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Acordar ser amigos de nuevo, era una sensación sumamente cálida, ver de nuevo a Taehyung como cuando nos conocimos, me hacía sentir inclusive como el chico más afortunado, nuestro pasado estuvo lleno de sensaciones y placeres que jamás olvidaré, pero ahora los sentimientos eran distintos, Taehyung lo comprobó cuando mi rechazo no le dolió, quizás solamente pensaba en mí, pero el sentimiento de amor se había esfumado al igual que nuestra final de la adolescencia, pero siempre los recuerdos estarán presentes para hacernos ver lo que paso, y que no todo fue lagrimas y preocupaciones, sino que todo fue simplemente perfecto.

—Ya, Yoongi —canturreo Taehyung—, dime con quien estás saliendo, ¡me muero por saber quien logró entrar a ese corazón de piedra tuyo! —rodé los ojos por su comentario, estábamos en la cafetería de mis padres, Taehyung había logrado sacarme de mi cueva, y estaba animado, inclusive más de lo que aparentaba desde un principio que nos volvimos a ver.

—No te lo diré —cruce mis brazos sobre mi pecho, mientras que él soltaba un bufido—, ¿por qué la insistencia? Sólo es una persona como las demás.

—No, no es como las demás, Yoongi —dijo haciéndome sonreír—, y te diré por qué —relamió sus labios antes de continuar—, quien quiera que sea ese sujeto, tiene las suficientes pelotas para soportar tus berrinches.

—¡Oye! —le di una patada por debajo de la mesa, haciendo que él se doblara un poco por el dolor, volví a rodar los ojos—. No te pegue tan fuerte.

—Sí, pero me diste en la espinilla, tonto —se quejo Taehyung en voz baja, soltó un resoplido antes de mirarme, seguía inclinado, y llevaba ambas manos sobre su preciada espinilla—, ¿cómo es que tu novio te soporta?

—Bueno, él no dice comentarios estúpidos como tú —me regalo una risa corta por mi comentario.

Mientras el tenue aroma del panque de elote que estaba ya casi por terminarse, inundaba nuestro entorno, habíamos pedido dos cafés americanos y aquel panque que tanto disfrutábamos en la universidad, aunque más que nada, pedíamos eso porque era lo más barato en los menús, el dinero no nos alcanzaba mucho en ese entonces, Taehyung tenía que pagar unas cosas, y yo también, así que si salíamos, pedíamos el postre más barato que encontrábamos, y mayoría de las veces era el panque de elote, aunque no me quejo, es delicioso.

—Pero ya en serio, Yoon —volvió a hablar Taehyung, para volver a acomodarse en su asiento—, ¿quién es?

No sabía si era correcto decírselo, aunque él ya sabía perfectamente que él ya no tenía esos sentimientos por mí, tenía algo de miedo por decirle, y es que ni siquiera tenía una relación formal, sino que una por medio de un contrato, un maldito contrato de sexo masoquista con mi jefe, no, no suena bien.

—Bueno... —solté un suspiro, haciendo que mis hombros cayeran un poco—, no tengo una relación como tal, ¿sabes?

—¿Qué? —su ceño se frunció levemente—. Pero...

—¿Has escuchado hablar sobre los sumisos? —Taehyung relajo sus facciones al escuchar mi pregunta, apreté mis labios y di deje de mirarlo por unos segundos pasando a ver los trozos pequeños de panque que quedaban sobre el plato de porcelana—. Tengo una relación por contrato con Park Jimin...

¡Por fin lo había soltado!

De nuevo mire a Taehyung, quien tenía su boca levemente abierta, si esto fuera una caricatura, Taehyung ya tendría la quijada tirada en el suelo.

—P-pero —carraspeo la garganta—, ¿en verdad? —di un asentimiento—. ¡Santa mierda del diablo!

—¡Taehyung! —fruncí el ceño, aunque quería reírme por su ultimo comentario, aunque claro las personas que estaban cerca no se veían nada felices por escuchar tal exclamación que propino mi amigo.

—Perdón —Taehyung sonrió apenado, pude ver como aparecía un tenue sonrojo sobre sus mejillas, y no pude evitar soltar una suave risa al verlo avergonzado—, no te rías, Yoongi, me sorprendiste demasiado, tonto.

—N-no pue-edo evitarlo —dije entre risas, y es que en verdad volver a escuchar a Taehyung de ese modo me hacía sentir sumamente feliz.

