29. Jimin (+18)

En cuanto las puertas del elevador se abren dándome paso, no dudo en comenzar mi camino dentro de mi departamento, llevo mis manos hacia los botones de mi saco, y no lo pienso mucho, desabotono uno por uno, y en cuanto termino de hacerlo, no dudo en quitármelo de encima para después tirarlo en el suelo, ahora no me importa si uno de mis trajes costosos se ensucia, no me interesa, ahora lo que me importa es ir tras los pasos de Yoongi, llevo mis manos hacia el nudo de mi corbata, y lo desato con parsimonia, el sonido de mis zapatos golpeando el suelo es notorio, avisando que estoy dentro, afortunadamente para Yoongi, es posible que ni siquiera me este escuchando, es un alivio, no quiero que sepa que estoy a punto de llegar, no ahora.

Me quito la corbata por completo de mi cuello y la dejo caer justo cuando paso por la cocina, miro hacia la puerta en donde se encuentra la habitación oculta, y dirijo mis pasos hacia ella, en cuanto estoy frente a frente a la puerta, no dudo en tomar la manija para abrir, en cuanto lo hago, miro dentro, el gran armario de ropa esta impecable, miro hacia donde alguna vez le indique a Yoongi que dejará sus ropas en cuanto se las quitase, sonrió ladino, ¡vaya! Le ha dado el tiempo suficiente hasta para doblar la ropa y guardarla en perfecto estado, suelto un suspiro, me inclino para poder quitarme los zapatos de encima, desato el nudo de las agujetas delgadas y después me despojo de mi calzado para después pasar mis dedos por los calcetines que llevo puestos y quitármelos de encima, vuelvo a mi sitio, relamo mis labios y llevo mis manos a los primeros botones de mi camisa, mientras me dedico a caminar hacia la ropa que tengo guardada allí.

No hay nada especial, están los trajes que siempre utilizo para el trabajo, además de algunos pares de zapatos, miro entre las camisas perfectamente planchadas que tengo colgadas en sus respectivos ganchos, me despojo de la que traigo puesta, dejando que caiga al suelo, después estiro mis brazos para alcanzar una nueva, es de color negro, y de una tela levemente más sedosa que las demás, no dudo en colocármela de inmediato para después pasar mi mano por mis cabellos, haciéndolos para atrás y despeinándome en el proceso.

Sonrió ladino, quiero que Yoongi me desobedezca, lo deseo en sobremanera, pero no sé si ahora mismo me complacerá mis más profundos deseos, dudo mucho que lo haga, él teme que le brinde un castigo, lo sé perfectamente, pero en verdad estoy deseando fuertemente a que me desobedezca, muerdo mi labio inferior con fuerza y dejo mis pensamientos de lado, giro sobre mis propios pies para poder continuar con mi camino y así dirigirme hacia la puerta de la habitación especial, en cuanto lo hago, tomo la manija de la puerta y no dudo en abrirla, miro al frente primero, encontrándome con la cama en donde pronto tendré a mi gatito suplicándome por más, después paso mi mirada al suelo, allí donde debe encontrarse Yoongi en estos momentos.

Lo está, sonrió, satisfecho por verlo, cabeza agachada, mostrando siempre sumisión, su blanca piel expuesta ante mí es un completo deleite que no puedo dejar de mirar, relamo mis labios, saboreando cada una de sus curvas y pequeños lunares que lo adornan, doy un par de pasos al frente, empujando la puerta lejos de mí y dejando que se cierre detrás de mí en un sonoro ruido que lo hace encogerse en su sitio, sonrió al ver esa reacción, esta atemorizado, y me encanta que lo este, me excita tanto que me tenga algo de miedo, joder.

—¡Vaya, vaya! —digo mientras camino lentamente, rodeando su cuerpo—. Al parecer alguien ha sido bueno y ha acatado mis ordenes —en cuanto estoy al frente suyo me detengo—, levántate —ordeno con voz severa.

Yoongi no tarda en colocarse de pie, mantiene la cabeza agachada, su respiración es pesada, me encanta verlo de aquella forma, no dudo en acercar mis pasos hacia él, y sin pedirle permiso lo tomo por el mentón y levanto su cabeza para que así me mire a los ojos, nuestras miradas de inmediato se conectan y yo sonrió, satisfecho por ver ese deseo ferviente en su mirada.

