno, los padres pueden hacer locuras — Agrega la dominicana — digo, hay gente que con un poco de alcohol en su sistema puede golpear a su propia hija hasta casi matarla, no me imagino en el fin del mundo lo que alguien podría o no podría hacer por sus hijos o por ellos mismos.

Las otras dos dejan de lado su conflicto para ver a Lucia con fuera de sintonía, se sintió personal ese comentario, con seriedad e incomodidad observaron a la latina que movió la mano restando importancia.

—Ahem, a lo que voy es, creo que, en estos momentos, hay gente que puede hacer lo que sea por el bienestar de sus seres queridos, o incluso vender a sus seres queridos por su bienestar individual. — Lucia va a la puerta de Skara. — Skara, tu mamá preparo la comida, bajen cuando estén listas.

El trio se silenció y decidieron perturbar el silencio.

Al llegar a la cocina ya están los platos servidos, y los aromas en la cocina contrastan, grasa es lo primero que identificaron, carne y el aroma de café, estos aromas abrieron el apetito de las chicas que se acercaron a la mesa, solo que Lucia dudo.

No dijo nada, solo tomo la taza de café y la madre de Skara le indico que tenía distintas mieles naturales, o también azúcar blanco y moreno.

Lucia tomo la taza e inhalo el aroma, tratando de limpiar su nariz de todos los olores que hay en esa casa.

—Huele delicioso el café — Lucia sonríe tranquila removiendo el café, da un sorbo bajo la mirada de la mujer. — Y sabe demasiado bien — una sensación de familiaridad inunda sus papilas gustativas.

—Es de Costa Rica — Afirmo la mujer sonriéndole.

Lucia mira el café con algo de nostalgia.

Tomo una generosa cucharada de azúcar morena, y la removió con su café. Miro a los ojos de la mujer se ven un poco hinchados, y puede notar que la mujer lleva una capa de maquillaje, incluso sus manos están maquilladas. Lucia sorbe de su brebaje mientras se da la vuelta y nota la cocina llena de los utensilios sucios con los que se preparó la comida, mira la estufa y ve tiras de tocino perfectamente dorado, bueno parece tocino.

—Señora — Lucia la llama — ¿Como es que siguen con energía eléctrica?

—La casa funciona con paneles solares — Contesta el marido acercándose a la cafetera y sirviéndose más café, y dedicando una mirada peculiar a Lucia, como si supiera lo que ella piensa. — qué tal si charlamos con el estómago lleno niña.

—Si, estoy esperando a mi hermana. — mira sobre su hombro a la mesa donde están las demás, unos rebosantes y jugosos sándwiches se pueden apreciar con una porción de verduras salteadas. — se ve deliciosa la comida.

—Claro que se ve, la prepare yo mismo — Orgulloso termina de servir los restos del tocino del sartén.

La mujer comienza a entablar una plática con Amelia, Wyonna solo se dedica a comer ávidamente disfrutando ese banquete de sabores.

Lucia se recarga en la barra mirando de reojo a la ventana que asoma al patio trasero, la lluvia cae violentamente y agitando la piscina.

Y entonces la puerta principal es golpeada, tomando a todos por sorpresa, haciendo que se queden quietos en sus lugares.

El hombre se acerca a la entrada tomando su escopeta que dejo como si fuera un abrigado tirado. Apunto y se quedó quieto. La morena tomo de uno de los bolsillos de su pantalón una navaja y la alza a su rostro y se asoma por el otro lado que tenía ventanas.

Siete hombres grandes irradiando rabia. Solo uno de ellos golpea la puerta, los demás se pasean en círculos por el perímetro de la construcción, como perros.

—Monroe nos les queda mucho tiempo. — Amenazo el líder de ellos, que se giró a la ventana.

Lucia se encogió por segundos, juraba que la mira el hombre.

—Esta puerta no es indestructible y tus balas no son eternas. — Dice mientras golpea la puerta y se va con los demás hombres.

Lucia suspira pesadamente y guarda la navaja en su pantalón nuevamente.

El hombre con una expresión hastiada cuelga su arma en su hombro no sin antes poner el seguro, y dirigirse a la cocina a paso lento, tomo su taza de café y de un mini frigorífico saco una botella de vodka y lo abrió para servirlo a su taza de café.

Lucia se levantó y tomo su taza de café sirvió más café con más azúcar, y con la mirada apunto a la botella del licor.

El hombre sonríe tomando la botella sirviendo en su taza.

—Escogieron mal momento para venir —admite con la voz baja.

—¿Qué es lo que quieren ellos? — inquiere dándole un sorbo a su bebida que se sentía totalmente fuerte, un nuevo cambio al sabor estimulo sus papilas gustativas. Es adictivo el sabor, un ardor se paseo por su garganta.

La voz animada de Skara fue bajando el volumen cuando miro frente a frente a su padre, Luz clavo la mirada en la botella y luego en Lucia, molesta se fue a sentar con las demás, cambiando al instante su expresión por una típicamente amable y amistosa.

—Ve a comer niña. — Sugiere mientras ve como su hija no le dirige la mirada, con algo de confusión y dolor se dirige al otro lado de la casa, abre una puerta roja desaparece.

Al inicio Lucia admira el sándwich frente suyo, el aroma es embriagante abre más su apetito, sería grosero no comerlo, pero tenía sus dudas del origen de la carne o si acaso la sal era algún polvo que la deshabilitaría de sus sentidos.

Se quedo sorbiendo del café con el ruido de la plática que la madre de Skara tiene con Amelia, hablaban como si el mundo de antes siguiera en pie, preguntando sobre cómo le había ido en el internado en Europa, sobre su carrera universitaria.

Es bastante deprimente como hablan de lo que era el mundo.

Y ellas poco a poco se dan cuenta silenciándose.

—Esta delicioso — Luz dice habiendo acabado el sándwich. — demasiado, muy delicioso.

—Mi esposo, es un amante de la cocina. — Sonríe la mujer mirando enternecida a Luz y luego ve a su hija. — ¿Mi amor no te gusto? — Su sonrisa se ahueca en una expresión de dolor.

Los ojos de Skara se cerraron con fuerza tratando de contener las ganas de llorar, aprieta sus manos contra su ropa.

—No tengo hambre creo que me voy a acostar — Antes que la mujer adulta pudiera siquiera procesar que su hija lloraba mientras subía las escaleras a toda prisa. Fue tras su hija.

Las demás se quedaron retenidas en sus lugares, a excepción de Lucia, que se levantó corriendo al refrigerador abriéndolo y revisando el origen de la carne, la cual venia sellada en los empaques, había demasiada comida en el refrigerador, en su mayoría guardada en tuppers de cristal, abrió cada uno olfateándolo, y nada, todo huele demasiado bien.

—¿Podrías relajarte un poco? — Su hermana le habla algo molesta. — no todo el mundo trata de matarnos, porque no mejor te sigues poniendo borracha.

