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Detuve mis pasos en cuanto me percaté de su silueta.

Taehyung, estaba parado afuera de la dulcería, se encontraba mirando su celular, seguramente checando sus redes sociales, o inclusive esperando a que le llamé, negué levemente con la cabeza, no podía pensar que soy el centro de su universo, aunque tal vez podía llegar a serlo, Taehyung siempre se había mostrado tan accesible a mi persona que me daba miedo hacerle daño.

Pase saliva y me quede quieto, mirando su espalda ancha, observando su cabello negro levemente rizado, no mira a otras partes, sólo esta concentrado en su móvil, aprete mis labios formando una línea recta, y en mis pensamientos no pude evitar que Jimin se apareciera, debo de concentrarme y dejar de pensar en él, debo concentrarme en Taehyung, nada más en él.

Decido por fin dar los pocos pasos que me separan de él, y a unos cuantos metros más, abro la boca para poder hablarle.

—¡Taehyung! —digo su nombre en voz alta, y es cuando él gira su rostro para poder mirarme por sobre su hombro, su semblante es serio hasta que sonríe levemente al verme parado detrás de él, elevo mi mano derecha para saludarlo.

—Min Yoongi —dice mi nombre completo mientras se da la vuelta sobre su eje para poder encararme—, por un momento pensé que debía tomar un taxi para ir a por ti.

Ruedo los ojos por su comentario.

—No me tarde —canturreo molesto, mientras que Taehyung me regala una pequeña risa—, bueno, tal vez dos minutos.

—Cinco, para ser exactos —Taehyung deja su teléfono celular en su bolsillo del pantalón para prestarme más atención—, te ves lindo.

Mis mejillas se calientan ante su comentario, y siento como si el corazón se quisiera salir de mi pecho, aparto mi mirada para poder ver hacia la carretera que es transitada por solamente un vehículo que pasa a poca velocidad por allí.

—Dejemos los cumplidos para otra ocasión —Taehyung saca su labio inferior mostrándose en desacuerdo con mis palabras—, no me pongas esa cara.

—Quieres que acabemos con los cumplidos, cuando ni siquiera sé si me veo bien para ti —reclamo.

—Te ves bien, Tae —él siempre se ve bien con cualquier cosa que lleve puesta—, ¿comprarás dulces?

Taehyung me sonríe ladino para después levantar su mano derecha, mostrándome de ese modo una bolsa de papel marrón, mis ojos ven de inmediato que en ella están dibujados pequeños caramelos circulares y con detalles de pequeños dibujos, y es cuando me percato de que Taehyung se había adelantado a los hechos.

—Dijiste que iríamos a la dulcería —mencione para darle un recordatorio, se suponía que eso íbamos a hacer—, te adelantas cuando no debes.

—Ese era mi plan, pero —me mira a los ojos—, quería pasar más tiempo contigo, hemos estado separados por demasiado tiempo, ni siquiera sé mucho de ti.

—Tae, no es como si hubiese cambiado.

—Has cambiado, lo sé, lo presiento, no es necesario que me lo digas, sé que has cambiado, tengo muchas preguntas, y quiero respuestas.

Iba a decirle que no era necesario, que eso era inútil, que no había mucho más de mí que él pudiera aprender, no soy tan especial como él lo piensa, no debería ser de ese modo, sigo siendo el mismo chico que él había conocido desde preparatoria, del cual se enamoró, y quien por supuesto rechazo, sigo siendo yo. Pero sus ojos brillaban en curiosidad, me pedían a gritos no rechazarlo, con solamente su mirada me preguntaba quién era ahora realmente.

—Sí eso es lo que quieres —mi tono de voz era bajo, como si estuviera a punto de decirle el más profundo de mis secretos—, entonces, ¿cuál es el plan ahora?

Taehyung sonrió ante mi pregunta, le gusta que se le complazca en sus caprichos, al menos eso nunca ha cambiado.

—Caminar —menciono Taehyung mientras se encogía de hombros—, hablar un poco mientras disfrutamos del paisaje tranquilo de la noche, y si gustas, puedo llevarte de regreso a casa, claro si es lo que quieres.

—Está bien —aprobé la propuesta de mi amigo.

No tardo mucho en que Taehyung me hiciera un ademán con la cabeza para que comenzáramos a caminar, le seguí al paso, caminamos despacio, sin prisa alguna, mientras que yo me decidía a mirar las tiendas cercanas que pasábamos, Taehyung se dispuso a tomar la bolsa de papel, y comenzar a buscar dentro de ella, escuche como crujía la bolsa de papel bajo su tacto para después escuchar los dulces chocar entre ellos mismos, mi mirada se dirigió de nuevo hacia las acciones de Taehyung, hasta que él logro sacar un par de caramelos de menta y cereza, eran pequeños, redondos y de color rojo y verde, ambos colores se entremezclaban entre ellos, Taehyung acerco su mano hacia mi rostro y yo eleve una ceja.

—¿Qué?

—Di; ah —rodé los ojos—, por favor...

—Taehyung, no tengo cinco años —proteste, cruce los brazos sobre mi pecho, a veces pienso que Taehyung cree que puede tratarme como a un niño pequeño, pero no, no me dejaré tan fácilmente—, mejor deja que yo tome unos.