—Por unos momentos pensé que me darías el honor de castigarte, gatito —aprieta levemente sus labios ante mis palabras—, pero veo que no, aun así, debo felicitarte, tu amo esta contento de que por fin hayas obedecido al pie de la letra sus órdenes, así que mereces una recompensa —acaricio con mi pulgar la piel suave de su mentón—, pero eso, quizás podamos dejarlo para después... —dejo de tomar su rostro, y él no baja la mirada—, ahora, ve a la cama, y vuelve a sentarte en ella sobre tus piernas, ¿entendido?

—Sí, amo —volvió a bajar la mirada y entonces comenzó a caminar a pasos dudosos hacia la cama, mire como se alejaba, mientras me deleitaba con su delgada y fina figura, que se alejaba poco a poco de mí.

En cuanto él se alejó, me dispuse a mirar en las repisas que rodeaban la habitación, había muchas cosas que me gustaría usar en Yoongi, los látigos son algo que me fascina utilizar, pero por el momento, no quiero asustarlo, no tanto por el momento, mire las esposas de metal de color negro, también aquellos plumeros de color negro con plumas suaves sintéticas, no pude evitar mirar también las fustas con puntas de cuero, relamí la comisura derecha de mis labios al ver las muñequeras de cuero, pero no, esta vez no quería utilizar eso, las cadenas de eslabones delgados podían ser una buena opción esta vez, pero quizás Yoongi tiemble en cuanto las vea, mi mirada paso a las cuerdas de finos hilos sintéticos, eran de un material suave y resistente, eran perfectas.

Tome una de ellas, y me gire sobre mis talones para después comenzar a caminar en dirección a Yoongi, quien ya se encontraba en la cama justo en la posición que le había indicado, me percate de como había bajado la mirada de nuevo al ver que me acercaba a él.

—¿Curioso, gatito? —pregunte.

—U-un poco, amo... —sonreí levemente.

—Coloca tus manos detrás de tu espalda, muñecas juntas, palma contra palma —volví a darle otra orden.

—Sí, amo —respondió, vi como juntaba sus manos detrás de su espalda como le indique, muñecas juntas, y palmas de igual forma, me acerque hacia la cama, quedándome parado al inicio de la orilla izquierda de la misma, y entonces comencé a acomodar la cuerda en mis manos, enrolle un poco de la misma sobre mi mano derecha y entonces me incline hacia Yoongi.

Pase la cuerda primero en sus muñecas, rodeándole con la misma cinco veces seguidas antes de anudarla.

—¿Esta ajustada? —pregunte.

—A-algo... —respondió y rodé los ojos, detesto cuando no me responde como se debe, no dude en llevar mi mano hacia sus cabellos, en cuanto lo hice, jale con fuerza haciendo que él soltase un leve quejido y me viera a los ojos.

—Soy tu amo, gatito —le recordé—, recuerda bien como debes responder.

—Lo siento, a-amo —di un asentimiento antes de soltar sus cabellos con fuerza y empujar levemente su cabeza para que volviera a mantener la mirada hacia sus muslos.

El resto de la cuerda, lo pase detrás del nudo que había hecho antes para después subir la cuerda por su espalda, rozando ligeramente con la misma la piel de su espalda, causando que se estremeciera ante el contacto, después de aquello, pase la cuerda rodeando su cuello, dos vueltas fueron suficientes y fue cuando Yoongi levanto la cabeza.

—No tengas miedo, gatito —le dije—, no es para hacerte daño.

Lo escuche tragar con pesadez, volví a pasar a cuerda por su espalda, esta vez del lado izquierdo, para después volver a anudar sus muñecas, me asegure de hacer un nudo mucho más resistente.

—Mueve un poco tus manos —demande y en cuanto lo hizo, soltó un pequeño quejido—, perfecto —solté una suave risa—, escúchame bien, gatito, esas manos tuyas, no deberán moverse o apretarás tu cuello, mírame —ordene y él me miro por sobre su hombro izquierdo—, lo único que debes hacer es estar quieto, gatito, mientras me divierto un poco contigo, ¿bien?

