03. Jimin

Mantener ocupada mi mente era lo que menos debía de hacer, mi concentración siempre ha sido clave en todo para la empresa, mantenerme fijo en mis propios objetivos para hacer que Park's triunfará era la clave de todo el éxito, esa también era una de las razones por las que me alejaba de tener una relación en pareja, aunque claro eso no quitaba el hecho de que mis necesidades no fueran satisfechas, pero mis gustos se trataban de algo muy peculiar entre las personas, por lo que me veía en la obligación de encontrar a las personas adecuadas para que lograran complacerme y que yo lograse lo mismo en ellas.

Tuve un sumiso cuando cumplí los veintidós años, en ese tiempo estaba experimentando, lo mantuve conmigo durante un lapso corto de tiempo, tres meses, lo ocupaba para cuando tenia mis deseos sexuales demasiado activos, y eso fue de mucha ayuda para encontrar mis gustos más profundos y lo que me disgustaba en particular, y pude dar a la conclusión de que ser el dominante, ser el que manda, ser aquel que puede impartir los castigos, todo eso me fascinaba en todo su esplendor, cuando cumplí mis veintitrés años decidí experimentar de nuevo, una chica fue mi sumisa por dos meses para después pasar a un descanso, volví a darle un nuevo contrato después de cuatro meses, y eso fue todo.

Hubo dos más, pero no eran tan importantes, una de ellas era demasiado tímida a la hora de tenerla en la cama y eso me disgusto bastante, termine su contrato de inmediato, mientras que la otra se había obsesionado un poco conmigo, logró meterme en problemas con mi hermano y desde allí decidí que lo mejor era alejarme de todo eso, aunque por supuesto fue más difícil de lo que imagine.

Veintiséis años y Yoongi fue quien apareció en mi vida, de algún modo me había cautivado con sólo su presencia y había hecho que perdiera mis sentidos casi por completo, los actos que llevamos a cabo casi siempre eran sin protección de mi parte, y un error muy grande también, aunque... me gustaba sentirlo más, pero inclusive mis pequeñas acciones hacia él eran incomprensibles para mí, y aún lo son.

Volver a verlo... había sido como una gran bofetada de parte de mi destino, jamás creí encontrarlo de nuevo y ahora él estaba más cerca de lo que pensé, y no podía siquiera sacarlo de mis pensamientos.

—¡Park Jimin! —eleve mi mirada, encontrándome con Kim Namjoon, él es prácticamente mi mano derecha en los negocios, y un gran amigo también—. ¿Te encuentras bien?

Lleve mis manos a mi rostro, restregándolas un poco mientras recargaba mis codos sobre los papeles que se encontraban en mi escritorio, solté un largo resoplido antes de volver a ver a Namjoon, los dedos de mis manos se enredaron en mis cabellos.

—¿Cuánto tiempo llevas aquí? —pregunte mientras él caminaba unos pasos más para acercarse a mi escritorio.

—Toque la puerta hace como diez minutos, como no abrías decidí entrar, pero cuando te hable ni siquiera me prestabas atención —soltó una suave risa—, parecía como si estuvieras en una clase de viaje astral.

—Lo lamento —dije en un resoplido—, he estado pensativo últimamente.

—¡Y que lo digas! —comento divertido mientras se disponía a tomar asiento frente a mí, traía en sus manos un par de hojas, las leía mientras hablábamos—. Ya revisé algunos de los documentos para la aprobación del nuevo modelo del automóvil, ¿has revisado lo que te pedí?

—A decir verdad, no —dije y él me miro por sobre las hojas—, mi concentración esta del asco.

Sí, esta del asco sólo por pensar en Yoongi, debía de encontrar alguna forma de sacarlo por completo de mis pensamientos, pero parecía que ni siquiera un fuerte hechizo lo sacaría, era como tener un mosquito rondándote para picarte y tomar tu sangre, y que, aunque lo mates aparece de nuevo, aunque no puedo matar pensamientos.

—Lo sé —comento Namjoon haciendo que frunciera levemente el ceño—, Jimin, no sé qué te pasa, pero sabes muy bien que se viene un evento importante, es la presentación de un nuevo vehículo para la empresa, y eso requiere de tu concentración aquí mismo, pero también sé que seguramente has de tener algo en la cabeza que no te deja en paz, y como amigo tuyo, sabes que cuentas con mi apoyo y todo eso —hizo un pequeño ademan con su mano izquierda—, si necesitas hablar, entonces hazlo...

