09. Jimin
Lleve mis manos a mi rostro, restregando las palmas con algo de fuerza sobre mi piel y soltando un largo resoplido, estaba frustrado, demasiado frustrado, y por supuesto era por el trabajo.
—Señor Park —de nuevo la chillona voz de Eunji logró solamente ponerme más tensión sobre los hombros, aparte un poco mis manos para poder verla, de nuevo venía con aquel traje color vino, su falda siempre estaba por arriba de la rodilla, mostrando sus piernas que eran cubiertas por medias de un tono más claro que el de su piel—, el itinerario...
—¿Qué? —dije y fruncí el ceño.
Siempre era lo mismo, cuando yo llegaba a la oficina, era revisar el maldito itinerario, todo tenía que ver con mi agenda, y Eunji se encargaba de hacerme la vida imposible con respecto a mi maldito itinerario, parecía que esa mierda era mucho más importante, no me gusta tener que estar contratando a alguien para que me siga y mantenga al pendiente mi agenda, pero Namjoon insiste en que es bueno tener un asistente personal, ¡bah! Preferiría que me dejarán en paz.
—E-el itinerario de la próxima semana se m-movió —el nerviosismo en su voz solamente me está sacando de quicio, solamente Yoongi puede tartamudear en mi presencia, nadie más, pero esta chica pareciera que con mirarme ya se orina de miedo, suelto un suspiro.
—¿Qué se supone que se movió? —pregunte.
—La junta de la próxima semana, señor —dijo en voz baja, aprete la mandíbula.
—¿De nuevo? —ella dio un asentimiento y yo no pude evitar rodar los ojos, es la tercera vez que la mueven, ¿acaso nadie tiene tiempo para los negocios? Mire a la chica que pareció dar un ligero temblor ante mi mirada—. Dile a Namjoon que se comunique conmigo, quiero hablar sobre esto y...
Ella me interrumpió.
—E-el señor Kim fue quien me dijo que la junta... se movería —rodé los ojos, ¿qué carajos estaba planeando Namjoon? Mire de nuevo a la chica.
—Sólo ve y comunícale que quiero hablar con él —ella dio un asentimiento—, y no vuelvas a interrumpirme cuando te hablo, ¿entendido?
—S-sí, señor Park —hizo una pequeña reverencia—, l-lamento haberlo interrumpido, señor.
—Sí, sí —dije de mala gana—, date prisa, necesito hablar con él.
Eunji dio un rápido asentimiento y antes de retirarse dio una nueva reverencia y comenzó su camino para irse de mi oficina, el sonido de sus tacones golpeando el suelo sólo me hicieron mirarla como se iba, sonreí ladino en cuanto ella dejo de taconear adentro de mi oficina. Había muchas cosas que me molestaban de tener asistentes, y una de ellas era que cualquiera de las chicas que querían trabajar conmigo creían tener la oportunidad de ligar conmigo, ¿quién se creían? ¿Sirenas que podían atrapar hombres en sus redes? Patético.
Ocurrió con Leslie, una extranjera de ojos azules y cabellos castaños que creía que podía alcanzar un estatus más tratando de que me acostará con ella, pero por supuesto la mande al demonio, también había ocurrido con Jeongyeon, ella había sido una de las mejores, al menos sabía trabajar, pero cuando logré ver esos indicios llenos de coquetería de cuarta la despedí, y le había dicho que no quería que ninguna mujer como ella se atreviera a pisar de nuevo mi edificio, por supuesto no lo tomo muy bien, pero eso me importaba poco, y así fue con más de mis asistentes. Siempre las revistas de chismes hablaban mucho de los solteros más codiciados, y no sólo de la industria musical, sino que también de los empresarios, y yo era parte de la lista, me había enterado apenas de parte de una revista que encontré en el escritorio de Eunji, de sólo recordarlo, me daban más ganas de demandar a la patética revista HOT World's, y quizás lo haga, sólo para que quitasen mi nombre y mi fotografía de esa lista.
Pronto alguien más se iría de mi equipo de trabajo, Eunji ya estaba sentenciada a ser despedida, y no sólo era por esa revista, que me daba el primer indicio de que ella buscaba más que trabajo, sino que también por su comportamiento, esos nervios y esa voz chillona, y ese caminar moviendo las caderas de un lado a otro, ¿cree que caeré por algo como eso? ¡Ni siquiera Yoongi hizo algo en particular para llamar mi atención en primer lugar!
Solté un suspiro al recordar el día en que lo vi por primera vez, su naturaleza levemente tímida, ese ligero miedo en sus ojos, y esa determinación en sus decisiones, él no estaba fingiendo para llamar mi atención, era autentico, Min Yoongi era sumamente autentico, y amaba que lo fuera.
Unos toquidos en la puerta de cristal me hicieron dejar mis pensamientos de lado.
—Adelante —dije en voz alta y entonces la puerta se abrió, Namjoon quien traía en sus manos unos papeles entraba y dejaba que la puerta se cerrase sola detrás de él.
—¿Me llamaste? —pregunto mientras se mantenía leyendo aquellas hojas y se seguía aproximando hacia mi escritorio.