Antes que Lucia responda, la puerta principal fue brutalmente golpeada desde afuera, Lucia se levantó del suelo, y tomo de la cocina una cuchillo de carnicero y luego la navaja de su pantalón, camino a la puerta mirando a la cámara de la puerta.

—¡Monroe puto mentiroso! — Con un mazo golpea la puerta con una mazo insistente. — Bastardo, abre la puerta Monroe, ya vimos por las cámaras que tienes invitados — Lucia apretó su boca, observa como el hombre sigue golpeando la puerta. — pero no te preocupes Monroe, cuando deje de llover, entraremos por ti y por tus invitadas.

El hombre se aleja por la cámara.

—¡Ven!, ¡tenemos que irnos ya! — reclama en voz baja. — ¡Esos desquiciados nos van a cortar en pedacitos si tenemos suerte!

















[...]





Skara tenía su estómago y otros órganos amarrados causándole un malestar, tiembla debajo de sus mantas mientras se mantiene en posición fetal abrazando una almohada.

Sentía que su piel quemaba desde adentro, se sentía sucia.

Culpable de no poder siquiera mirar a su papá. En sus mejores sueños soñaba con el rencuentro de las personas que ella ama, su madre y padre, abrazándola fuerte como siempre lo suele hacer y luego ver a su amado Augustus.

Pero la idea que siquiera un hombre la mirase le causaba terriblemente náuseas y las ganas de arrancarse la piel.

Apenas y puede tolerar el contacto físico que llega a tener ocasionalmente con chicas, y solo unas cuantas ella, podía aceptar la efusividad del pequeño Owlbert, era un niño, inocente que no tenía la malicia que ella conocía.

Puede tolerar eso, su cuerpo ya no se sentía quemado con el contacto de esas personas, pero muy apenas puede siquiera hablar con los chicos, se sentía ansiosa estando cerca incluso de Edric, el chico que alguna vez ella vio como una figura de hermano mayor bobo.

Y su padre, la desgarra desde adentro saber que no puede siquiera ver a su padre.

Menos sentir su abrazo protector, extrañaba a su padre, y no podía aceptar el contacto de él, ella se sentía como una aberración, sentía culpa.

—¿Mi niña? — La voz de su madre se hizo presente. —¿puedo sentarme aquí? — Skara débilmente afirma con la voz quebrada. — dime que pasa amor. . .

Skara no podía hablar solo se quitó las mantas y abrazo con fuerza a su madre.





[...]





—Puedo hablar contigo Lucia — la voz masculina emergió del pasillo. — en mi oficina. — Era una orden.

Lucia siguió al hombre por la escalinata al llegar a la oficina, estaba un poco desordenada.

El hombre se asomó por la ventana y después se sentó, tomo una vaso de cristal y saco de un mini refrigerador un Whiskey que se sirvió y entrego a Lucia, la chica lo tomo por educación y se sentó en una de las sillas de cuero, el hombre sirvió su propio vaso.

—Creímos mi esposa y yo que Skara estaba muerta, vimos el incendio desde acá, fue enorme — Sorbe su bebida con calma. — verla en la puerta de esta casa, se sintió como un regalo divino — Apunto con su mirada a un crucifijo enorme de oro. — Pero eso no es lo que te importa a ti.

Lucia le dio un pequeño trago al whiskey, sabiendo que después de la charla tendría que ir a comer algo sino realmente estaría borracha.

—No, no me interesa. — Sonríe de lado recostándose en el respaldo de la silla negra. —¿Por qué lo tratan de matar esas personas?

—Al inicio solíamos ser unas treinta personas, incluyendo a Patrick el jefe de construcción y mi vecino, no había problemas con comida o electricidad, de hecho, varios estábamos pensando en ir a Hexside a buscar sobrevivientes, a Skara sobre todo. De hecho, fuimos a buscar sobrevivientes —Lucia toma algo de bebida — un grupo mediano, quince personas contándonos a Patrick y a mí, no pudimos encontrar nada más que gente muerta quemándose y tratando de matarnos, era como ver el infierno que nos decía el padre de nuestra Iglesia— el rostro de Monroe muestra una incómoda sonrisa. —Llegamos aquí con dos personas infectadas, solo que una se transformó de inmediato y la mato Patrick con un disparo limpio, y la otra, la otra ni siquiera sabía que estaba infectado, ningún síntoma hasta que se transformó por completo días después.

Hace una pausa para volver a beber de su vaso de cristal.

—Esta persona mató otros cuatro trabajadores, esos tres fueron contenidos, ¿pero el infectado?, el encontró a la esposa de Patrick y a sus hijas. — El whiskey se acabó en su vaso y miro a los ojos avellanas de Lucia, mientras asoma la botella de Whiskey, Lucia extiende precavida el vaso y es rellenado. — ¿Alguna vez mataste a alguien?

—No

—¿Has presenciado un asesinato alguna vez? — Lucia hace una mueca de dolor por segundos, pero trata de controlar su cuerpo y sus reacciones, bebe de su vaso.

—Si, eh visto uno. — responde fría, tragándose el doloroso nudo en su garganta.

—Patrick pudo matar a los trabajadores infectados, con la mano firme y mirándolos a los ojos disparo al instante, incluso mato a otro que para la su mala suerte todos pensaron que estaba infectado. — Su mirada se veía apagada. — Es fácil matar a alguien que consideres un peligro, alguien desconocido, mientras sea para sobrevivir lo harás, ¿harías lo mismo cuando se trate de tu hermana si ella se llegara a infectar?, ¿la mirarías a sus ojos y dispararías?

Se ahogo con su saliva, pero retuvo sus reflejos de toser.

El hombre sonríe brevemente y se hace una mueca de dolor.

—Su esposa e hija, mordidas e infectadas, pero no tenía síntomas inmediatamente, pero ¿te imaginas? — Se recargo hacia atrás. — Lo oculto por días, hasta que los síntomas fueron evidentes, la esposa y la hija mayor devoraron el cuerpo de la hermana menor, una bebe unos meses. Y después fueron atrapadas. Pero todos tenían miedo de matarlas, a pesar de que las teníamos aseguradas. Patrick dijo que no podíamos matarlas — La franqueza y honestidad revuelven el vacío estomago de Lucia, que sorprendentemente se mantiene en una expresión congelada de seriedad, imperturbable por fuera, enferma por dentro. — Parte de las demás personas estaban de acuerdo con darles misericordia, trataban de hacer entrar en razón al hombre, que acababa de perderlo todo. Incluso tomo una manguera y con el agua a presión limpio a esos cuerpos animados. Y parecían ¿humanos?, parecían que rogaban con esos llantos y gruñidos, no pude soportar esa tortura. — Se bebió de una su whiskey — y es fácil dar soluciones, opiniones hasta que no se trata de alguien que te importe.

—¿Las mato? — Asume con la voz tensa.

