19. Yoongi (+18)

Sentí que mi boca se secaba en cuanto lo vi relamerse los labios con lentitud frente a mis ojos, quizás me estaba metiendo demasiado en la boca del lobo, pero la adrenalina recorría mi cuerpo, y no quería evitar ninguna clase de contacto con él, sentí sus manos bajar poco a poco hasta dar con mis caderas, que aún eran cubiertas por mis pantalones, él sonrió ladino antes de hablar.

—Con que mi gatito quiere que su amo lo trate como se debe —apretó un poco su tacto, haciéndome estremecer en el proceso, miro debajo de mi rostro, admirando mi blanquecino cuello y bajando un poco más hacia mis clavículas—, sigues siendo tan hermoso, gatito —su ronca voz solamente causaba que dentro de mí hubiera una revolución de emociones.

Me removí un poco sobre su regazo, y él apretó la mandíbula con fuerza.

—Hazme tuyo, amo —dije en un susurro, en ese momento acababa de darle el consentimiento total para que hiciera conmigo lo que quisiera, y joder, de sólo pensarlo, me encantaba la idea.

Sus manos no tardaron en volver a colarse por dentro de mi ropa, acariciando mi piel con sus dedos, en un tacto firme y profesional, sin siquiera titubear en sus acciones, solté un suave suspiro al sentirlo apretar con fuerza mis costados, se acomodó en su sitio, importándole poco mi peso, y haciendo que me elevará un poco más para que colocará mis manos por sobre sus hombros, y así lo hice, sintiendo los latidos desbocados de mi corazón ir en aumento, y sintiendo como mi respiración se entrecortaba cuando aquella nueva sonrisa ladina apareció en su rostro antes de llevar sus labios gruesos hacia mi cuello.

Me permití apretar sus hombros con fuerza al sentir como sus labios se paseaban ligeramente sobre mi piel, rozando la extensión de mi cuello, eleve mi rostro para darle más acceso, sintiendo como ahora comenzaba a besar desde la parte baja de mi mentón hasta poco a poco ir bajando dándome castos besos por la extensión de mi cuello, suspire y cerré mis ojos al sentir como los besos que me repartía me dejaban una sensación satisfactoria de cosquilleo, Jimin en cuanto llego al final de mi cuello, volvió a subir, pero esta vez, lamiendo, su lengua hacia un recorrido corto en cada lamida, empujando mi piel levemente, dejándome primero la sensación cálida de su boca, para después hacerme sentir el frio de la humedad de su saliva, no evite soltar un jadeo ante esa sensación tan placentera que estaba dejando en mi cuerpo.

Sus manos dejaron de estar dentro de mi playera, para pasar a la orilla de esta, y es cuando él en cuanto llego a mi manzana de adán, no dudo en morderla levemente y hacerme soltar un pequeño chillido en el proceso, separo su rostro del mío y me permití bajar la cabeza para mirarlo a los ojos.

—¿Dolió? —me pregunto, su voz era ronca, relamió sus labios levemente, por supuesto que había dolido, todavía sentía sus dientes clavados en aquella zona, había sido como un pellizco, demasiado fuerte y sin tacto alguno—. ¿Quieres que te muerda en otras partes?

Sus manos no tardaron en levantar mi playera, haciendo que mirase abajo, aprete con un poco de fuerza sus hombros y él dejo de levantar la playera, trague en seco, demonios, no quería que se detuviera, pero... solté un suave suspiro, y lo mire a los ojos, él también lo hacía, estaba esperando a que le dijera algo.

—¿No piensas responderle a tu amo? —me pregunto.

Negué con la cabeza de inmediato y él soltó una suave risa.

—Si no lo haces —volvió a intentar quitarme la playera—, tendré que castigarte, gatito —mordí mi labio inferior por breves instantes, y aleje mis manos de sus hombros, para permitirle que me quitase la playera, con maestría y sin mucho esfuerzo, Jimin me despojo de aquella prenda, dejando libre mi torso, dejándome expuesto ante él—, ¿vas a cooperar, gatito?