Namjoon tenía razón, necesitaba hablar de esto con alguien, no lo había hecho durante todo este tiempo, casi siempre me guardaba muchas cosas para mí mismo, aunque Namjoon estaba enterado de muchas cosas, y una de esas cosas era sobre mis gustos en tener relaciones sadomasoquistas en lugar de tener una relación formal y sin contratos, nos conocíamos de hace tiempo, y él me consideraba un poco extraño pero nada fuera de lo normal, era agradable tenerlo como un amigo y como mi mano derecha en la empresa, pero en estos momentos lo que necesitaba en serio era a un amigo, y Namjoon se trataba de la opción perfecta en este preciso momento.

—En realidad... —solté un nuevo resoplido, me acomodé en mi silla y volví a mirar a Namjoon—, creo que si necesito hablar de esto.

—¿Paso algo? —pregunto mi amigo.

—¿Recuerdas a Min Yoongi? —él me regalo un asentimiento—. Digamos que no tuvimos sólo una relación de trabajo.

Namjoon elevo las cejas al escucharme, entreabrió sus labios, pero ni una sola palabra salió por ellos, sonreí ladino al verlo tan sorprendido, parecía como si le hubiese dicho el más grande conocimiento de la humanidad.

—¿No dirás nada? —pregunte divertido.

—B-bueno, no pensé que tú y él... —señalo a diferentes partes de mi oficina haciéndome soltar una suave risa en el proceso—, viejo, ¿no dijiste que te alejarías un poco de eso? Es que... es increíble que incluso lo escogiste a él para tus cosas masoquistas.

—Sabes que llevo más de dos años sin tener algo como eso, ni siquiera había tenido sexo en todo ese tiempo —me encogí de hombros—, pero, cuando vi a Yoongi, quise intentarlo de nuevo.

—Es increíble, ¿y él si acepto?

—Me obligo a convencerlo, pero al final acepto —dije mientras sonreía levemente.

—¡Woaa! —menciono mientras negaba con la cabeza y sonreía—. Park Jimin, eres sorprendente, muy sorprendente —dio un par de aplausos antes de hablar—, ¿cuándo terminarás su contrato?

—Él... —deje de sonreír—, él fue quien termino con el contrato hace ya nueve meses...

—Oh... —dijo en voz baja y yo solté un suspiro—, bueno, supongo que eso es bueno, ¿no?

A pesar de que mi amigo me sonreía para animarme, no me sentía para nada animado, baje un poco la mirada, de nuevo aquellos ojos cristalinos por mi respuesta habían aparecido en mis pensamientos, la mirada de Yoongi en aquella noche era lo que no podía sacar tan fácilmente de mis pensamientos, esa mirada llena de decepción...

—¿Sabes? —hable de nuevo llamando la atención de mi amigo—. Él me confeso que estaba enamorado de mí, lo hizo el día en que regresamos de la fiesta de las empresas en el museo —comenté, negué levemente con mi cabeza—, no sé que me paso ese día...

—¿Por qué lo dices?

—Porque ese día lo lleve al jardín privado en donde mi padre le pidió matrimonio a mi madre —dije, el semblante de mi amigo era serio, como si estuviera analizando lo que decía—, también lo tuve entre mis sabanas... pero, no quise darle ninguna clase de castigo, no quise siquiera que se sintiera usado por mí, simplemente quise tratarlo como se merece... y —una leve risa me hizo mirar a Namjoon, quien tenía su boca tapada con su mano derecha mientras me miraba, sus ojos sonrientes solamente lo delataban—. ¿Qué te parece tan divertido?

—Perdón —dijo Namjoon, pero aquella estúpida sonrisa parecía no querer abandonar su rostro—, pero es que en verdad no te entiendo.

—¿Qué?

—Jimin, ¿no estás escuchándote? —parpadee un par de veces, no entendía lo que me estaba diciendo, Namjoon rodo los ojos mientras daba un gesto de negación con su cabeza—, amigo, ¿te gusta Yoongi?

—Es una gran persona y... —Namjoon me interrumpió.

—No me refiero a que si te gusta como es —dijo Namjoon—, me refiero a si te gusta sentimentalmente hablando —entreabrí los labios, no sabía que decir.

—N-no —dije, aunque quería morder mi lengua con fuerza—, no me gusta.

