Capitulo II
Historia de mi completa autoría todos los derechos reservados. Imágenes y personajes no me pertenecen todos los derechos a sus respectivos autores.
“Los viajes concluyen . . . Cuando los amantes se encuentran.”
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Kagome estaba ansiosa y feliz. Su abuela hizo magia con una tela que guardaba para una ocasión especial, era de un matiz que resaltaba el color del cielo de sus ojos, los cuáles brillaban cuál estrellas . . . Hoy lo conocería. Ese día por la mañana llegó un gran ramo de rosas negras con una tarjeta firmada con las iniciales S.V. y unas palabras escritas con una letra exquisita.
« Para la luna más hermosa. »
Kagome extasiada las olía, entonces recordó algo importante. . . No sabía el nombre de su amigo, ¿cómo pudo tener tal descuido y falta de respeto? Hoy, en cuanto lo viera le pediría disculpas.
El vestido quedó precioso, con escote en forma de corazón, los brazos descubiertos, con la caída natural de la tela la hermosa figura de Kagome se definía con una cauda larga que daba forma al vestido en la parte baja, un chal a juego y maquillaje natural . . . Estaba hermosa. Tomó el antifaz que le cubriría la mitad del rostro, el cuál, curiosamente venía con el obsequio de las rosas, ¡era tan hermoso! tenía un diseño intrincado de rosas negras. Se lo colocó sintiendo un escalofrío de ansiedad, suspiro profundamente . . . Estaba lista. Sus amigas gritaban de emoción al verse, esa noche todas conseguirían pareja, era el mejor día de los enamorados que pasarían juntas por vez primera.
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El gimnasio fué adornado con colores rojo y blanco, ramos de rosas rojas por doquier, listones en forma de moños y corazones. Bastante cursi pero, ¿qué podía esperarse en un San Valentín, día del amor y la amistad? Sango fué la primera en bajar, su vestido rojo sangre contrastaba con su blanca piel y su cabello castaño, pegado en el torso con caída en U sus bonitas piernas al descubierto, Ayame en un vestido verde esmeralda, combinaba con sus vivaces ojos del mismo color, el vestido era corto con pequeños olanes, strapless, hombros descubiertos y su cabello rojo suelto. Las tres estaban irreconocibles. En cuanto entraron al gimnasio, dos chicos se acercaron a Sango y Ayame pidiendo permiso para que llevaran su corsage. Kagome en la entrada, se quedó embobada mirando a un chico muy, muy alto, de cabello muy rubio quizás, las luces cambiantes no le dejaban distinguir el color exacto, con un traje obscuro y ojos . . . de un color indefinido, que parecían refulgir en la semi oscuridad, y no dejaba de mirarla. Pero lo que más llamo su atención fué . . . Su antifaz. ¡Combinaba con el suyo! y parecía comunicárse con sólo mirarla . . .
« Veniste . . . mi luna. Te ves, hermosa»
Kagome respiraba con agitación en tanto él se acercaba cada vez más a ella .
« Gracias . . . Eres . . . Mucho más guapo de lo que imaginaba. »
Contestó en su mente sin pensar realmente si era su imaginación lo que sucedía.
~ ¿Te lo parezco?
La profunda y grave voz que le contesto, le erizo la piel de la nuca. ¿¡En serio la escucho!? Oh Dios!, su voz era . . . Cómo si le acariciara los sentidos. Era tan alto que, kagome tenía que mirarlo hacia arriba. Su percepción fué cierta, en verdad era imponente, se percató de que le había colocado algo en la muñeca, volteó a mirar que era. Un precioso corsage de rosas negras adornaba su muñeca! Era muy bello. Tal como siempre le gustaron desde el día en que le obsequio la primera.
~ Son preciosas! . . . Y tú . . . Eres muy alto!
Su sonrisa la cautivó, definitivamente ¡no se la creía! Increíble que hubiera podido atraer la atención de este chico tan hermoso. Su antifaz casi le cubría la totalidad del rostro salvó por el mentón y parte de la mejilla izquierda. Él la tomó de la mano para darle un beso en el dorso . . . Chispas saltaron en cuanto la tocó. kagome dejó de respirar por un momento ante la fuerza de aquello que agitó las aves que no sabía que tenía en su estómago.
~ Eres muy amable, pequeña Luna. Y ahora que ya nos conocemos, te diré mi nombre . . . En cuanto bailemos la primera pieza.
