20

La cabaña era más grande de lo que aparentaba, me parecía algo ostentosa, inclusive me hacía pensar que era mucho más grande que el departamento en donde Mina y yo vivimos, la parte de enfrente tenía una puerta en madera con detalles tallados de flores, estaba al ras del suelo, por lo que no debíamos usar escaleras para dirigirnos a la entrada principal, era solamente la planta baja, pero se veía reconfortante.

Mire detrás de mí, el lago estaba apacible, se podía apreciar el brillo de sus aguas azules cristalinas, es un lugar demasiado hermoso, a decir verdad, me encanta.

—La comida nos espera, Yoongi —sentí como jalaban levemente mi mano, miré a Jimin quien me observaba con esos ojos brillantes—, hay que comer algo.

—Debes venir aquí seguido —comente—, yo lo haría.

—En ese caso te traeré más seguido —no evite apartar la mirada debido a la vergüenza— ven, he pedido unos cortes de carne y vegetales al vapor, ¿te gustan?

—Todo lo que sea comestible me gusta —él da un asentimiento ante mi respuesta y ambos caminamos, tomados de la mano hacia la puerta, Jimin suelta mi mano para dirigir la suya al bolsillo de su pantalón y sacar un juego de llaves que tintinean en cuanto las saca.

Se acerca más a la puerta y se dispone a abrirla, la puerta rechina en cuanto es empujada hacia el frente, y Jimin me hace la invitación para que entre, no dudo en hacerlo, a pasos pequeños entro a la cabaña, el piso simula que es de madera de caoba, las paredes están pintadas de blanco, y hay varios retratos de los familiares de Jimin en las paredes, la estancia es lo primero que ven mis ojos, una alfombra perfectamente colocada en medio con una mesa de centro de cristal en medio de esta misma, y un sillón grande además de un televisor de unas cuarenta pulgadas en frente de este, de allí hay una pared, y del otro lado está la cocina, puedo verla debido a la abertura en medio en la pared que te da la vista a la cocina, mis ojos viajan del otro lado, hay otra puerta, está cerrada, no puedo saber lo que hay allí dentro.

—Allá es el dormitorio —contesto Jimin, gire mi rostro para verlo.

—¿Siempre lo mantienes cerrado? —él deja de mirarme para ver la puerta cerrada.

—Tengo cosas privadas allí —dijo—, ¿quieres ver?

—Entonces no deben de ser tan privadas —él sonríe por mi comentario.

—Lo son, pero, hay ciertas personas que pueden tener acceso a mi privacidad —camina en dirección a la puerta, mientras escucho la puerta de la entrada principal cerrándose detrás, y es entonces cuando de nuevo él toma el juego de llaves y con una de ellas, abre la puerta, no creí que el dormitorio fuese tan privado como para que él tuviera que cerrar la puerta con tanta seguridad—, lo he acondicionado a mis gustos.

Trago grueso al escuchar eso, veo como me mira de reojo, antes de abrir la puerta, mis ojos no pueden concentrarse en su mirada, la puerta rechina levemente mientras se abre por completo, mis ojos se abren al ver lo que hay dentro, camino un paso hacia atrás, la habitación es de otro color, un vino muy intenso, la cama tiene un estilo victoriano, con esos cuatro postes que llegan casi hasta el techo, tiene cortinas negras en cada poste, las almohadas don blancas y las sabanas negras, en la mesita de noche hay una esposas, y hay un armario enorme del lado izquierdo, el cual es el único que puedo ver desde mi ángulo, no sé qué hay en el lado derecho.

—¿Q-qué hay dentro? —siento que mi voz se pierde en esa pregunta.

—Látigos —se sincera, y sólo me hace mirarlo—, fustas, lazos —sonríe para luego mirarme—, a veces es aburrido estar aquí sin mis juguetes —trago en seco para luego soltar un resoplido, estoy realmente sorprendido.

—Entonces, supongo que vienes aquí para divertirte —él me sonríe ladino.

—No siempre —lleva sus manos a los bolsillos de su pantalón y recarga su peso en la pared cercana al marco de la puerta—, me gusta divertirme en otros lados —sus ojos vuelven a tener ese deseo insistente—, esté lugar sólo lo utilizo cuando lo crea necesario.

—¿Y eso cuando es...?

—Cuando quiero convencer a alguien —no puedo evitar sentir como se me va la respiración ante su respuesta—, ¿asustado, gatito?

Deja de recargar su peso y lleva su mano a la perilla de la puerta para traerla de regreso y cerrar la puerta, de nuevo saca las llaves y por fin cierra con mayor seguridad la puerta, bajo mi atenta mirada. No estoy temeroso, pero mis manos están frías, es como si un escalofrío las hubiese recorrido, no tengo ganas de escaparme, de algún modo ver parte de lo que él esconde allí dentro me intrigaba.

No estaba equivocado, él quiere convencerme y esté es un modo, aunque, por más que no quisiera saber lo que él podría llegar a hacerme en un principio, era inevitable pensar en ello, ¿qué es lo que haría? Y, además, ¿él habrá traído antes a alguien?

—Hora de comer, ven —me indico con un ademan de su mano que le siguiera, ambos caminamos hacia la cocina, no es pequeña, pero tampoco es tan espaciosa, hay una mesa alejada de la estufa y el mueble de cocina, y un refrigerador pequeño, del tamaño de la estufa está situado a un lado de la mesa.