—Ya estaban muertas, aquella mujer con la que mi esposa charlaba por las tardes ocasionalmente estaba muerta, toda esa familia está muerta, la niña que alguna vez mi hija cuido estaba muerta frente a nosotros retorciéndose deseosa de sacarle los ojos a cualquiera. ¿fumas puros? — El hombre saco de la gaveta del escritorio donde lleva rato contando la historia más cruda que hasta el momento ha escuchado Lucia.

Lucia asiente y el hombre enciende un puro cubano y se lo entrega mientras él toma uno para él. La dominicana le da una buena calada.

—No lo pensé, no pensé en nada, solo alce mi mano quite el seguro de mi arma y dispare, me deshice de esas cosas, y me arrepiento, cada día desde entonces siento que tengo el peso de esa personas en mi espalda, incluso sí ya estaban muertas. — siguió fumando y se sirvió su vaso de whiskey añejo — Gracia divina la llamaras, pero unas semanas después se colaron esas cosas inhumanas. Murieron diez personas, y una persona fue mordida no lo supimos y desgraciadamente mi esposa se dio cuenta que esta persona infectada hasta que se transformaba en nuestra propia casa. Ella lo mato de milagro, pero fue mordida. — Lucia se levantó de inmediato de la silla tirando el vaso de whiskey.

—¡¿Qué mierda?!

—Los primeros días hice mi esfuerzo por esconder a mi mujer, mentimos, ella tenía fiebre, náuseas y un aroma fétido. — Explica. — Pero, no se ha convertido, oímos en noticia que hay pacientes que son inmunes, pero Patrick no lo cree, nadie allá fuera cree que sea inmune, y sinceramente yo tampoco, el alma de mi esposa pronto dejara este plano, ahora entiendo por qué Patrick perdió la razón cuando jale del gatillo, eh cuidado de mi esposa desde entonces, planeábamos irnos juntos, ella primero y yo después, Patrick no ha entrado a esta casa solo porque el material con el que está construida es de la mejor calidad. — El hombre se encoge de hombres. — y hoy, ustedes decidieron llegar, me trajeron mi peor miedo.

Lucia apago el puro y recoge el vaso de cristal volviendo a sentar, tomando la botella de Whiskey y volviendo a servirse una generosa cantidad sin quitarle de encima los ojos al hombre.

—Yo rece durante día y noche, que Skara estuviera muerta, sin sufrir, para que nosotros pudiéramos partir en cualquier momento, y ahora la veo viva. Y en cuanto ese maldito Patrick la vea...—cada palabra apretaba más su mandíbula y dientes con ira, pero sus ojos eran cristalinos. — Ustedes no pueden estar aquí, no más, deben de irse, porque ya encontraron la única herramienta que puede tumbar esa puerta. Y lo que sea que piense hacer Patrick o alguno de esos animales a mi hija no tiene nombre.

Lucia bebió el whiskey de un solo trago, y tomo el puro guardándolo en el bolsillo de su pantalón.

—¿Cuál era el motivo de que ustedes vinieran hasta acá? — Baja su mirada buscando en los cajones de su escritorio, guardando el whiskey.

—Veníamos por comida, para nuestro campamento, de hecho, no planeábamos encontrar gente viva, ni siquiera a ustedes, Skara nos dijo que ustedes probablemente estarían en otra cosa al otro lado de acá.

Sonreí amargamente.

—Tomen lo que necesiten para sobrevivir, pero tú, mírame a los ojos — Lucia mira esos ojos negros que se asemejaban a los de un oso por la negrura infinita. — Tú y Boscha, ¿Boscha sigue viva?

—Si ella sigue viva.

—Perfecto, ustedes dos prométanme que cuidaran de mi hija.

—Cuidare de su hija — Lucia responde lo suficientemente creíble para el hombre que se lo creyó. — hare que Boscha lo prometa

—Otra cosa, no quiero que le digas nada de esto a Skara, te llevaras esta conversación hasta tu tumba, ¿entendiste? — dice el hombre apuntando con su puro, Lucia asiente. — Mi mujer y yo, somos sus objetivos principales, vamos a hacer lo mejor posible para darles tiempo a ustedes, de que salgan, en el patio hay unas redes eléctricas, voy a apagar la corriente eléctrica, ustedes saldrán por el patio escalando, y cuando salgan de aquí, corran y no se detengan, no miren atrás, no importa que pase.











[...]


Skara se aferraba al abrazo de su madre y ella igual lo hace, pero Skara derrama lagrimas puede notar bajo esa capa de perfumes, nota un aroma rancio.

La chica solo pudo pronunciar apenas unas cuantas palabras, pero su madre entendió de inmediato, la mujer mece el cuerpo de su hija en un abrazo, sosteniendo su llanto y dolor, debía ser fuerte para su pequeña que le había fallado en protegerla. Skara llora con más fuerza porque el aroma de su madre que siempre había conocido por ser suave y cálido no volvería jamás, la pestilencia es indudable, pero no quiere separarse de ella, extrañaba sus abrazos, su consuelo, su amor.

Su instinto le grita que moriría si se separaba de ella, su corazón se llenaría de más dolor que no sabe si será lo suficientemente fuerte para soportar.

"Esto no debía haber sido así" Se reclamaba desde adentro con el alma rota. Su madre peina su cabello y trata de tararear su canción de cuna.

—Perdóname amor, no pude estar para protegerte — la mujer con la voz quebrada rogaba el perdón de su hija, que hunde su rostro en ella, puede escuchar un latido lento. — Mi niña, perdóname por haberte protegido.

Skara se ahoga entre sus lágrimas y el aroma de muerte, que decidía ignorar.

—Mi vida — Sus lágrimas se resbalan, y el cuerpo de su madre que alguna radio calor es frío, y su madre no se daba cuenta que la abraza con mucha fuerza que no mide que lentamente asfixia a su hija, que se niega a soltar el manto materno, se aferra a ella, es su madre, su mamá jamás la lastimaría.

—Magnolia — La voz de su esposa irrumpe el momento de desesperación y lágrimas. — Suelta a Skara.

Skara sabe que su madre la está abrazando con demasiada fuerza, pero entiende que no es ella en realidad.

—Perdóname mi vida, te amo mucho, nunca te lastimaría. — la mujer besa la frente de su hija.

La madre suelta a su hija, está consciente que si se queda más entre los brazos de su madre acabaría todo, su vida terminaría donde comenzó, no parecía una mala idea morir, al lado de su madre, lo que queda de ella que la mira con amor y adoración, con dolor.

Pero una pequeña pizca de ella sabe que no puede permitirse morir, que debe de seguir, y para eso tendría que confiar en la figura masculina, su padre. No es fácil.

La pestilencia la hace toser frenéticamente, y es la propia madre que se aleja de su hija levantándose de la cama.

—Voy por agua — La mujer corto su voz lastimosa y sale de la habitación, llevándose la manta con la que se cobija su hija, la abraza contra ella y se dirige a su cuarto encerrándose.