Ésto último se lo dijo al oído, Kagome sentía sus piernas de gelatina. Le ofreció su brazo al cual enlazó su pequeña mano. Kagome estaba segura que era un sueño, un sueño del cuál no quería despertar. La tomó de la cintura y comenzó el primer baile, tomándola por sorpresa en cuanto la pego a su cuerpo y se inclinó para susurrarle al oído.
~ Soy real . . . Tan real cómo tus pensamientos. Me llamo Sesshomaru .
Sango y Ayame esperaban a Kagome para bailar todas juntas, pensaron que había ido al tocador . . . se quedaron petrificadas ante lo que sus ojos veían. Su pequeña amiga, bailaba con un desconocido guapísimo de altura descomunal, probablemente era jugador de basket ball. ¿¡Cuándo y donde lo conoció!? Kagome tendría que darles muchas explicaciones, ése hombre era bellísimo! e inexplicablemente se veía que se complementaban a la perfección. No faltaron las burlas y las palabras cargadas de envidia de muchas de las chicas del club de porristas, todas mayores que ellas.
~ Ya viste a la mustia e insignificante de la nerd!?
~ Por supuesto! Y nada menos que con nuestro jefe de grupo y capitán del equipo, Sesshomaru Valerius. Yo creí que Sara lo había invitado.
~ Pues al parecer no aceptó. Mírala cómo se retuerce de coraje.
El grupo de chicas miraban a una despampanante mujer enfundada en un vestido negro pegado al cuerpo de curvas voluptuosas, sus ojos grises destellaban de rabia hacía la pequeña mujer en brazos del adonis.
Sango y Ayame cruzaron miradas, habría problemas y no estaban dispuestas a permitir que le hicieran daño a su pequeña amiga. La orugüita, cómo cariñosamente le decían, muy recientemente había salido de su crisálida, nadie le pondría una mano encima. Terminó la pieza comenzando una música rápida, la voz de BTS se dejó escuchar inundando el lugar.
Sesshomaru se encaminó con Kagome a la parte menos ruidosa del lugar.
~ ¿Tienes sed?
Pregunto sin soltarla de la mano con la cuál la tenía entrelazada. Kagome con una gran sonrisa radiante, asintió.
~ Voy a traerte un ponche, ¿o prefieres un refresco?
~ No. El ponche está bien, creo que hay demasiado humo.
Él sonrió de lado y le beso la mano antes de ir por lo que pidió.
~ No te muevas de aquí pequeña Luna . . . hoy, eres sólo para mí.
Y se alejó dejando a una sonrojada y feliz Kagome. Ni en sus más locos sueños pensó atraer la atención de un chico como ése . . . Aún no le decía de dónde era y que carrera cursaba. Estaba revisando su corsage el cuál le seguía llamando mucho la atención, cuando una voz a sus espaldas la hizo sobresaltar. Una mujer alta y curvilínea la cuál sabía era la líder del club de porristas, la miraba de arriba abajo con desprecio, como si fuera una cucaracha a la que debía aplastar
~ Cuándo te invitó Sesshomaru . . . niñita insignificante. ¿De dónde lo conoces?
Kagome la miro con recelo y algo temerosa, ya le parecía extraño que nadie viniera a reclamar, lo que al parecer, está mujer creía le pertenecía.
~ Somos . . . amigos, desde hace tiempo. Y me invitó hace dos semanas. ¿Por qué?
La chica la miro como si se hubiera vuelto loca. Nadie le hablaba de esa manera ¡Todos sabían quién era ella! La chica más bonita y popular de la escuela, ¡ésta estúpida no sabía con quién se había metido!
~ ¡Escúchame, niña tonta! Sesshomaru no es para tí. Ni siquiera se que hace contigo. ¡así que aléjate!
Y la tomó con brusquedad del brazo para jalarla. Ayame y Sango ya se disponían a tomarla por los pelos, pero se detuvieron cuando escucharon al chico que tomaba con inusitada rapidez la mano de la engreída tipa retirándola con brusquedad del brazo de kagome.
~ ¡No vuelvas a tocar a mi novia Sara! Te lo advierto . . . aléjate o lo lamentaras.
La chica con visible dolor pues él la tenía fuertemente tomada de la muñeca, Lo miraba con súplica e incredulidad ante cada palabra dicha con lentitud pero que prometía castigo y el infierno mismo.
~ Pero! . . . Pero . . . ¡Ella dijo que sólo son amigos!
