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Después de la comida, y de que Jimin le indicará que lo esperase afuera del restaurante mientras que él se encargaba de pagar la cuenta, era hora de ir a esa famosa feria anual de la que me habló, ciertamente me encontraba un poco intrigado en lo que pasaría, después de todo, Jimin es todo un saco de sorpresas, y no sabía lo que podía estar planeando ahora mismo, quizás inclusive después de la feria, me terminaría por convencer para que tenga sexo con él, aunque por supuesto no dejaré que todo sea fácil para él, sólo por este día, será mi amo, y todo eso, pero no lo dejaré tan accesible.
—Bien, gatito —escuche su voz, haciendo que dejase de lado mis pensamientos, lo mire detrás de mí, y antes de que pudiera decir algo, él me abrazo con su brazo izquierdo por la cintura—, he llamado un taxi de la compañía —miro en la carretera—, ahí viene.
Mire en la dirección que él lo hacía, y efectivamente allí venía uno de los vehículos de la compañía Park's, el automóvil de color gris oscuro se detuvo justo frente a nosotros, Jimin no dudo en acercarse empujándome a mí en el proceso para después abrir la puerta y darme el paso para que ingresará en el vehículo, en cuanto me agache para entrar y acomodarme en el asiento, fue cuando él entro al vehículo y cerro la puerta, Jimin no tuvo que dar indicación alguna al conductor, simplemente en cuanto la puerta fue cerrada, el conductor puso en marcha el vehículo.
Jimin miraba hacia la ventanilla de su lado, y yo me dispuse a hacer lo mismo, mirando como el camino se alejaba poco a poco, observando lo que pasaba a nuestro alrededor mientras el automóvil avanzaba, el silencio era apacible y para nada incomodo, y eso era más que tranquilizador, poco a poco, las grandes edificaciones fueron disminuyendo su tamaño conforma seguíamos avanzando en el trayecto.
Los semáforos a veces no estaban a nuestro favor por lo que el vehículo se detenía, pero la mayor parte del tiempo el conductor se concentraba inclusive en esquivar otros vehículos para que no pudieran interrumpir su camino, estaba seguro de que Jimin había dado la indicación de que le enviaran a un buen conductor para que no perdiéramos el tiempo, para este hombre, el tiempo era algo que no debía ser perdido en ningún momento del día, el sol de la tarde lograba pegar un poco en mi mejilla izquierda, ya no quemaba tanto como en la mañana, habíamos pasado un buen tiempo en el restaurante, comiendo y bromeando de vez en cuando, pero sobre todo nos concentrábamos mucho en no terminar nuestras copas de vino.
Jimin me comento que la feria a la que iríamos se trataba de una feria que era pequeña, pero que siempre todos los habitantes cercanos a ella, lograban disfrutar de ese lugar, solamente la feria se quedaba por una semana entera y cuando terminaba se hacía una pequeña celebración, regalaban cupcakes de vainilla rellenos con frutos secos, además de dar té de hierbabuena como cortesía, también en la noche, los juegos se detenían en algún punto, para después dar paso a los fuegos artificiales que siempre lograban llamar mucho la atención por sus distintos colores que iluminaban el cielo oscuro.
También me comento que él había venido muchas veces con su familia cuando era más pequeño, imaginarlo sonriendo entre los juegos mecánicos y seguramente hablando con entusiasmo a sus padres solamente me hacía pensar en lo tierno que se vería, seguramente le habían tomado fotografías, o inclusive lo dejaban que se subiera a la mayoría de los juegos, y seguramente se iban a comer a un establecimiento de comida rápida en donde Jimin seguramente pediría mucha comida, sonreí para mis adentros, un pequeño Jimin, eso sí que sería divertido.
—Hemos llegado, señor Park —la voz del conductor me saco de mis pensamientos haciendo que mirase el lugar, mi puerta había quedado justo en la entrada de aquel lugar.
—Excelente —habló Jimin—, no olvides esperar mi llamada, quiero que mis cosas y las de Yoongi estén empacadas para cuando lleguemos, ¿entendido?
—Sí, señor Park —rodé mis ojos, tan demandante como de costumbre.
—Bien —me miro, y entonces supe que era momento de bajar del vehículo.
De inmediato agarre la manija y la jale levemente para escuchar como la puerta del automóvil se abría, fue entonces que me dispuse a salir del vehículo, Jimin salió de su lado que estaba en la carretera, mientras que yo me disponía a cerrar la puerta y girar sobre mi eje para encarar el lugar, por lo que podía apreciar, se trataba de una zona en la que el pasto era más abundante que los arboles alrededor, la tarde estaba haciendo que el cielo se estuviera volviendo cada vez más oscuro, pero el lugar estaba sumamente iluminado, y solamente se trataba de las diferentes atracciones que se encontraban allí, pude divisar un carrusel que seguía girando, las risas de los niños se podían escuchar, al igual que las conversaciones a nuestro alrededor, sonreí al ver el lugar.
