28. Jimin

El tránsito de los vehículos parecía estar totalmente a mi favor, porque ni siquiera me había detenido ni siquiera para esperar por una congestión de vehículos o tan siquiera por un semáforo, no, todo parecía indicar que mis actos estarían cada vez más cercanos a llevarse a cabo, mire por el rabillo del ojo a Yoongi, quien parecía mantenerse sereno, pero sé que no lo está, o al menos no del todo.

Mantiene sus piernas juntas, mientras que juega con los dedos de sus manos sobre el regazo, mantiene apretados sus labios y de vez en cuando no duda en mordérselos, mira por la ventanilla a su lado y después al frente, sus ojos viajan de un lado a otro, y evita sobre todo, mirar del lado del piloto, sé que esta nervioso, sus acciones lo delatan, siempre lo han delatado, desde que lo conocí, pude ver que Yoongi es como un libro abierto, mostrando todo su contenido siempre, dejando ver sus emociones a flor de piel, me encanta que sea así, porque puedo saber perfectamente lo que quiere, lo que planea, puede que sean obvias sus acciones muchas veces, pero me gusta escuchar lo que me tiene que decir siempre, porque no importa si el título de un libro te dice todo el contenido, porque siempre habrá algo dentro del ejemplar que te hará sorprender.

Necesitaba una forma de convencerlo, y mi forma era una que tenía exactamente algo que a mi parecer a Yoongi le encantaría, probar sus sentidos era lo que más me gustaba, sus reacciones siempre me hacían sentir excelente, mi gatito es alguien sumamente sensible en todos los aspectos, pero el que más me encanta es su piel, porque a cada toque mío, se eriza, tiembla y me regala lo que quiero, me encanta cuando suspira bajo el tacto de mis manos, amo cuando su dulce voz me pide que prosiga con mis acciones, deleita todo mi cuerpo con esa sumisión en su voz y su piel es tan sumisa ante mí que me hace querer seguir tocándolo cada vez más, relamo la comisura izquierda de mis labios, sintiendo el sabor dulce mientras pienso en mi propio anhelo de tocar a Yoongi.

Tengo una sorpresa preparada para Yoongi, pero por supuesto, no todo podía ser algo simplemente convencional, porque mis gustos a la hora de realizar un acto tan íntimo, son distintos, y ahora mismo me encontraba pensando en uno que pudiera disfrutar tanto Yoongi como yo, uno que puede que asuste a mi gatito pero que al final termine por gustarle. No tardamos mucho en llegar hacia el edificio en donde se encuentra mi departamento.

—Llegamos —mencione, sé la presencia de mi voz hace que Yoongi se encuentre mucho más nervioso de lo que ya está, quiero soltar una risa, de alguna forma su actitud ante estás situaciones me hace sonreír, pareciera que es alguien tan primerizo, pero sé que no lo es, no cuando ya lo hice pasar por más de un par de cosas que sé que él disfruto, giro mi rostro en su dirección, percatándome de que el temblor en sus manos es levemente notorio—, vamos, gatito, no te haré nada que no te guste.

Cierra los ojos con fuerza al escucharme, esta temeroso, lo sé, pero no debe estarlo, no es como si fuera a comérmelo de un solo bocado, suelta un pequeño suspiro y no tarda en mirarme a los ojos.

—L-lo sé —sonrió levemente al escucharlo—, p-pero...

—Sin peros, gatito —mencione y él me miro a los ojos, sus orbes oscuros brillaban en deseo, sé que lo quiere a pesar de que no lo demuestre—, ahora, debo decir que tengo algo que me gustaría probar contigo.

Lo veo tragar grueso.

—¿Q-qué c-c-cosa? —pregunta, el tartamudeo en su voz me hace querer simplemente desordenar sus cabellos oscuros, amo que el tartamudee en mi presencia, me hace sentir mucho más dominante.

—Escucha, mi gatito —comencé a hablar—, sabes perfectamente que me gusta mucho probar algunos de tus sentidos —abre los ojos en grande al escucharme—, me encanta cuando puedo hacerlo, y también sabes —sonrió ladino—, lo que me gusta al estar con alguien en un encuentro sexual.

Sus mejillas comienzan a ponerse de un color rosa, se ve totalmente adorable cuando se sonroja.

—¿A-a-a qué quieres lle-e-gar? —pregunta.

—Si me lo permites, tengo el deseo de complacerte de la forma que más me gusta —sabe de lo que hablo, sus pupilas se dilatan ante mis palabras—, y no te preocupes, seré gentil —sólo por ahora, mi gatito.

Seguí mirándolo, esperando por su respuesta, Yoongi no sabe exactamente lo que le haré, pero estoy seguro de que se hace una idea de lo que le puede esperar allá en mi departamento, ahora el problema era que estuviera dispuesto a aceptar, ni siquiera le di una pista de lo que le haré, y eso puede hacerlo sentir mucho más inquieto, asustado, nervioso por lo que puede esperarle en cuanto cruce por la puerta de la habitación, no sé si quiera hacer de nuevo esos roles que teníamos antes, amo y sumiso, necesito su aprobación, no haré nada que él no quiera hacer, esa es la regla primordial que siempre debe estar entre parejas, y más cuando se trata de esos pequeños fetiches que se tienen a la hora de practicar el sexo.