—pa — Skara se levanta sintiéndose incluso más insegura sin su madre.

Ambos se miran por segundos y Skara quita sus ojos de él.

—Toma las cosas que necesites, nos vamos en una hora. — El hombre sale del cuarto. Skara se tumba a la cama tratando de agarrar aire y calmarse.

Las demás subieron en cuestión de minutos con los rostros pálidos, incluso Amelia que estaba más blanca que lo usual.

—Skara tenemos que irnos ya — Luz le dice sentándose en la cama.

—Escuche a la primera. — Regala una sonrisa angustiosa. — nosotras guardamos comida y medicinas, necesitaremos ropa para el otoño e invierno, y armas.

Skara bajo corriendo, abriendo el armario sacando la ropa.

Entre ellas buscaron ropa cómoda y funcional, y comenzaron a doblarla y guardarla en la base de las mochilas, después Skara le mostro un compartimento debajo de su cama a Luz, el rostro de Luz se ilumino instantáneamente, era un cajón lleno de snacks y golosinas y las guardaron sin pensarlo dos veces.

Lucia revisaba la ropa que el padre de Skara le mostro, ropa para acampar y de algunas variadas tallas, dudaba que la ropa le quedara a alguien así que llevo solos los pantalones más chicos que el hombre ofreció. Y unas botas de gruesas.

Amelia y Wyonna guardan las cosas de medicina que la mujer les puede ofrecer, lo cual eran bastantes cosas, todos estaban ansiosos ya que la lluvia comenzaba a disminuir su intensidad.

Guardan todo y se ponen la ropa con la que habían llegado, y toman las armas.

El padre de Lucia le entrega tres cajas de puros y le da unas joyerías y relojes, para intercambiarlos si se llegara a necesitar. Y por último y más importante.

Le da tres armas semiautomáticas y varias cajas con municiones, junto con un revolver, le avisa que las armas están cargadas y con sus seguros, listas para usarse.

Lucia asiente y el hombre se acerca a ella.

—No dudes en dispararle a alguien a la cara, mientras sea para salvarte a ti o a las demás. — Con esto dicho Lucia asiente y se da la vuelta y mira la mesa de billar. — Quizás algún día puedas usar esta belleza — refiriéndose a la mesa de billar.

— Quizás algún día juguemos un juego, soy realmente buena.

—Mira a quien le hablas niña, yo eh jugado en ligas — le da una palmada en su brazo.

—Pero le apuesto que yo podría ganarle.

Pierde su mirada en una fotografía familiar.

—Señor aún puede venir con nosotras...

El respira hondo y mira a Lucia.

—No puedo, jure estar con Magnolia hasta que la muerte nos separe.

—¿Incluso si significa dejar sola a tu hija?

—No la dejo con cualquiera, confió en ustedes. Ahora andado. —

Luz en la cocina había puesto las latas de comida y cuanto quiso levantar la mochila esta se sentía exponencialmente pesada de lo que había pensado, si tenía que correr la mochila sería un impedimento para ir rápido.

—estúpidos brazos y piernas de nerd — Se maldijo arrastrando la mochila por el suelo, y el refri al estar abierto vio la cantidad de frutas que tenían, de inmediato pensó en Amity recordando que le había escuchado decir que solía comer muchas fresas y moras azules.

Tomo un bote de plástico, guardando primero las fresas más grandes y apetecibles, no sin antes probar una para ella misma disfrutando el sabor, tomo un bote de frutillas y dejo caer por el bote grande donde había puesto las fresas.

Y noto la existencia de mermeladas, no lo pensó dos veces y las envolvió en papel y la metió a la mochila, trato de levantarla pero su cuerpo tambalea.

—hey, la mochila ta muy hevy ¿no? — inquiere. — que tu lleva ahí

—Naá, naá — Ignora a su hermana agarrando aire y subiendo la mochila a su espalda.

—oye tu te creé que puede lleva a si de pesada la mochila, ni pa la escuela metía tanta vaina

—No son cualquier vaina, son vaina pa todos

—Nah, nah, de seguro lleva cosa pa tu jeva — Lucia la mira picara

—que no eh mi novia, haste pa allá me jodes demasiado

—Yo solo te digo, que si no puedes con ese peso te vas a causar problemas.

—Yo puedo sola.

Lucia bajo su mochila y detuvo a Luz y a jalones y reclamos quito la mochila de Luz, era un poco mas pesada de lo que esperaba.

Pero se puso encima y le paso la mochila a Luz.

Las cosas que uno hace, para que tengas por fin con quien fa-

Luz le dio un golpe a su brazo antes que terminara esa frase y salió corriendo con la nueva mochila para buscar a Skara.

Por el lado de Lucia vio su sándwich intacto, con sus manos desesperada llevo a puños la porción de verduras y jadeo al darse cuenta de lo delicioso que sabia.

—Hey pierdes el tiempo —Amelia le dice — debiste comer con nosotras en lugar de estar paranoica.

Lucia hablo con la boca llena sacando una expresión de asco de Amelia.

—Termina de masticar mejor.

—No te preocupes yo como rápido. — dice tomando una botella de agua y dando un gran trago que choreo por su boca.

—Por el titan que desagradables eres para comer.

—¡Oi!, princesa dije que como rápido no con modales. — Sonríe engreída, y toma el sándwich que es algo grande pero no demasiado , lo acerca a su nariz oliéndolo, y del solo aroma su estómago ruge.

Con una mordida bastante grande presencio una danza de sabores, el sabor característico del tocino, pero con una sorpresa, el tocino es ligeramente dulce y crujiente en el punto exacto, puede saborear los aderezos, y la frescura de los tomates contra su paladar, nota el sabor de un jamón que nunca ante ah probado pero sin duda es fino por la especias que lo adorna, y los quesos, el padre de Skara puso tres tipos de quesos, que hizo que Lucia retuviera la necesidad de bailar ante tan delicioso manjar que el hombre preparo.

Trago la primera mordida, y en la segunda la mitad del sándwich desapareció y fue tan sola en una tercera mordida que empujo todo el resto de sándwich a su boca y mastico algo difícil pues sus mejillas estaban a tope, recordándole a Amelia una imagen de una típica ardilla glotona con semillas en sus mejillas, causándole algo de gracia.

—Desagradable — Amelia se fue con una diminuta sonrisa y Lucia levantaba los pulgares, termino de masticar y pasar a su estómago, noto las sobras de Amelia y Wyonna, se encogió de hombros y se lo llevo directo a su boca, y por fin con algo de comida en el estómago fue al lavabo a enjuagar su rostro y manos por la grasa y comida que quedaron.

Y fue corriendo a los pisos de arriba a buscar su confiable bate de beisbol.

El padre ya arriba con las demás explico el plan omitiendo su sacrificio, claro.

En caso que falle el plan A, la esposa mordería a su marido, para después ser disparados por Lucia o alguien mas, eso haría que la infección actúa más rápido y provocaría un gran problema a los demás.

