*capítulo 8*


-¿Dónde estoy...?

T/n abrió los ojos, encontrándose en un vasto salón blanco. No había puertas, ventanas ni sombras. Solo el resplandor cegador de aquel espacio infinito. Frente a él, se erguía un trono dorado, majestuoso y solitario. Un escalofrío recorrió su espalda. No era la primera vez que despertaba ahí.

En la realidad...

-¡T/n, reacciona! -La voz de Kurumi era desesperada.

El cuerpo de T/n yacía en el suelo, con venas ennegrecidas expandiéndose como grietas bajo su piel. Su respiración era irregular, y entre sus labios se escapaban susurros ininteligibles. Kurumi sostenía su rostro entre sus manos, sintiendo cómo la sangre caliente se deslizaba entre sus dedos.

-¡T/n, dime algo! -insistió, con una mezcla de furia y angustia.

De vuelta en el "sueño"...

-Esto no es real... -murmuró T/n, sin apartar la vista del trono.

-Te equivocas -respondió una voz femenina, con un tono divertido-. Esto es más real de lo que crees.

T/n se giró y se encontró con una joven de cabellos castaños y ojos redondos que reflejaban una mezcla de amabilidad y calma.

-¿Quién eres? -preguntó él, con cautela.

-Sawa -dijo ella con una sonrisa ladeada-. Y no te preocupes, esta vez no te haré daño... O quizás sí.

T/n frunció el ceño.

-¿Sabes dónde estamos?

-Tu conciencia ha sido absorbida por la espada blanca -dijo, con un deje de ironía-. Aunque, en realidad, no es una espada.

-¿Por qué?

Sawa inclinó la cabeza, observándolo con curiosidad.

-Digamos que en la vida real no estás en la mejor condición... Estás más muerto que vivo.

T/n sintió un escalofrío.

-¿Ocurrió algo malo?

Sawa soltó una carcajada.

-¡Te lo acabo de decir! ¡Estás al borde de la muerte! ¿No es obvio? Pero bueno, si necesitas más detalles... Absorbiste una fracción del poder de Kurumi y tu frágil cuerpo humano casi no lo soporta sabes los humanos como tú y yo somos más delicados.

-Mi cuerpo... -susurró T/n.

-Sí, eres un humano, después de todo. No puedes manejar ese nivel de poder sin consecuencias.

T/n se llevó una mano al pecho, sintiendo un latido errático.

-¿Cómo regreso?

Sawa sonrió con picardía.

-Me tienes que matar.

-...De acuerdo.

T/n adoptó una postura de combate, pero antes de que pudiera atacar, Sawa alzó las manos con una risa nerviosa.

-¡Espera, espera! Era una broma. Te devolveré, pero primero necesito explicarte algunas cosas.

T/n suspiró.

-Está bien... Perdón.

-Seré rápida -dijo Sawa, cruzándose de brazos-. Primero, cuando despiertes, debes pedirle disculpas a Kurumi por lo que le dijiste antes.

-Lo haré.

-Segundo, no uses todo el poder hasta que aprendas a controlarlo... o explotarás.

-¿Explotar...?

-Exacto. Hoy perdiste el control, y ese poder nació de tu odio hacia Kurumi. No olvides eso. Si lo usas cerca de ella sin dominarlo, podría ocurrir algo terrible.

T/n tragó saliva y asintió.

-Lo recordaré.

-Y por último... si alguna vez necesitas regresar aquí, solo desmáyate. Parece que así funciona.

-Curiosa forma de viajar... -comentó T/n.

Sawa se encogió de hombros y luego lo miró con una sonrisa traviesa.

-Por cierto... ¡Asegúrate de tener muchos hijitos con Kurumi!

-¡¿Qué?! -T/n se sonrojó violentamente.

-Solo bromeo o no?~.

T/n suspiró, pero luego su expresión cambió.

-¿Cómo vuelvo?

Sawa ladeó la cabeza.

-Pues... no lo sé exactamente.

El tiempo transcurrió en un incómodo silencio hasta que el cuerpo de T/n comenzó a cambiar de color. Su silueta se difuminó en una estela blanca hasta desaparecer por completo.

Sawa observó el espacio vacío que dejó y sonrió.

-Bien... allá va.

Pero no estaban solas.

Desde la penumbra, unos labios curvados en una sonrisa sádica se dejaron entrever. La voz que emergió era fría y encantadora.

-Fufufu...

Era...

-Queen.

Sawa giró lentamente hacia la figura oculta.

-No sé qué planeas, pero sabes que algún día escaparemos de aquí.

Sawa sonrió con suficiencia.

-Quizás sí... o quizás no, Sigues atrapada en un simple humano.

Queen se burló como si no le importará

-Di lo que quieras, pero mientras estés aquí, solo eres una molestia.

Queen entrecerró los ojos.

-Recuerda... mientras yo exista, Lucifugus no te pertenecerá por completo.

Sawa suspiró.

-Sí, lo sé. Solo poseo una pequeña parte. Pero si alguna vez deseas sobrevivir, también tendrás que cederle tu poder a T/n.

-¿Y por qué haría eso?

Sawa sonrió con malicia.

-Porque si él muere... nosotras también.

El silencio cayó como un manto sobre ambas.

-Nuestras almas están atadas.

En la realidad...

T/n despertó en una cama, sintiendo un punzante dolor de cabeza. Se llevó una mano a la frente y gruñó.

-Duele...

Pero no estaba solo.

Kurumi dormía a su lado, recargada contra él. Su respiración era tranquila, y su expresión serena contrastaba con su usual actitud enigmática.

T/n la observó en silencio.

-Se ve... tierna cuando duerme.

Acarició suavemente un mechón de su cabello.

Por ahora, la tormenta había pasado.

Un suave murmullo rompió el silencio.

-Mmm...

Kurumi comenzó a moverse lentamente, sus pestañas temblando mientras sus ojos intentaban abrirse. T/n la observó en silencio, sin moverse demasiado. Su respiración era tranquila, aunque su corazón latía con fuerza al ver cómo ella despertaba.

Los ojos dorado y rojode Kurumi parpadearon, aún nublados por el sueño, hasta que finalmente se enfocaron en él.

-¿T/n...?

Su voz sonó suave, casi frágil, como si dudara de lo que veía.

-Hola -respondió él, con una pequeña sonrisa.

Kurumi frunció ligeramente el ceño y, como si de pronto recordara algo, bajó la mirada. Sus manos se apretaron sobre las sábanas, y un suspiro tembloroso escapó de sus labios.

-Lo siento... -susurró-. No te volveré a hacer daño...

T/n la miró con sorpresa.

-¿Kurumi?

-Lo lamento... -continuó ella, con un hilo de voz-. Tú siempre me tratas bien y yo... yo solo te lastimo.

Su tono era diferente, sin la picardía habitual. Sus palabras parecían dolerle más a ella que a él.

-Espero que ya no estés enojado... -dijo, con una sonrisa triste-. Te prometo que cambiaré.

T/n sintió una punzada en el pecho.

