32. Jimin
Aprete los dientes con fuerza mientras leía con detenimiento lo que hace apenas un par de horas Eunji me estaba dando a firmar, mi ceño se iba frunciendo poco a poco entre más bajaba en el documento, sonreí ladino, esto debía ser una maldita broma, deje de lado el documento, dejándolo caer sobre el escritorio con fuerza y haciendo que las hojas se dispersarán, apenas y se escucho el ligero sonido que hicieron algunas al caer en el suelo en mi oficina, lleve mis manos a mi rostro, restregándolas con algo de fuerza.
Había muchas cosas que no me gustaban al contratar asistentes, y muchas de ellas tenían mucho que ver con lo que ahora me había entregado Eunji, muchas de ellas creían que podían obtener algo de mi parte solamente por querer extender cierto "rumor" de mí saliendo con alguien, pero ¿y qué? Me importaba una mierda mi reputación en los medios de comunicación, ellos no debían meterse en mi vida privada, solté un bufido.
Eunji... ¿quién lo diría? ¿Quién diría que esa cara inocente y esos temblores que tenía al ser regañada por mí terminarían convirtiéndose poco a poco en una pequeña criatura vengativa? Ella no era la única que ha intentado estafarme, ya me ha pasado, dos veces para ser exactos, y esas chicas habían terminado en la calle, ellas habían sido discretas, pero yo no era un idiota, ahora, Eunji había cometido un grave error, que en lugar de traerme solamente los documentos con las cifras de ventas, me había entregado también entre las hojas, una carta que iba dirigida a un programa de televisión en el cual transmitían un programa de chismes, en donde claramente decía que intente aprovecharme de ella, solté una risa de sólo recordarlo.
Seguramente no tardaría mucho en enviarla y cuando le respondieran en la televisora para entrevistarla, me lo diría, y de ahí vendría lo que me espero, una amenaza y una suma considerable de dinero en el proceso, pero no, jamás he caído en esas trampas y hoy no era precisamente el día en que caería. Estaba dispuesto a levantarme de mi sitio, tomar aquella carta y hablar con mi estúpida asistente, cuando mi teléfono celular comenzó a sonar, mire de soslayo, encontrándome con un nombre que sabía me dejaría un agradable sabor dulce en la boca en lugar de la acides de la bilis que ya tenía en la boca, sonreí y dejando por breves momentos el asunto pendiente que tenía con Eunji, conteste.
—Hola, mi hermoso gatito —hable mientras sonreía como idiota a la nada, lo admito, Yoongi ahora es la única persona que puede hacer que me sienta feliz a pesar de que me den una mala noticia—, ¿a qué debo el placer de tu llamada?
—¿Podrías dejar de decirme gatito? —escuche un bufido, casi podía verlo rodar los ojos—. Es molesto.
—Sé que te encanta, cariño —solté una suave risa—, ¿deseas algo?
—Bueno... —hizo una pequeña pausa, como si no estuviera tan seguro de sus propias palabras. Sonreí ladino, esta era una perfecta oportunidad para molestarlo un poco.
—¿Deseas que repitamos lo de la ultima vez? —pregunte en voz baja, mi tono era levemente ronco, casi podía ver a mi gatito colocarse nervioso en su sitio.
—¡N-no! —respondió de inmediato, quería reírme, pero debía abstenerme de hacerlo—. No t-te hablo para eso, Park.
—Entonces, ¿a qué debo el gusto de escucharte, encanto?
De nuevo una pausa, que fue interrumpida por un largo suspiro departe de Yoongi.
—He estado pensando y... —eleve mis cejas al escucharlo—, q-quiero hablar contigo sobre el e-empleo...
—¿Así que lo pensaste? —en este momento podría estar bailando de la felicidad, pero no, quizás en otra realidad lo haga, pero por el momento, el peso de la furia que estaba conteniendo pareció desaparecer en cuanto me dijo aquello—. Entonces ¿aceptarás o...?
—Quiero hablar de eso contigo, pero no por teléfono...
Recargue mi peso sobre el respaldo de la silla y mire mi escritorio, allí seguía la carta, bueno, no era un problema, tenía mi plan perfecto, despedir a esa tal Eunji no sería ni un problema, además de que Namjoon se evitaría las entrevistas de trabajo, puntos a mi favor que no desaprovecharía en ningún momento.
—Esta bien —mencione en respuesta—, ¿estarás trabajando en la cafetería de tus padres hasta tarde?
—Sí...
—Entonces no te vayas, en cuanto salga de la oficina iré a verte allá —mi tono era serio—, llevaré el contrato para que lo firmes si es que aceptas, además de que hablaremos de los términos del mismo, ¿te parece bien?
—Sí, Jimin —sonreí levemente, me encanta cuando dice mi nombre—, pero ¿no te parece que no esta bien firmar un contrato fuera de la empresa?
—Min Yoongi —dije y solté un pequeño resoplido—, estás conmigo, soy el dueño y jefe de la empresa de automóviles, ¿crees qué sea un problema? —casi podía ver los colores subir a su rostro, tan lindo.
