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Después del viaje, Jimin se dispuso a dejarme en mi departamento, no quiso entrar porque tenía que ir directamente a la empresa para arreglar unos asuntos, me imagine la posibilidad de que él despidiera a su asistente, además de que se encargaría de los asuntos de aquel documento, por lo que llegué a mi departamento en donde Mina me recibió casi con sus ojos a punto de cerrarse por el sueño, pero eso no le impidió darme un gran abrazo y prepararme un poco de té para que no tuviera frío.
Han pasado exactamente cuatro días, cuatro días en los que estuve en la empresa hablando con mis compañeros, quienes también celebraron el éxito de que la propuesta que habíamos creado entre todos había sido aprobada por los socios de nuestro jefe, después de esa celebración, los planes se estaban llevando a cabo, Hoseok sería quien estaría a cargo de todo con respecto a la revisión que se haría en el nuevo edificio, Hyunsu le acompañaría en la supervisión, mientras que los demás, se irían de nuevo a sus respectivos puestos de trabajo.
¿Y yo?
Yo... simplemente no sé qué debo hacer, la oficina que ocupábamos para las juntas esta vacía ahora, mi trabajo prácticamente había dado a su fin, o eso creí, resulta que me debo esperar algunas semanas, por la inauguración y una supervisión general en la que debo participar antes de que el nuevo edificio sea inaugurado, así que tenía que esperar.
Pero ciertamente no sabía que debía hacer, me encontraba ahora mismo en la oficina, sentado en una de las sillas, con algunas hojas de tamaño carta sobre la mesa, y un vaso desechable que en su momento contenía café, el nombre de la cafetería de mis padres estaba grabado en aquel vaso de color beige.
Solté un resoplido, había sido divertido trabajar con aquellas personas, inclusive sentía que extrañaría un poco estar por aquí, aunque seguiría buscando trabajo, la decoración de interiores es necesaria para muchos, y con mi experiencia aquí, estoy seguro de que encontraré empleo de nuevo con facilidad, mientras tanto, estaré de nuevo en la cafetería de mis padres para poder concentrarme un poco en preparar bebidas calientes y pasar tiempo con la familia.
Estaba a punto de sacar mi teléfono celular para poder entretenerme un poco en un videojuego, cuando la puerta de cristal fue empujada, haciendo que mirase en dirección a la entrada de la oficina, por unos momentos pensé que se trataría de algunas personas que deseaban utilizar la oficina para alguna reunión, pero al percatarme de la presencia de Park Jimin, mi cuerpo se tranquilizó un poco.
—Holgazanear no es algo que te beneficie, ¿no crees? —sonrió levemente, haciendo que yo rodase los ojos—. ¿Cómo estás, gatito?
Dejo que la puerta se cerrase detrás de él, mientras que sus pasos amortiguados por el alfombrado en el suelo, se escuchaban apenas mientras se acercaba a mi dirección, lo vi detenidamente, mirando aquel traje de color negro sobre su cuerpo, llevaba una camisa blanca con todos los botones perfectamente abotonados, una corbata de olor negro, sus cabellos estaban peinados hacia atrás, dejando su frente al descubierto, y ese porte imponente que lo hacía ver como alguien importante, demonios, se ve malditamente bien el bastardo.
—A decir verdad —dije mientras dejaba mi celular de nuevo sobre la mesa—, me siento extraño.
—¿Extraño? —detuvo sus pasos, colocándose detrás de mí por unos momentos, no lo miré, no quería hacerlo ahora—. Por un momento pensé que estarías feliz.
—No, bueno lo estoy, me siento feliz de que esto haya sido aprobado —dije para después soltar el poco aire que logré retener después de mis palabras—, voy a extrañar mucho todo esto.
Jimin soltó una suave risa antes de volver a caminar un poco y ahora tomar asiento en la silla que se encontraba a la cabeza de la mesa, lo mire y él relamió sus labios levemente, su sonrisa no dejaba su rostro.
—¿Sabes? —hablo Jimin—. Puedo hacer que te quedes aquí por más tiempo, gatito.
—¿De verdad? —sonreí ladino—. ¿Cómo lo harías?
—Dándote otro empleo en la empresa —dejo de mirarme—, tu desempeño definitivamente es bueno, y estoy seguro de que podrías hacer algo más aquí.
—¿Aparte de ser tu sumiso? —él soltó una pequeña risa por mi pregunta.
—Por supuesto —dio un asentimiento—, muy aparte de eso, pero claro, sólo lo haré si estás de acuerdo.
Querer seguir en la empresa, no era una opción ahora mismo para mí, quería ir a la cafetería, de algún modo estar tantos años allá me hacía solamente extrañar el lugar, había logrado mi objetivo de no desperdiciar mis estudios universitarios, por fin había logrado un contrato y con una empresa muy exitosa, mi curriculum brillaría más que el oro cuando busque un nuevo empleo, así que no tenía problema con ello.
—Señor Park —dije y él me presto su total atención—, en realidad estoy bien con dejar esto por un tiempo —apreté levemente mis labios antes de continuar—, quiero estar un rato con mi familia y trabajar en la cafetería de mis padres.
—¿Estas seguro? —me pregunto.
—Muy seguro —dije mientras daba un asentimiento para reforzar mis palabras.
