Capítulo 1

Un par de ojos azules se abrían lentamente, su cabeza dolía demasiado, recibió un flash entre luces intensas que lastimaban su cabeza, podía ver imágenes borrosas, apretó su mandíbula tratando de asimilar el dolor y definir que veía, un dolor punzante llegó a su cerebro, levantó sus manos apretando su cabeza con fuerza, no sólo su cabeza dolía, también su cuerpo -es el segundo niño que encontramos en estas condiciones Hokage-sama -el anciano observaba al pequeño sufrir, apretó el ceño con duda, absorbió humo de su pipa profundamente -¿Qué arrojaron los resultados de Yamanaka? -el anbu negó -no hay nada Hokage-sama, ambos pequeños no tienen recuerdo alguno, no hay rastros de jutsus, ni genjutsus, ni rastros de control mental, mi conclusión es que alguien está secuestrando niños y borrando sus memorias, es una lástima, no encontramos nada que los identifique o relacione con alguna familia, no hay registro de niños perdidos con sus características -el pequeño escuchaba algunas voces lejanas, quería vomitar -estamos en tiempos difíciles, pueden ser espías Hiruzen -el Hokage soltó humo de su boca, giró su mirada hacia Mitokado con molestia -nunca han pasado sobre la evaluación de un Yamanaka, no seas paranoico, sólo tienen cinco años  -los ancianos se retaron por unos segundos, el Hokage ignoró a su asesor -cuando estén bien, envíalos al orfanato, no hay más que hacer con ellos, investiga a fondo, puede ser un psicópata quién les hizo esto -el anbu asintió viendo salir a ambos ancianos, unos ónix se abrieron lentamente, giraron hacia el pequeño rubio observando con atención la situación, había escuchado toda la plática, levantó su pequeña mano observando con cuidado su extremidad, aún le dolía, llevaba un día más que el otro niño a su lado, cerró sus ojos apretándolos, tratando de recordar algo, los abrió parpadeando con dificultad, giró su mirada nuevamente hacia el rubio quién lo veía fijamente, azules y ónix se veían con atención.

-¿Qué nos pasó? -el pequeño azabache lo vio con cuidado -no lo sé, escuché que nos encontraron en medio del bosque a las afueras de esta aldea, ¿recuerdas algo? -el rubio veía al niño azabache a su lado con cuidado, cerró sus ojos tratando de recordar enfocándose en esos flashes de hace unos minutos, apretó sus ojos con dolor, las imágenes eran sin sentido y borrosas, iban y venían sin ser claras, negó lentamente sobando sus sienes. El pequeño azabache suspiró con cansancio -lo único que yo recuerdo es mi nombre, Itachi -el rubio vio con seriedad al pequeño en la cama a su lado, giró su cabeza dejándola caer en la almohada, cerró sus ojos un momento, negó lentamente -no recuerdo nada -sus azules se hicieron brillosos, hizo un suave puchero, tenía miedo, no recordaba nada, ni siquiera su nombre venía a él, se sentía temeroso -el azabache apretó el ceño sintiéndose mal, también él tenía miedo, eran dos pequeños niños aún, observó el techo con cuidado -nos llevarán en unos días al orfanato -el pequeño rubio abrió sus ojos con sorpresa, su mirada se hizo aún más triste, esa palabra le causaba angustia, cerró sus ojos tratando de calmarse -será mejor que descansemos, ya es noche, no sabemos qué nos espera mañana -los azules se abrieron lentamente, mordió sus labios conteniendo sus emociones, asintió quedito -entiendo -Itachi lo vio con cuidado, el rubio se veía aún más perdido que él, apretó el ceño con angustia, suspiró con cansancio, cerró sus ojos tratando de dormir, no entendía nada, no sabía el porqué, pero no le agradaba tener dudas, perder el control de sus recuerdos y emociones, reprimió sus sentimientos ignorándolos, comenzó a dormir al igual que el rubio a su lado.

.....

-Te recuperaste rápido niño -el pequeño de piel canela observó al doctor con seriedad, asintió -supongo está bien, la señora de asistencia social llegó por ustedes, no pueden permanecer más en este hospital, cada vez llegan más shinobis, esto huele a guerra, no dudo que en algún tiempo se desate una, deberían alejarse de esta mierda, a los mocosos les entusiasma ser shinobis como si fuera la gran cosa, no saben que condenan sus vidas a la muerte, es lamentable cuántos jóvenes mueren a diario y estás malditas naciones llenas de egoísmo no paran -los pequeños lo veían con seriedad algo nerviosos por la mención de la guerra, el doctor vio sus rostros, sonrió gentil, sobó sus cabellos suavemente -no se metan en problemas, no quiero verlos por aquí otra vez -ambos se dejaron acariciar con agrado, asintieron.

