34. Yoongi
Mi pulso tembló ligeramente al colocar mis manos sobre la taza de té que Jimin se había ofrecido a prepararme, un té de manzanilla y lavanda, apreté mis labios al sentir la calidez invadir por completo las palmas de mis manos, mientras escuchaba los pasos de Jimin acercarse de nuevo, mire por sobre la taza como su mano derecha se aproximaba hacia la silla, tomándola por la parte superior del respaldo y jalándola hacia él para poder tomar asiento, lo escuche soltar un resoplido, frustrado por lo que había pasado.
—No puedo creer que ese malnacido se haya atrevido a venir hasta aquí —comento mientras se sentaba, le di un rápido vistazo, su semblante era serio mientras miraba hacia otro lado, mantenía su mandíbula ligeramente apretada, sus ojos parecían querer encontrar alguna señal que le diera la indicación de salir, seguramente para saber si acaso Kihyun seguía cerca, pero no, él ya se había ido—, si vuelve a entrar...
—Jimin —él dejo de mirar hacia atrás para pasar a mirarme—, él ya se fue, puedes estar seguro de ello.
—Pero... —lo interrumpí.
—Por favor —dije en voz baja—, sólo déjalo, él se ha ido...
Apreté levemente mis labios, de algún modo, pude mantenerme tranquilo, pero no lo estaba, verlo de nuevo me causaba un revoltijo en el estómago que me hacía sentir pesado y totalmente fuera de mi propia realidad, no es que haya terminado en malos términos con Kihyun, pero... los recuerdos de todo lo que pasamos juntos me habían abrumado por completo, porque creí que pasaría el resto de mi vida con él, porque hubo promesas que jamás se cumplieron por completo, porque hubo momentos en los que quería que el tiempo se detuviera, porque lo amaba... en verdad lo amaba.
Sentí mis ojos picar levemente, pensé que mis sentimientos por él se habían ido por completo, y que inclusive si llegábamos a coincidir de nuevo, sería alguien diferente, una persona más fuerte y llena de valor para enfrentarlo sin el temor de desmoronarme por completo, pero me equivoque, quizás fui valiente por unos momentos, pero sentía que colapsaría en cualquier momento, gracias a todo lo bueno que Jimin llegó, sino lo hubiera hecho, quizás yo... yo...
—Hey, encanto —mis pensamientos se esfumaron al escuchar la suave voz de Jimin, mi aliento se corto al ver sus manos acercarse a las mías, el tacto de sus dedos erizo por completo mi piel, no esperaba que Jimin abrazará mis manos entre las suyas, tan cálidas, mis labios se entreabrieron, y no pude evitar levantar la mirada para verlo a los ojos, él mantenía su mirada fija en mí, el brillo en sus ojos estaba presente al mirarme, me dedicaba una sonrisa pequeña, mientras que sus dedos comenzaron a acariciar el dorso de las palmas de mis manos con suavidad—, ¿estás bien?
Para muchos esa podía ser una simple pregunta, pero para mí era como la pregunta que necesitaba escuchar y más de parte suya, su voz no era como siempre, con esa seriedad cuando hablaba de algo importante, tampoco era con ese leve toque juguetón y seductor que siempre me encantaba, ni siquiera era como las veces en que me hablaba de forma cotidiana, con una amabilidad constante, no, este tono era distinto, era idéntico como el que escuche cuando me dijo que me ama, sincero, con tacto, suave y lleno de amor, un tono de voz que definitivamente me hacía olvidar todo a mi alrededor, Park Jimin, no sabes lo cálido que eres cuando te lo propones.
—S-sí —dije apenas en un susurro, sintiendo mis mejillas calentarse en el proceso—, estoy bien —lo estoy porque estás aquí.
—Es un alivio —menciono Jimin, dándome una radiante sonrisa—, cielos, nunca pensé que ese tipo vendría aquí contigo.
—Yo tampoco.