—¿Qué me harás sino lo hago? —en verdad ansiaba saber lo que haría, él no ha utilizado la mayoría de sus juguetes conmigo, y por más que no lo quisiera admitir, los castigos podían no ser tan malos después de todo.

—Sabes muy bien que no tolero que me desobedezcas —su tono de voz era tosco, haciéndome sentir regañado—, me encanta cuando pones de tu parte, aunque la mayor parte del tiempo te gusta hacerme enojar, ¿no es así, gatito?

—Me encanta hacerlo enojar, amo —mencione en un tono bajo, mientras que él me regalaba una risa en un suspiro.

No tardó mucho en prestarle más atención a mi cuerpo, miro hacia mi pecho desnudo, sentí como con sus fuertes brazos me tomaba con fuerza por la cintura, atrayéndome más a su cuerpo, haciendo que mi pecho quedase más cercano a su rostro, específicamente ante sus labios, Jimin no tardo en comenzar a atenderme en aquella zona, mientras que sus manos se comenzaban a colar por el resorte de mis pantalones, dejando de lado mi ropa interior para pasar y tocar mis glúteos, este hombre en verdad no pierde nada de tiempo.

Jimin comenzó a lamer mi pezón derecho, su cálida lengua daba masajes a mi pezón ligeramente, pasándola una y otra vez mientras que yo apretaba los dientes con fuerza ante ese contacto en mi piel.

—Aaah, Ji-min —me permití suspirar su nombre, y él me miro elevando una ceja al escucharme, y antes de separarse, no dudo en morder con fuerza mi pezón—. ¡Ah, joder! —solté al sentir sus dientes clavarse con fuerza en aquella zona tan sensible.

—Empezaste a decirme amo, gatito —sentí sus manos apretar mis glúteos con fuerza—, y eso es lo que soy ahora para ti, mi gatito —relamió sus labios—, sabes tan bien que no quiero dejar de probarte.

—A-amo —sentí como sus manos apretaban con fuerza mis glúteos y los separaban un poco—, a-aaah...

—¿Te gusta, gatito? —di un asentimiento—. Y... —sentí como uno de sus dedos se colaba por mi entrada, aprete los dientes con fuerza, joder—, vaya, sigues igual de apretado, mi gatito, ya quiero meterte mi polla.

—J-joder —hice mi cabeza hacia atrás, demonios, la sola sensación de tener sus dedos dentro de mí, me estaba enloqueciendo, tenía dos de sus dedos dentro, y Jimin se dedicaba a sacarlos y meterlos una y otra vez—, m-me encanta, amoo...

—Me alegra que te guste, gatito —sentí como comenzaba a pasear su lengua ahora por mi otro pezón, haciendo que soltase un suspiro, sus cabellos me hacían pequeñas cosquillas por arriba de mi pecho, mientras sentía como él saboreaba con mucha atención mi pezón, mordisqueando y lamiendo una y otra vez, haciendo que mi piel se erizase en el proceso.

Demonios, este hombre en verdad sabe todos mis puntos débiles, el calor en mi cuerpo iba en aumento, y apenas me había percatado de que Jimin ni siquiera se había despojado de ninguna de sus ropas, pero demonios, eso no me interesaba, él me estaba haciendo delirar por completo y me estaba encantando lo que hacía conmigo, me removí un poco al sentir como introducía un nuevo dedo dentro de mí, y al moverme logré sentir la hombría dura de mi amante debajo de mí, Jimin soltó un pequeño gruñido ante mi movimiento, lo mire.

—Parece que alguien esta ansioso por tenerme dentro —me removí de nuevo, haciendo que el tensará la mandíbula—, ¿tanto deseas que te la meta, gatito?

—S-sí, amo, por fa-aavor —sentí como dejaba mi entrada libre.