(¿Le dije cosas tan terribles...? ¿Qué pasó antes de que perdiera el control?)

El silencio pesó entre ambos. Kurumi no levantaba la mirada, como si esperara que él la rechazara, que le dijera que ya no quería verla.

Pero en lugar de palabras, T/n llevó su mano a su cabeza y comenzó a acariciar suavemente sus cabellos oscuros.

Kurumi se tensó al sentir su contacto inesperado, pero no se apartó. Al contrario, cerró los ojos y dejó escapar un suspiro sutil.

-Kurumi... -murmuró él.

Ella no respondió, solo se quedó quieta, como si temiera que el momento terminara demasiado pronto.

-A mí me gusta mucho cómo eres -continuó T/n con suavidad-. No quiero que cambies por nada.

Kurumi abrió lentamente los ojos, observándolo con asombro.

-Recuerda que te aceptaré sin importar qué... porque tú me aceptaste tal como soy.

Un leve rubor apareció en sus mejillas. Desvió la mirada con un puchero infantil y murmuró:

-T/n... tontito.

Él sonrió con ternura y siguió acariciando su cabello, sintiendo cómo ella se relajaba poco a poco.

-No importa lo que pase. Mientras esté con vida, puedes estar segura de que siempre estaré a tu lado.

Kurumi entrecerró los ojos y apoyó su frente contra su hombro.

-Gracias... -susurró.

Se quedaron así por un momento, disfrutando de la cercanía, hasta que T/n suspiró.

-Pero... hay algo que sí quisiera pedirte.

Kurumi levantó la cabeza levemente para mirarlo.

-¿Qué cosa?

T/n hizo una mueca y señaló su propio pecho con un gesto exagerado de sufrimiento.

-Ya no más balas en mi interior, por favor... Duele mucho.

Kurumi lo miró en silencio por unos segundos... y luego sonrió.

-Mmm... está bien, no volveré a lastimarte... salvo en la cama, fufufu~.

T/n parpadeó varias veces y, al procesar sus palabras, se sonrojó de inmediato.

-¡¿Q-qué?!

Kurumi rió suavemente, tapándose la boca con una mano.

-Nee, nee~ no te pongas tan nervioso. Solo bromeo~.

T/n suspiró y desvió la mirada, aún sintiendo el calor en sus mejillas.

-Qué chistosa...

Kurumi ladeó la cabeza y lo miró con una sonrisa tranquila.

-Entonces dime, T/n... ¿qué más necesitas de mí?

T/n tomó aire y la miró con seriedad.

-Quiero que me ayudes a controlar mis poderes. Quiero aprender... para protegerte.

Kurumi se separó un poco, sorprendida.

-¿Protegerme?

-Sí.

Ella parpadeó un par de veces antes de soltar una risa baja y divertida.

-No necesito que me protejas, tonto.

-Pero yo quiero hacerlo. No quiero que nadie te haga daño.

Kurumi lo observó con una expresión que oscilaba entre ternura y diversión.

-Eres un idiota... Pero bueno, ya que lo dices así... te ayudaré.

T/n sonrió con alivio y gratitud.

-Gracias.

Ambos se quedaron mirándose, sin decir nada. Sus ojos hablaban por ellos, en un entendimiento silencioso que parecía envolverlos en su propio mundo.

Kurumi inclinó la cabeza, con una sonrisa juguetona.

-¿Quieres decir algo?

T/n ladeó la cabeza con una sonrisa similar.

-No lo sé... ¿tú quieres decir algo?

Kurumi entrecerró los ojos, acercándose apenas a su rostro.

-Tal vez...

Sus labios se separaron levemente, como si fuera a decir algo más... pero justo en ese momento, una voz chillona interrumpió la atmósfera.

-¡Dueño despertó!

Ambos parpadearon y se giraron al mismo tiempo.

Neko-san saltaba sobre la cama, mirando a T/n con emoción.

Kurumi suspiró con resignación y volvió a apoyar su cabeza en el hombro de T/n, cerrando los ojos con una leve sonrisa.

T/n, por su parte, solo pudo reír suavemente.

El sol abrasador del desierto caía sobre ellos sin piedad. La arena dorada se extendía hasta donde alcanzaba la vista, y el calor era insoportable.

-¡Tengo calor! -se quejó T/n, limpiándose el sudor de la frente.

Antes de que pudiera reaccionar, un balde de agua helada lo empapó por completo.

-¡Oye! -protestó, sacudiéndose como un perro mojado.

Kurumi, que sostenía el balde con una sonrisa inocente, ladeó la cabeza.

-¿No querías refrescarte~?

T/n suspiró, resignado.

-Olvídalo... Mejor dime qué sigue.

Kurumi dejó el balde a un lado y se estiró con pereza.

-Ahora intentemos invocar tu espada.

-¿Cómo?

-Solo deséalo con todas tus fuerzas~.

T/n arqueó una ceja.

-Eso suena demasiado zzz...

Kurumi le dio un leve empujón en la espalda.

-Vamos, intenta.

30 minutos después...

T/n estaba de rodillas sobre la arena, con la frente apoyada en el suelo.

-Lo... estoy... deseando...

A unos metros de él, Kurumi tomaba el sol con una bebida fría en la mano y un parasol que la protegía del calor.

-Vamos, esfuérzate más~ -dijo con tono relajado.

-Haaa... ¡No funciona! -se quejó T/n, cayendo de espaldas sobre la arena.

Kurumi suspiró y bebió un sorbo de su vaso.

-Tal vez se necesita algo más...

T/n se quedó mirando el cielo mientras recuperaba el aliento.

-A todo esto... ¿cuál es su nombre?

Kurumi giró su rostro hacia él.

-¿Nombre?

-Sí, tu reloj se llama Zafkiel, ¿no?

Kurumi inclinó la cabeza, pensativa.

-Mmm... creo que era... Lucifugus.

T/n repitió el nombre en voz baja.

-Lucifugus...

Apenas las palabras salieron de su boca, una fuerte energía estalló a su alrededor. El viento azotó el desierto con fuerza, levantando una cortina de arena y haciendo volar el parasol de Kurumi.

-¡Oh, vaya...! -Kurumi entrecerró los ojos, sorprendida.

Cuando la tormenta de arena se disipó, T/n estaba de pie en el centro del caos. Frente a él, un enorme reloj blanco con alas flotaba en el aire, emitiendo un resplandor cegador.

Su vestimenta había cambiado drásticamente. Ahora llevaba un uniforme militar con detalles dorados y una capa azul oscuro ondeando detrás de él.

T/n miró sus manos y luego a la espada que había aparecido a su lado.

-Me siento... fuerte de nuevo.

Kurumi frunció el ceño, mirando a su alrededor con cautela.

-No es momento de llamar la atención...

Pero T/n no la escuchó. Con emoción, agitó la espada en el aire, dejando tras de sí un rastro de energía blanca.

-¡Esto es genial!

Kurumi se acercó rápidamente.

-Oye, no juegues con eso.

-No te preocupes, solo estoy probando-. T/n apuntó su espada al suelo y disparó un par de balas de energía.