El matrimonio estaba consciente de las implicaciones y Lucia había aceptado, la morena haría lo que fuera para proteger a su hermana, y quizás a las demás.

La casa tembló junto con los cristales, era hora, el hombre bajo corriendo al sótano donde están los enchufes, las chicas en silencio corrieron al patio, ansiosas, la red eléctrica fue apagada, Luz arrojo una piedrita contra los cables y ningunos se activó. Lucia y Wyonna pusieron su manos y rodillas para ayudar a subir a Amelia que corto todo los cables dejándolos inservibles de momento, ella se sube a la barda un poco mas segura y ayuda a pasar a subir a Luz, y Skara aún seguía adentro con su mamá.

Madre e hija se abrazaron, ambas sabían que era la última vez que compartirían un abrazo.

Skara corre al patio y sube con ayuda de ellas, con lágrimas en los ojos.

Y la ya conocida voz de Patrick suena en la puerta principal.

Wyonna sube con ayuda de Amelia y Lucia ya con ellas arriba y bajando, Lucia mira de reojo a los padres de Skara cada uno con una arma larga. La morena, agarra vuelo, salta y su manos se sujetan de la pared, con sus pies los usa de impulso contra la pared para pasar su cuerpo por encima de la barda, cae torpemente, pero cruza al final.

Ellas deciden avanzar pues el ruido les indica que siguen entretenidos en la parte de frente, están frente una gran campo verde que muy apenas se marcaban las zonas donde se visualizó alguna vez construir casas lujosas.

Luz al ver que su hermana había cruzado, comenzó a andar rápido pero es detenida en seco, alguien la tacleo, es un hombre pesado que de no ser por la mochila, su cabeza hubiese chocado contra el suelo y piedras, Luz al ver al tipo encima suyo tratando de subyugarla. Luz suelta su mano con mucho dolor y forcejea, lleva su mano al bolsillo de su pantalón sacando la navaja improvisada y la clavo una tras otra en un costado y la movió, incluso cuando el hombre trata de darle puñetazos a su rostro fallando la mayoría.

Luz clavo más profundo la navaja y la arrastro por la espalda, Lucia llego un poco a destiempo dándole una patada al costado del tipo tumbándolo al suelo y no le dio tiempo de pararse pues la mayor bateo su mandíbula tumbando unos dientes.

Wyonna jalo de la camisa a Luz ayudándola a ponerse de pie, Lucia corre tratando de alcanzarlas a las demás, pues les indicado que siguieran corriendo sin parar, incluso si sus piernas ardían y sus músculos se sentían acalambrados, Wyonna y Luz fueron intervenidas más adelante por tres tipos más grandes.

Lucia agarro su bate y aprovechando que no se habían percatado de su presencia dio un fuerte batazo contra la garganta de uno de ellos tumbándolo, un segundo quiso irse sobre ella, dando un fuerte puñetazo en su brazo por error, Lucia dio una puntada en la entrepierna del segundo y este cuando se encogió con dolor, su puño conecto tirándolo, el tercero movía su pesada llave inglesa tratando de pegarle, pero no contaba con que Wyonna llegara desde atrás con su hacha, golpeando en la cadera salpicando con sangre.

—¡Mierda! — Soltó su hacha algo impactada, pero Lucia recogió el hacha y se la dio.

—¡Corre! — Las tres comenzaron a correr

Por otro lado, los padres Skara abrieron la puerta cuando solo habían dos personas, para esto el padre apunto y disparo dos veces.

Ambos progenitores, se dirigieron a toda prisa a la caseta para permitir que las chicas salgan lo mas pronto, pero la mujer cada vez se veía mas pálida, ni siquiera el maquillaje podía esconder las venas moradas y con sus ojos cada vez mas hundidos, y su preocupación aumentaba cuando no logra ver a Patrick a la redonda.

Amelia y Skara llegaron hasta la orilla veían a las chicas dirigirse a ellas como podían mientras las veían llegar, Lucia les gritaba.

—¡Sigan! ¡Sigan! — Lucia grita todo pulmón.

—¡AUTO! ¡TIENE AUTO! — Aviso Wyonna

Skara ya jalaba a Amelia a que empezara a correr por que a los lejos veían una camioneta negra con gente arriba de la caja.

Respirando con fuerza y aun así no era suficiente para que sus pulmones no dolerían, sus piernas ardían, y unas cuantas lagrimas se resbalan, como le ganarían a una camioneta que iba a gran velocidad tras sus pellejos, Amelia noto esas casa a medio construir.

—Skara a la casa en construcción — vocifera a todo el pulmón ellas se desvían a esas casas entrando torpemente.

Las otras tres siguen huyendo se van por la orilla contraria a la que deberían irse.

—Las...—Jadeo por aire la menor — entraron a casa de allá

Muy apenas formulo la frase y todas caminaron rápido hasta la casa donde Skara y Amelia entraron.

—¡Chicas! — Vocifero.

—Arriba

Al subir las encuentran tratando de recuperar sus alientos, Luz sujeta su costado que había sido golpeado.

El auto se estaciono frente a la casa.

Las voces de varias personas masculinas bajaron.

Lucia hace una seña de silencio, y mira a la obra negra de la casa.

—Van a salir por acá y corren, yo las alcanzo, ¡andando! — Lucia cargo impaciente a Luz y la saco al techo de la planta baja, puedes saltar de esta altura, cae flexionando las rodillas.

Sujeto a Skara y la paso al mismo lugar con Luz.

—Amelia sabes disparar, ¿verdad?

—S-si

—Wyonna, acompáñalas, nosotras las cubrimos.








La camioneta con  personas se detuvo, Amelia ya había cargado el arma, a simple vista las personas no tenían alguna arma de fuego poniéndolas en ventaja, Lucia esta en el techo de la primera planta cubriendo a las demás que se desvían por la parte interna del campo donde hay más obras a medio construir.

Lucia respiro hondo cuando escucho los primeros disparos de partes de Amelia, estos hombre comenzaron a gritar y maldecir, inmediato noto como algunos esquivaron a Amelia, pero no de Lucia, no tenia que matarlos solo dejarlos inmóviles para menos cargo de conciencia, y quizás porque sabe que todavía no podía cargar con muertes aún.

Respiro hondo apunto a las piernas haciendo que ellos se desplomen al suelo e incluso tras un disparo uno que otro se volvía a levantar del suelo, pero nuevamente eran disparados.

Y abruptamente un hombre le grita violento desde su espalda, ella se pone boca arriba mirando sorprendida a Amelia siendo rehén del hombre, que sonríe macabramente y algo lascivo.

—Suelta tu arma — ordeno.

Lucia fija seriamente a Amelia que dejo de forcejear, quedándose quieta a la expectativa de la morena, que lentamente baja su arma.