—No te creo —dijo Namjoon sin dejar de sonreír—, eres tan obvio, Park Jimin, tan obvio como que el cielo será oscuro al anochecer.

—¿Obvio? —fruncí el ceño—. No sé a que te refieres con eso.

—¡Oh, por favor, viejo! —exclamo mi amigo—. No puede ser que ni siquiera tu lo veas, mira, estás pensativo todo el tiempo, y apuesto a que estás pensando en Yoongi.

—¿Tan seguro estás de eso? —cruce mis brazos sobre el escritorio.

—No lo negaste, así que es cierto —rodé los ojos ante sus palabras—, ahora, lo llevaste a ese jardín privado, ese lugar es muy especial para ti, ni siquiera dejas que yo entre, y soy tu amigo.

—¿Y?

—Y, también esta eso de que esa noche quisiste hacerlo sentir especial —hizo comillas con sus dedos para la ultima palabra, la cual recalco bastante en su tono de voz—, lo que significa que le hiciste el amor.

—Fue sólo sexo y...

Namjoon me interrumpió.

—No, amigo, eso no fue sexo, acabas de decir que le quisiste dar el trato que merece, seguramente fuiste inclusive lento con él —fruncí el ceño.

—¿Cómo sabes que...?

—No es necesario ser adivino para ver que le hiciste el amor, Park Jimin —aprete mis labios y deje caer mi espalda en el respaldo de la silla, mientras mi mirada seguía concentrada en Namjoon—. Todo esto me hace llegar a una sola conclusión.

Eleve una ceja, esperando para saber la respuesta que me daría.

—Estás enamorado —toda expresión en mi rostro se fue por completo al escucharlo.

—No, no lo estoy —dije y solté un bufido—, quizás solamente me sentía feliz con él y... —deje de hablar al ver esa sonrisa burlona en su rostro—, deja de sonreír de esa forma, ¿quieres?

—Por favor, amigo, ahora dijiste que te sentías feliz con él —se encogió de hombros—, estás enamorado, sólo admítelo.

—No lo estoy.

—Eres más terco que un burro.

Solté una risa en un resoplido, esto no me estaba ayudando en nada, no podía estar enamorado, no, para nada, era una locura, aunque...

Me quede en silencio, y comencé a analizar todo lo que había vivido con Yoongi, todos y cada uno de esos momentos, era un hecho que me gustaba como hablaba, me gustaba que fuera juguetón en ocasiones y sumamente tímido para algunos temas, me gustaba verlo sonreír o inclusive bromear conmigo, me gustaba cuando se colocaba accesible a mis peticiones, me encantaba cuando se portaba sumiso, me encantaba cuando sonreía o sus ojos brillaban por cosas pequeñas, sus lindos ojos gatunos que siempre me miraban cuando él creía que me encontraba distraído, tomar su mano fría hacia que me sintiera completo, entrelazar nuestros dedos, platicar de cosas que ni siquiera nos llevaban a algo en específico, adoraba sus cabellos rebeldes que casi nunca eran peinados correctamente, su lindo cuerpo junto al mío mientras dormíamos en la cabaña, maldición.

Abrí mis ojos en grande haciendo que Namjoon me mirase extrañado, pero no había podido dejar de pensar en todo eso, no había podido dejar de pensar en Yoongi, en sus palabras, en sus acciones, en lo bien que se sentía estar con él en todo momento que tenía oportunidad de abrazarlo, de tenerlo a mi lado, de mantener una conversación con él, por eso me sentía tan cómodo hasta para ni siquiera usar protección con él, por eso quería buscarlo en todo momento para compartir aunque sea el almuerzo con él, por eso quise asistir a reuniones aburridas, porque sabía que llevándolo conmigo todo sería mucho mejor.

¡Maldita sea!

—¿Qué pasa amigo? ¿Apenas la flecha de cupido entro bien a tu corazón? —menciono Namjoon divertido.

—Búrlate todo lo que quieras —masculle entre dientes, mientras que él soltaba una risa.

—Lo haré, es divertido verte así de embelesado por alguien.

Rodé los ojos, pero a pesar de mi fastidio, en el fondo sabía que Namjoon estaba en lo correcto, me había enamorado, algo que ni siquiera creí que me pasaría tan pronto, algo que inclusive creí que solamente pasaba en las tontas películas de Hollywood, pero ahora lo estaba viviendo, y también había caído en cuenta que le había roto el corazón a la persona que amo.

¿Qué carajos debía hacer?

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