02.

García comenzó a contar que una niña de seis años había desaparecido en un centro comercial. Preguntaron si las autoridades no podían hacerse cargo, pero al parecer, semanas antes, otra niña de la misma edad también había desaparecido y había sido encontrada muerta.

-¿Cuánto tiempo lleva desaparecida?- preguntó JJ.

-Una hora. Nos acaba de llegar el aviso.- respondió García.

-Volamos en media hora. Preparad todo.- asintió Cora, levantándose para guardar todo lo necesario para el caso.

Una vez en el avión, comenzaron a repasar el caso. Investigaron a la familia y parecía muy normal. Un padre normal, una madre normal. Nada se salía de lo común. Al equipo le resultaría muy difícil encontrar algún indicio de lo que había sucedido.

Coraline se levantó a hacerse un café, y Hotch se levantó para acompañarla. Ella le sonrió y él se la quedó mirando, ella tenía aún el vendaje del apuñalamiento de hacía tres días, pero su permiso ya había acabado, por lo que Strauss la había obligado a volver.

-¿Cómo llevas el brazo?

-Bien, no podré jugar al beisbol durante una temporada, pero no pasa nada.

-No sabía que jugabas.

-Hay muchas cosas de mí que no conoces, Aaron.- el hombre rió.

-Desde luego que no. Oye, ¿Spencer y tú os lleváis mejor?- la chica intentó evadir la pregunta.

-¿Qué tal Jack?

-Cora...

-No lo sé, Hotch, en el último caso, empezamos con buen pie, pero luego se enfadó conmigo de nuevo y luego volvió a llevarse bien, y no hemos hablado desde entonces, y no sé qué pensar.

-Contamos con menos de tres horas para encontrar a Katie Jacobs.- recitó Cora a la jefa de seguridad.- Eso si no la ha matado ya.

Cuando llegaron a la zona de las familias, un policía detuvo a Cora y su compañero. Les mostraron las placas y las identificaciones, y el agente les permitió pasar. Era su primer caso involucrando niños, y estaba nerviosa.

Se acercaron a la familia y les explicaron que tendrían que realizar las entrevistas por separado para que cada uno pudiera contar lo que sabía. Decidieron comenzar con Jeremy, el primo de Katie. El niño parecía nervioso y asustado.

-Jeremy, sabemos que fuiste la última persona que vio a Katie. Solo te haremos unas preguntas, ¿de acuerdo?- dijo Cora con la mayor amabilidad posible.

-De acuerdo.

-Vale, cariño.- ella le sonrió.

Jeremy siguió a Reid y a Cora hacia una pequeña sala con un sofá. El chico se sentó y comenzaron a hacerle preguntas. Reid, empujando su curiosidad, hacía demasiadas preguntas que Jeremy no podía responder. Cora observaba al agente e intentaba comunicarle con la mirada que dejara al niño un momento.

-Reid, dale un respiro al niño.- dijo Cora, apartándose de Jeremy.

-Vamos a ver qué tan bien se te da.- respondió Reid, visiblemente molesto.

-Jeremy, vamos a empezar de nuevo, ¿vale?- el niño asintió.- Hola, soy la agente especial Coraline Santos, este es mi compañero, el Dr. Spencer Reid. Vamos a hacerte unas preguntas.-Jeremy asintió nuevamente.- ¿Podrías decirnos lo que recuerdas antes de perder a Katie?

-Mi padre cree que es mi culpa.- murmuró el niño, la angustia en su voz era evidente.

-No, Jeremy. No es culpa tuya. Las personas en situaciones como estas se ponen nerviosas y dicen cosas que no piensan.- intentó calmarlo Coraline.

-Jeremy, en casos como estos es muy importante saber lo que ocurrió momentos antes de la desaparición.- intervino Reid, colocándose a un lado.

-Pero no me acuerdo.- Jeremy comenzó a mover la cabeza con nerviosismo.

-Solo queremos saber lo último que hizo o dijo Katie antes de desaparecer.- Spencer alentó al niño.- Intenta acordarte, Jeremy.

-Spencer...-dijo Cora, notando cómo el niño se ponía cada vez más nervioso. De repente, Jeremy se levantó rápidamente, con la mano en el pecho, hiperventilando.

-Jeremy.- se agachó a su altura.- ¿Qué te pasa?

-Es un ataque de ansiedad.- pensó Cora, mirando a Spencer con preocupación.