—B-bien —me respondió después del corto silencio.
—Excelente, entonces nos vemos en unas horas, encanto.
—S-sí, nos vemos —sin más dejé que fuera él quien terminará con la llamada, y en cuanto lo hizo solté un resoplido, bien, ya tengo asistente asegurado.
Puede que Yoongi me haya dicho que lo pensó, pero si me llamo es porque esta casi al cien por ciento seguro de que va a firmar el contrato, eso bastaba para mí, debo ir con Namjoon y pedirle un contrato para un nuevo asistente, sé que me preguntará la razón, pero sé que sabrá que despedí a Eunji, luego le diré mis razones, por ahora, necesitaba el contrato y necesitaba hablar con ella, así que era el momento perfecto.
Me dispuse a incorporarme de mi asiento, acomode el saco que llevaba puesto, arregle las mangas del mismo y solté un resoplido, mire los papeles que se encontraban regados por mi escritorio y comencé a recoger las tres hojas que pertenecían a aquella carta llena de mentiras que Eunji planeaba enviar, en cuanto las tuve en mis manos, las acomode perfectamente y después me dispuse a comenzar mi camino para ir afuera de mi oficina, Eunji tenía su pequeña oficina cerca de la mía, no estaba lejos, camine hasta por fin llegar a la puerta y estuve a punto de abrirla, pero claro, grande fue mi sorpresa al ver que alguien más la abría.
—Señor Pa... —la no tan dulce voz de Eunji se corto al verme parado cerca de la puerta—. L-lo lamento, señor Park —hizo una corta reverencia—, no sabía que usted...
—¿Qué iba a salir? —hable sin interés, mi tono era golpeado, y ella dio un corto asentimiento ante mi pregunta—. No me sorprende.
—Disculpe, señor Park.
—Tus disculpas no me interesan —ella elevo un poco la vista hacia mí—, por cierto, leí lo que dejaste en mi escritorio, todo está bien excepto algo.
—¿Q-qué? —le mostré las hojas en mis manos.
Sus ojos se abrieron en grande al ver lo que traía en mis manos, su rostro se puso pálido al percatarse de lo que traía en mis manos no solamente se trataba de simples hojas con múltiples palabras, no, sino que se trataba de la maldita carta que ella había escrito.
—Y-yo —el miedo y ese tartamudeo en su voz la delato aún más—, n-no es lo que...
Solté una risa al escucharla.
—¿No es lo que creo? —deje de sonreírle—. ¿Esa es tu mejor excusa? —bajo la mirada—. ¡Mírame cuando te hablo, idiota!
Un nuevo temblor en su cuerpo se hizo presente, y no tarde en percatarme de que el tono de mi voz había llamado la atención de otros de mis empleados, sé que me ven, sé que me están escuchando, pero no me interesa, quizás algunos piensen en querer defender a Eunji, pero después de lo que diga dejarán de pensarlo, los estafadores son peor que un asesino.
—¿Creíste que con esto ibas a lograr algo? —volví a hablar en voz alta—. Por favor, mentir diciendo que me aproveche de ti —sonreí ladino mientras negaba con la cabeza—, ni siquiera me atrevería a poner un dedo encima de una mujer tan descarada y espantosa como tú —los murmullos no se hicieron esperar.
—No iba a enviarla —murmuro y yo rodé los ojos.
—¿No lo ibas a hacer? —quería reírme de las palabras de aquella mujer—. Claro que lo ibas a hacer, esa es tu intención, pero ¿sabes? —me agache un poco para estar a su altura—. Puedes enviarla si gustas, me importa un comino si lo haces, me importa una misera mierda si es que piensas que me importa mi reputación frente a los medios, no me interesa —me aleje de ella—, pero espero te quedé claro de que, si lo haces, y se hace una investigación y descubren lo mentirosa que eres, créeme que tu vida laboral se terminará desde aquí.
Ella me volvió a mirar a los ojos, podía ver como ella buscaba en mi rostro alguna clase de mentira, pero no, estaba hablando en serio, mi empresa es de las más reconocidas en todo el país, y una que aporta a la bolsa de Corea un buen porcentaje de ganancias, y eso era un problema, empleado que salía despedido de aquí y con una mala carta de recomendación, empleado que no contrataban en otros lados, Eunji había cometido el error más grande de su vida, una mentira como la que ella mencionaba en esa carta, era suficiente para que yo escribiera una mala carta de recomendación sobre ella, a nadie le gustan las personas mentirosas, y mucho menos los estafadores como ella, ya me sabía ese jueguito perfectamente.
—Señor Park, yo... yo...
—Tú, ¿qué? —estaba harto de escucharla.
—Lo lamento mucho —volvió a decir—, le p-prometo que esto no se repetirá, yo...
—Por supuesto que no se va a repetir —me aparté de ella dejándola de lado y comencé a caminar de nuevo, ella se quedo allí parada—, estás despedida.
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