—¿Te gusta? —la voz de mi amante me hizo mirarlo, él se encontraba parado a un lado de mí, mientras sonreía y miraba al frente, sus ojos brillaban como dos estrellas en el cielo, me miro de inmediato—. Recuerdas que te hablé que en el ultimo día de la feria, todo se trataba de una fiesta masiva.
—Sí —dije de inmediato.
—Hoy es el último día —menciono, y sin que me lo esperase, él me tomo mi mano y me arrastro con él—, ¡vamos! —el tono animado de su voz me indicaba que en verdad se encontraba emocionado por traerme y mostrarme todo el lugar.
Jimin corría, obligándome a correr de igual forma para que entrásemos, y en cuanto lo hicimos, no tardamos en ser recibidos, dándonos la bienvenida.
Jimin soltó mi mano por unos momentos, y lo vi acercarse a un sitio, era un puesto pequeño, como varios que estaban allí, el aroma a palomitas de maíz recién hechas, además del olor del azúcar de los algodones, miré a mi alrededor, había puestos en los que se servían comidas rápidas, hamburguesas, papas fritas, heladerías improvisadas, dulces y galletas, sopas instantáneas, y los juegos estaban dispersos por todo el lugar, ruedas de la fortuna, algunas pequeñas montañas rusas, entre otros.
—Yoongi —la voz de Jimin me hizo mirar a la derecha, y entonces lo vi, tenía en sus manos dos cupcakes que parecían ser más muffins grandes—, ten.
—Gracias —dije antes de mirarlo, estaba decorado con crema pastelera de color morado, era de vainilla y su decoración era sencilla.
—¿Quieres subirte a algún juego? —me pregunto, y antes de que dijera algo, con su mano libre tomo mi mano para indicarme que debíamos avanzar.
—¿Alguno que me recomiendes? —le pregunte, después de todo, era él quien había venido más veces.
—No tengo uno en especial —comento—, pero si te quieres subir a alguno, no dudaré en ir contigo, gatito.
Sonreí ante sus palabras, pero en realidad, no es como si me gustase mucho los juegos mecánicos, mirarlos era para mí un gusto mejor, pero si tuviera que elegir alguno de esos juegos, definitivamente sería la rueda de la fortuna, así que sonreí para después apretar la mano de Jimin levemente.
—Llévame a la rueda de la fortuna, Jimin —mencione y él me dedico una sonrisa.
—Vamos, gatito.
Caminamos sin prisa alguna hacia el juego que quería, podía verlo a lo lejos, era enorme, estaba iluminada por completo con focos de color blanco, que se prendían y apagaban como si fuera una danza mientras la rueda se dedicaba a girar y girar sin prisa alguna.
—Debió ser divertido venir aquí con tus padres —comente a lo que Jimin soltó un largo suspiro, haciendo que lo mirase.
—En realidad, era más mi niñera que mis propios padres los que me traían a este lugar —bajo la mirada un poco—, mi padre le daba más importancia a su trabajo, y mi madre le gustaba más salir y estar con sus amigas, a decir verdad, me sentía como un pequeño estorbo con ellos.
—P-perdón —dije de inmediato—, no sabía que ellos...
—Descuida, encanto —mis mejillas se sintieron calientes por aquel apodo—, de cualquier forma, logré divertirme en este lugar, a pesar de que muchas veces quise venir con mis padres en lugar de mi niñera.
—Es comprensible —solté un suspiro—, cuando era pequeño, mi madre soñaba inclusive con llevarnos a mí y a mi hermana a muchos lugares, aunque apenas la cafetería tenía sus primeros clientes, y no teníamos a veces mucho dinero, por lo que el gusto por ir a otros lugares, era solamente un sueño.
—Es bueno soñar —menciono Jimin—, los sueños son mejor que la realidad.
Tiene razón, lo son, relamí mis labios, sus palabras se habían quedado en mis pensamientos por un largo tiempo, inclusive cuando llegamos a la rueda de la fortuna, subimos en ella, los dos sentados, mientras que nuestros costados contrarios se rozaban, sin separarnos, Jimin no me tomo de la mano allí, pero con la cercanía que teníamos era suficiente, dimos un par de vueltas allí, y hubo un punto en el cual nos quedamos en la parte de arriba, el frio del viento golpeo mis mejillas, y mi cuerpo se estremeció ante el escalofrió que provocaba aquello, mire al frente, encontrándome con el paisaje oscuro más allá de la feria, y con los edificios que ya estaban casi iluminados por las luces que se encendían, estaba oscureciendo, pero no me importaba.