Una señora robusta con el ceño marcado entró, recibió el expediente de ambos pequeños, suspiró con fastidio -muévanse mocosos, no tengo todo el día -ambos caminaron siendo empujados por la mujer, apretaron el ceño con molestia -oiga vieja, eso duele -Itachi abrió sus onix bastante al escuchar al rubio a su lado, había estado bastante callado esos tres días en el hospital, la señora apretó el ceño -¿cómo te atreves? te enseñaré a respetar llegando al orfanato mocoso -Naruto levantó un puchero, ambos caminaban rápido para que no los empujara la señora, un delicioso aroma llegó al pequeño rubio, giró su mirada observando un puesto de comida, sus ojos se abrieron enormes, olía delicioso, observó el letrero de promoción con cuidado, sus azules se abrieron bastante -Naruto -susurró, Itachi giró sus azules con duda -¿Tienes hambre? -negó quedito el pequeño -ese es mi nombre, Naruto -sonrió con emoción el rubio al recordar, el azabache sonrió, ambos sintieron un nuevo empujón, apretaron el ceño cabreados por los modos de la mujer. Al entrar al orfanato la señora tomó de la oreja al rubio -aaaaaahhh -Itachi abrió bastante sus onix -esto te enseñará a tener algo de educación, no se usa la palabra vieja y no me vuelvas a faltar el respeto -el pequeño sintió que podía arrancar su oreja, lo soltó, sus ojos se hicieron aguados, bajó su rostro con dolor, sobaba su oreja suavemente -ahora les mostraré sus habitaciones -Itachi tomó la mano de su compañero, jaló de él suavemente, podía ver que retenía sus lágrimas.

-¿Te sientes bien? -Naruto levantó su rostro con un puchero, negó -me duele -la señora los metió a un cuarto, había dos camas -esta será su nueva habitación, todos los días deben levantarse en cuanto el timbre suene a las siete de la mañana, dejarán su cuarto limpio con velocidad, irán a las duchas y se asearan, a las ocho se desayuna, a las nueve comienzan sus clases, a las tres es la comida y justo después comienzan sus labores de limpieza en el orfanato y sus tareas, cenamos a las siete y a las ocho a dormir, las luces se apagan a esa hora, su ropa está en el closet a su izquierda al igual que sus artículos de uso personal de limpieza, eviten problemas o lo de hoy sólo será un maldito dulce ¿entendieron? -ambos asintieron. El rubio la veía con molestia, su puchero seguía marcado, la señora salió del lugar, ya era noche -maldita vieja -Itachi sonrió quedito -creí que eras callado -Naruto giró sus azules, se dejó caer en la cama con fastidio -no sé, simplemente me salió, creo-

El azabache se sentó en la cama observando el lugar, era gris, las paredes se veían viejas y con espacios sin pintura, se acercó a la ventana gateando sobre la cama, sus onix veían la enorme luna que brillaba con fuerza a través de los barrotes metálicos, bajó su mirada observando el patio del lugar y la enorme barda alrededor del orfanato -parece una cárcel -Naruto giró sus azules con cansancio -lo es, acostúmbrate -Itachi lo vio con cuidado -¿hablas como si ya hubieras estado aquí? -el rubio lo vio con duda, levantó sus hombros restando importancia -no recuerdo, tal vez ya estuve en otro orfanato, este lugar me es algo familiar -el azabache lo vio con cuidado analizando -tal vez somos huérfanos -el de gemas azules suspiró con tristeza -este lugar me hace sentir tristeza y soledad, se siente frío -Itachi lo escuchaba con cuidado, se dejó caer en la cama preguntándose ¿qué les había pasado? ¿Cómo habían llegado a ese lugar? ¿por qué no recordaba nada? -¿no tienes curiosidad? -Naruto giró su mirada al pequeño azabache -supongo, pero mi cerebro duele cada que quiero recordar -Itachi parpadeó analizando -también el mío ¿crees que nos hayan usado como experimento? -el azabache escuchó al rubio, suspiró quedito, él también se lo había preguntado -tal vez -el rubio sonrió -tal vez me salgan alas o garras en un futuro -Itachi sonrió quedito -o nos salga baba como a los caracoles -Naruto rio divertido, ambos perdieron la sonrisa lentamente -¿y si tenemos familia y nos están buscando? -el rubio escuchó al azabache, suspiró haciéndose bolitas, esa pregunta hacía que su corazón doliera, giró su cuerpo hacia la pared -lo dudo bastante -el azabache lo vio con cuidado, suspiró con cansancio y dolor, su corazón dolía también -supongo es así, ambos cerraron sus ojos perdiéndose en sus sueños.

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