70
La mañana estaba siendo demasiado pesada para mí, mi hermana me había ofrecido ir a ayudar en la cafetería, pero no quería ir, mi cabeza era una tormenta de pensamientos que no se había disipado por completo durante la noche, ni siquiera sé si dormí lo suficiente, pero debía mentalizarme en que lo había hecho para poder dejar de sentirme mal por no haber dormido bien, seguía en mi cama, recostado, sin las cobijas encima, mientras que mantenía mi mirada en el techo. Mis planes ahora mismo eran completamente en casa, no quería saber nada, ni siquiera de lo que ocurría más allá de mi habitación, aunque claro, no tenía en cuenta de que mis grandiosos planes de quedarme dentro de mi habitación para descansar serían interrumpidos por el sonido de la puerta siendo tocada tres veces seguidas.
Rodé los ojos y solté un bufido de fastidio, esto debía ser una maldita broma, ¿por qué Mina se fue a la cafetería? No quería levantarme, no esperaba a nadie, pero tampoco sabía si acaso Mina había hecho una compra por internet, le encanta comprar cosas últimamente, sobre todo si se trataba de piezas importantes y valiosas de su pequeña colección de comics del Spiderman, así que, con mucha pesadumbre, me incorporé para quedar sentado en la cama, y en cuanto lo hice, volví a escuchar la puerta siendo tocada, esto era el colmo.
Mis pies tocaron el suelo que estaba sumamente frio, pero me importaba poco en aquel momento, solté un nuevo bufido, y esta vez me levante dispuesto para salir de mi habitación, me importaba un comino que me vieran en pijama, me acerque a la puerta de mi habitación, quite el seguro y abrí la puerta, dejándola así para poder disponerme a ir por el pequeño pasillo que conducía hacia la estancia principal, y luego me dirigí hacia la puerta. Cuando mis pies por fin estuvieron cerca, volví a escuchar los toquidos, fruncí el ceño y tomé el pomo para después abrir la puerta de forma brusca.
—¿Qué es lo que...? —estaba dispuesto a gritar, pero no me esperaba la presencia de Taehyung, mis labios se quedaron abiertos al verlo allí, demonios.
—¿Es mal momento? —me pregunto.
—L-lo siento —me disculpe, maldición Min Yoongi, lleve mi mano a la parte trasera de mi cuello, rascando aquella zona con nerviosismo, mientras que veía al hombre parado detrás de la puerta—, p-pasa...
—¿Estás seguro? —di un asentimiento, y abrí la puerta en su totalidad para que así él pudiera entrar.
—Gracias, Yoon —Taehyung me dedico una sonrisa, había dividido su cabello negro en dos, dejando su frente descubierta, llevaba puesto un suéter tejido de color verde limón, y unos pantalones de mezclilla negra, además de que portaba unos tenis deportivos de color blanco con algunas líneas en negro como detalle, y traía algo en sus manos—, por cierto —antes de que pudiera ver mejor lo que tanto ocultaba en su costado izquierdo, él me lo mostró—, esto es para ti.
De inmediato Taehyung me entrego un pequeño ramo de flores, eran tres rosas rojas, junto con cuatro margaritas, demonios, estire mis manos para tomar el regalo que me estaba dando y mis mejillas no tardaron en calentarse de por medio.
—Gracias —mencione en voz baja, mientras acercaba las flores hacia mi rostro, el aroma tenue y exquisito de las flores no tardo en deleitar mi sentido del olfato, era sumamente suave la fragancia de aquellas flores, y me encantaban.
Él me dedico una sonrisa, pero no dejaba de tenerla, apretó sus labios queriendo contener una leve risa mientras me miraba, fruncí el ceño al no entender el porqué de su risa.
—¿Qué es tan divertido? —pregunte levemente molesto, no me gusta que ese tonto me vea de ese modo. Taehyung me señalo, y fue allí cuando caí en cuenta de que todavía estaba vestido con mi pijama.