—Levántate —demando, su semblante era serio al decirme aquello, pero no me moví de mi sitio—, ¿no me escuchaste? —su ronca y dura voz más aquellos ojos fieros me hicieron sentir escalofríos, me estaba ganando un castigo, lo sé, y aunque no me importaría recibir uno, no estaba preparado mentalmente para tenerlo, así que lo mejor que podía hacer ahora, era obedecer a sus mandatos, no quería problemas, no por ahora.

A regañadientes me levanté de su regazo, y en cuanto lo hice, pude notar la erección que Jimin tenía atrapada en sus pantalones, en cuanto estuve de pie frente a él, no dudo en también ponerse de pie, y en cuanto lo hizo, nuestros cuerpos quedaron tan cerca, que nuestros pechos casi chocaban entre sí.

—Mantente quieto —me dio una nueva orden, acerco sus manos, colocándolas primero sobre mis brazos, acariciándome poco a poco hasta dar con la punta de mis dedos, y sin pensarlo más, su rostro se acercó al mío.

Entreabrí mis labios, y me percate de que está sería la primera vez que de nuevo él me besaría después de tanto tiempo, no pude evitar sentirme nervioso, mi corazón no dejaba de latir como loco, y cuando menos lo espere, su aliento se entremezclo con el mío, y sus labios rozaron ligeramente los míos, la ansiedad recorría mi cuerpo, trague saliva y Jimin por fin junto nuestros labios en un beso, era lento, movía sus belfos sobre los míos, buscando que yo le correspondiera el beso, y así lo hice, disfrutando de las corrientes dulces y placenteras que me enviaba con aquel contacto entre nuestros labios, él suspiro entre el beso, mientras que yo me permití cerrar los ojos mientras sentía como sus manos se dirigían hacia la cremallera de mis pantalones para ayudarme a despojarme de estos mismos, no tardo en hacerlo, en cuanto sentí como mis pantalones eran bajados, Jimin mordió mi labio inferior haciéndome rechistar y abrir la boca para darle más acceso, ladee mi cabeza y él introdujo su lengua, no tardo en encontrar la mía para comenzar a enredarla.

Quise llevar mis manos hacia sus pantalones, pero él no me dejo hacerlo, me agarro por las muñecas con fuerza, sosteniéndolas abajo, para después separarse un poco de mis labios, pero los volvía a juntar poco a poco, creando chasquidos entre nuestras bocas, y cada uno de sus besos, el cosquilleo que se formaba en mi vientre bajo cada vez era peor al sentirlo darme aquellos besos tan dulces.

Pronto Jimin se separó de mis labios y me sonrió ladino, relamió sus labios.

—¿No dejarás que te ayude? —le pregunte, yo estaba totalmente expuesto ante él, mientras que Jimin era todo lo contrario, él soltó una suave risa, mis manos seguían aprisionadas por su fuerte agarre.

—No deseo que lo hagas, gatito —menciono él—, soy esa clase de persona que disfruta más de saber que complace bien a otros —soltó mis manos—, así que no dudes en gemir en alto cada que te toque.

Joder, aprete levemente mis manos, Jimin no dudo en quitarse despojarse de sus ropas, pero no mire hacia abajo, me concentré más en su rostro, en delinear su perfecta mandíbula, en observar con detalle algunos de los pocos lunares esparcidos por su rostro, me concentré en sus delgadas cejas, me concentre en sus ojos rasgados, en ese brillante deseo lleno de lujuria que podía ver en ellos, en sus carnosos labios que estaban levemente enrojecidos por aquel beso que nos habíamos dado, no pude ver más abajo porque no podía hacerlo, simplemente me había quedado totalmente hipnotizado por su rostro, y no quería dejar de verlo, cuando menos lo espere, él ya estaba desnudo frente a mí, pero yo no le prestaba atención a su fornido cuerpo.

