16. Jimin

Mi plan era simple, una cena que él pudiera disfrutar, aunque ciertamente ahora pensaba que traerlo a mi departamento había sido una mala idea, ¿en qué estaba pensando? ¿Acaso me había vuelto un completo idiota? Sé que esta levemente incomodo, puedo verlo en sus hermosos ojos marrones, pero necesito que me tome algo de confianza de nuevo, trague saliva mientras lo arrastraba hacia la cocina, nuestras manos seguían unidas, y su tacto era levemente más frío que el mío, pero lograba hacer que su mano se sintiera cálida cuando la juntaba con la mía.

En cuanto nuestros pasos llegaron hacia la cocina, me permití dejar libre su mano, soltándola despacio, Yoongi tardo unos segundos en comprender que debía dejarme libre para que me encargará de cocinar, lo mire por sobre mi hombro derecho, encontrándome con su mirada atenta a nuestras manos, sonreí levemente, notando como entreabría sus labios para soltar un pequeño suspiro antes de dirigir su mirada hacia otro lado.

Las terribles ganas de hacerlo mirarme estaban carcomiéndome por dentro, como las garras de un feroz tigre en cautiverio sobre las paredes de concreto de su jaula, trague saliva pesadamente antes de dejar de mirarlo, y comencé a caminar hacia el refrigerador, prepararía algo sencillo, algo que sabía no me llevaría mucho tiempo y que él disfrutaría. En un principio, la carne parecía una buena opción, pero también es un alimento demasiado pesado inclusive para digerirlo, así que opte mejor por sacar algunos vegetales frescos y algunos huevos, la cocina italiana no es mi espacialidad, pero me encantaba comerla de vez en cuando, así que una frittata era mi mejor opción por ahora.

Escuché los pasos de Yoongi detrás, alejados, no pude evitar mirar lo que estaba haciendo, y allí lo vi, sentándose en una de las sillas que se encontraban cerca de la islita de la cocina, cruzando sus pies uno encima del otro, y posicionando sus brazos sobre la mesa, mientras se disponía a sacar su teléfono celular.

Su método para distraerse me pareció adorable, sonreí, seguramente no quiere prestarme atención, o se sentía todavía demasiado tímido como para querer prestarme de su completa atención, no me distrae tenerlo cerca, es agradable.

Cierro la puerta del refrigerador con ayuda de mi pie izquierdo, haciendo que la puerta haga un sonido fuerte en cuanto se cierra, Yoongi me mira en cuanto me doy la vuelta para dirigirme hacia el lavabo.

—¿Qué prepararás? —se anima a preguntarme.

—A decir verdad, no me gustaría decirte del todo —parpadea un par de veces antes de inclinar su rostro hacia la izquierda—, es una sorpresa.

—No me gustan las sorpresas —el gatito es curioso, lo sé—, sólo dímelo.

—Sólo piensa en comida italiana —mencione en respuesta y él me regalo un pequeño bufido antes de volver a ver su teléfono móvil.

Coloco los vegetales sobre el lavabo, y comencé a desinfectarlas, limpiando uno por uno, algunos tomates cherry, calabacines y zanahorias, seguí con mi trabajo, peor no pude evitar volver a mirar a Yoongi, parecía muy entretenido en su teléfono, relamí la comisura derecha de mis labios, mientras me dedicaba a seguir lavando los vegetales, ¿por qué miraba tanto su teléfono?

¿Estaba hablando con alguien? Y sí era así, ¿con quién?

Posiblemente sería con su hermana, aunque... cerré el grifo antes de soltar un suspiro, había lavado los vegetales, camine hacia uno de los cajones que se encontraban cercanos al refrigerador, y de inmediato lo abrí para sacar un cuchillo y un rayador, cerré el cajón para ahora volver al lavabo y comenzar a cortar y quitar la piel a las zanahorias.

Escuché un pequeño bufido detrás de mí, y no pude evitar dejar mis acciones para mirar a Yoongi, lo vi fruncir el ceño mientras miraba la pantalla de su teléfono, deje de mirarlo para continuar con mis acciones, no debía distraerme, pero era inevitable, de algún modo, me sentía levemente atemorizado, y es que desde ya casi un año que no nos vemos, la posibilidad de que Yoongi tenga a alguien más era sumamente alta, apreté levemente mis labios.

Pegue mi lengua contra mi paladar, no quería hablar, pero, en verdad me estaba matando por dentro la estúpida curiosidad que estaba sintiendo en ese preciso momento.

—¿Saliste con alguien después de mí? —pregunte en voz alta.

