31. Yoongi

—Y... —apenas aquella simple letra había sonado mal en su voz, a Mina le encanta hablar mientras mastica, no es que repugne, también hago lo mismo cuando estamos juntos, pero al parecer era más importante comer que hablar, y esta vez necesitaba que se tomará las cosas en serio—, ¿ia lo pensastes? —rodé los ojos.

—¿Podrías intentar hablar mejor? —ella se encogió de hombros y volvió a colocar los palillos en su sopa instantánea—. Mina, ya te dije lo que paso, y quiero un consejo, se supone que eres mi hermana.

—Lo sé, lo sé —soltó un bufido y volvió a mirarme—, escucha, técnicamente pienso que acabas de aceptar ir a trabajar con él.

—¿Por qué lo crees?

—¡Vamos, Yoongi! —sonrió levemente—. Tuviste sexo con él de nuevo, además de que te dijo que iba a convencerte, creo que eso es suficiente para convencerte de trabajar a su lado como su asistente personal —mis mejillas se calentaron levemente y fruncí el ceño, ¿convencerme de esa forma era la mejor manera?

Bueno, pensándolo bien, eso fue también lo que hizo para convencerme de firmar ese maldito contrato así que... demonios, no tengo remedio, pero trabajar al lado de Park Jimin de nuevo no me parecía una idea tan satisfactoria, porque se trata de estar de nuevo con él, cerca suyo, escuchándolo, soportando sus intentas miradas fieras, viéndolo sonreír, y claro, no creo que ese hombre tan atractivo y seductor me quiera solamente para ser su asistente, no, para nada.

—No me ayudas, Mina —le reclame y ella rodo los ojos—, digamos que sí me convenció —ella dio un asentimiento—, pero ¿no crees que sería arriesgado?

—¿En qué sentido?

—En que no me dejará trabajar como quiero.

—No lo creo —solté un bufido y tome los palillos para comenzar a comer, la sopa instantánea es de mucha ayuda cuando se trata de pensar las cosas, y en verdad necesitaba pensar mucho las cosas—, mira, se ve que Jimin no es alguien que le guste estar todo el tiempo de intenso contigo, ¿o sí?

¿Intenso?

Aprete mis labios formando de ese modo una línea recta, intenso, pues ahora que lo recordaba, ni siquiera le importo ni un misero cacahuate que estuviéramos en su oficina, a solas mientras me daba un par de buenos azotes con el cinturón solamente porque lo había hecho enojar, sí así se comporto aquella vez, no quiero imaginarme como será ahora si es que acepto estar a su lado, prácticamente estaría aceptando meterme a una jaula solamente por comida, soy la indefensa presa que cree que un poco de alimento encontrado dentro de esos barrones frágiles de metal no será algo malo, sino todo lo contrario, Jimin me tendría en su poder y a su antojo, es lo que quiere, lo sé, pero ¿en verdad será bueno?

—Pienso que estás muy equivocada —dije y ella me miro con un poco de lastima—, pero ya en serio, Mina, ¿crees que sería una buena idea aceptar?

—Lo estás dudando demasiado —dijo mi hermana, yo me dedique a llevar hacia mis labios una generosa porción de ramen caliente a la boca, el calor abrumo mi lengua y paladar en segundos, pero no importaba, ni siquiera el picante en mis labios y lengua harían que quisiera dejar de hablar del tema—, si lo estás pensando tanto, eso solamente quiere decir que en verdad quieres estar con él, solamente que crees que te estarías metiendo en muchos problemas sí lo haces, y es comprensible, pero por lo visto quieres estar allí y no lo vas a poder negar.

—Sí, no puedo negártelo —estaba diciendo la verdad, por eso lo estaba pensando demasiado, porque de alguna forma una mínima parte de mí me pedía a gritos que reconsiderara la oferta, y otra me decía que debía aceptar sí o sí y que no debía de pensarlo tanto como lo estaba haciendo—, pero aún así necesito saber tu opinión.

