17. Yoongi
Las palabras de Jimin, me habían dejado con un buen sabor de boca, no quería admitirlo, y jamás seré capaz de hacerlo en voz alta, pero es la verdad, Jimin me había dejado prácticamente con la boca cerrada con aquellas palabras, haciendo que me sintiera sumamente cálido, mi corazón no había dejado de latir en desenfreno, de sólo recordar cada una de sus palabras, hacía que la calidez en mi pecho siguiera invadiendo por completo mi cuerpo, mi rostro lo sentía sumamente cálido, y la vergüenza de solamente mirarlo darme la espalda hacía que todavía más me sintiera levemente nervioso.
Este hombre sabe como manejar perfectamente sus palabras, sabe hacer que mi corazón se acelere con una mirada suya, y sabe el momento perfecto para hablar, Park Jimin es sumamente enigmático y preciso a la hora de realizar cualquiera de sus acciones, y por más que me cueste admitirlo, adoro que sepa cuando decir lo correcto.
No demoro mucho en cocinar, Jimin es un experto en la cocina, se mueve rápido y sin la necesidad de pedir ayuda, me estaba sintiendo inútil en ese momento, a veces ni siquiera yo quería preparar algo de comer, pero no era un mal cocinero, y eso me salvaba en muchas ocasiones, y ahora que lo pensaba más, Jimin ni siquiera había probado algo preparado por mí, siempre es él quien se ofrece a preparar la comida, o pedirla, cuando estamos juntos, quizás pueda darle una sorpresa después, relamí con la punta de mi lengua mis labios en cuanto el aroma del huevo y los vegetales llegó a mí, cuando menos me lo espere, una porción en forma de triangulo parecida a la de una tartaleta había sido colocada frente a mí, estaba adornada con una hoja de lechuga por debajo, mientras que aquel pequeño pastel estaba sobre la misma, Jimin agrego un pequeño toque de romero molido a mi plato, antes de alejar sus manos.
—¡Listo! —anuncio y no pude evitar mirarlo—. Anda, encanto, pruébalo.
El apodo sólo causo que me sintiera avergonzado, mantenía mis manos sobre mis muslos, mientras el aroma de la comida inundaba mis fosas nasales y hacía que mi boca se inundará de saliva, ansiosa por probar lo que Jimin había preparado, cerré mis manos, llevándome consigo parte de la tela de mi pantalón mientras me deleitaba con la imagen del platillo frente a mí. Tenía la intención de tomar los palillos para comenzar a comer, pero Jimin se adelantó, tomo los palillos metálicos que se encontraban justo frente a mí, y antes de que pudiera reaccionar, él en un movimiento rápido, corto con los palillos una pequeña porción de la comida y la aproximo a mis labios.
Trague saliva con fuerza, demonios, ¿por qué hace esto?
—P-puedo hacerlo solo.
—Lo sé —me respondió—, pero deja que sea yo quien te dé el primer bocado —lo miré de soslayo—, vamos, abre la boca.
Acate su orden, y él no tardo en llevar el bocado dentro de mi boca, en cuanto lo hizo, y yo pude sentir el sabor de la sal y los vegetales combinados con el huevo, el saco los palillos de mi boca con cuidado, para que pudiera masticar, demonios, mi corazón latía desenfrenado, ¿acaso este hombre quería que me diera una taquicardia? Parpadee un par de veces, me sentía un niño pequeño que no sabe utilizar los malditos palillos y tiene que esperar a que le den de comer, tan patético e inocente.
—¿Y? —mire a Jimin que se alejaba de mí para rodearme y sentarse a mi lado—. ¿Qué tal esta?
—Esta... delicioso —dije y pasé el bocado, en verdad lo estaba, demasiado delicioso, a decir verdad, Jimin había encontrado el punto perfecto de cada uno de los vegetales dentro de aquella tartaleta, aunque sudaba mucho que fuera alguna clase de tarta—, ¿qué se supone que es?
—Una frittata —menciono animado, mientras se dedicaba a cortar un trozo de aquel platillo italiano para después llevarlo a su boca—, no soy muy bueno con la comida italiana, pero espero te haya gustado esto, gatito.
Ese maldito apodo de nuevo, ciertamente mis mejillas no dejarían de estar totalmente rojas con este hombre cerca, Jimin soltó una suave risa, seguramente burlándose de la vergüenza en mi rostro.
—Pues para decir algo como eso —mencione mientras cortaba otro trozo—, deberías estar demente, esto esta muy bueno —lleve el trozo a mi boca para comenzar a masticarlo—, en verdad que lo es.