—Sí, quería hablarte con respecto a la junta —dije y él dejo de mirar los papales—, Eunji me comento que fuiste tú quien cambio la fecha.
—Así es —confirmo Namjoon.
—Es la tercera vez con está, Namjoon —dije entre dientes—, ¿qué se supone que estás haciendo?
—Bueno, en realidad es por motivos de los demás ejecutivos —menciono Namjoon—, todos están pidiendo que se posponga, hay muchas cosas por ver y aprobar y —hizo un ademán con su mano libre—, ya sabes —rodo los ojos—, me han pedido que la posponga para la siguiente semana y dicen que el día que se haga será perfecto, al parecer nadie estará ocupado.
Solté un resoplido, bueno, eso daba tiempo para tener inclusive una mejor planeación para los expositores que darían a conocer los avances tecnológicos del nuevo vehículo.
—Esta bien —mencione—, ¿ya avisaste a los expositores?
—Todos han sido avisados —dijo Namjoon.
—Excelente, no olvides decirles que tienen que prepararse más, no quiero errores y mucho menos con los ejecutivos presentes, si llego a encontrar un error, lo verán reflejado en su estadía en la empresa.
—No te preocupes, Jimin, se los dejaré en claro —asentí a sus palabras.
Dirigir una compañía de automóviles era complicado algunas veces, pero nada que alguien como yo no pudiera manejar, estaba feliz.
No pude evitar recordar de nuevo a Yoongi, tenía que llamarle para acordar lo de nuestra cita.
Cita... hasta ahora pensar en esa palabra se me hacía extraño, le había dado una cita a Yoongi cuando era mi sumiso, y todo había salido bien, pero en realidad no tenía ni la menor idea de que se debía hacer, pensaba inclusive que había cometido distintos errores, pero Yoongi estaba contento con todo lo que paso y eso me alivianaba, pero ahora, que sería una cita en la que debía dar lo mejor de mí, no sabía qué demonios hacer.
Mire a Namjoon quien seguía leyendo los documentos, estaba sentado frente a mi escritorio, Namjoon se mantenía concentrado, él ha sido mi amigo durante mucho tiempo, ha tenido parejas, muchas parejas en verdad, pero no estaba seguro de si ha tenido algo serio con alguien, casi siempre eran encuentros casuales, nada más, mi amigo no le gustaba hablar mucho de su vida amorosa.
—Nam —el mencionado mantuvo su vista en los papeles, pero me indico con un leve sonido producido por su garganta que me escuchaba—, ¿qué se hace en una cita?
—Depende —dijo y seguía con la vista en los documentos—, si se trata de una cita de trabajo, una cita con tus padres, una cita con una buena amiga, una cita...
—En realidad es en plan más romántico —dije y él dejo de leer, levanto la mirada, sus cejas estaban levantadas y sus ojos bien abiertos, rodé los ojos ante su repentina sorpresa—, ¿qué te sorprende?
—¿Qué, que me sorprende? —sonrió ladino—. Por favor, ¡Park Jimin preguntándome lo que se hace en una cita en plan romántico, es de otro planeta! —solté un bufido—. No te enfades, es que —se encogió de hombros—, es extraño.
—Sí, sí —dije y sonreí ladino—, ahora, dime lo que se hace.
—No es tan difícil —menciono mi amigo—, sólo llévalo a un lugar bonito, o a dar un paseo.
¿Dar un paseo? ¿Un lugar bonito? Mi mente estaba en blanco.
—¿Cómo al parque? —pregunte y él frunció el ceño—. ¿Qué?
—Eso es algo sumamente cliché —comento Namjoon—, además se ve que no tienes ni siquiera la menor idea de adonde llevarlo.
Solté un bufido y me dejé caer sobre la silla, era verdad, no tenía ni la menor idea de que demonios hacer en una cita, ni siquiera las tediosas y aburridas películas de Hollywood me ayudarían, estaba seguro de eso.
—¿Entonces? —pregunte y él se encogió de hombros—. No me digas que tampoco tienes la menor idea de lo que debo hacer.
—Viejo, no seas así, una cita no es complicada, pero debes estar seguro de que la otra persona la esta disfrutando, no sólo debes divertirte tú, sino que también la otra persona —aprete mis labios levemente—, ¿por lo menos sabes lo que le gusta?
Entreabrí mis labios, ¿saber lo que le gusta a Yoongi?
En realidad...
—¿No dirás nada? —cerré mi boca—. ¿Cómo no vas a saber nada de él?
—¡Cállate! —mencione, demonios, hablábamos, pero casi no de lo personal, de vez en cuando lo hacíamos, pero sobre sus gustos, no, definitivamente no sé nada sobre sus gustos—. Sé que no le gustan las cosas que cuesten demasiado dinero...
Namjoon soltó una suave risa al escucharme decir aquello.
—Eso es una ventaja —dijo entre risas—, pero, ¿sabes acaso que le gusta comer, que le disgusta hacer, a que le tiene miedo? —negué con la cabeza—. Eres un idiota, Park.
Sí, lo soy.
Hasta ahora me estoy percatando que no sé casi nada acerca de lo que le gusta o no a Min Yoongi, y aún así estoy enamorado de él, ¿puedo ser más estúpido? Quizás.
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