—Yoongi —ella negó levemente con la cabeza—, Park no me lo pidió a mí, te lo pidió precisamente a ti —parpadee un par de veces—, y es tu decisión, no debería importarte lo que yo piense, porque en realidad lo que piense no interesa, sino aquí lo que importa es lo que tu pienses respecto a esto.

—Ya lo sé.

—¿Entonces por qué lo piensas tanto?

—Porque pienso que puedo cometer un grave error si es que decido ir aceptar el empleo.

Mina se quedo en silencio, sí, ese era el maldito problema, tenía demasiadas preguntas, porque me estaba recreando mis propios escenarios, y muchos de ellos terminaban con Jimin sometiéndome a su voluntad, no me quejo muchos de esos escenarios ficticios no se veían nada mal en mi cabeza, pero inclusive pensar en que si cometo un error Jimin me reprenderá no con gritos, sino con otros métodos, me hacía sentir un enorme escalofrió por todo el cuerpo y hacía que mi piel se erizará de terror.

Detesto los castigos, no sé porque Jimin dice que muchos los consideran placenteros, ¿qué tiene de placentero que te den con una maldita fusta en el trasero? ¡Nada!

—No creo que cometas un error, Yoongi —menciono Mina después del silencio—, ¿te ha dicho algo sobre la paga?

—No, solamente me ha propuesto que sea su asistente y porque sabe que soy puntual con mi trabajo y me dedico a hacerlo al pie de la letra —trague saliva haciendo una breve pausa en ese instante—, sabe que soy responsable cuando se trata de trabajo.

—¿No han hablado más sobre esto? —negué con la cabeza—. Entonces deberías hablar con él.

—¿Qué?

—Hazlo, si la paga es buena, y me imagino que lo es, entonces no será un problema.

—Mina...

—Sabes que no toda tu vida tendrás que quedarte a trabajar en la cafetería de nuestros padres, no estudiaste en la universidad para quedarte con los brazos cruzados.

—Sí, pero ser su asistente no me hace mejor que trabajar en la cafetería y lo sabes —ella soltó un resoplido—, además, no quiero que me grite.

—Dudo mucho que él se atreva a gritarte, Yoongi.

Bueno, quizás en ese punto ella tenga algo de razón, posiblemente no me grite, posiblemente sea peor, posiblemente me mire a los ojos con furia y me diga que lo espere en el estacionamiento para después hacerme entrar a la fuerza a su automóvil y hacer que me baje los malditos pantalones para darme unos azotes, sí... ¡no quiero!

—Habla con él —menciono Mina mientras colocaba el vaso vacío del ramen sobre la mesa—, hablen y terminen en un acuerdo, ya te convenció, no puedes decir que no, además de que, si quieres trabajar a su lado, y te apuesto, que serás bien remunerado, es la empresa de Park, pocos logran conseguir un trabajo allí, lo lograste una vez, y lo volverás a hacer, después de todo no dejas de ser el amante del dueño.

—¡No soy su amante! —mi rostro ardía en demasía, y no era por vergüenza, sentía la furia recorrer mi cuerpo, no soy su amante, ni nada por el estilo.

—Entonces ¿ya son pareja? —Mina sonrió en grande al hacerme aquella pregunta.

—N-no... —volví a sentir el calor en mis mejillas, demonios, ¿por qué la sola idea de ser novio de Park Jimin me daba vergüenza? No una vergüenza que fuera mala, sino una más... ¿dulce? Demonios.

—Sí te sonrojas es que sí lo son.

—¡C-cállate, Mina!

Ella no tardo en comenzar a burlarse de mi tartamudeo y de mi sonrojo, porque sí, mi rostro estaba demasiado caliente, y sentía que inclusive el calor estaba en mis orejas, estaba completamente sonrojado por sus tontas preguntas y por mi imaginación que no paraba de mostrarme imágenes de mí y de Jimin como pareja.

¡Joder como odio esto!

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