—Sí, amo —volvió a tragar grueso, su respiración era levemente más acelerada, y sus hombros subían y bajaban constantemente debido a ello.

—Bien —tome a Yoongi por sus muñecas amarradas, y lo obligue a acostarse en la cama jalándolo hacia mí, soltó un pequeño quejido al sentir como su cuello era levemente apretado debido a mis acciones, pero no se opuso a que lo hiciera.

En cuanto estuvo recostado en la cama, se percato de mi mirada, sonreí ladino, y camine, rodeando la cama, no dude en desabrochar el cinturón que llevaba puesto antes de quitarme por completo los pantalones que llevaba puestos, me deshice de igual forma de mi ropa interior y en cuanto llegue del otro lado de la cama, hable.

—Abre las piernas, gatito —mi tono fue menos severo, no quería asustarlo, aunque creo que ya lo había logrado.

Al parecer mis ordenes no habían sido nada claras, porque Yoongi mantenía sus piernas levemente encogidas hacia su cuerpo, cosa que me hizo apretar la mandíbula con fuerza.

—¿Acaso no escuchaste? —mi noto de voz fue más severo—. Abre las malditas piernas, encanto —volví a ordenar, pero esta vez no esperaría a que él acatara mis ordenes, en un movimiento rápido, me incline hacia él, y tome sus piernas, arrastrando un poco su cuerpo sobre las sábanas, separe sus piernas y no dude en colocarme entre ellas, Yoongi soltó un pequeño grito que fue silenciado casi por sus labios cerrados, intento levantar la cabeza para mirarme, pero aquel atado que hice, no lo dejo en lo absoluto—, te dije que no te movieras.

Pase una mano por mis cabellos, y en cuanto estuve en la cama, y justo entre las piernas de mi gatito, no dude en inclinar mi cuerpo para poder deleitarme un poco con el cuerpo tan delicado de mi querido amante, relamí lentamente mis labios al percatarme de los hermosos pezones rosados que esperaban ansiosos por querer ser probados por mí, di un pequeño vistazo a mi sumiso, percatándome de que no me miraba, eso era perfecto por el momento, acerque mis labios hacia su pezon izquierdo, y no tarde en sacar mi lengua para darle una gran lamida a su sensible pezón, sus piernas se encogieron levemente mientras él soltaba un pequeño jadeo por sus labios, su voz era dulce, ese tono suyo tan delicado y agudo solamente me estaba provocando cada vez más, no dude en volver a prestar atención a su pezón, esta vez me atreví a acariciar con mis dientes la punta del mismo, haciendo que el cuerpo debajo de mí se estremeciera en el proceso, y antes de que siquiera mi gatito lo esperase, encaje mis dientes con fuerza sobre aquella zona.

—¡Ah, j-joder! —exclamo y yo sonreí ladino al escucharlo.

—¿Quieres que lo haga de nuevo, gatito? —antes de que siquiera él me respondiera, volví a lamer y comenzar a chupar su pezón, Yoongi no tardo en deleitarme con sus pequeños suspiros y cortos jadeos que comenzaron a escapar por sus labios de forma lenta.

Seguí con mis acciones, saboreando el pequeño toque levemente dulce y saldado de su piel, sintiendo como poco a poco y con mis acciones, su cuerpo comenzaba a estremecerse debajo de mí.

—Aaahhh, aamo —soltó en un jadeo, me dedique a darle atención a sus rosados botones que me pedían a gritos recibir por completo mi total atención, lamiéndolos, chupándolos, y de vez en cuando mordiéndolos.

Yoongi se dedicaba a regalarme cada vez más suspiros largos, gemidos cortos que hacían que poco a poco me sintiera mucho más satisfecho de poder escucharlo, se removía en su sitio a cada una de las mordidas indiscretas que le daba a sus sensibles pezones, rozaba sin querer mi hombría con parte de su trasero, y joder, la sensación me encantaba haciéndome gruñir levemente mientras me dedicaba a seguir atendiendo a sus pequeños botones, los cuales ya estaban totalmente erectos antes mí, no tarde en comenzar a lamer su pecho, subiendo cada vez más en cada una de mis lamidas, pasando por sus clavículas hasta llegar al punto de la cuerda y pasarlo para comenzar a lamer de nuevo el cuello de mi amante.