Kurumi abrió los ojos con sorpresa.

-...Eso no se siente como balas normales.

Antes de que pudiera advertirle, unas cuchillas blancas aparecieron en el aire y cayeron en picada.

-¡Cuidado!

T/n sintió un dolor punzante y miró hacia abajo.

-...¿¡Ah!?

Una de las cuchillas había atravesado su pie.

-¡Te dije que te cuidaras! -exclamó Kurumi, llevándose una mano a la frente.

-¡Duele! -se quejó T/n, sosteniéndose la pierna.

Kurumi chasqueó la lengua y extendió su mano.

-Ven, vamos a otro lugar.

Las sombras a su alrededor se alargaron y envolvieron a ambos, transportándolos lejos del desierto.

---

En la cima de un edificio...

Kurumi y T/n aparecieron en la azotea de un rascacielos, con el viento nocturno agitando sus ropas.

-¿Cómo te sientes? -preguntó Kurumi, observándolo con atención.

T/n flexionó los dedos y luego cerró el puño.

-Diferente. Más fuerte que antes.

De repente, una extraña sensación recorrió su cuerpo. Algo frío y viscoso emergió de la sombra a sus pies. Antes de que pudiera reaccionar, unas manos espectrales lo sujetaron y lo arrojaron fuera del edificio.

-¡T/n! -gritó Kurumi.

El viento rugió en sus oídos mientras caía en picada.

-¡Mierda!

Su caída terminó con un estruendoso impacto contra el techo de un automóvil, dejando un cráter en el asfalto.

Kurumi apareció a su lado en cuestión de segundos.

-¿Estás bien?

T/n gimió de dolor y se sujetó las costillas.

-Creo que me rompí algo...

Kurumi se cruzó de brazos.

T/n intentó levantarse con dificultad.

-Duele, pero es soportable...

Kurumi suspiró.

-Bien. Volvamos.

---

De vuelta en el edificio...

Kurumi se apoyó en una barandilla y miró a T/n.

-Ahora regresa a la normalidad.

-¿Cómo hago eso?

-Mmm... no lo sé.

T/n la miró incrédulo.

-¿¡Cómo que no lo sabes!?

-La última vez te desmayaste. Tal vez si te golpeo...

-Espera, espera... ¿eso no es demasiado drástico?

Pero antes de que pudiera protestar más, Kurumi alzó su arma y lo golpeó en la cara.

-¡A.U! -se quejó T/n, llevándose la mano a la mejilla.

Kurumi miró su arma, que ahora estaba rota en dos.

-Oh... tal vez usé más fuerza de la necesaria.

T/n la miró con incredulidad.

-¡¿Me acabas de romper la cara?!

-No seas exagerado~.

De repente, un clon de Kurumi apareció.

-Oye, ya vienen.

T/n parpadeó.

-¿Qué pasó?

Kurumi frunció el ceño.

-Tendrás que pedir ayuda a alguien más... y rápido.

-¿No puedes regresar el tiempo?

-Puedo intentarlo, pero dudo que funcione.

-Hazlo.

Kurumi levantó su arma.

-Zafkiel...

Un disparo resonó. T/n sintió cómo su cuerpo se estremecía antes de que su visión se tornara borrosa.

Cuando recuperó la claridad, estaba de vuelta en su ropa normal.

Kurumi lo observó con los brazos cruzados.

-Bueno... parece que funcionó.

T/n se tocó la cabeza.

-Me siento débil otra vez...

---

20 minutos después...

T/n estaba recostado en un sofá, con vendas en la cara.

Neko-san se acercó con un vaso de agua.

-¡T/n, toma!

Él lo recibió con una débil sonrisa.

-Gracias...

Kurumi lo observaba en silencio, hasta que de repente... desapareció.

T/n parpadeó.

-...¿Kurumi?

La tranquilidad en la sala fue interrumpida por un golpe en la puerta.

-Toc, toc.

Neko-san, que estaba sentado en el respaldo del sofá, ladeó las orejas.

-¡Yo abro!

Saltó del mueble y corrió hacia la puerta, moviendo la cola con curiosidad. Al abrirla, se encontró con un rostro familiar.

-Hola -saludó Shido con una leve sonrisa-. ¿Está T/n aquí?

Neko-san asintió.

-Sí, se está recuperando.

Shido frunció el ceño.

-¿Recuperando de qué?

Neko-san miró hacia el interior de la casa y luego volvió la vista hacia él.

-De una pelea muy intensa...

Al escuchar eso, la expresión de Shido cambió. Recordó vívidamente el momento en que Kurumi había atacado a T/n.

-Quiero verlo.

-Claro, pasa.

---

En la sala

T/n estaba recostado en el sofá, con varias vendas en el rostro y sosteniendo un vaso de agua. Cuando vio a Shido entrar, levantó una mano en señal de saludo.

-Hey, Shido.

Shido cruzó los brazos y lo miró con desaprobación.

-¿Dónde demonios te metiste? Nos tenías preocupados.

T/n se encogió de hombros.

-Digamos que tuve... algunos contratiempos.

Shido lo miró fijamente.

-Fuiste detrás de Kurumi, ¿verdad?

T/n soltó una risa nerviosa.

-Jeje... puede ser.

-¿Y qué pasó?

-Llegamos a un acuerdo.

Shido entrecerró los ojos.

-¿Un acuerdo... o una pelea?

-No, no, nada de eso.

Shido suspiró, pero antes de que pudiera decir algo más, recordó lo que Neko-san había mencionado sobre la pelea.

-Espera... pero tu amiga me dijo que-

T/n lo interrumpió rápidamente.

-¡Está loca, no le hagas caso!

Shido lo miró con incredulidad.

-Ajá... y dime, ¿cuál fue exactamente ese "acuerdo"?

T/n bebió un sorbo de agua antes de responder.

-Yo no me meto en su vida... y ella no ará nada.

Shido arqueó una ceja.

-¿"ará"? ¿Entiendes lo que acabas de decir? Eso suena como si estuvieras esperando que hiciera algo.

-Detalles, detalles...

Shido suspiró otra vez y se masajeó las sienas.

-Pero ella te atacó.

-Sí, y no es la primera vez que nos encontramos.

-Aún así, no lo sé...

T/n sonrió de lado.

-Tranquilo, no me voy a morir tan fácil.

Shido se quedó en silencio por un momento antes de recordar por qué había venido en primer lugar.

-Bueno, dejando eso de lado... tengo algo importante que decirte.

T/n lo miró con sospecha.

-¿Qué cosa?

Shido se aclaró la garganta.

-¿Quieres salir con una chica?

T/n no tardó ni un segundo en responder.

-No.

-Solo será por un día, es que mi hermana... le dijo a sus amigas que tenía novio y-

-Ah, ¿tu hermana? La de pelo rojo, entonces sí.

-No, no, no es Kotori -corrigió rápidamente Shido-. Es otra... se llama Shiori.

T/n lo miró con aún más sospecha.

-¿Y cuándo sería esto?

