Capítulo 18

Itachi abrió sus ojos de golpe, respiraba con ansiedad, su cuerpo temblaba bastante, tuvo un sueño, una pesadilla, dos personas de rodillas dándole la espalda esperaban su muerte "siempre estaré orgulloso de ti… hijo" cerró sus ojos comenzando a llorar ¿él lo había hecho? Naruto abrió sus gemas escuchando los suspiros de su amigo, sin dudarlo se levantó y entró en sus cobijas abrazándolo con fuerza, sobaba su espalda con cariño -¿Qué sucede Ita? -el azabache negó abrazándose con fuerza a su amigo -creo... creo que ya sé… porqué no quiero recordar…-guardó silencio un momento -asesiné a mis padres -Naruto apretó el ceño abrazándolo con fuerza, besó su frente suavemente -te conozco lo suficiente para saber que si lo hiciste, debió existir un motivo importante, eres el chico más bueno y gentil en este mundo Ita -el azabache lo vio con dolor -esa vida quedó atrás, nos están dando una segunda oportunidad de vivir y ser felices, de hacer las cosas bien, debimos haber hecho algo bien en esa vida para obtener esta oportunidad ¿no lo crees? -los onix veían los azules a centímetros, un suave puchero salió de sus labios, unieron sus frentes con cariño rozando su nariz con la otra en un acto cariñoso -sabes que te quiero Ita, me duele verte de esta forma -susurró el rubio con cariño. Itachi suspiró quedito -¿te quedarás a mi lado? ¿no me dejarás solo? -Naruto sonrió lindo, besó su nariz -no te dejaré nunca -ambos se veían con un brillo especial.

-El sol está saliendo, démonos una ducha en la tina para que te calmes ttebayo -el azabache sonrió, ambos se levantaron, sacaron sus ropas con velocidad, entraron en la tina de un brinco, comenzaron a temblar -está fría -Naruto asintió con un puchero -olvidamos prender el fogón -rieron con diversión. Itachi tomó su mano, lo jaló a su lado, hizo sellos de manos, sopló fuego en el agua calentándola con velocidad, llenando todo de vapor, comenzaron a reír con diversión y a aventarse agua. Itachi se puso serio por un momento recordando su sueño, giró su mirada al ver sonreír al rubio, sonrió al verlo de esa forma y al recordar sus palabras, era verdad, estaban juntos, no debía pensar en estupideces, tenían una segunda oportunidad de hacer las cosas bien, se acercó a su lado, por la espalda lo abrazó con fuerza -yo también te quiero Naru -ambos sonrieron con cariño.

….

El tercer kazekage fue raptado, Suna lanzó el primer ataque a Iwa, la tercera guerra mundial shinobi había comenzado. Iwa estaba dispuesta a destruir Konoha pensando que querían inculparlos por el secuestro del Kazekage, consiguió apoyo de Kumo y de kiri, así como se unieron para destruir al Remolino después de la segunda guerra mundial shinobi, pero en esta ocasión, Konoha no iba soportar otra agresión más, estaba pendiente la deuda con su aldea hermana el Remolino y la iban a cobrar en esta guerra. Sumando el hecho de que visiblemente lo del tercer Kazekage era una simple pantalla para iniciar la guerra por parte de Iwa provocando a Suna -como han escuchado, la guerra ha comenzado, nuestro orgullo como nación y shinobis, ha sido herido por múltiples ataques a nuestros equipos en misiones, por la destrucción de la aldea hermana del Remolino, por las provocaciones de Iwa y las estupideces de Kumo y kiri, han bloqueado accesos y puertos comerciales. La seguridad de nuestra gente amada está en riesgo, así que no permitiremos más, protegeremos nuestra tierra, protegeremos a nuestra familia y amigos. Konoha es superior y les haremos saber el porqué -los gritos de los shinobis retumbaban en la aldea con fuerza al escuchar las palabras del tercer Hokage, muchos habían perdido gente amada y amigos en esos pequeños ataques, no más, estaba hartos.

Naruto tomó la mano de Anko y de Itachi, estaba nervioso, no quería perder a su familia, eso ahora incluía además de su equipo, a su generación y a Minato-sensei. Sus amigos correspondieron con los mismos sentimientos. Anko tomó la mano de Kakashi, estaba nerviosa, el peliplata la apretó del mismo modo, tenían miedo, eran niños al final, los cuatro eran huérfanos a diferencia del resto, se tenían a ellos; había llegado el momento por el que los habían entrenado con especial ímpetu, había llegado el momento de defender a su gente, a su hogar, a su nación, era hora de mostrar el tan afamado espíritu de fuego de la aldea oculta entre las hojas.

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