Las piernas de Amelia temblaban, y sentía que vomitaría, con su respiración pesada, trata de poner orden a sus ideas, nuevamente su vida era atentada y no puede quedarse a esperar, solo que es difícil sintiendo el filo de una navaja contra su garganta.

—Tranquilo — Lucia sonríe alzando sus manos, el hombre le ordena que tire su bate y arma por el techo, ella lo hace con su pie sin quitar su fuerte mirada.

Lucia se mantiene firme e incluso tratando de intimidarlo con la mirada.

El hombre baja su otra mano por el cuerpo de Amelia causando una sensación parecida al vértigo, un escalofrío paseo por su nuca hasta sus pies, su rostro denotaba una mueca, el animal que la sujeta se burla, y aprieta uno de sus senos, y antes que pudiera hacer algo más Lucia, esta fue tacleada desde atrás y puesta contra su cara en el suelo.

Amelia trato de advertirle a Lucia, pero su boca fue usada para que el otro hombre de barba larga la besara contra su voluntad, ella sintió asco y furia inmediatamente muerde con fuerza la boca ajena arrancando un pedazo, su captor por reflejo la empujo lejos de él haciendo que cayera de nuevo a la parte interna de la construcción.

Algo aturdida busco a su alrededor el arma que le había dado Lucia, al visualizarla corre torpemente a tomar, pero el hombre con la boca ensangrentada hizo nuevamente acto de presencia dándole una patada en la cabeza que provoco que solo escuchara un prolongado un pitido agudo en su cabeza, su boca sabe a metal.

El se sentó encima suyo dejándola con poca cantidad de aire, trata de tomar sus muñecas, solo que gracia a la sangre que tenia en sus manos se resbalaron la pálidas manos de Amelia que se fueron directamente a los ojos del hombre picando los globos oculares de él, se echó para atrás y Amelia extiende su brazo para tomar el arma, y la detonación la vuelve a ensordecer y dejando sus manos hormigueando.

Un charco de sangre se expande por el suelo, pero sigue vivo, quizás no por mucho tiempo.

Amelia se dio la vuelta y regurgito el sándwich.

Se limpio el vómito, y recordó a Lucia, así que se levanto apresurada con la arma, volvió donde había dejado a Lucia, no la nota por ninguna parte solo ve las mochilas de ambas, al agacharse sus oídos perciben ruidos de forcejeo.

Se asoma por el techo y ve a Lucia siendo victima de una llave, mientras que el otro hombre sostiene su bate rojo y lo alza.

Amelia no lo piensa dos veces y dispara, la bala atravesó el costado del hombre que suelta el bate, y se gira lentamente a ver a la tiradora, que siente su estomago revolverse acompañado de un escalofrío.

Se desploma seco al suelo.

Vuelve su mirada a Lucia que ya estaba sobre el chico impartiendo duros puñetazos a su rostro.

Amelia baja las escaleras temblorosa e inestable por las pesadas mochilas, al salir al patio puede ver a los demás que ella había disparado ignora sus alaridos y maldiciones, esquiva sus manos que la tratan de frenar de ir por Lucia que tenia su puño ensangrentado, toma su brazo y la jala para quitarse de encima del tipo.

Del cual le brota sangre de su boca, nariz y oídos.

Lucia le escupe y toma su bate para una ultima vez darle un golpe en la entrepierna solo sale un ruido ahogado. La morena toma una de las mochilas y comienzan a buscar a las demás.

Solo que un ruido en un walkie talkie las hacen frenar.

"Cambio Patrick a rojos, tenemos a los padres asegurados, cambio"

Una voz distorsionada se escucha.

"Azul a Patrick, tenemos a dos de las chicas, cambio"

Amelia inmediatamente se gira para observar a Lucia que paso de tener una mirada llena de lágrimas, a comenzar a temblar de ira, su mandíbula esta apretada y su expresión denotaba agresividad.

Lame sus labios, se dirige a los hombre que están tirados agonizantes del dolor, ella sujeta a uno y le zampa un puñetazo en el rostro, y con las manos lo sujeta del cabello y lo frota contra el pavimento, grita por que se detenga, pero Lucia es más fuerte que él que se encuentra perdiendo sangre por dos disparos, uno en su pie, y uno en el muslo.

—¡Donde las tienen! — exige metiendo su dedo en el lugar del disparo mas cercano, siseo y maldijo entre dientes. —¡dime donde están! — saca su dedo, pone sus dos pulgares en su ojos y aprieta. —¡te sacare los ojos si no me dices donde están!

Amelia esta paralizada testiguando.

Un hombre ajeno a la tortura grita.

—¡Déjalo, están en la casa de Patrick! — suplica. Lucia deja caer la cabeza del hombre y se dirige a quien hablo.

—Te llevare yo misma al infierno si no me mientes. — Amenaza con una mirada llena de desquicia e ira.

En ese momento el compas de moral de Lucia fue arrojado al vacío de su mente.

Y dio un fuerte pisotón rompe la pierna de el hombre que llora y grito del dolor.

—Están en la casa de Patrick, lo juro — Lucia nota como el pantalón del hombre se moja de orina por el dolor, Lucia le da un nuevo golpe en el centro de la cara desmayándolo.

Lucia fue a la camioneta negra que permanece encendida, y tira a la persona que manejaba herida al suelo, le da una patada y se sube arrancando el motor, se hecho en reversa y acelero por la carretera.

Amelia tenia su mano en su estómago, aspiro hondo y comenzó a caminar detrás de la camioneta que ya iba muy lejos.























[...]





Lucia acelera sin importar que la carretera estuviera mojada, no tardo en superar los 120 km en velocidad, al llegar al final de la calle, derrapo con violencia siendo un milagro que no se estrellara o perdiera el control, cuando el carro se estabilizo vuelve acelerar.

Su mirada es sombría por la rabia que mantiene en su cuerpo a punto de estallar al mínimo chispazo de provocación, sus dientes rechinan y respira pesado, siente una adrenalina intensa que se sentía electrizante, al ver la casas construidas, nota como la vivienda de los Monroe estaba siendo abrazada por intensas llamaradas que no parecían ceder a la lluvia cayendo ligeramente, Lucia nota en la casa de frente dos personas con las armas que los padres de Skara llevaban la ultima vez que lo vio.

Y lo único en lo que pensó es en irse directamente a estrellar contra esos vigilantes sabiendo que los mataría de un instante.

Comenzó a quemar la llanta, fijando su mirada de ira a esas personas que ya la habían notado y comenzando a apuntar desde su posición.

Lucia sonríe lista para soltar el freno y dejar ir la camioneta contra ellos, cuando soltó su respiración nota como unos zombis salen del interior de la vivienda atrapando a estos tipos armados, tomándolos por sorpresa, activaron las armas automáticas disparando por todo lados hasta los muertos mismos los neutralizaron.