Shido sonrió nervioso.

-Jeje... hoy.

El vaso que T/n sostenía tembló un poco.

-¿¡Cómo que hoy!?

-Solo será en la tarde, ¿sí?

-No lo sé...

Shido juntó las manos en súplica.

-Vamos, por favor.

T/n miró a Neko-san, quien solo parpadeó y giró la cabeza como si no quisiera involucrarse.

T/n suspiró resignado.

-Solo será hoy, ¿verdad?

Shido asintió rápidamente.

-Sí, solo hoy.

T/n se pasó una mano por el cabello, pensándolo bien.

-Está bien...

Shido sonrió aliviado y sacó un pequeño papel de su bolsillo.

-Toma, esta es la dirección.

T/n lo tomó y lo miró con recelo.

-...Algo me dice que esto no va a terminar bien.

Shido solo sonrió sin decir nada.

Y así, sin saber en qué se estaba metiendo, T/n aceptó lo que podría ser uno de los días más largos de su vida o más hermosos.

Minutos después

Tn suspiró antes de hablar.

-Hola...

La muchacha frente a él pareció sobresaltarse un poco, pero rápidamente recobró la compostura y le respondió con una sonrisa temblorosa.

-¡Ah! H-hola...

Tn la observó con atención. Tenía el cabello largo y liso de un color azul profundo, cuidadosamente peinado, y unos ojos grandes y brillantes de un ámbar cálido. Su piel parecía suave y luminosa, y su expresión, aunque serena, tenía un matiz de nerviosismo. Era una joven realmente hermosa.

-Tú debes ser Shiori -dijo él, aún sintiéndose un poco torpe.

-Sí, esa soy yo -confirmó ella, inclinando ligeramente la cabeza con dulzura.

Su tono de voz era suave y melódico, lo que hizo que Tn se sintiera más inquieto de lo que habría querido admitir.

(No es justo... ¿Por qué se ve tan tranquila? Yo soy el que debería llevar la delantera en esta cita... ¡pero no tengo idea de cómo hacerlo!)

Después de un breve silencio, Shiori dio un paso más cerca, con una expresión curiosa.

-¿Te pasa algo?

-N-no, nada -se apresuró a responder él, desviando la mirada-. Solo... ¿a dónde quieres ir?

Shiori llevó un dedo a su mentón y sonrió.

-Me gustaría ir al cine... también a comer algo. Y si es posible, quisiera conocer tu casa y a tu familia. Pero más que nada, quiero conocerte a ti.

Tn sintió un repentino calor en el rostro y apartó la vista.

-E-esas son muchas cosas...

-Sí -admitió ella con un tono risueño-, pero me gustaría hacerlas todas. Aunque, si prefieres, podemos empezar con lo que tú quieras.

Él se aclaró la garganta, tratando de ignorar lo extraña que se sentía esa conversación.

-Entonces... podemos ir a comer primero.

-Me parece una gran idea -respondió Shiori con entusiasmo.

Antes de que pudiera reaccionar, ella tomó su brazo con naturalidad y se apoyó ligeramente en él. Tn sintió un escalofrío recorrerle la espalda.

(¿Por qué me está abrazando como si fuera lo más normal del mundo?)

Sin embargo, no se apartó.

En un restaurante

El lugar estaba tranquilo, con el suave murmullo de conversaciones y el aroma de comida recién preparada flotando en el aire. Una vez sentados, Shiori lo miró con interés.

-¿Y qué te gusta hacer en tu tiempo libre?

.

-Antes me gustaba ir a la escuela, pero después dejé de ir.

-¿En serio? -preguntó Shiori, inclinándose levemente hacia él-. ¿Por qué?

-No sé... solo la dejé.

Ella asintió con suavidad, como si entendiera sin necesidad de que él diera más explicaciones.

-Y dime, ¿qué tipo de chicas te gustan?

Tn se quedó en blanco. Por un momento, una imagen fugaz vino a su mente: una figura elegante, una sonrisa misteriosa, unos ojos color carmesí que parecían leerle el alma.

Se estremeció.

-No... no lo sé.

Shiori lo observó con curiosidad, pero no insistió.

-¿Te gustaría ser mi novio?

-Bueno... técnicamente ya lo somos... al menos por hoy.

-No me refiero solo a hoy -dijo ella con un tono travieso-. Hablo de todo el tiempo.

Él parpadeó, intentando procesar sus palabras.

-P-creo que primero deberíamos conocernos mejor, ¿no crees?

Shiori dejó escapar una risita.

-Por supuesto.

En su auricular, Kotori intervino con su tono divertido.

-Hermano, opción B.

Como si hubiera recordado algo, Shiori chasqueó los dedos.

-¿Podemos pedir una malteada para compartir?

-Claro -respondió él sin pensarlo mucho.

A unos metros de distancia, en una mesa más alejada, dos figuras vestidas de manera inusual observaban la escena.

Kurumi sostenía el menú con aparente desinterés, aunque sus ojos seguían con atención cada uno de los movimientos de Tn y Shiori. A su lado, Neko san tamborileaba los dedos en la mesa.

-Dueña, ¿por qué nos vestimos así?

Kurumi sonrió, pero no respondió de inmediato.

-Oh, esto... solo es... una precaución.

Neko ladeó la cabeza, aún más confundida.

-Mmm...

Kurumi volvió la vista hacia la otra mesa justo cuando Tn recibía la malteada. Sus ojos se entrecerraron al notar algo particular: era idéntica a la que ella misma acababa de pedir.

(Hoh... ¿pidiendo el mismo sabor que yo? Qué coincidencia tan curiosa...)

Tomó su bebida con un aire pensativo y bebió un sorbo largo.

-Mimimimimi... compartir una malteada, qué ridiculez -murmuró.

Neko la observó fijamente.

-Estamos espiando a Tn... ya entiendo. Estás celosa.

Kurumi dejó escapar una risita.

-Oh, ¿celosa? Solo un poco.

Acto seguido, bebió otro sorbo, esta vez más grande.

-¡Era mía! -se quejó Neko, mirándola con ojos de gato abandonado.

Kurumi se limitó a sonreír.

De regreso con Tn y Shiori

Cuando la malteada llegó a la mesa, Shiori frunció ligeramente el ceño.

-Te dije que solo un popote.

-Sí, pero... no me gusta compartir la saliva ajena.

Shiori soltó una risita.

-Está bien.

Después de unos minutos, Tn preguntó:

-¿Qué película querías ver?

-Algo... interesante.

-¿Interesante?

Shiori apoyó el rostro en una mano y lo miró con una sonrisa traviesa.

-Algo para mayores.

Tn casi deja caer su cuchara.

-¡¿Q-qué?!

-Oh, no te pongas así -rió Shiori-. Está bien, podemos ver algo romántico... ya que en mi vida no sucede nada de romance.

Él se cruzó de brazos y suspiró.

-Eso suena mejor.

-Después de la película, podríamos ir a un arcade -propuso Shiori-. Me gustan los videojuegos.

-¿En serio? Eso es genial.