—Mmmm, Ji-min —soltó mi nombre en cuanto sintió como mi lengua se paseaba con delicadeza sobre su piel, volvió a removerse levemente, me incline un poco más hacia su cuerpo, y con una de mis manos, lo obligue a subir un poco más sus caderas para que mi hombría quedase más cercana a su entrada, Yoongi se removió levemente, provocando una fricción entre mi hombría y su entrada que me hizo morder levemente su cuello—. ¡Ah!

—Gatito —deje de esconder mi rostro para que me mirara, sus ojos no tardaron en encontrar los míos—, ¿desde cuando eres tan travieso? Mmmm...

—Amo —volvió a removerse haciendo que apretara una de mis manos sobre su cadera para tratar que se detuviera—, tómame, amoo...

—¿Tan pronto quieres que te haga mío, gatito? —acerque mi rostro al suyo, sus ojos brillaban en deseo, mientras volvía a removerse, importándole poco que le estuviera tomando con fuerza su cadera.

—S-sí, amo —sus mejillas se enrojecieron ante su propia respuesta, sonreí ladino—, lo quiero dentro.

—No sabes cuanto me encanta que me lo pidas, gatito —el tono rasposo de mi voz lo hizo relamerse los labios frente a mí y no pude despegar mi mirada de esos labios suyos, delgados de un tono rosa pastel, tan perfectos, sentí como mi boca comenzaba a salivar ante la imagen de sus hermosos labios y no pude evitar acortar mucho más la distancia entre nuestros rostros, haciendo que la distancia fuera cada vez menor y que nuestras respiraciones cálidas se encontrarán y se mezclaran sin protesta—, en verdad no sabes lo mucho que me encantas, gatito.

En cuanto termine de decir aquello, junte mis labios con los de Yoongi, provocando que él soltase un jadeo que fue silenciado casi por completo por nuestros labios juntos, moví con parsimonia mis labios sobre los suyos, y me permití succionarlos levemente, obligándolo a darme mucho más acceso a su boca, y en cuanto lo logré, introduje mi lengua para hacerla encontrar con la suya, no dude en comenzar a enredarlas y acariciarla lentamente, cerré mis ojos disfrutando de aquel beso, y sin previo aviso, comencé a restregar mi erección por la entrada de Yoongi, haciendo que las piernas de mi amante comenzaran a abrazar mi cuerpo.

Separe mis labios provocando un chasquido entre nuestras bocas, y volví a juntar mis labios con los de Yoongi, dándole primero un par de besos cortos para pasar a uno más necesitado y deseoso por probarlo, haciendo que soltase muchos más suspiros en el proceso, el sabor de sus labios es único, tan enigmático que no quieres dejar de probarlo una y otra vez, es embriagante como un buen vino, y es todo mío.

—Vamos, gatito —dije mientras me separaba de sus labios—, suplica que te haga mío —volví a unir mis labios con los suyos en un beso suave que rápidamente termine, logré encajar mis dientes sobre su labio inferior antes de terminar el beso y lo jale con leve fuerza haciendo que él diera un pequeño salto en su sitio, sonreí por su reacción—, suplica, gatito.

—Aamo... —soltó un suave suspiro al sentir como volvía a dar suaves y simuladas estocadas a su entrada, fingiendo de ese modo que entraba en él—, p-por favor, amo, l-lo de-eseo...

—¿Quieres que sea suave contigo? —pregunte, pero no podía contenerme por más tiempo, empuje mis caderas, abriendo así el paso a su entrada, dejando por fin entrar la punta de mi pene en su entrada, haciendo que Yoongi se retorciera levemente debajo de mí—. O ¿prefieres que te folle duro?

Y antes de que Yoongi me diera una respuesta, introduje de una sola estocada mi pene en su interior, soltó un sonoro jadeo al sentirme entrar de forma brusca en él.