Lucia suelta el acelerador y se estaciona la camioneta se baja de esta con su bate, algunos zombis se van contra ella, pero no parece importarle ya que derriba a uno con un golpe y en el suelo golpea con bate en su cráneo hasta que deja de moverse, y ella empieza a gritar el nombre de su hermana exasperada por no saber donde estaba su hermana, la culpa la carcomía, era su culpa si algo le pasaba a su hermana por distraerse y no estar con ella, es su culpa si alguno de esos animales le ponían una mano encima, su madre jamás se lo perdonaría, ni ella se lo perdonaría, ni siquiera merecería el perdón de su pecado de abandonar a su hermana a su suerte.

Estuvo a dos pasos de ingresar a la casa en llamas, pero entonces noto como por una barda de la casa de Patrick unas mochilas caen al suelo, y su alma vuelve a ella cuando ve la cabeza de su hermana saltar por la barda, acompañada de Wyonna, ellas corren hacia a Lucia.

Lucia nota un zombi acercándose torpemente ella da un golpe con su bota y el bate lo estrella en el cráneo, sin quitar la mirada de su hermana y Wyonna.

Ellas le gritan que se tienen que ir rápido, Lucia acata de inmediato.

Luz lanza la mochila a la caja de la camioneta, y da un salto enorme para subirse y cae estruendosamente en la parte trasera, Wyonna se sube al copiloto, Lucia se apresura a subirse y toma el volante cerrando la puerta y mirando al frente mientras zombis se asoman. Sigue algo pasmada y con mucha energía que recorre su cuerpo, súbitamente su ira se apagó al ver a su hermana correr y a salvo, porque sana no se veía con esos morados que diviso de flashazo.


No puede escuchar del todo a Wyonna que le habla, era como si su cabeza estuviese bajo agua.

—¿Dónde está Amelia? —  Wyonna alza su voz exasperada por no ver a Amelia y que Lucia no parecía reaccionar, la toma con sus manos del rostro para que la mirase a la cara. —¿Lucia donde esta Amelia? — trata de calmarse. Lucia mira a todos lados notándolo lentamente.

Wyonna le da una cachetada por fin haciéndola reaccionar.

¡Ay jueputa! — Lucia reacciona sobando su mejilla —la olvide —Wyonna le da una segunda cachetada. — Mierda, ¿y Skara?

—Ella se escapó cuando nos llevaban no sé, creí que estaría con contigo

—Mierda, mierda. — bastante confundida arruga el entrecejo por pretender una expresión, muy entumecida no sabe que debería sentir.

Lucia nota que salen de la casa más zombis energéticos, así que no pierde tiempo en echarse de reversa, haciendo que Luz se caiga en la misma caja, y acelera, por donde cree haberse ido. Wyonna le grita a Luz que se sujete bien.

Aprieta sus labios mientras Wyonna va reclamándole como pudo abandonar a Amelia, ella solo maneja pensativa, da una vuelta por donde ve las marcas de las llantas quemadas, y a lo lejos ve dos figuras caminando por el asfalto, Park al divisar mas de cerca a Amelia, suspira aliviada, hasta que nota que tanto Amelia y Skara van caminando con las manos alzadas.

Lucia lo nota, y nuevamente sus emociones comienzan a burbujear desde su estómago quemando amargamente, ellas siguen acercándose con el vehículo lentamente.

Y quedan cada uno a una distancia de unos cuantos metros de distancia.

Lucia estaciona el automóvil, Luz baja de la camioneta, junto con Wyonna, seguidas de Lucia.

El hombre frente a ellas es Patrick, con el rostro morado por golpes y rasguños, Skara tenía algo de sangre brotando de su cabeza y tenia la mirada temblorosa.

Lucia solo tenia una de sus arma cargada y apuntando también, solo que es muy cobarde para dejar de usar a Skara y Amelia como escudos, tiene el arma apuntando a sus espaldas.

Y tras de ellos parecen levantarse zombis de los que Lucia y Amelia dispararon, se levantan torpemente caminando lentamente, buscando a donde dirigirse, y poco a poco parecían percatarse de ellas.

—Solo vengo hacer un intercambio — El hombre toma detrás del cuello a Amelia y apunta con el cañón a Skara que de inmediato tiembla, esta pálida. La lluvia cae más rápido. —te doy a esta, y yo me quedo con la más pequeña, se pueden llevar incluso las cosas de esta pequeña mierda

Lucia da un paso adelante las otras.

—No creo que eso sea posible. — Apunta lo mas que puede a la cabeza, pero es muy difícil considerando que están ellas interponiéndose entre el disparo. — toma mi oferta nos dejas ir a todas y nadie tiene que salir herido.

El hombre burlón empuja al suelo a la más alta y disparando justo a lado de la cabeza de Amelia como prueba que no jugaba, y pone a Skara como escudo contra su cuerpo.

Los zombis de atrás comenzaban a acercarse.

— No queda mucho tiempo. — Amelia se levanta otra vez del suelo frente al hombre. — se hace a mi manera a la buena o a la mala.

Lucia sabe que no tiene la mejor puntería le había costado bastante darle a las piernas o pies de personas en movimiento, y sabe que un tiro en ese momento significaría como mínimo llevarse parte de la mejilla de Skara para al menos rozar la cabeza de ese hombre.

Varias cosas por su mente, sobre todo las promesas que ha hecho durante esa tarde, pero también le ha prometido a su madre cuidar de su hermana con su vida si era necesario, ¿valía la pena arriesgarse por una chica que apenas conoce?

Sigue pensando y su rostro se arruga al llegar a una conclusión, riesgosa.

—Puta mierda — toma un momento para respirar hondo — Bien, quédate con Skara. —Responde fríamente, Luz sujeta el brazo de Lucia.

—No puedes hablar en serio — Luz se para frente a su hermana sus miradas chocan.

—Le prometí a mamá cuidarte, no permitiré arriesgarme a que salgas herida, ahora tu eres mi responsabilidad, no ella.

—No lo hagas, no puedes negociar con alguien así de mal. — Luz se desespera y un nudo en su garganta le impide tragar saliva. — No puede razonar con la locura, por favor, piénsalo bien — Luz derrama lágrimas, Skara también solloza, Amelia empieza a negar con la cabeza.

—Maldición que dramáticas son las mujeres. —Sisea.

Las mayores intercambian miradas, Luz trata de frenar a su hermana, que la toma del brazo y la empuja haciéndola caer de rodillas, Wyonna toma a Luz que trata de ir por su hermana que trataba de hacer aquel trato con el diablo.

La tensión incrementa, Wyonna sujeta bien a Luz, mientras la mayor se repite palabras para apoyo moral, a unos tres metros el hombre le dice que se detenga y que tire su arma.

Obedece y patea el arma con su pie al césped, Skara comenzaba a derramar más lágrimas y respirar pesado, Amelia le decía que no debía seguir con el trato, Amelia sentía que en cualquier momento vomitaría sus órganos por la boca.