Kotori interrumpió de nuevo.

-Sus niveles de atención han aumentado. Intenta ser más Shido y menos Shiori.

Shiori ignoró el comentario y apoyó los codos en la mesa, mirándolo con ternura.

-¿Y tú? ¿Qué haces en tu tiempo libre?

-Pues antes jugaba de todo un poco.

-Eso es bueno, así no te cierras a nuevas experiencias.

La sonrisa de Tn se volvió más natural. Por primera vez en toda la cita, dejó de sentirse incómodo.

Shiori lo miró con dulzura.

-Me agradas, Tn.

Tn desvió la mirada, sintiendo un leve rubor.

-Tú también me agradas, Shiori.

Desde la otra mesa, Kurumi entrecerró los ojos y tomó otro sorbo de su malteada.

(Mimimimi... qué escena tan dulce... pero esto aún no termina.)

Camino al cine

T/N y Shiori caminaron por la acera iluminada por el resplandor de los anuncios y faroles callejeros. La brisa era suave, y aunque el silencio entre ellos no era incómodo, sí estaba cargado de cierta tensión tímida.

Shiori, sin pensarlo mucho, deslizó su brazo alrededor del de T/N y apoyó ligeramente la cabeza en su hombro.

T/N sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-¿Q-qué haces? -preguntó en un murmullo.

-¿No te gusta? -inquirió Shiori, levantando la vista con una expresión inocente.

T/N sintió el calor subir a sus mejillas.

-No es eso... es solo que...

El se quedó pensando pero luego decidió cambiar de tema.

-Shiori... tus amigas siguen ahí.

Shiori parpadeó, siguiendo su mirada.

-Oh... sí, ya las vi.

T/N se quedó pensativo por un momento y luego, sin previo aviso, deslizó su brazo alrededor de la cintura de Shiori y la atrajo un poco más cerca.

Shiori se sobresaltó levemente, pero no dijo nada, simplemente apoyó su mejilla contra su hombro con una sonrisa oculta.

T/N, sin saber que la observaban, suspiró tratando de calmar los latidos acelerados de su corazón.

-Shiori... de verdad que a veces eres difícil de leer.

Shiori levantó la vista y le sonrió con dulzura.

-Eso hace las cosas más emocionantes, ¿no crees?

T/N desvió la mirada, tratando de ignorar el nuevo rubor que invadía su rostro.

Unas calles atrás

Kurumi caminaba con elegancia mientras disfrutaba de un helado de chocolate. A su lado, Neko san la seguía de cerca, lamiendo su propio cono con un aire distraído.

-Dueña, ¿segura que no le importa? -preguntó Neko, mirando de reojo a Kurumi.

Kurumi chasqueó la lengua y apretó el papel del helado con más fuerza de la necesaria.

-Tsk... Shido se quiere robar a mi hombre.

Hubo un breve silencio.

Neko parpadeó, luego sonrió traviesamente.

-¿"Su hombre"? ¡Qué lindo~!

Kurumi se congeló al darse cuenta de lo que acababa de decir. Su rostro se tornó carmesí en cuestión de segundos.

-¡R-regresa a casa, me desconcentras!

-Pero yo también quiero ver qué pasa-insistió Neko con los ojos brillantes de curiosidad.

Kurumi le dio la espalda, fingiendo ignorarla, pero la manera en que mordió el helado con brusquedad delataba su estado de ánimo.

---

En el cine

T/N y Shiori llegaron al cine, rodeados por el aroma irresistible de las palomitas de maíz.

-¿Qué película quieres ver? -preguntó T/N.

Shiori ladeó la cabeza con aire pensativo.

-No lo sé...

-Entonces elígela mientras voy por las palomitas.

-¿Podemos comprar palomitas de caramelo?

T/N sonrió.

-Claro, iré por ellas.

En la taquilla, mientras esperaba su turno, sintió un escalofrío en la nuca, como si alguien lo observara. Giró levemente la cabeza... pero no vio a nadie sospechoso.

"Debo estar imaginándolo", pensó.

En una mesa algo alejada, Kurumi, con unas gafas oscuras y un sombrero, lo observaba mientras removía su malteada con la pajilla.

-Mimimimimi... palomitas de caramelo. Qué coincidencia.

Neko, ahora con un par de orejas de gato de felpa en la cabeza, inclinó la cabeza con una sonrisa juguetona.

-Dueña, ¿por qué estamos en el cine? ¿No era mejor seguirlos después?

Kurumi sorbió su malteada con lentitud.

-Hay que asegurarnos de que esa "cita" no salga tan bien...

Neko sonrió.

-Solo un poco celosa, ¿verdad?

Kurumi la ignoró.

-Y otra malteada como si eso la ayudará a pensar.

---

En la sala de cine

T/N regresó con las palomitas y se sentó junto a Shiori.

-¿Qué película elegiste?

-Una de terror.

T/N sintió que un escalofrío le recorría la espalda.

-¿D-de terror?

-Sí, ¿te asustan las películas de miedo?

-¡Claro que no! -respondió rápidamente.

Media hora después...

T/N y Shiori estaban abrazados, temblando en sus asientos.

-Shiori, ¿tienes miedo?

-N-no... para nada... -murmuró, con los ojos bien abiertos.

-Si quieres, podemos irnos...

-Solo si tú quieres.

-Yo me iré solo si tú te vas.

En la pantalla, apareció una aparición demoníaca que lanzó un chillido espantoso.

-¡¡¡AAAAAHHHH!!! -gritaron ambos al unísono, aferrándose el uno al otro.

Desde unos asientos más atrás, Kurumi observaba con una sonrisa divertida.

-Qué espectáculo...

Neko, con un gran bote de palomitas en el regazo, rió entre dientes.

-Qué tiernos, parecen un par de niños asustados.

Kurumi entrecerró los ojos.

---

Afuera del cine

T/N y Shiori salieron del cine con los nervios de punta.

-¡No tenía miedo! -declaró T/N, secándose una lágrima con disimulo.
No
-Yo tampoco, -respondió Shiori con rapidez-. Solo grité porque me preocupó que tú gritaras.

Ambos se miraron en silencio.

-...

-...

-Nos vemos luego -dijo T/N, aclarando la garganta.

Shiori parpadeó.

-¿Ya te tienes que ir?

-Supongo que con esto basta para que tus amigas no sospechen nada.

-Oh... ya veo.

Shiori bajó un poco la mirada. T/N sintió un ligero remordimiento.

Desde su auricular, Kotori habló con urgencia.

-¡Shido, solo tenemos este momento! Llévalo a un lugar especial, sé tú mismo.

Shiori respiró hondo y miró a T/N con una leve sonrisa.

-Oye, ¿te puedo llevar a un lugar especial para mí?

T/N arqueó una ceja.

-¿Vamos a tardar?

-Solo un poco.

-Está bien.

Shiori le sonrió con dulzura.

-Gracias... significa mucho para mí.

---la
Frente a un establecimiento de fotos

T/N miró el cartel con confusión.

-¿Es... un lugar para tomar fotos?

