Capítulo 2
Abrieron de golpe sus ojos al escuchar el fuerte timbre, ambos se levantaron con velocidad, Naruto se cayó de la cama aún mareado -de… monios -Itachi con velocidad lo ayudó a levantarse, sonrieron divertidos -¿Estás bien? -el rubio asintió con un puchero -apurémonos o la vieja esa jalara mis orejas de nuevo -el azabache asintió, con prisa comenzaron a tender su cama, tomaron su ropa del closet, salieron siguiendo al resto de los niños que salían de las demás habitaciones corriendo -muevánse bastardas, el agua caliente es para mí -giraron su mirada con sorpresa al ver a una pelimorada pasar con arrogancia entre las chicas, las niñas se hacían a un lado, los chicos corrían aventándolos, ambos pequeños también lo hicieron, entraron a las duchas de hombres -oigan ustedes, son los nuevos, el agua fría les toca, primero somos nosotros -
Un par de bravucones detuvieron a Itachi y Naruto, los pequeños los vieron con molestia -¿Dónde dice que nosostros debemos tomar el agua fría bastardo? -los niños gritaban -pelea pelea pelea pelea -mira nada más, un pequeño estúpido que quiere pasarse de listo, el maldito orfanato nos pertenece, agárrenlos -cuatro niños intentaron tomarlos de los brazos, pero los pequeños nuevos no se dejaron, los esquivaron tratando de evitar los golpes, un niño más grande golpeó el rostro de Naruto, el pequeño se cabreó, se levantó del suelo, se lanzó sobre el mayor -bastardooo -golpeó su rostro, otros dos llegaron, comenzaron a golpear al pequeño. Itachi se deshizo de los chicos que trataban de golpearlo con poca fuerza, no fue necesario más, abrió sus ojos al ver cómo golpeaban al pequeño, pero el rubio no se dejaba, contra los dos se ponía rudo, ya los había golpeado también. Itachi se colocó a su lado para ayudarlo -¿Qué demonios sucede aquí? -abrieron sus ojos bastante todos en el lugar al escuchar la voz de la matrona desde el exterior, negaron con velocidad, comenzaron a correr a las duchas compartiendo regaderas entre los pequeños, se bañaron con velocidad, salieron cambiándose de ropa, tomaron las escobas, limpiaron entre todos el agua, no les convenía que la vieja los atrapara, todos le tenían miedo.
Al salir llegaron al comedor donde nadie hablaba, todos comían la insípida comida en silencio, lo siguiente fue la escuela. Itachi demostraba habilidad para aprender con velocidad, mientras Naruto levantaba un enorme puchero tratando de entender sin querer quedarse atrás, ponía atención, de vez en cuando Itachi lo ayudaba. El timbre del descanso sonó, el maestro salió del lugar, los bravucones de hace unas horas llegaron -arreglaremos ahora mismo lo de hace unas horas, les enseñaré quién manda aquí -el rubio afiló su mirada levantando un puchero, lo apuntó con el dedo -tu no nos vas a mandar bastardo obeso, si quieres pelea, aquí lo arreglamos -los niños comenzaron a rodearlos nuevamente. Una chica se abrió paso con una sonrisa burlona, un séquito de niñas y niños la seguían -kenta ¿qué demonios dijiste? ¿quién demonios manda aquí idiota? -el chico abrió sus ojos bastante -oye, cálmate Anko, sólo quería darles una lección a los nuevos -la chica sonrió con burla, se giró observando al rubio que la retaba, el azabache a su lado apretaba el ceño, estaba un poco delante del pequeño evidentemente defendiéndolo, sonrió con arrogancia -a ver pequeñas sanguijuelas, este maldito orfanato me pertenece -Naruto explotaba de coraje, no se iba a dejar humillar por nadie -no veo tu maldito nombre por ningún lado bruja -abrieron bastante sus ojos con miedo, la chica daba terror. Itachi quería golpear su frente, su compañero era demasiado bravucón, sonrió quedito, le agradaba, parecía un pequeño zorro.