—No, no —negó de inmediato y alejo la bolsa para que no pudiera tomarlos—, deja que te los dé yo.

—Taehyung —refunfuñé, demonios, no tenía tiempo para esto—, ya te dije que no.

—Por favor, Yoongi —sus ojos brillaron en suplica, ¿tanto quería esto? Solté un bufido y terminé por hacer lo que me pedía, Taehyung sonrió para después depositar el caramelo dentro de mi boca—, ¿Ves? No era tan difícil.

Rodé los ojos ante su comentario.

—Como sea, pero ya deja de hacerlo ¿bien? —Taehyung dio dos leves asentimientos mientras seguíamos nuestro camino, las calles poco a poco se iban viendo iluminadas por la poca luz natural que había, mientras que las luces de los vehículos, de las tiendas de autoservicio y el alumbrado publico se dejaban ver más.

Nuestros pasos sobre la acera eran leves, y el sabor de los caramelos sumamente dulces, el leve toque acido de la cereza y la frescura de la menta hacían que todo se sintiera mucho más cómodo, Taehyung siempre ha tenido un buen gusto para escoger caramelos.

—¿Tailandia es tan linda como siempre la describen? —pregunte, no quería quedarme en silencio todo el tiempo y menos ahora que estoy con él.

—Así es —dijo Taehyung en respuesta—, debiste estar allí, lo mejor era visitar los mercados, en la zona que tuve que quedarme había varios, casi siempre pasaba por allí para probar comida —reí levemente.

—Siempre con hambre —hice una leve broma a lo que Taehyung soltó una suave risa.

—Ya me conoces, Yoongi, nunca debo desperdiciar una buena oportunidad para comer —eso era cierto—, aunque debo admitir que no era lo mismo sin ti.

—Supongo se te complico un poco el idioma —Taehyung soltó un resoplido, su ceño se frunció levemente.

—Ni siquiera quiero recordar eso —soltó quejumbroso—, aprendí palabras básicas, tuve que ir a un curso pequeño con un profesor de inglés que dominaba perfecto el idioma, aunque yo era un pésimo alumno.

—¿Qué tan pésimo?

—Tan pésimo que una mujer pensó que la estaba insultando cuando solamente había pedido algo de carne —solté una risa al escuchar su respuesta.

—Taehyung, Tae, Taehyung —solté a reír de nuevo—, a veces eres increíble.

Él soltó una risa ante mis comentarios para después negar con la cabeza.

—Bueno, lo importante es que pude sobrevivir allí, y al menos no fui a prisión por una tontería.

—Sí, eso es lo importante —mencione en respuesta para después soltar un suspiro—, debo admitir que tu ausencia me afecto un poco.

—¿Qué tanto?

—Sólo digamos que me percate que ya no tenía con quien hablar, claro además de mi hermana —Taehyung sonrió ante mis palabras—, pero ya que estás de vuelta, eso cambia las cosas.

—Sí, y cambiarían más si tú y yo fuéramos pareja, ¿no crees?

Mire a Taehyung en cuanto dijo aquello, él se dedicaba a mirar al frente, sin prestarme atención alguna.

—¿Y sí te digo que estoy intentando algo con alguien? —no iba a decirle nada, pero... tampoco quería que él tuviera que meterse en problemas con Jimin, y mucho menos yo meterme en líos con él.

—Entonces sí estás saliendo con alguien —dijo en voz baja.

Pero ni siquiera le di una respuesta, no podía darle una, lo que tenía con Jimin era a base de un contrato, uno que sabía que terminaría en dos meses, y que, según él, no resistiría ni siquiera el primer mes, que me hartaría de todo y le diría que terminase con el contrato de una vez por todas, quizás tenga la razón, o quizás no.

—No es eso.

—¿Entonces...? —me miro de soslayo, esperaba una respuesta, una que fuese mucho más clara, pero no dije nada, mi silencio solamente creaba dudas en su cabeza, lo sé—. Sí no es algo serio, ¿me dejarías estar contigo?

—Tae... —me interrumpió.

—No me rechaces, Yoongi —dijo para después buscar de nuevo en la bolsa de papel otro caramelo—, sé que quizás nuestra relación en el pasado era solamente de simples amigos con beneficios, pero... —relamió sus labios—, ahora en verdad quiero intentar algo serio contigo.

—Estoy enamorado de otra persona.

Él sonrió ladino ante mi respuesta.

—Sólo... —soltó un largo suspiro—, déjame intentarlo.

—Taehyung, no quiero lastimarte.

Y tampoco quiero que Jimin me lastime.

—Deja que lo intente, ya te lo dije, sólo por esta vez, y sí fallo, me iré de nuevo.

—¿Y sí no quiero que te vayas? ¿Y sí quiero que te quedes conmigo, pero solamente siendo mi amigo después de tu intento, si es que fallas, lo harás?

Taehyung detuvo sus pasos, y yo lo hice a la brevedad también, lo miré, pero él a mí no, y nos quedamos allí, parados, esperando el uno al otro, y sobre todo yo, esperando su respuesta.

—Si esa es la única forma de estar contigo... —levanto el rostro para mirarme—, entonces lo haré.

Todavía me pregunto, ¿por qué no logré enamorarme de él primero?

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