Shiori asintió.

-Seguramente nunca te vuelva a ver, así que... quería pedirte que te tomaras una foto conmigo.

T/N la miró sorprendido.

Shiori bajó la cabeza, apretando los puños.

-Por favor... -su voz se quebró ligeramente.

T/N suspiró y con cuidado limpió las lágrimas de sus mejillas.

-Cálmate... si tú quieres, nos podemos volver a ver.

Los ojos de Shiori brillaron con esperanza.

-¿De verdad?

-Claro. Pero primero, vamos por tu foto.

A lo lejos, en el tejado de un edificio, Kurumi observaba la escena con una expresión melancólica. Ese lugar... traía consigo demasiados recuerdos.

---

Dentro del establecimiento

-¿Cómo que una foto de boda?

Shiori juntó las manos con expresión suplicante.

-Por favor...

T/N suspiró.

-... Ya qué.

Shiori sonrió con entusiasmo.

-¡Espérame aquí! Voy a cambiarme.

En los vestidores, Kotori estaba al borde de la desesperación.

-¿¡Qué crees que haces!? ¡Eso no lo va a enamorar!

Shido, aún en su forma femenina, se cruzó de brazos.

-Dijiste que lo llevara a un lugar especial.

Kotori se cubrió el rostro con las manos.

-Estamos perdidos...

Shido sonrió con confianza.

-Tú solo confía.

---

En el altar

T/N miró a su alrededor.

-Este lugar es bonito...

De repente, un sonido sordo resonó contra la pared.

T/N giró bruscamente.

-... ¿Quién está ahí?

Una sombra alargada se reflejó en la pared, inmóvil.

T/N sintió un escalofrío.

-...

Shiori apareció en ese momento con su vestido blanco.

-T/N...

La sombra desapareció.

T/N parpadeó y miró a Shiori.

-... Te queda bien el vestido.

Shiori sonrió tímidamente.

-¿En serio? Gracias.

La fotógrafa acomodó la cámara.

-Pónganse juntos frente a la ventana para la foto.

T/N suspiró, extendiendo su mano hacia Shiori.

-Ven.

Shiori tomó su mano con suavidad y se colocó a su lado.

Después de la foto, Shiori lo miró con seriedad.

-T/N...

-¿Qué pasa?

-¿Crees que en algún momento te podría llegar a gustar?

T/N sonrió de lado.

-Claro, ¿por qué no? Eres linda y me agrada tu forma de ser.

Shiori bajó la mirada.

-... Déjame sola un momento.

T/N asintió y salió.

Shido suspiró con pesadez.

-No me gusta jugar con los sentimientos de los demás...

Kotori cerró los ojos.

-Si es amor verdadero, no importará nada de esto.

Shido miró su reflejo y murmuró para sí mismo:

-Esto... no está bien.

En los baños

El sonido del agua corriendo llenaba el silencioso baño mientras T/N se lavaba las manos, tarareando una melodía sin mucho pensar.

-Oye, es muy grosero de tu parte dejar esperando a una chica -una voz familiar y melosa rompió el silencio.

T/N levantó la vista y vio a Kurumi reflejada en el espejo, apoyada con desenfado contra la pared.

-También es malo espiar a los demás en el baño -respondió con calma, cerrando la llave del agua.

Kurumi sonrió divertida, acercándose con su andar elegante.

-No te espiaba, te estaba esperando.

-¿Esperándome para qué?

-Para entrenarte, por supuesto -dijo con naturalidad, como si fuera obvio.

T/N parpadeó.

-Oh... perdón, lo olvidé.

Kurumi suspiró y negó con la cabeza.

-Te perdonaré solo si cocinas hamburguesas para la cena.

-Claro, no hay problema.

Kurumi tomó a T/N del hombro con firmeza, obligándolo a girarse hacia ella.

-Pues vamos.

Pero T/N no se movió.

-Perdón, pero estoy en una cita. No puedo ir ahora.

La sonrisa de Kurumi vaciló por un segundo.

-¿Una cita con... Shio-?

Toc, toc.

-T/N, ¿estás ahí? -se escuchó la voz de Shiori desde afuera.

Kurumi entrecerró los ojos.

T/N tragó saliva.

-Sí, ya voy.

-Te espero afuera.

-Ahora te alcanzo.

El silencio se hizo pesado en el baño. Kurumi bajó la mirada, su flequillo cubriéndole parcialmente los ojos.

-No me agrada esto... -susurró.

T/N la miró con curiosidad.

-¿"Esto" qué?

Kurumi apretó los labios, su expresión ensombrecida.

-¿Por qué tienes citas con otras chicas?

T/N arqueó una ceja.

-¿Y tú por qué tuviste una cita con Shido?

Kurumi lo miró fijamente. Luego, sonrió de lado.

-Mmm... rencoroso.

De pronto, su tono se tornó más bajo, más serio.

-Solo... ten cuidado. No todo es lo que parece.

Antes de que T/N pudiera responder, Kurumi desapareció en la penumbra.

---

Camino a casa de Shido

Shiori caminaba a su lado, con las manos entrelazadas detrás de la espalda, tarareando con alegría.

-Hoy me divertí mucho -dijo con una sonrisa.

T/N asintió.

-Yo también.

-Y ya somos amigos, ¿verdad?

-Sí.

Shiori detuvo su paso de repente y se giró hacia él.

-Gracias. Eres mi mejor amigo.

T/N la miró de reojo. Por alguna razón, esas palabras lo hicieron sentir incómodo, aunque no supo exactamente por qué.

Mientras caminaban, los sonidos de la ciudad se apagaron cuando se adentraron en un callejón más estrecho. Justo en medio, un hombre corpulento forcejeaba con una chica, intentando arrebatarle su bolso.

-¡Déjala! -gritó Shiori, avanzando sin dudar.

El ladrón alzó la vista con una expresión de fastidio.

-No se metan.

Shiori se apresuró hacia ellos, intentando apartar al ladrón.

-¡Te dije que la sueltes!

El hombre gruñó y levantó el puño.

-¡Te dije que no te metas!

T/N sintió un escalofrío.

-¡Shiori, cuidado!

Pero antes de que el ladrón pudiera golpearla, Shiori reaccionó con velocidad sobrehumana, esquivando con un movimiento ágil y dándole una bofetada con tal fuerza que el hombre salió despedido contra la pared, cayendo inconsciente con varios dientes rotos.

T/N se quedó de piedra.

-¿Qué... qué mierda...?

Shiori se giró hacia la chica con amabilidad.

-¿Se encuentra bien, señorita?

La joven asintió, aún temblorosa.

-Sí... muchas gracias.

-Vaya con más cuidado.

Pero T/N no estaba escuchando. Sus ojos estaban fijos en el ladrón inconsciente. De repente, las palabras de Kurumi resonaron en su cabeza.

"No todo es lo que parece."

Por un momento, dudó.

Por un momento, Shiori no parecía tan... normal.

Pero decidió ignorar esa sensación.

-¡Shiori, eso fue increíble!