Oh, pero no era cualquier pijama, sino que era una que mi hermana me había regalado en forma de broma en navidad, según ella para que la recordará por siempre, era un pijama rosa, el pantalón tenía dibujitos de gatos pequeños, almohadas y nubes, y la playera que era de manga larga, tenía como lema; 'No molestar, gato flojo durmiendo.' Solté un suspiro, es la primera vez que estoy odiando estas prendas.
—Perdón si te moleste, gato flojo —fruncí el ceño al escuchar las palabras de Taehyung y no tarde en acercarme a él para darle un suave golpe sobre el hombro, haciendo que se riera un poco más.
—¡Ya, Tae! No te burles —dije entre dientes.
Estaba a punto de separarme de él cuando sentí como paso su brazo por detrás de mi espalda, mis sentidos se pusieron alerta ante sus acciones, él empujo mi cuerpo hacia el suyo, para estar lo suficientemente cerca, lo mire a los ojos, ¿tanto había cambiado? Su mandíbula estaba definida, su voz inclusive era mucho más gruesa que antes, sus cejas semi pobladas me encantaban, y esos ojos suyos con esa mirada profunda que te hipnotizaban seguían allí, sus labios levemente delgados y de un tono rosa salmón, se veía demasiado bien. Deje de admirar su rostro al sentir como él me daba suaves caricias del costado derecho con una de sus manos, causándome un leve cosquilleo por su tacto, trague en seco, y más cuando lo vi aproximar su rostro hacia mí.
Mis ojos se abrieron como platos al verlo querer acortar la distancia entre nuestros rostros. No, no, no, no, no ¡no!
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, aparte mi rostro, sintiendo como los colores subían a mi cara haciendo que la sintiera sumamente caliente, demonios, el aliento de Taehyung golpeaba mis mejillas, soltó un suave resoplido sobre mi piel haciéndome erizar.
—Antes no me hubieras rechazado —comento en voz baja, el tono bajo de su voz solamente me hacía delirar, me encantaba su voz.
—Tal vez he cambiado un poco —comenté en voz baja, él todavía no se separaba de mí, no dejaba de abrazarme, y solamente me estaba poniendo nervioso—, te dije que estoy saliendo con alguien...
—¿Qué tiene él que no tenga yo, Yoongi? —mordí mi lengua, mientras sentía como sus labios se paseaban por la piel de mi mejilla, y sus cabellos cercanos a mi rostro me daban cosquillas—. Puedo darte lo mismo que él, o inclusive cosas mejores.
—T-taehyung —mi voz se entrecorto cuando sentí como lamio levemente el lóbulo de mi oreja, haciéndome remover en sus brazos, maldición.
—Sigues siendo muy sensible, bonito —su ronca voz estropeo mi cordura, escucharlo tan cerca solamente me estaba haciendo sentir inferior, pequeño, tan pequeño como una semilla se sésamo—, me encanta que seas tan sensible ante mí.
—S-suéltame —susurre por lo bajo, pero sentí como de nuevo sus labios seguían su camino hasta mi cuello, dándome cortos besos que causaban chasquidos en cuanto él separaba sus labios de mi piel, solté un jadeo al sentir cada una de sus acciones—, ¡Suéltame! —demande esta vez, pero él parecía no querer detenerse.
Aunque de pronto, cuando llego a la unión de mi cuello y hombro, se detuvo.
—Te dije —y fue mi mejor oportunidad, porque sentí que inclusive su agarre sobre mi espalda baja dejo de ser fuerte—, ¡que me sueltes! —logré empujarlo lejos de mi cuerpo.
Mi ceño estaba fruncido, estaba molesto, apreté mis dientes quería gritarle que no volviera a tocarme de ese modo, quería decirle que se largará, pero la mirada de él no estaba puesta en mis ojos, sino que parecía más concentrada en otro punto, por lo que me enfade más.
—¡Qué demonios es lo que tanto ves, Kim Taehyung! —exclame molesto y fue cuando él me miro por unos segundos antes de responderme.