La comida está servida sobre la mesa, y hay agua para beber además de jugo de mandarina, los aromas llegan a mis fosas nasales y eso sólo provoca que mis tripas comiencen a rugir, esto me pasa por no tomar un buen desayuno en la mañana, pero se me había hecho tarde para llegar al trabajo, y conociendo a Jimin, seguramente me estaría vigilando.

—Por favor, siéntate —asentí ante sus palabras, no dude en sentarme y ver la comida, hay brócoli, zanahoria, un poco de patatas, y chicharos—, pedí que me trajeran rosbif, espero sea de tu agrado.

—Me encanta la carne —le dije—, por cierto —llevé mis manos a los cubiertos sobre la mesa, Jimin comenzó a cortar su porción de carne—, dijiste que traes aquí a las personas para convencerlas, ¿hubo alguien más además de mí?

Jimin me miro antes de llevar un trozo de carne a su boca, mastico un poco antes de responderme.

—Usualmente no suelo hablar de mis anteriores contratos —entonces si hubo más—, es información privada.

—Perdona... —apreté mis labios—, pero la curiosidad me está matando, saber que alguien más estuvo contigo en esa misma cama... y que...

—Aquí no —me interrumpió—, mis anteriores contratos no fueron aquí —eso no me hizo sentir del todo aliviado—, hay otro lugar, mis anteriores sumisos iban a dicho lugar, allí era donde me complacían, tratar de convencerlos no fue difícil, y era allí a donde los llevaba —llevo a su boca algunas verduras, yo apenas comenzaba a comer las patatas, me encantan.

—Entonces, si estaban de acuerdo con esto —él asintió—, ¿cuántos sumisos has tenido?

—Demasiadas preguntas, gatito —tiro el tenedor sobre el plato—, ¿por qué tanta curiosidad? El pasado es pasado, sólo eso.

Bajé la mirada a mi plato, jugando un poco con un chícharo para después soltar un suspiro, volví a levantar la mirada y él me miraba fijamente, esperando una respuesta a la pregunta que me había hecho.

—Sólo me encantaría saber más de ti —conteste—, me intrigas demasiado, es decir, no sé ni siquiera como es que llegaste a tener gusto por este tipo de cosas, y también está el hecho de que quieras que yo... que yo este contigo, ¿por qué yo?

—Eres perfecto para esto —dijo en respuesta—, contestando a lo otro, he tenido tres sumisos —así que fueron tres los anteriores—, dos relaciones disfuncionales, y una por puro placer, una vieja amiga de la preparatoria —demonios, y yo que solamente había tenido a Taehyung como mi pareja sexual, me siento inexperto ahora mismo—, me interese por esto porque —sonrió mirando un trozo de carne que había clavado con su tenedor—, descubrí que mis gustos iban más elevados que solamente tener relaciones sexuales, sentía que me hacía falta algo más, y lo encontré —me miro—, descubrí que un poco de dolor, y el sexo, me hacían sentir totalmente complacido, ¿qué me dices de ti, gatito?

—¿Qué?

—¿Quién fue el afortunado de tenerte antes de mí? —entreabrí mis labios, recordar mi primera vez no es nada grato, no la disfrute, es raro que alguien lo disfrute, y yo no soy quien disfruto, Kihyun había sido dulce, pero, no me sentí satisfecho, después de eso no quise tener más relaciones de ese tipo, luego llego Taehyung a mi vida, y eso era todo, no tenía una larga lista como él—. ¿No te parece justo que lo sepa al igual que tú ahora sabes lo que querías?

—Kihyun fue quien... —apreté mis labios—, olvídalo... no importa.

—A mí me importa —le mire—, pero por el tono de tu voz, supongo que no te dio lo que querías —asentí a su conclusión—, ¿hubo más?

—Sólo otro chico —conteste—, al menos él me hizo pasar un buen rato —solté una suave risa, pero deje de reír al ver su semblante serio, apretaba la mandíbula y me miraba fijamente, sus ojos oscurecidos por la rabia y la impotencia—, ¿estás celoso?

—¿Quién no lo estaría? —me respondió con otra pregunta, su voz estaba ronca—. Es inevitable no estar enojado por esto —estiro su cuello de un lado a otro, como si sintiese estrés—, pensar que alguien más te tuvo antes de mí, me hace sentir molesto.

—No deberías molestarte, pasado es pasado —él suelta una risa irónica, supo de inmediato que le estaba dando una gota de su propio chocolate.

—Será pasado, pero —volvió a mirarme—, eso no quita el hecho de que me sienta con ganas de restregarle en la cara a quien una vez te tuvo, que ahora eres mío.

Junto mis piernas, demonios, este hombre y esa voz demandante y ronca me están volviendo loco, el hecho de verlo enojado por sus celos, me está haciendo querer morderme el labio frente a él, joder, me gusta.

—¿Lo harías?

—Por supuesto —dijo—, ahora termina de comer, quiero dar un paseo por el lago contigo, ¿qué esperas? La comida no sabe bien si esta fría.

Esté hombre pareciera cambiar de un momento a otro, y eso en verdad es agradable, puede hacerte sentir demasiadas emociones en cuestión de segundos, es increíble, sonrió hacia mi plato que todavía me espera con la comida, así que me dispuse a comer, sólo se escuchaba el sonido de nuestros cubiertos chocando con la cerámica de los platos, el silencio es agradable, él es agradable.

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