Shiori sonrió con modestia.

-Bueno, hago lo que puedo.

-Eres genial.

-Gracias.

-Eres muy buena.

Shiori bajó un poco la mirada, su voz tornándose más suave.

-Es que no puedo ignorar a alguien si necesita ayuda.

T/N la miró con una sonrisa.

-Sí...

Mientras hablaba, levantó la mano instintivamente para acomodar la ropa de Shiori, sin darse cuenta de lo natural que le resultaba el gesto.

Shiori lo observó en silencio.

Entonces, preguntó:

-T/N... ¿crees que me gané un beso?

T/N parpadeó, sorprendido.

-¿Eh?

Desde su auricular, Kotori suspiró.

-Shido... dudo que él esté enamorado.

Shiori ignoró el comentario.

-Es ahora o nunca... -murmuró para sí misma.

T/N rió con nerviosismo.

-Si tú lo dices...

Sin pensarlo demasiado, besó la frente de Shiori.

Pero ella no se movió.

-No me refería a uno en la frente... -susurró.

T/N sintió un calor subirle al rostro.

-E-eh... bueno, nunca lo he hecho...

Shiori sonrió con dulzura.

-Yo te puedo enseñar.

Con suavidad, tomó a T/N de la barbilla y lo acercó hacia ella.

-Solo cierra los ojos...

T/N sintió su corazón latir con fuerza.

Kurumi.

Shiori.

Por un instante, su mente se llenó de dudas.

Pero antes de que sus labios se encontraran, una voz resonó en el callejón.

-Ara, ara... Shido-san, no sabía que te gustaban los hombres.

T/N sintió un escalofrío recorrer su espalda.

-¿Eh...?

Shiori se giró rápidamente, su expresión crispada.

-¡Kurumi! ¿Qué haces aquí?

Kurumi ladeó la cabeza con fingida inocencia.

-Oh, solo pasaba por aquí~

T/N la observó con cautela, pero algo en sus palabras lo hizo detenerse.

-Espera... ¿dijiste Shido?

Kurumi chasqueó la lengua, como si lo hubiera dejado escapar sin querer.

-¿Que no lo sabes aún?

Shiori tensó la mandíbula.

-¡No le digas nada!

Kurumi sonrió con superioridad, disfrutando cada segundo.

-Shiori y Shido... son la misma persona.

-¡¿Qué?! -La voz de T/N se quebró en incredulidad.

Desde su auricular, Kotori gritó con frustración:

-¿¡De dónde salió ella y por qué tiene que arruinar todo!?

T/N miró a Shiori con una mezcla de confusión y temor.

-Shido... ¿eres tú?

Shiori negó con desesperación, aferrándose a la mentira.

-¡No, no! Él es mi hermano...

Kurumi fingió pensar.

-Hmm... pensé que era tu primo.

Shiori apretó los puños.

-¡Vamos, T/N! ¿A quién le vas a creer, a mí o a ella?

Kurumi se acercó lentamente, su sonrisa se ensanchó. Su tono de voz fue seductor, pero cargado con un matiz peligroso.

-Ara, ara... ¿En quién confías más, T/N?

El aire pareció espesarse. Shiori contenía la respiración, y Kurumi lo miraba con la certeza de alguien que ya sabía la respuesta.

T/N tragó saliva.

-Shido... por favor, no me mientas más.

En ese instante, el cuerpo de Shiori comenzó a brillar.

T/N entrecerró los ojos cuando la luz se disipó... y ahí estaba. Shido.

El verdadero Shido.

-Puedo explicarlo -dijo rápidamente-. Créeme, solo queríamos protegerte... no queríamos que te hicieras daño y por eso...

T/N sintió un vacío en el estómago.

-¿Me mentiste?

Shido extendió una mano, desesperado.

-Fue solo para ayudarte.

-¿Y todo lo que pasó hoy... fue planeado?

Shido bajó la mirada.

-...Sí.

El silencio se hizo insoportable.

T/N sintió su pecho arder, pero no de emoción... sino de rabia.

-Confié en ti.

Kurumi suspiró y cruzó los brazos con una expresión satisfecha.

-Así son todos los hombres~ menos el mío, claro.

Lo último lo pensó para sí misma.

Pero T/N no se quedó a escuchar más. Su mente gritaba que debía salir de ahí. Sin pensarlo dos veces, echó a correr.

-¡T/N, espera! -gritó Shido.

Kurumi lo miró con burla.

-Ara, ara~ ¿Te enojaste porque tu "novio" te dejó, Shido-san?

Shido frunció el ceño.

-¡Yo solo quería ayudarlo! No tienes idea de lo peligroso que puede ser.

Kurumi giró sobre sus talones con gracia.

-Entonces deja de ayudar a quien no te lo ha pedido.

Y con esas últimas palabras, desapareció en la oscuridad.

T/N corría sin rumbo, su mente dando vueltas.

"¡Casi beso a un hombre! ¡Y era Shido!"

No podía sacarse la escena de la cabeza. Sus pies golpeaban el pavimento con fuerza hasta que...

-¡Woah!

De repente, sintió cómo su cuerpo perdía el equilibrio. Sus pies tropezaron con algo y cayó de bruces contra el suelo.

-Ara, ara... -Kurumi lo miró desde arriba, con una sonrisa juguetona-. Perdón, T/N~ solo quería que dejaras de correr.

T/N gruñó desde el suelo.

-¿¡Por qué no me lo dijiste antes!?

Kurumi se arrodilló a su lado con una expresión divertida.

-Te veías tan feliz con mi querida Shiori, que no quise interrumpir~

-no te creo.

Kurumi sonrió como si el la conociera tanto que ya no podía mentir.

-realmente no quería que te robaran los poderes de sawa serán una pieza clave para mí.

T/N la miró con furia.

-¡Entonces tampoco lo hiciste por mí! ¡Solo te importan los poderes!

Kurumi hizo un puchero exagerado.

-No solo por eso. También lo hice porque no quería que Shido te besara.

T/N se congeló.

-...

Kurumi sonrió con suficiencia.

-Después de todo, he tenido que soportarte por casi tres meses. Creo que esos besos me pertenecen a mí, ¿no crees?

T/N se levantó de golpe, su cara roja como un tomate.

-¡¿Por qué no lo detuviste antes?!

Kurumi ladeó la cabeza.

-Ara~ ¿Tanto te afectó? Si quieres, yo puedo besarte en su lugar.

T/N abrió la boca para responder... pero la cerró.

La imagen de Shido disfrazado volvió a su mente.

-¡Casi beso a un hombre!

Kurumi pestañeó.

-¿Eh?

T/N se agarró la cabeza.

-¡Y era Shido!

Kurumi parpadeó de nuevo.

-Eso es lo que te preocupa...

T/N tembló.

-¡Estuve a punto de besar a Shido!

Kurumi suspiró.

-No te preocupes, T/N. No lo hiciste. Yo te salvé~

-...

-Bueno, vamos a casa -añadió con tono despreocupado-. Tienes que cocinar, o si prefieres, podemos salir a cenar. Yo invito~

T/N todavía parecía en shock.