—¿Quieres seguir con esto? —me pregunto, percatándose de mi intensa mirada sobre él, pronto, la vergüenza se apodero de mí y baje la mirada, encontrándome con nuestros pies descalzos y algunas prendas de vestir en el suelo, trague saliva.

¿En verdad quiero seguir con esto? Claro que lo quería, lo deseaba más que nada en el mundo, no podía solamente negarme ahora, porque eso sería imposible para mí, así que volví a elevar mi mirada, y no tarde en dar un asentimiento.

—Sí —dije en un tono de voz bajo—, quiero seguir...

—En ese caso —lo sentí tomar mis caderas—, recuéstate en el sofá y abre las piernas.

Obedecí a sus órdenes, lo pase de largo, sintiendo sus manos alejarse de mi cuerpo y me recosté en el sofá, dejando mi cabeza caer sobre el mullido sofá, sintiendo en mi espalda la suavidad de aquella tela que protegía todo el sofá, mire a Jimin acercarse a mi cuerpo mientras se empezaba a tocar a él mismo, masajeando su hombría en un vaivén de abajo hacia arriba bajo mi atenta mirada, se aproximó hacia mis piernas encogiéndolas hacia mi cuerpo con mi ayuda, para después separarlas en el proceso, dejando que mi pierna izquierda quedara reposando en el respaldo del sofá mientras que la otra se mantenía en el aire, relamí con la punta de mi lengua mis labios, estaba nervioso, en verdad muy nervioso, puede que ya haya tenido relaciones sexuales con él, pero, ahora en verdad me sentía mucho más nervioso que antes.

Pero debía relajarme, Jimin se colocó entre mis piernas, y me tomo por las caderas para obligarme a acercar más mi cuerpo hacia él, me paralice al sentir la punta de su hombría rozar ligeramente con mi entrada, demonios, mire a Jimin quien se comenzaba a inclinar hacia mí, colocando sus manos a cada lado de mi cabeza.

—Voy a entrar —me advirtió en un susurro, su voz estaba enronquecida, algo que me deleitaba del todo, di un asentimiento y cuando menos lo espere, él comenzó a introducirse en mí, aprete mis dientes con fuerza y trate de llevar mis manos hacia abajo—, quieto, gatito...

—P-pero —él se inclinó más a mí, hasta que nuestros rostros pro fin quedaron a escasos centímetros de distancia y nuestros alientos se juntaban en el proceso—, d-duele... —dije en un hilo de voz, y volví a sentir como se empujaba dentro de mí, joder.

—Lo haré con cuidado —trague en seco ante sus palabras—, lo prometo.

No sabía si era una buena oportunidad para confiar en sus palabras, pero tenía que hacerlo, de nuevo sentí como su hombría se empujaba contra mi entrada, haciendo que por fin soltase un jadeo al sentirlo por completo dentro de mí, aprete mis piernas y él se mantuvo quieto en su sitio mientras que sus ojos me miraban esperando a que le indicase que se moviera.

—H-hazlo...

Y en cuanto dije aquello, Jimin comenzó a embestirme, saliendo y entrando despacio, en verdad lo estaba haciendo despacio, pero a pesar de eso, y de que pensé que terminaría molestándome por su lentitud, no podía sentirme enojado, no cuando se sentía tan bien como entraba y salía de una forma tan lenta, que me permitía sentirlo por completo, entrecerré mis ojos y aprete con fuerza los dedos de mis pies al sentirlo de esa forma.

—Aaaaah —suspire, demonio, esto se sentía tan bien—, Ji-min... aaaah...

—No sabes lo bien que te sientes, gatito —menciono él con su aterciopelada voz, se relamió sus labios frente a mí, demostrándome que me estaba disfrutando demasiado—, eres tan estrecho que me encantas.

—S-sigue aaaaah, Jim-in...

—Gime, gatito —acero su rostro al mío, regalándome un beso profundo en el cual me permití soltar un gemido, se separó de mis labios—, gime para mí...