—Ahora veo que alguien más te hace las mismas marcas que alguna vez deje en tu piel —deje de fruncir el ceño, mis ojos se abrieron en demasía, maldición, lleve mi mano a aquella zona en la que recordé perfectamente que Jimin me había besado y mordido, aquella zona en la que me había dejado una marca notoria y rojiza, recordando lo que paso en su departamento, recordándolo a él.
"¿A quién le perteneces, gatito?" Sus palabras aparecieron como un eco dentro de mi cabeza.
—Te dije que salgo con alguien —hablé de nuevo, solté un resoplido—, ¿es tan difícil de entender?
—Pensé que bromeabas —solté una risa en un resoplido—, pensé que lo decías solamente para apartarme.
—Pues ahora ves que no es así, Tae... —hice una pequeña pausa, en la que me permití tragar saliva antes de volver a hablar—, Tae...
—¿Quién es? —me interrumpió abruptamente con aquella pregunta.
—¿Qué?
—¿Quién es él que te hizo eso? —señalo con su barbilla hacia la unión de mi cuello y hombro.
—No tengo porque decirte quien lo hizo —él me regalo una media sonrisa, parecía incrédulo por mis palabras.
—¿Por qué no?
—No es asunto tuyo.
—¿Qué no lo es? —sentí un escalofrió recorrer mi espalda cuando lo vi aproximar sus pasos hacia mí, eran lentos mientras me miraba, y yo, no pude más que ir caminando hacia atrás en cuento él se aproximaba—. Min Yoongi, no tienes ni la menor idea de cuanto espere por verte —mi corazón comenzó a acelerarse—, de cuanto quise volver a tenerte entre mis brazos, de lo mucho que te extrañe, pensé que inclusive no tendrías una relación, que sólo lo decías para alejarme de ti, ¿sabes cuanto me lastimaste? —mi espalda toco pared, maldición, y él detuvo sus pasos cuando invadió por completo mi espacio personal.
—No eres solamente tú quien termino con el corazón roto —dije en voz baja, lo miré a los ojos—, también me lastimaste.
—Lo sé —Taehyung acero su mano hacia mi rostro, dándole una leve caricia a mi mejilla derecha con sus dedos—, quiero enmendar lo que hice.
—Fue hace años —apreté mis labios levemente antes de hablar—, no quiero que hagas nada... ahora estoy con alguien.
—¿Él te hace lo que yo te hacía cuando estábamos juntos? —apreté los dientes cuando él coloco sus manos sobre mi cintura, apretándola levemente—. Apuesto a que no.
—¿Qué carajos intentas probar con esto? —pregunte.
—Quiero ver si... —sus ojos se desviaron hacia mis labios—, si todavía sientes algo por mí.
Él volvió a acortar la distancia entre nuestros rostros, retuve mi respiración al verlo acercarse cada vez más y más, no sabía que hacer, me encontraba paralizado en mi sitio, quería que dejase de hacer esto, no quería esto, no quería que me besará.
—¡Basta! —exclame en voz baja, haciendo que él se detuviera, me miro a los ojos, su mirada profunda ya no era tan intimidante como antes—. No te amo, Tae... eso es historia...
Pensé que haría algo más, pensé que comenzaría a decir que lo que digo son solamente mentiras, pero en cambio, él se apartó, pude respirar con normalidad cuando él se alejo de mí, haciendo que sintiera paz y tranquilidad al momento, lo mire a él, tenía un semblante serio, su mirada estaba sobre sus pies.
—¿Tae? —le hablé y él me miro, cuando lo hizo, vi su rostro, no tenía una expresión aparente, era neutro, sin lágrimas, sin rencor en sus ojos, era como si hubiese inclusive comprendido algo.
—Es curioso, ¿sabes? —sonrió levemente—. Pensé que me dolería tu rechazo.
Sonreí levemente.
—Tal vez ya no sientes lo mismo, ¿no crees?
Él me regalo un asentimiento para después pasar a darme una sonrisa como regalo.
—Perdona si te incomodé por —hizo un pequeño ademán con su mano, y yo negué con la cabeza.
—No te preocupes, Tae.
—¿Todavía podemos ser amigos? —di un asentimiento a sus palabras.
—Amigos...
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