—Te seré sincero, Yoongi —menciono Jimin y soltó un suspiro—, lo vi en la empresa —mis ojos se abrieron de par en par al escucharlo—, pero pensé que se trataba de alguien más, después de todo, muchos compartimos los nombres.
Apreté levemente la taza, tensando mis manos, Jimin no tardo en notarlo.
—Sí es así —comencé a hablar—, ¿por qué me preguntaste quién es?
—Debo decirte que cuando me enojo, pierdo un poco la cordura —suelta una pequeña risa, y yo le sonrió levemente, es comprensible—, ver cómo te estaba sosteniendo, me hizo sentir totalmente enojado, tan enojado que ni siquiera me atreví a mirarlo mejor, no hasta que me dijiste quien era, pero él si logró reconocerme de inmediato —me dio un pequeño apretón con sus pulgares—, en fin —me miro a los ojos—, escúchame, sí él regresa...
—Jiminie —lo volví a interrumpir—, no hay nada de lo que debas preocuparte, no creo que regrese —ni siquiera yo mismo podía creer en mis propias palabras.
—No, escúchame —volvió a hablar Jimin—, sí él regresa, y vuelve a molestarte, no dudes en llamarme, Yoongi —dejo de abrazar mis manos, pero sus manos no tardaron en acunar mi rostro para hacerme verlo a los ojos—, no importa si estoy en una junta importante, o si estoy teniendo problemas con los papeles de mi empresa, o si estoy con mi padre, o en otra provincia, no dudaré en venir hacia ti para cuidarte, ¿bien?
Maldita sea, ¿acaso este hombre quiere que mi corazón se salga por mi garganta? Demonios, ¿por qué? Mi corazón no deja de latir desenfrenado ante sus palabras, siento como poco a poco mis mejillas son azotadas por la vergüenza y una calidez se instala poco a poco en mi pecho haciéndome sentir totalmente atontado por lo que me dijo.
—S-se supone que no deberías de hacerlo —comente—, tu empresa es importante —negó con la cabeza—, las juntas también lo son —volvió a negar—, y tu padre...
—No —me interrumpió—, nada me importa más que tú, gatito.
¿Qué se debe hacer cuando el hombre que antes rompió todas mis ilusiones, ahora las repara con cuidado? ¿Qué tengo que hacer para dejar de sentirme tan bien a su lado? No lo sé, y no me interesa saberlo, Park Jimin me estaba dando su apoyo, me estaba considerando lo más importante que tiene en su vida, me estaba haciendo sentir como antes, como cuando pasábamos tiempo juntos, cuando él me dedicaba su tiempo, sus miradas, sus sonrisas, todo... joder, estoy enamorado, en verdad lo estoy, y no quiero que él se aparte, no de nuevo.
—Así que no dudes en comunicarte conmigo —volvió a hablar—, y espero lo hagas, amor.
Sonreí, no quiero que esta calidez en mi interior se aleje, me encanta, sin querer había comprendido algo, no importaban aquellos recuerdos de mi primer enamoramiento, no importaba la presencia de Kihyun, ni siquiera ese miedo que estaba creciendo en mí por su presencia, no, no importaba, porque Jimin estaba aquí, y lo que siento por él es inclusive mucho más fuerte de lo que sentí por Kihyun alguna vez.
—Eres muy meloso, Park Jimin —comente haciendo que él elevará una ceja al escucharme.
—Bueno, eres afortunado de tener al meloso yo aquí —soltó mi rostro y ambos comenzamos a reír por su comentario—, pero no te acostumbres, no suelo ser tan romántico.
—¿Es broma? —eleve una ceja al escucharlo—. Jiminie, eres más romántico de lo que crees.
—Mentira.
—No es mentira.
Jimin rodo los ojos de forma divertida haciéndome soltar una suave risa al ver sus gestos, este hombre en verdad me tiene en sus manos por completo. Quizás... no sería tan malo trabajar junto a él, puede ser divertido.
—Jiminie —él me miro a los ojos—, acepto.
—¿Qué?
—Quiero trabajar como tu asistente.
No estaba tomando una mala decisión, ahora estaba seguro de ello.
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