Sus movimientos lentos, sus estocadas dando en el punto correcto para darme placer, cerré mis ojos mientras lo seguía sintiendo entrar y salir de mí, y lo complací, gemí en alto, diciendo una y otra vez su nombre, saboreando cada una de las letras que lo conformaban, haciéndole saber que me estaba encantando lo que estaba haciéndome, mientras que él soltaba uno que otro gruñido y decía aquel apodo que tanto me gustaba que me dijera, no me cansaría de escucharlo decirme gatito en ningún momento.

—J-joder —maldijo por lo bajo—, me encantas tanto, Yoongi...

—M-más, J-jimin, más... —me sorprendí cuando escuché mi nombre salir por sus labios, pero en realidad, me sentía más embelesado por todo el placer que me estaba dando que decidí no prestarle tanta atención a mi nombre salir por sus labios.

—Te amo, Yoongi —dijo antes de volver a penetrarme, y joder, había dado en aquel punto dulce que hacía que las sensaciones llenas de placer volvieran a recorrer mi cuerpo haciendo que me sintiera desfallecer entre sus brazos.

—Aaaaah, y y-yo a ti, Jimin... —no podía dejar de gemir, demonios, esto se sentía tan bien, su pene dentro de mí me hacía sentir totalmente completo, era indescriptible las miles de sensaciones que sus acciones provocaban en mi cuerpo.

Siguió embistiéndome con delicadeza, sin prisa alguna, ambos disfrutando uno del otro, sin preocupación alguna, el clímax no tardo en venir a nosotros, indicándonos que habíamos llegado al máximo punto del placer que podíamos, ambos llegamos al mismo tiempo, me corrí sobre nuestros vientres, el sudor en mi cuerpo estaba ligeramente colocado, al igual que en el cuerpo de Jimin, mi amante se dejó caer un poco encima de mí, sin salir de mi interior, haciéndome sentir como su esencia me inundaba por completo, no dude en rodearlo con mis piernas, no quería que saliera, no tan pronto.

Nuestras respiraciones eran entrecortadas, Jimin dejo caer su cabeza sobre mi hombro, mientras que yo trataba de recuperar la respiración lo más que podía, el varonil aroma de su perfume embelesaba mis sentidos haciéndome sentir paz en mi interior, su aliento chocaba contra mi hombro, y su cuerpo levemente sudoroso por el esfuerzo me hacía sentir mucho más cálido, Jimin no tardo en recuperar el aliento antes de separarse de mi cuerpo y mirarme a los ojos.

Me regalaba una sonrisa, pero no era una sonrisa cualquiera, había algo que me hacía querer inclusive regalarle un beso, era un levantamiento de las comisuras de sus labios tan autentico, tan radiante y lleno de alegría que hacía que mi corazón se sintiera sumamente cálido de sólo verla, sentí mis mejillas arder en cuanto una de sus manos hizo que algunos de mis cabellos despejaran mi frente un poco, no podía dejar de mirarlo, inclusive sus ojos brillaban en emoción.

—¿Siempre has sido tan hermoso? —me pregunto Jimin y yo solté una pequeña risa.

—¿A qué viene esa pregunta? —lo ataque con otra pregunta.

—Bueno —apretó sus labios formando una línea recta y entrecerró sus ojos levemente antes de hablar—, es que antes te veías sumamente encantador, pero ahora —sonrió, mostrándome sus blancas perlas—, eres más que eso, Yoongi... ahora te ves —negó levemente con la cabeza—, te ves como la persona con la que quiero estar el resto de mi maldita vida, tan perfecto.

No supe que decirle, no tenía palabras, me había logrado dejar en silencio.

—En verdad me gustas mucho, Min Yoongi —sentí como mi corazón casi se salía por mi garganta—, te amo.

—Y yo a ti, Jiminie.

Definitivamente, este ha sido el mejor momento de mi vida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top