—¡M-mierda, Ji-min! —soltó de nuevo, sentía como sus paredes apretaban mi hombría perfectamente, sigue siendo tan estrecho, joder, me encanta que lo sea, me miro a los ojos—. D-duele...

—Te dolerá más sino me respondes, gatito —le advertí, me moví ligeramente, sacando apenas un poco mi hombría de su interior y él soltó de nuevo un jadeo corto—, así que respóndeme.

Se removió levemente, mordí mi lengua en el interior de mi boca, joder, sus paredes palpitaban levemente debido a lo que hice, y joder, la calidez de su interior provocaba que solamente quisiera seguir penetrándolo una y otra vez, lo miré a los ojos, quería saber su respuesta, aunque lo único que quería en este momento era joderlo, quería follarlo tan duro, sus ojos gatunos me lo pedían a gritos y por supuesto no estaba dispuesto a negarme a sus peticiones.

—F-folleme duro, a-amo —por fin me respondió y yo me permití sonreír ladino por su respuesta, era la que tanto había estado esperando en este momento y por supuesto, no me negué ante sus peticiones.

Comencé a mover mis caderas, sacando de una mi pene de su entrada y haciendo que Yoongi soltara un nuevo jadeo.

—Gime, encanto, me encanta escucharte —dije para después volver a introducir mi pene en su entrada.

—¡Amo! —soltó en un jadeo alto, volví a moverme, sin sacar por completo mi hombría de él.

Comencé a penetrarlo más constantemente, mientras que Yoongi dejaba caer su cabeza hacia atrás y cerraba los ojos con fuerza mientras continuaba con mis movimientos, haciendo que mi hombría lo penetrase una y otra vez en movimientos constantes y mucho más rápidos, sentía el calor en mi cuerpo inundarlo completamente, sintiendo esa pequeña capa de sudor invadir mi piel al igual que en la de Yoongi.

—M-más... aaaah, Ji-min —las suplicas de Yoongi eran un completo deleite para mis oídos, su voz melodiosa lloraba por más de mis actos para complacerlo por completo.

Joder, me encanta cuando se deja llevar por el placer, me encanta como su estrecha entrada aprieta mi hombría en su totalidad, me recibe sin reproche alguno, gruño por lo bajo y maldigo en mis adentros, sus paredes son un total paraíso para mí.

—Te encanta... —suelto un suspiro—, que te folle duro... ¿no es así?

—¡Amooo! —vuelve a gemir, ladeando su cabeza y dejándome ver su cuello, suelta un largo jadeo y relame sus labios—. Ji-min... aaaaaah, me e-encantaaa...

—Lo sé, gatito —gruño y suelto un largo suspiro—, joder, gatito, estás tan apretado...

El sonido de nuestras pieles chocando una contra la otra no me impide distraerme de ver sus facciones, cierra sus ojos y los abre levemente para mirarme, me encanta como sus labios se entreabren para tomar un poco más de aire y seguir soltando más gemidos cortos y suaves suspiros suyos, traga saliva de vez en cuando para no tener su boca seca, sus mejillas están levemente sonrojadas y esa leve capa de sudor en su frente, la imagen que tengo frente a mí de Yoongi es maravillosa, tan hermosa y angelical que no quiero dejar de mirarlo, sigo penetrándolo más, quiero ver como las facciones de su rostro siguen cambiando en cuanto más lo penetro.

—¡Aaaah Jimin! —mi nombre sale por sus labios en un sonoro y agudo gemido suyo, su cuerpo se estremece mientras el placer logra invadirlo por completo y deja que su esencia manche la camisa que traigo puesta y parte de su piel blanquecina.

Aprieto mis dientes con fuerza al sentir como sus paredes aprisionan mi erección y sólo un par de estocadas más son las que puedo darle antes de tener mi propio orgasmo, haciendo que mi piel se estremezca y me haga apretar la mandíbula con fuerza.

—Joder, gatito —gruño entre dientes y detengo mis acciones.

Nuestras respiraciones son entrecortadas y nuestras miradas se conectan, joder, amo ver esos hermosos ojos marrones mirarme con adoración y cariño, amo todo lo que tenga que ver con mi Yoongi.

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