Aprete ligeramente mis labios, quizás le estaba pidiendo demasiado a Yoongi, porque seguramente sigue pensando en lo que paso antes, sé que esto es demasiado para él, y que seguramente no quiera tener de nuevo la misma experiencia, a muchos no les agrada absolutamente nada de mis gustos, pero puede que incluso haya logrado que Yoongi tuviera cierto placer al volver a querer intentar algo como aquello, y esperaba que así fuera, porque si no, me sentiría como un completo imbécil por pedirle de nuevo que actúe como mi sumiso.

—¿Q-qué es exactamente lo que harás? —pregunto después de ese largo silencio que nos inundó por breves instantes, sus ojos volvieron a enfocarme, y fue cuando acerque mi mano derecha a mis labios, colocando solamente mi dedo índice sobre mis belfos mientras mantenía mi mirada sobre él.

—Es un secreto —mencione en respuesta y aleje mi mano—, se mi sumiso por esta vez, Yoongi y te prometo, que te haré pasar la mejor noche de tu vida.

Mis palabras eran sinceras, y él no tardo en sonrojarse de nuevo, aparto la mirada, sigue pensándolo, sé que duda entre aceptar y no hacerlo, y lo comprendo, quizás algunas de mis acciones no le dejaron un buen sabor de boca, pero sé que muchas otras lo hicieron sentir totalmente complacido, así que solamente era cuestión de esperar a que aceptase mis peticiones.

Había muchas dudas rondando por su cabeza, mientras me dedicaba a mirarlo, podía ver que parecía tener un pequeño enfrentamiento mental consigo mismo, seguramente pensando en la respuesta que podía darme, en si sería la respuesta que tanto había buscado, en si estaba dispuesto a aceptar ser de nueva cuenta sometido por mí, relamí levemente mis labios con la punta de mi lengua, y cuando menos lo espere, volvió a dirigir su mirada hacia mí por breves momentos, para después bajar la mirada en total sumisión ante mí.

—S-sí, acepto —dijo por fin, el leve temblor en su voz me hizo sonreír levemente, su respuesta no había hecho más que fascinarme, por unos momentos había creído que me mandaría a volar, pero no lo hizo.

Lo sabía, le gusta como lo trato, ama que lo toque a mi manera, desea que lo haga en este preciso momento, quiere que lo someta a mi voluntad, y eso solamente hace que mi boca salive en demasía, joder, Min Yoongi, acabas de despertar a la bestia que siempre he llevado dentro, y te desea con ferocidad.

—Sí, ¿qué? —mi tono fue duro, y pude verlo temblar ligeramente.

—Sí, amo —respondió, sin tartamudeo alguno en su voz, y eso me hizo sonreír de nuevo, satisfecho por su respuesta, lleve mi mano derecha hacia su rostro, tome su mentón con mis dedos y apretando ligeramente lo obligue a levantar el rostro para que me mirase a los ojos.

—Escucha bien mis instrucciones —demande sin suavidad en mi voz—, tomarás la llave que se encuentra en la guantera, es la copia que saque para ti hace tiempo, irás al elevador, e irás directamente a mi departamento —hice una pausa, los ojos de Yoongi brillaban en demasía—, ve a la habitación especial, cariño —sonreí ladino—, desvístete, te quiero sentado sobre tus propias piernas, cabeza agachada, y manos sobre tus muslos, sino te encuentro en esa posición en cuanto llegué —relamí mis labios frente a él mientras miraba los delgados labios de Yoongi—, entonces recibirás unos buenos azotes, gatito, y allí es donde no seré nada piadoso, ¿entendido?

—S-sí, amo —di un asentimiento antes de soltarlo, él apretó levemente sus labios.

—Tienes exactamente diez minutos —miré el reloj en mi muñeca derecha—, a partir de... —en cuanto el segundero comenzó a marcar el inicio de un nuevo minuto, hablé—, ahora.

Yoongi no dudo en hacer caso a mis mandatos, abrió la guantera del vehículo y saco el juego de llaves que una vez saque para él, en cuanto lo hizo, cerro de nuevo la guantera y se dispuso a salir del vehículo, me quede observándolo todo el tiempo, cerro la puerta del automóvil y salió corriendo hacia dentro del edificio, solté una suave risa, diez minutos podían ser ventajoso, puede que incluso cumpla con todo lo que le pedí, pero, Yoongi no es alguien que sea tan puntual, así que lo más seguro es que termine por recibir un castigo.

De sólo pensar en que puedo darle unos azotes con los juguetes que tengo en la habitación me hace sentir sumamente excitado, suelto un largo suspiro, antes de salir de mi vehículo, lo dejaré aquí y entregaré las llaves al portero para que estacione mi vehículo, hoy no tengo tiempo para eso, ladeo mi cuello de un lado al otro, despejándome un poco del estrés del trabajo, entrelazo mis dedos al frente y hago que mis articulaciones truenen en el proceso.

Bien, estoy listo, y espero que mi gatito este preparado para recibir a su amo.

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