—Gracias por el cumplido, gatito —lo mire de soslayo, su mandíbula marcada y esos cabellos rubios suyos algo despeinados lo hacían ver tan, pero tan bien, trague con pesadez, sintiendo un nudo en mi garganta, demonios—, por cierto, ¿qué te gustaría beber?
Apenas me había percatado de eso, parpadee un par de veces, ¿qué me gustaría? Quizás algo de agua, si definitivamente agua.
—¿Sabes? Tengo algo de vino de una cosecha espacial, ¿te gustaría probarlo?
¿Alcohol?
¿Me esta tomando el pelo? No sé si sería una buena idea, jamás he bebido algo de alcohol junto a él, y no es que no me gustase, pero no era nada bueno bebiendo.
—No soy muy bueno con el alcohol —mencione en voz baja.
—Estás conmigo, gatito, nada puede pasar.
¿Nada puede pasar? Park Jimin, el hombre con el cual me acosté más de un par de veces me estaba diciendo que nada puede pasar si es que tomo un poco de vino junto a él, eso sí que era un mal chiste de parte suya.
—No juegues con eso, Jimin —dije y él elevo una ceja al escucharme—, ¿qué?
—No estoy jugando.
—Lo sé, pero... no soy bueno bebiendo y sinceramente —sentí mi rostro arder, aprete con fuerza los palillos entre mis dedos—, ¿n-no crees que sería una mala idea tomar vino contigo?
Jimin no tardo en soltar una risa al escucharme.
—No te burles —masculle por lo bajo.
—Gatito, no es como si mis planes fueran tenerte debajo mío esta noche —carajo, trague saliva con fuerza y volví a concentrarme en mi comida—, aunque si es lo que quieres —el tono de su voz se volvió mucho más rasposo, me paralice por completo al verlo acercar su rostro más al mío—, podemos hacerlo sin la necesidad de beber algo de vino —susurro contra mi oreja, su aliento golpeando mi piel con suavidad hizo que sintiera un escalofrío recorrerme por completo.
—¡Ya, Jimin! —lo empuje con mi mano izquierda para que dejase de invadir mi espacio personal, y a cambio él comenzó a reírse con mucha más fuerza, apreté los dientes con fuerza, sentía mi cara arder completamente en vergüenza, demonios, este hombre si que sabe como jugar sucio—. Te odio...
—Vamos, gatito no te enojes conmigo —apenas y podía entender sus palabras bien debido a su risa, pero poco a poco fue disminuyendo su euforia por lo que había comentado—, sólo fue una pequeña broma, encanto.
Rodé los ojos. Creerle no estaba en mis planes, las pequeñas bromas a veces tenían algo de verdad, y sinceramente ahora mismo pienso que Jimin si tenía una verdadera intención al traerme aquí, no quería pensar en que él quisiera que tuviéramos sexo de nuevo, aunque sinceramente la idea no me desagradaba del todo, pero no, no dejaría que él me tocase, no por ahora.
—¿Estás pensando en que sería buena idea, gatito? —su pregunta me hizo mirarlo, él sonreía hacia su comida, se estaba divirtiendo con esto.
—¿Cómo piensas que voy a querer que me...? —solté un bufido—. Olvídalo.
Este hombre me quiere matar de la vergüenza.
—Pues parece que crees que es una grandiosa idea —me miro a los ojos—, y no me negaría ante tus peticiones, encanto, me encantaría complacerte.
—N-no... —ese maldito nudo en mi garganta no se iría en un buen tiempo—, ¿podrías dejar de hablar sobre esto?
—¿Por qué? —elevo sus cejas en confusión—. No te debe incomodar nada de esto, Yoongi, es normal —se encogió de hombros restándole importancia al asunto—, créeme que no eres solamente tú quien tiene ganas de darte algo de placer.
—¡Jimin! —fruncí el ceño y este hombre de nuevo soltaba una risa—. ¡Estoy hablando en serio!
—Y yo también, gatito.
Esta sería una larga noche, una en la que seguramente Jimin se concentraría en hacerme sentir sumamente avergonzado, pero he de admitir que escucharlo reír, y verlo sonreír me estaba haciendo sentir sumamente feliz, porque sabía que yo era la causa de esa alegría suya en ese momento. Al final, termine por aceptar el vino, estaba sediento, al igual que él, además solamente bebería un poco, y me aseguraría que solamente fuera una copa, el vino no es algo que sea tan fuerte, pero tampoco debía confiarme mucho, el alcohol a veces puede ser algo sorpresivo para el cuerpo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top