—Jimin... —dije su nombre.
—¿Mmmh? —me respondió, sabía que me miraba, pero yo no quería mirarlo.
—Sé que me dijiste que no te interesa las relaciones formales —hice una pequeña pausa—, pero, pareciera que en verdad has tenido citas.
—¿Por qué lo dices?
—Porque a cualquier persona que saliera contigo, le hubiera gustado estar así ahora mismo —gire mi rostro para mirarlo—, contigo...
El silencio era inundado por el sonido del viento, que lograba despeinar un poco nuestros cabellos.
—No es necesario que haya tenido pareja para comportarme romántico —dijo, su semblante era serio y dejo de mirarme para observar a un punto fijo enfrente—, jamás he tenido una relación formal.
—¿Tienes miedo a que te rompan el corazón? —pregunte divertido, pero él sólo me miro de soslayo.
—No —negó con la cabeza, y fue entonces que me miro de nuevo a los ojos—, tengo miedo de ser yo quien le rompa el corazón a esa persona.
Park Jimin, ¿cómo puedo decirte que me has roto el corazón en algunas ocasiones? ¿Cómo hacerlo cuando ni siquiera sabes que me gustas? Tengo miedo de decirte lo que siento por ti, tengo miedo a un rechazo, a que me apartes y me ignores por completo. Aparte mi mirada de la suya, bajándola a mi regazo, quería por unos momentos fundirme en mi pequeña tristeza, debía controlarme un poco, no debía de estar triste, estaba con él, y la feria era encantadora, no debía de ponerme triste, pero, me sentía estúpido en esos momentos.
Antes de que pudiera decir o hacer algo, sentí como él me tomaba de la mano, y entrelazaba sus dedos con los míos, la calidez de su mano comparada a mis dedos fríos me hacía sentir sumamente bien.
—Estás helado —comento en voz baja, y lo miré, él me sonreía levemente—, debí comprarte un suéter antes de venir aquí.
—Estaré bien, Jimin —dije en voz baja al igual que él—, no es necesario que te preocupes.
—¿Qué no es necesario? —sonrió ladino mientras negaba levemente con la cabeza—. Eres todo lo que tengo en estos momentos, Yoongi, me preocupo por ti porque...
Se detuvo, nuestras miradas se conectaron, demonios, no de nuevo, mi corazón latía en desenfreno, mientras que nuestras miradas seguían conectadas, como si fuéramos los únicos en ese preciso momento, en ese preciso lugar, sin que hubiera nada más, dándole poca importancia a nuestro alrededor, él fue quien miro mis labios por unos segundos, él fue quien comenzó a acortar la distancia entre nuestros rostros, haciéndome sentir cerca su cálido aliento.
—¿Por qué? —pregunte en voz baja, y él se detuvo.
Dilo.
Maldita sea, sólo dilo.
—Jim... —pero antes de que dijera algo él junto nuestros labios en un movimiento rápido.
Suspiro entre el beso, haciéndome soltar un jadeo pequeño al sentirlo mover sus labios sobre los míos, sus movimientos no eran erráticos, no eran con prisa alguna, me besaba con suma delicadeza, separando nuestros labios en breves momentos provocando leves chasquidos, me permití suspirar entre el beso y él parecía casi sonreír por mis acciones, y cuando por fin abandono mis labios, fue cuando un ruido sordo nos llamó la atención.
No sé si podía llamar a esto una suerte o no, pero los fuegos artificiales comenzaron, los juegos estaban detenidos como me había dicho Jimin, y todos miraban deleitados las luces de colores en el cielo, sonreí mientras miraba el pequeño espectáculo de fuegos artificiales.
—Esto es muy hermoso —dije, y mire hacia Jimin, pensé que estaría viendo el cielo iluminarse por el espectáculo de fuegos artificiales, pero en cambio, lo descubrí mirándome a mí, sonreía sin mostrar sus dientes, y me hizo sentir levemente nervioso al tener su intensa mirada sobre mí, demonios.
—Sí, es muy hermoso —dejo de mirarme—, ¿puedes decir que es la mejor cita que has tenido en tu vida?
—Quizás... —dije y él soltó una suave risa—, ¿qué me dices de ti? ¿Es la mejor cita que has planeado?
—Para ser la primera, lo es —menciono Jimin en voz baja, sin dejar de mirar el cielo.
Demonios, esto sólo me estaba ayudando a querer estar con él por el resto de mi vida.
Min Yoongi, ¿por qué te torturas así? Pensé. Quizás soy más masoquista de lo que pensé.
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