Skara solloza pidiendo que no lo hiciera, cada paso se sentía mas pesado como si la gravedad incrementara, Lucia se frena frente a Amelia y Skara, mira al hombre de ojos azules fríos, cara a cara.

Lucia traga su saliva, y con una expresión de piedra, lame sus labios y analiza toda la expresión de Amelia y luego la de Skara, siente un apuñalada en su corazón.

La lluvia esta resonando casi ensordecedor, que los gruñidos de los zombis a metros de ellas son silenciados instantáneamente.

—Dame a Amelia. — Exige.

—Con gusto. — El hombre la empuja con fuerza contra el cuerpo de Lucia, que rápido la deja caer de rodillas, y ella se lanza contra el hombre con su mano dirigiéndose al arma alzándolo al aire, el sonido de la detonación zumbo en sus oídos, Lucia habia guardado un pedazo de navaja en su bolsillo derecho lo saco y se fue contra la cara del hombre.

Alejándolo de Skara y Amelia.

El hombre continuaba tirando del gatillo al aire.

Lucia forcejea, y debido a la lluvia resbala, rasgando con su propia navaja parte de su mejilla, el hombre esta sobre su espalda Lucia, suelta su navaja para tomar el brazo que tiene el arma que esta sobre su hombro apuntando al cielo, hace palanca contra su hombro y lo escucha romperse, el arma cae al suelo. Lucia la patea, pero resbala cayendo de rodillas, suelta el brazo roto y lo empuja al hombre que trata de levantarse, pero Lucia le da una patada en la mandíbula, y luego lo toma de su camiseta y golpea con sus nudillos contra el rostro de el con bastante fuerza, y nota tras unos segundos de estrellar su puño contra su cara un asqueroso olor.

El cadáver quemado de lo que podría ser la madre de Skara se abalanza, la morena es suficientemente rápida para quitarse a tiempo, ya que el hombre cae sobre Patrick, comenzando a arrancar pedazos del rostro haciendo que la sangre se salpique a Lucia que se levanta del suelo algo coja, toma su arma que no estaba lejos, y trata de apretar el paso ya que los zombis parecían muy agitados por sus otras posibles platillos.

Las otras estaban ya subiéndose a la camioneta, todas dentro de la cabina.

Lucia abre la puerta mirándolas con el rostro hinchado por los golpes, su labio estaba partido, y su mejilla no deja de sangrar.

Nadie dice nada, solo sube al asiento del conductor, se hecha en reversa y comienza a manejar dirigiéndose a la salida del portón. Es incomodo el silencio.

El portón esta cerrado, Lucia gruñe fastidiada y baja del auto, pero piensa sobre como cerrarían el portón, no quería dejarlo abierto, no sabia si quedaba gente viva ahí pero esta muy cansada para averiguarlo.

Y entonces, sacándole un susto y provocando que ella sujetara del cuello a quien la tomo del hombro por sorpresa, era nada mas ni nada menos que el padre de Skara.

Esta totalmente golpeado y bañado en sangre, su ojo izquierdo estaba cerrado totalmente.

—Largo de aquí, por favor. — El hombre tiene un brazo desgarrado totalmente, y su boca no tiene dientes, también nota la mordida en el otro hombro.

La voz rota de Skara se escucho desde el auto, ella baja librándose del agarre de las demás, corriendo abrazar con fuerza a su padre, llorando.

El hombre no tiene palabras para decirle a su hija, mas que una nota que saca de su bolsillo, la nota estaba ensangrentada por sus manos. Se la extiende a Lucia que la toma. Lucia mira la mano que carece de uñas.

—Llévatela, yo cierro la puerta, para que nada de esto salga. —Lucia no tenía el valor de decirle que cerrando o no la puerta afuera era la misma mierda, incluso mucho peor, que solamente no la han experimentado aún.

No quería romper con la ilusión de ese hombre que estaba sacrificándolo todo por su hija.

Lucia, asiente sujetando a Skara alejándola del abrazo de su padre y levantado del suelo ella patalea y grita que hay alguna manera, ella suplica que no la deje sola, que lo necesita. Lucia siente un escalofrío, y siente sus ojos calientes por las lágrimas que quieren amenazarla con salir. Estaba cansada, la mete en la cabina y ella se sube empujándola, pone el seguro al auto, Skara se pasa a la ventana para mirar a su padre, Luz trata de consolarla un poco. El portón negro se abre y ella maneja fuera del circuito.

Lucia aprieta su boca y cierra fuerte sus ojos para tratar de no expresar ninguna emoción.

El portón se cierra tras ellas, y comienza a manejar en silencio vista al frente.

Tras unos minutos solo hay sollozos suaves de Skara.

Manejaron hasta llegar al estacionamiento de Hexside.

Todas bajan desanimadas y saltan la reja de metal, caminan a su paso, ignorando los gruñidos que otro portón tiene guardando a unos metros de ellas, vuelven a subir otro enrejado, caminaron alrededor de una hora, hasta que comenzaron a recordar sus pasos hacia la cabaña, Skara se adelanto entrando por la puerta trasera tirando la mochila en la entrada y corriendo al piso de arriba.

Apenas Wyonna y Amelia entraron, bajando sus mochilas, Wyonna abrazo con fuerza a la de piel pálida, enterrando su cabeza en su cuello, Amelia devuelve el abrazo tratando de mantener firme y derramar sus lágrimas.

Lucia fue ignorada por Luz que se fue al sótano directamente, ella solo suspiro pesadamente y miro a la pareja abrazados, Amelia la miro de cierta forma que Lucia no comprende, pero solo se limito a una sonrisa, para luego encontrarse con Emira a unos pasos suyos, ella de inmediato la tomo de la mano y la encamino apresurada a la enfermería.

Wyonna toma su mentón suavemente, acaricia su rostro y se dan un corto beso, que termina tras unos segundos, Wyonna la vuelve abrazar y se dirige a enfermería y le sugiere hacer lo mismo a Amelia que dice que si, solo pide unos minutos.

Amelia miro la entrada llena de lodo y agua y algo de sangre, y limpio su boca con la manga de su ropa húmeda, y camino a la enfermería.







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N//A: 11859 palabras superra cola nomame cabron me mame, jajajaja ah, ¿les gusto? cuentenmelo en los comentarios, que les parecio :)) casi lloro escribiendo unas cosas pero se me pasaba el sentimiento por mi playlist toda locochona, siqsi.

Me da algo de panico que este capitulo sea tan largo me dan ganar de partirlo en dos.....no lo sé. Creo que puede enganchar al lector a que termine el cap.

En fin si te quedaste con ganas de leer algo mas, te recomiendo pasarte por mis otro fic de The Owl House.

Les prometo que estara actualizado para el lunes??? quizas no lo se, pero si vayan a guardarlo en si biblioteca y de una vez leanlo y denle mucho amor




En fin me despido les quiero mucho a todes, y es mas les regalo un esquite si llegaron al final y lo leyeron todo

Les tkm a todes, se me lavan bien la colita

Byeeee

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