La chica sonrió con maldad, levantó su botella de agua, avanzó hacia el escritorio, derramó el agua sobre el lugar -Kenta, avisa al maestro, el rubio se volvió loco y mojó el escritorio -ambos pequeños abrieron sus ojos bastante, el pequeño rubio sin dudarlo ni un poco, brincó cabreado sobre la chica, nadie lo esperaba -aaaaaahhhh maldita bastarda -ambos comenzaron a rodar por el suelo -deja mi cabello pequeño idiota -ambos rodaban sin dejarse derribar, unas robustas manos jalaron las orejas de ambos, los arrastraron fuera del salón -aaaaaahhhh duele -Anko se aguantaba sabiendo lo que venía, veía aguantarse al chico a su lado del mismo modo que ella. Itachi caminó con velocidad tras los tres siendo sigiloso, la matrona los colocó en el sol hincados en medio del patio, colocó un ladrillo en sus pequeñas manos de ambos -si lo dejan caer, sacaré la maldita bara y los azotaré -ambos asintieron con velocidad, la vieron alejarse del lugar.
-Todo esto es tu maldita culpa idiota -susurró la pelimorada, el rubio levantó un puchero conteniendo sus lágrimas -también es tu culpa, no puedes negarlo bastarda -Anko apretó el ceño, lo vio retándolo, ambos se veían del mismo modo -¿Estás bien? -el rubio giró su mirada suspirando con fastidio más tranquilo, sus ojos aguados se calmaron -gracias Itachi, esa hija de puta obesa me tiene harto, en cuanto di un paso en este lugar mi oreja salió de mi órbita -el azabache suspiró -deberías evitar pelear -el rubio levantó un puchero emberrinchado -no quiero, ese gordo quiso pasarse de listo y esta loca de aquí también-
Anko volteó los ojos con fastidio -hay jerarquías mocoso, este lugar me pertenece, no es personal, desde que nací estoy aquí, así que simplemente me doy mi lugar ¿entienden? -la vieron con cuidado -me agradan, no son tan idiotas como el resto, me llamo Anko ¿cuál es su historia? ¿cómo acabaron en esta cárcel? -el rubio parpadeó, giró su mirada analizando, asintió con una sonrisa más tranquilo -Naruto y él es Itachi -el azabache tenía una gota en la nuca, al parecer tenía que adaptarse a sus cambios de humor, hace un momento estaba peleando, luego el berrinche y ahora sonríe, sonrió quedito -hace unos días nos encontraron en el bosque desmayados y sin memoria, al no tener información sobre nosotros, nos metieron en este lugar -
Anko levantó una ceja con sorpresa al escuchar al de piel nívea -vaya, algún idiota jugó con sus cerebros, malditos hijos de puta -Naruto suspiró con fastidio -¿Cuánto tiempo estaremos aquí? -la pelimorada volteó los ojos -todo el descanso, debes tener cuidado, esa bruja es una maldita, el otro día un estúpido robó un pan de la cocina, lo atraparon, le dejó la espalda abierta por los azotes, no es un juego -el rubio abrió sus gemas bastante, Itachi apretó el ceño, suspiró con fastidio -entiendo ¿cómo se sale de este lugar? -Anko negó al azabache -no hay forma de escapar, he intentado todo, sólo hay dos opciones y es salir por esa puerta por las buenas -apuntó con la mirada la entrada del orfanato -la primera, esperas a los dieciséis años enlistándote a la academia civil o a los seis años enlistándote a la academia shinobi, la mayoría se va por esta opción, por las mañanas vamos a la academia y en las noches regresamos al orfanato a dormir y cenar, a los trece años en cuanto ganen dinero como gennin se pueden ir, es un respiro para todos; el lado malo, te puedes morir en una misión o si hay guerra, no hay opción más que entrar -ambos escuchaban con cuidado, azules y negros se veían analizando las opciones, recordaron las palabras del médico que los atendió.
Itachi giró su mirada hacia la chica queriendo escuchar -¿Qué harás? -Anko sonrió con arrogancia -salir de este maldito orfanato, quiero ser kunoichi y partir pelotas -los tres sonrieron quedito. Naruto suspiró con cansancio -no esperaré a tener dieciséis años y salir de esta maldita cárcel Itachi, recuerdo que el doctor dijo que no lo hicieramos, pero no estaré mucho aquí ¿qué harás tú? -el azabache vio al rubio con cuidado -supongo es la vía rápida -el de piel bronceada asintió. Anko sonrió con diversión -vaya, tienen pelotas, en un año estaremos medio afuera de esta mierda -Naruto levantó un puchero, sonrió con maldad -deberíamos vengarnos de esa vieja, ya me duelen las rodillas y las manos -Anko sonrió de lado, Itachi suspiró quedito -¿Qué propones mocoso? -el rubio levantó un puchero analizando -vi en la alcantarilla fuera de las duchas algunos insectos, tal vez una dieta en base a estos pequeños amiguitos la ponga en su lugar -Anko sonrió con maldad, Itachi sonrió quedito, asintió, la bastarda le había caído mal.
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