No lo miré, no estaba listo para hacerlo, comencé a picar los calabacines después de que termine con las zanahorias, mientras el silencio se hacía cada vez más pesado después de mi pregunta, maldita sea, ¿había sido mala idea hacerle esa pregunta? Estuve tentado a mirar detrás de mí para saber como se vería Yoongi en ese momento, pero ni siquiera me dejo hacerlo.

—¿Qué? —me ataco con esa pregunta.

—Te pregunte si saliste con alguien más después de lo nuestro —podía imaginar su rostro, seguramente estaría con los labios levemente abiertos y con el ceño levemente fruncido, preguntándose el por qué le hacía esa clase de pregunta y justamente en ese preciso momento.

—¿Por qué te interesaría saber eso? —sonreí ladino, a Yoongi le gusta jugar, apreté la empuñadura del cuchillo con fuerza, relamí mi labio superior levemente.

—Quizás porque puedo estar quitándole alguna oportunidad a alguien contigo, ¿no lo crees? —el silencio se hizo presente de nuevo, pero no duro mucho.

—No le quitas la oportunidad a nadie —contesto, no pude evitar mirarlo de nuevo por sobre mi hombro, su mirada permanecía en un punto poco atractivo para ignorarme—, no he salido con nadie después de ti.

Quería estar feliz por escucharlo, pero, algo en su tono de voz me indicaba que no debía de mostrarme alegre por la noticia.

—¿Qué hay de ti? —Yoongi giro su rostro para volver a mirarme—. ¿Saliste con alguien?

—Sabes que jamás tendría algo en plan romántico con alguien —volví a girar mi rostro—, claro, hasta ahora.

—Me refiero a sí tuviste otro sumiso —evadir su pregunta no estaba en mis planes, ni siquiera hacerlo creer que tuve a alguien más, porque la realidad era muy diferente, no tuve nada con alguien más, no cuando cada día me acordaba de él.

—Si hubiera tenido otro sumiso, sería como haber dejado en la basura todo lo que pasamos juntos —respondí.

—¿Qué no siempre hiciste eso con los demás? —corte con fuerza el calabacín en mis manos, haciendo que el filo del cuchillo chocará con fuerza cobre la tabla de cortar—. Lo siento...

¿Desecharlos?

Sí, eso hacía, los desechaba como objetos, puede que me considerasen un insensible de mierda, pero era una realidad, aunque mis anteriores sumisos sabían exactamente a lo que venían a parar cuando estaban conmigo, sabían exactamente que solamente se trataba de un periodo corto de tiempo estando juntos y que solamente los utilizaría para satisfacer mis pasiones más profundas. Ninguno fue para mí algo tan fuerte como para hacerlo más duradero, los sentimientos siempre estuvieron fuera de contexto entre nosotros, a excepción de aquella chica que había logrado sentir "amor" por mí, por supuesto solamente había adquirido una pequeña obsesión conmigo, pero eso era todo.

—Mis anteriores contratos jamás tuvieron algo que fuera sentimientos hacia mí —conteste—, ni siquiera yo los tuve, los contratos fueron cortos, ni siquiera había pensado en volver a tenerlos para mí por más tiempo —termine de cortar todos los vegetales, y camine hacia la estufa—, hay una enorme diferencia entre esos contratos y contigo, Yoongi.

—¿Diferencia, dices? —soltó un resoplido—. No creo que...

Lo interrumpí.

—La hay —dije y me gire por completo para poder caminar hacia la islita de la cocina—, a diferencia de los demás, contigo, logré experimentar lo que jamás creí que me pasaría, amar y querer a una persona es algo que no muchos podemos experimentar, no con la misma intensidad, gatito —sonreí al ver como sus mejillas adquirían un tono rosado por mis palabras—, a ti no puedo desecharte, porque me es difícil sacarte de mis pensamientos —lo mire a los ojos—, no puedo simplemente dejarte ir, porque me siento perdido sin ti, mi concentración es un asco ahora, porque no estas allí —acerque mi mano hacia su rostro, tomando con mi pulgar y mi índice su mentón—, dejarte ir fue el mayor error que pude haber cometido en mi vida, hay una enorme diferencia, Yoongi, y esa es que a ti te amo, y a los demás no.

Decirle que lo amaba, me hacía sentir sumamente bien, porque es lo que siento por él, lo quiero conmigo, día y noche, quiero escucharlo con atención, quiero verlo sonreír en todo momento, necesito verlo distraído con sus pensamientos, amo verlo fruncir el ceño a pesar de que me dije que me disgustaba, me gusta cuando sus ojos brillan en emoción cuando le muestro algo diferente, me encanta cuando su cuerpo tiembla ante mi tacto, en verdad lo amo, lo amo más que a mi propia vida, y estaba dispuesto a demostrárselo de una y mil formas.

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