Sesshomaru se acercó sin dejar de mirárla con un brillo asesino en sus cambiantes pupilas, y le dijo al al oído, su aliento caliente hizo que se le erizarán todos los bellos del cuerpo además de sentir un escalofrío de miedo y placer terrorífico . . . ¿¡Lo deseaba a pesar de que la lastimaba!? Si! . . .La estaba amenazando y ella se derretía de dolor y placer. . . estaba caliente.
~ No tengo por qué darte explicaciones de mis actos, pero no lo repetiré de nuevo . . . Aléjate de ella.
Y la acercó para que lo mirara directo a los ojos, los cuáles refulgian de ira y su color dorado se vió rodeado de rojo sangre. La chica sintió que moría de calor, placer . . . y un espeluznante terror . . . Un miedo que le heló la sangre, y se desplomó. Sesshomaru la dejó caer dirigiendose a Kagome quien sobándose la muñeca no daba crédito a lo que acababa de ver. ¡La dejó ahí! ¿Qué fué lo que le dijo para que se desmayara?
~ Sesshomaru!? . . .
~ Vámonos de aquí, pequeña Luna. ¿Quieres ver algo más interesante?
Con gentileza la tomó de la mano alejándola de la gente que rodeaba a la chica desmayada en el piso, las amigas de Kagome no daban crédito a lo ocurrido. Pero les gustó que la defendiera a ella, aún así, ese chico . . . Ahora que lo miraron más de cerca, Tenía algo, que daba escalofríos y a la vez te llenaba de pensamientos pecaminosos. Debían cuidar a la orugüita. Cuando por fin pudieron habrirse paso entre la gente, él ya salía con ella por la puerta principal, para luego subirla a un auto deportivo perdiéndose en la noche. Los chicos con los que estaban fueron tras ellas y uno de ellos hizo un comentario que helo la sangre de las chicas.
~ ¿Por qué el capitán le regaló un corsage de rosas de la muerte a su amiga? Saben, es la primera vez que ese compa se interesa en una chica. Sara se la ha pasado tras él desde que iniciamos los cursos, prácticamente se le ofreció muchas veces. Pero nadie entendía que pasaba con él, nunca tuvo novia ni salió con nadie . . . Desde el accidente, cambio aún más.
~ Sí, es cierto! Donde muchos resultaron heridos e incluso hubo muertos, era un viaje de los equipos de competición de basket, vóleibol, americano y porristas. Valerius resultó el menos herido, pero su rostro . . . Le quedó una fea cicatriz que le recorre desde la ceja pasando por el ojo derecho hasta la mitad del pómulo. Al principio se veía bastante deforme . . . pero ahora, sólo es una línea delgada casi imperceptible, muy extraño.
Sango lo tomó del brazo, lo que le interesaba era saber que era eso de las flores de la muerte.
~ . . . ¿Porqué, dices que son rosas de la muerte?
~ Eh? Ah, si. . . Bueno . . . en la clase de botánica nos explicaron que en la antigüedad se consideraba una sentencia de muerte para cualquiera que la recibiera. Debían ser siete rosas al principio, una cada semana y al final una docena. . . Y a la semana moría quien las recibía. Fué en los tiempos de Alejandro magno cuando visitó los jardines de Babilonia dónde las cultivaban de manera . . . Algo Siniestra. Según registros, la flor sólo podía ser cultivada en huesos de más de 500 siglos y regadas con . . . Sangre. Bastante terrorífico pero, eran sólo leyendas.
La mirada asustada de las chicas hizo que el muchacho les sonriera apenado, y levantando las manos trató de minimizar lo loco del relato.
~ Lo sé! Lo sé, parece algo, muy bárbaro. Pero son leyendas! No creo . . .
~ Ya mejor cállate.
Lo silencio el otro chico.
~ Miren, son leyendas. El maestro de química nos dijo que existe una manera de cambiar el color de una flor, con tinta . . . Valerius es algo extraño, pero no está loco. Además, ¿creen que el interes por su amiga es por dinero? El tipo es más rico que Dios! bueno, es una expresión. Ella le gusta, y lo acabamos de ver, sólo un hombre enamorado defiende a una chica del modo en que él lo hizo.