—En ese caso —volví a mirarlo a los ojos—, eso te dará inclusive más tiempo para hacer tu labor como sumiso, gatito.
Espero este bromeando.
—¿Qué q-quieres decir con eso? —sentía como si mi garganta se estuviera cerrando.
—Gatito —dijo y me regalo una sonrisa ladina—, Tu contrato especifica claramente que hay días en los que tu amo te llamará —¿es en serio? Maldición—, cuando te requiera.
—Lo sé...
—Es bueno que lo tengas presente, gatito —se inclino sobre la mesa recargando sus manos entrelazadas sobre la misma—, tenerte cerca de mí es algo que en verdad requiero, y ya que no pude hacerte mucho en aquel viaje —¿qué no me hizo mucho? Joder, no sé que era lo que más había planeado para ese viaje, porque para mí, había sido demasiado lo que me hizo—, he decidido que me mantendré en constante contacto contigo.
—¿Entonces?
—Entonces tendrás que estar al pendiente de cada llamada mía —su semblante era serio—, como sabrás el tiempo es oro para mí, no quiero ni una sola tardanza, o me veré obligado a reprenderte por eso, también quiero que mantengas presente lo que tienes que hacer cada que te llame, algunas veces será para que me visites a mi departamento, y otras en algunos otros lugares.
—¿A-a-a que otros lugares te refieres? —me sentía atemorizado de sólo saber eso de "otros lugares" no me daba buena espina.
—Tranquilo, no es como si quisiera follarte en un lugar público —mordí mi lengua en el interior de mi boca.
—Follarme no, pero si te atreviste a darme un castigo en tu oficina sabiendo que había más personas trabajando aquí —solté, él me miro por breves momentos antes de sonreír.
—Un poco de adrenalina no le hace daño a nadie —relamió la comisura de sus labios—, además, lo tenías bien merecido, gatito.
Rodé los ojos, este hombre esta demente, aunque me encanta que lo esté, lo disfruto demasiado, quizás sea yo quien esta demente en realidad.
—De todas formas, ¿por qué querrías llevarme a otros lugares?
—¿Por qué no hacerlo?
—Jimin... —me interrumpió.
—No lo tomes a mal, pero a mi parecer llevarte conmigo, no implica que me sienta incomodo a tu lado, ni siquiera implica que no quiera llevarte a lugares que sé que te encantarán, sabes perfectamente que es mi deber como tu amo darte lo mejor.
—Aún así pienso que es demasiado —y en verdad lo era, restaurantes lujosos, ropa de marca, él dijo que me dejase consentir, pero la verdad es que se me hace difícil poder dejarme, y es que las cosas y lugares lujosos, no es algo que me guste del todo, siento como si le estuviera robando su dinero.
—Nada es demasiado y más si es para ti, gatito —sus palabras sólo causan que sienta revoloteo de mil mariposas dentro de mi estomago—, quiero que tengas lo mejor.
Demonios, ¿por qué es así conmigo? Lo estoy odiando por hablarme demasiado tierno, Jimin parecía que tenía diferentes personalidades juntas, y cada una de ellas me enloquecía por completo.
—¿Cada cuando sería que me solicites?
—Las veces que me plazca —mierda, apreté mi lengua contra mis dientes, sus ojos no se apartaban de mi persona y eso solamente estaba causando nerviosismo en todo mi ser—, me temo que no puedo ser muy especifico contigo, encanto, mis deseos de tenerte de nuevo para mí son muchos.
Hizo una pequeña pausa.
—Inclusive me gustaría tenerte ahora mismo —me removí en mi asiento, demonios, ¿por qué tiene que decir esas cosas? Inclusive siento que el maldito cuello de la camisa me estorba—, todavía tenemos algo pendiente y no creas que lo dejaré pasar por alto.
—En ese caso —solté un resoplido—, ¿quieres que terminemos con esos asuntos pendientes?
Sé de lo que habla, después de todo, tenía demasiadas ganas de que él volviera a tomarme, en esa cita, aquellas palabras suyas me estaban haciendo solamente querer tener un maldito orgasmo, y ahora Jimin me recordaba que prácticamente ambos nos habíamos quedado con las ganas de volver a tener un encuentro sexual, de sólo pensarlo se me hacía agua la boca, que él lo recordase solamente provocaba que en mí volvieran aquellas ganas de querer estar con él.
—Lo haremos, mi gatito —se levantó de su sitio, haciendo que me mantuviera estático en mi sitio, sus pasos eran lentos mientras se acercaba los pocos centímetros que nos separaban, mi respiración se entrecorto cuando la fragancia de su perfume llegó a mis fosas nasales, sus pasos siguieron pasando de mí, y colocándose de nuevo detrás de mí—, te encantará —sentí sus dedos rozar los cabellos cortos de mi nuca, haciéndome leves cosquillas en el proceso, mi cuerpo se estremeció ante aquel contacto—, quiero que vayas a mi departamento en la hora de comer, sin protestas, llegarás y me esperarás en aquella habitación —sé a cual se refería—, cuando llegué quiero que estés sin ropa alguna, y que uses lo que este encima de la cama, ¿entendido?
—Sí, amo —maldición, quiero saber lo que planea, muero de ganas por tener a este hombre de nuevo en mi interior, quiero que me haga lo que quiera.
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