—Bueno, bueno —canturreo Taehyung, elevo sus cejas y me sonrió sin mostrar sus dientes, mientras yo trataba de controlar mi risa—, y ¿cómo van las cosas? Supongo que ahora han de tener algo más serio, ¿no?

—Las cosas van bien, supongo —me encogí de hombros—, el sexo es bueno, aunque...

—¿Aunque...?

—Ese contrato es por sólo dos meses y... —mordí el interior de mi mejilla levemente—, se supone que no debería estar sintiendo nada por él.

El semblante de Taehyung era serio mientras me escuchaba, solté un pequeño resoplido y junté un poco mis piernas mientras me acomodaba en mi sitio.

—¿Él te gusta? —me pregunto.

—No te puedo mentir —dije mientras sonreía y daba un asentimiento—, me gusta más de lo que debería, él... hace cosas que simplemente logran confundirme por completo, a veces es dulce, algo celoso, divertido, a veces sigue siendo mi jefe, y a veces es... —sonreí levemente—, a veces es en él en lo único que puedo pensar.

—Diablos —dijo Taehyung mientras colocaba su mano sobre su pecho—, amigo, estás muy enamorado.

—¿Y crees que no lo sé?

Taehyung rodo los ojos.

—¿Piensas decírselo? —di un asentimiento y él me regalo uno de igual forma mientras dirigía su mirada hacia el plato y acercaba su mano para robar un pequeño trozo del panque para llevarlo a su boca—. A decir verdad, cuando lo conocí, ni siquiera lo volví a reconocer cuando fui a verte de nuevo a tu trabajo.

—Lo note.

—Soy malo para recordar caras —soltó una suave risa—, pero se veía que no quería que estuviera allí, dime que no te metí en problemas por eso.

—Pues gracias a ti, no me salve mucho, Tae —me cruce de brazos y él soltó una suave risa—, no es gracioso.

—Esta bien, esta bien —relamió sus labios—, ¿quién diría que ese tal Park Jimin tuviera esos gustos?

—No son tan malos gustos —me encogí de hombros, Taehyung elevo sus cejas al escucharme—. ¿Qué?

—Parece ser que Jimin logró sacarte ese lado masoquista que tanto ocultabas, Yoongi.

—Oh, cállate —rodé los ojos mientras que él se dedicaba a seguir burlándose de mí.

Aunque, Taehyung tiene razón, ni siquiera yo sabía que podía tener esa clase de fantasías en mi cabeza, el placer a base del masoquismo no está nada mal.

Pasamos un buen rato más en la cafetería, disfrutando de una buena conversación, mientras reíamos y tomábamos otro poco más de café, sin importarnos lo que pensaran los demás de nuestra platica, de vez en cuando mis pensamientos vagaban un poco en Jimin, pensando en lo que había pasado durante todos estos días, y pensando un poco lo que podía pasar entre nosotros a futuro, sólo esperaba que ese futuro no fuese tan malo.

Cuando estaba por dar un sorbo a mi taza que todavía contenía un poco de café, el celular que Jimin me había regalado llamo mi atención al vibrar en mi bolsillo del pantalón, Taehyung estaba concentrado mirando su propio celular, buscando las fotografías de su viaje a Tailandia para mostrármelas, así que mientras él hacía lo suyo, yo me dispuse a sacar el otro celular de mi bolsillo izquierdo del pantalón, cuando lo encendí, mire que se trataba de un mensaje, de inmediato deslice mi dedo y seleccione la bandeja de mensajes para fijarme en lo que me había escrito.

P. Jimin

"¿Estás libre mañana?"

Sonreí levemente al ver su mensaje, quería hacerlo esperar un poco, pero no pude resistirme, así que le envié otro mensaje con mi respuesta.

M. Yoongi

"¿Por qué?"

P. Jimin

"Tengo planes para ti, gatito."

Rodé los ojos al ver su respuesta, pero no podía dejar de sonreír.

M. Yoongi

"¿Qué clase de planes, amo?"

P. Jimin

"Necesito que vengas conmigo como mi compañero para una fiesta."

P. Jimin

"Sin protestas, quiero que vengas a mi departamento después de las tres, la cena es mañana, a las seis, iremos juntos, ¿entendido?"

M. Yoongi

"Esta bien, amo, allí estaré."

P. Jimin

"No seas impuntual."

¡Ash! Si no lo amará tanto, lo mandaría a comer tierra, pero bueno, podía considerar esto como una cita, aunque claro no lo era, me pregunto, a dónde demonios iremos.

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