-Era Shido...

Kurumi soltó una risa.

-¿No lo notaste antes?

-Parecía real... incluso la abracé para no levantar sospechas...

Kurumi alzó una ceja.

-¿Y qué tiene que ver eso?

T/N suspiró.

-Eran más grandes y suaves que las tuyas.

Kurumi se quedó en blanco.

Su rostro enrojeció en un instante.

-¡I-IDIOTA! ¡Ya no te invito la cena!
En la casa de Kurumi

En la casa de Kurumi

T/n dejó escapar un largo suspiro antes de dejarse caer en el sofá. Se abrazó a un cojín con aire derrotado mientras Churi, su pequeño gato, se acurrucaba en su regazo, ronroneando con tranquilidad.

-Churi... casi beso a un hombre.

La gata alzó la vista y maulló suavemente.

-Miau.

A un lado, Neko-san, que estaba sentada con expresión neutral, giró el rostro hacia él con un ligero parpadeo.

-Dice que tiene hambre.

Kurumi, quien se encontraba de pie junto a la mesa, se detuvo por un instante al escucharlos. Sus ojos se entrecerraron levemente.

-...

T/n levantó la vista y se encontró con su mirada.

-...

Neko-san frunció el ceño.

-¿Qué?

T/n agitó una mano con indiferencia.

-Nada, olvídalo.

-¿Por qué me miran así? -preguntó Neko-san, inclinando la cabeza con curiosidad.

Kurumi suspiró, como si no tuviera energía para seguir la conversación. Sin más, se acercó y tomó suavemente la muñeca de Neko-san.

-Ven, te daré pescado.

Los ojos de la chica brillaron de emoción.

-¡Sí!

T/n las vio alejarse y dejó caer la cabeza contra el respaldo del sofá, cerrando los ojos con resignación.

---

9 PM - Dormitorio

La tenue luz de la lámpara de noche proyectaba sombras suaves sobre las paredes. Afuera, el viento movía con delicadeza las hojas de los árboles, llenando la habitación con un murmullo sereno.

Kurumi y T/n compartían la misma cama, aunque entre ellos existía un pequeño espacio que parecía más una barrera simbólica que física.

Kurumi rompió el silencio sin volverse hacia él.

-¿Por qué corriste a Neko-san al sofá?

T/n, que estaba acostado de lado, giró apenas el rostro para mirarla.

-No la corrí. Se fue sola porque alguien le dijo que hacíamos cosas indebidas.

Kurumi desvió la mirada con fingida indiferencia.

-¿Y ese alguien soy yo?

-tu que crees

Ella exhaló un suspiro, fingiendo desinterés.

-Bueno, si ya estamos solos...

T/n la observó con cierta cautela.

-Te puedo preguntar algo.

Kurumi cerró los ojos por un instante antes de responder.

-¿Qué cosa?

Él titubeó un poco antes de hablar, fijando la vista en el techo como si buscara una respuesta en las sombras.

-¿Tú me odias?

Kurumi parpadeó, sorprendida.

-¿Por qué preguntas eso?

-No lo sé... A veces siento que solo soy una carga.

Ella lo miró por unos segundos antes de girarse ligeramente hacia él.

-Si te odiara, no te habría salvado tantas veces, tontito.

T/n la miró en la penumbra, sintiendo una calidez inesperada en su pecho.

-...Gracias.

Kurumi se volvió sobre su almohada, hundiendo la mitad de su rostro en ella.

-Sabes... hoy tal vez te estuve siguiendo.

T/n arqueó una ceja.

-¿Tal vez?

Kurumi se encogió de hombros.

-Bueno, solo un poco... pero es tu culpa, porque estabas con otra chica.

T/n la observó con una sonrisa burlona.

-¿Celos? Eso suena a que estabas celosa.

Kurumi se giró hacia él con una expresión de fastidio.

-Cállate, tonto... Solo me preocupé. Creí que Shido me quitaría a mi... amigo.

T/n no dijo nada por un momento, simplemente la observó con una leve sonrisa antes de moverse un poco más cerca de ella.

-Sabes... todo el día estuve pensando en ti -murmuró con voz calmada-. Me gustaría que la cita fuera con la chica que tanto ha hecho por mí.

Kurumi sintió que su rostro se calentaba ligeramente, así que hundió aún más la cara en su almohada.

-Buenas noches -murmuró apresuradamente.

T/n soltó una risa baja.

-Al fin lo dijiste.

-No te acostumbres.

El silencio los envolvió nuevamente. El ambiente era sereno, y la brisa nocturna que entraba por la ventana hacía que la habitación se sintiera más acogedora.

Kurumi rompió el silencio de nuevo.

-Oye, T/n...

-¿Mmm?

-Si eran más grandes.

T/n sonrió.

-Sí...

-¿Y también su trasero?

-Definitivamente.

Antes de que pudiera reaccionar, una almohada aterrizó sobre su rostro con fuerza.

-¡Cállate ya! -exclamó Kurumi, sosteniendo la almohada con ambas manos.

T/n forcejeó para apartarla mientras se reía entre suaves quejas.

-¡Oye! ¡Eso fue un ataque cobarde!

Kurumi cruzó los brazos.

-Fue justicia.

Él la miró con fingida indignación.

-Admito que me lo merecía... pero, ¿no crees que eso fue un poco agresivo?

Kurumi alzó una ceja.

-No.

T/n sonrió con diversión y, tras un breve silencio, murmuró con voz tranquila:

-No tienes que enojarte, después de todo...

Kurumi lo miró con desconfianza.

-¿Después de todo qué?

T/n sostuvo su mirada por unos segundos antes de responder.

-...Prefiero estar aquí contigo.

Kurumi sintió su pecho apretarse levemente, pero no dejó que su expresión cambiara demasiado.

-¿Y eso qué significa?

-No lo sé... pero es verdad.

Ella no respondió de inmediato. Solo suspiró suavemente y se giró sobre su costado, dándole la espalda.

-Duerme, T/n.

-Sí, sí... buenas noches.

Kurumi permaneció en silencio por unos segundos antes de murmurar, casi como si hablara para sí misma:

-Buenas noches... y no se te ocurra tocar nada mientras duermes.

T/n sonrió.

-Tal vez te abrace si hace frío.

Ella bufó suavemente.

-Está bien... tal vez yo también.

El cuarto volvió a sumirse en la calma. Solo se escuchaba el sonido del viento y la respiración acompasada de ambos.

Hubo una pausa, y luego, en un susurro casi inaudible, Kurumi murmuró:

-...Tonto.

T/n sonrió, cerrando los ojos con tranquilidad.

No hicieron falta más palabras. En el silencio compartido, algo imperceptible había cambiado entre ellos. No era algo inmediato, ni siquiera algo que pudieran definir, pero estaba ahí, flotando en el aire, esperando el momento adecuado para revelarse.

Y mientras la noche seguía su curso, la distancia entre ellos, aunque apenas perceptible, comenzó a reducirse poco a poco.


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