Sango tenía un sentimiento de opresión en el pecho, si algo le pasaba a su amiga por no impedir que se la llevara ese chico, jamás se lo perdonaría. Estaba tan feliz . . . Nunca la vieron interactuar con un chico antes, y éste tipo . . . no era cualquier chico! De igual manera Le llamarían para saber a dónde fué y si regresaría a la fiesta, debían llegar a casa todas juntas si no querían que la mamá de kag no volviera a confiar en ellas. Demonios! ¿Porqué su amiga jamás les contó de su cita? se conocían era un hecho, ¿desde cuándo? No lo sabía, pero estaba segura de que kagome no se iría con un desconocido tan fácilmente sin conocerle de tiempo, éso, las tranquilizó un poco.
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Kagome estaba maravillada ante la vista del cielo estrellado en aquel mirador al que jamás había ido. Escucho que muchos de los enamorados de la escuela y de la ciudad iban a ese lugar a declararse, e incluso a proponer matrimonio . . . ¡Ay Dios! Su estómago ya retumbaba con los pájaros que revoloteaban sin control. . . ¿¡Acaso!?
Su atención fué traída de sus pensamientos pecaminosos ante la voz hipnótica de aquel chico que le atraía mucho. ¡Por dios! Estaba flotando de felicidad ante la loca perspectiva de que aquella cita terminara . . . En algo más.
~ ¿Te gusta pequeña Luna? Siempre fué mi intención traerte aquí. . . Desde que te conocí.
Kagome con las mejillas arreboladas y el corazón palpitando al mil, asíntio. Por una vez en mucho tiempo, supo lo que era un sentimiento de verdad.
Sesshomaru la tomó del rostro para elevarlo mirándola fijamente, la tomó por la cintura subiendola sin esfuerzo al capó del auto, le separó con delicadeza las piernas para hacerse lugar entre ellas. Sin prisa, volvió a tomarla del mentón, sus hipnóticos ojos dorados no dejaron de mirarla hasta que sus bocas se unieron en un beso. Luces cayeron del firmamento, por unos leves segundos, una lluvia de estrellas iluminó el cielo, y luego . . . Un fenómeno extrañamente imprevisto. Un eclipse lunar sin precedentes que hacía muchísimos siglos no se veía, comenzó . . . Luna roja, para luego oscurecerse por completo. Jacken, quien regaba por última vez las flores, miraba con regocijo el fenómeno en tanto se cumplía lo profetizado por su señora.
«Es el tiempo, todo está sucediendo tal como se esperaba, ahora a prepararlo todo, mi amo llegará con ella en cualquier momento.»
El beso pareció durar una eternidad, kagome sentía que volaba, literalmente, además de sentir que la invadia ese algo que le quemaba y amenazaba con consumirla desde dentro. . . Y no tenía miedo. Había algo que la instaba a fundirse con él, quería . . . Cosas que ni ella se explicaba. Levantó los brazos y los cruzó en su cuello atrayendolo más hacía ella, Sesshomaru la apretó por la cintura, buscando profundizar el beso para probar su dulce Interior, y el sabor de su sangre que lo llamaba y atraía como un imán. Ella separó los labios y él pudo explorarla a su antojo, mordisqueo su labio abriendo una herida por la cuál manaba el líquido que lo llevaba a la gloria, llenandole de éxtasis, ella era exquisitamente adictiva. Kagome jadeó separando su boca buscando el oxígeno . . . Sesshomaru la dejó tomar aire y volvío a apoderarse de sus labios. Una llamarada se encendió en su cuerpo, cómo una hoguera grande, que consumía todo a su paso y aún así . . . Deseas quemarte en ella. Estaba lista.
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El viaje a la mansión fué como un sueño, se quedó dormida. Cuando finalmente se dió cuenta . . . Estaba en una enorme cama con doseles, cubierta de pétalos de rosas negras. Recostada en sábanas de seda roja y Sesshomaru a sus pies, quitaba sus zapatos, luego sus medias. Sus dedos la recorrían con la suavidad de un pétalo y lo ardiente de una braza. Sus ojos de oro parecían refulgir en la oscuridad manteniendo su mirada hipnótica sobre ella, que jadeaba y gemía excitada y expectante. Sesshomaru besó su vientre por sobre las bragas, su ropa yacía en la alfombra y ni siquiera recordaba el momento exacto en que la retiro de su cuerpo.. . Sus labios calientes . . . su cuerpo ardiendo . . . y su boca que pedía beber del néctar lujurioso de la suya. Estaba por entregarse al amor de su vida, a quien siempre esperó sin saberlo.
CONTINUARÁ . . .
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