-Jeremy, céntrate en mi voz. Necesito que respires por la nariz y lo expulses por la boca.- dijo la agente, dirigiendo su mirada al niño.- Relájate. No pasa nada.- Jeremy, en un gesto instintivo, abrazó a Cora, quien le puso una mano en la cabeza para reconfortarlo.

-¿Estás mejor?- preguntó Reid con suavidad

-Sí.- respondió Jeremy, y Cora lo reunió contra ella, aliviada de que el niño había comenzado a calmarse. Miró a Reid, quien mantenía una expresión de preocupación en su rostro. Finalmente, dejaron que Jeremy se marchase con sus padres.

-La próxima vez, deja que el niño conteste antes de hacerle otra pregunta.- le aconsejó Cora, evaluando la situación que acababa de ocurrir.

-Lo siento. ¿No piensas que Katie está muerta, verdad?

-Sinceramente, no sé que pensar.

-¿Te haces una idea de lo que estarán pasando los padres?

-Sí que me la hago.

-¿Qué...?

-¡Hotch! Necesitamos hacer una encuesta cognitiva.- la chica eludió la pregunta.

-¿A qué jugáis los niños ahora?- preguntó Cora.

-Al VoM.- la chica miró al castaño.

-Vivo o Muerto.

-¿Qué te gusta de ese juego?

-Es pelear, pero muy cerca. Tienes que controlar los tiempos y además analizar a tu enemigo.- Cora se quedó mirando al niño, ¿de verdad le gustaba esa cosa?

-Oh, vaya, un poco violento, ¿no crees?

-No lo sé, pero soy muy bueno.

-Vale, Jeremy, vamos a hacerte una entrevista cognitiva, ¿vale?- sugirió Morgan, que había acompañado a ambos castaños.

-Vale.

Empezaron la entrevista, pero Cora notaba que a Jeremy le ocurría algo. No sabía explicar el qué era, pero estaba segura de que no era nada bueno. El niño empezó a encorvarse y a fruncir el ceño, por lo que todos los presentes de quedaron mirando al chico.

-Quiero que cierres los ojos y recuerdes el momento en el que entraste aquí.- dijo Spencer.- necesitamos la mayor cantidad de datos posibles.

-Respira hondo y concéntrate.- Jeremy hizo caso.- muy bien cielo. Lo estás haciendo muy bien.- Cora le miró para que siguiese con más preguntas.

-Había ruido, olores, ¿había mucha gente?

-Había mucho ruido.- Morgan asintió.

-De las máquinas o de gente.- preguntó la morena.

-Un chico gritaba mucho.

-¿Te encuentras mal?- preguntó Cora.- ¿Quieres que paremos?

-Katy no dejaba de llorar. Me estaba cansando de ella.- dijo y Cora se llevó las manos a la boca.

-¿Que pasó luego?- preguntó Spencer mirado a la chica. Ella creía que Jeremy había hecho algo.

-Vale, Jeremy, como te sentías luego, ¿te calmaste, o hiciste algo para que Katie dejase de llorar?-cuestionó Coraline.

-Iba ganando, pero... me daba mucha vergüenza.- todos se miraron entre sí.

-¿Qué te daba vergüenza?

-Su olor a champú...

-¿El de Katie?

-No. El de una chica. La miré solo un momento y Katie me pidió un helado.- Cora se agachó junto a Spencer. El genio la observó de cerca y tenía un toque verde en sus ojos marrones.

-¿Y luego?

-Entonces, la chica se fue y mi prima había desaparecido.

-Está bien Jeremy, no pasa nada.

-Mi padre tiene razón, todo esto es culpa mía. Es por mi culpa que ella esté muerta.- Morgan se marchó para hablar con Hotchner.

-Eh, cariño, Katie no está muerta, ¿vale? Vamos a encontrarla y vas a ser el primero en saludarla cuando la encontremos.- Cora le dio un abrazo al niño y miró a su compañero. Gesticuló un "lo siento" sabía que no podían hacer ese tipo de promesas.

Jeremy volvió con sus padres y Cora se sentó en un banco, se tapó la cara con las manos y resopló cansada. Se quitó la chaqueta y el castaño apreció un tatuaje de un sol y una luna en su antebrazo derecho que nunca antes le había visto.

-¿En la CIA nunca te dijeron que no se hacen promesas?

-Lo siento, Spencer, pero ese niño necesitaba un poco de esperanza, y yo se la he dado.

Cora se dirigió hacia el grupo mientras Spencer proporcionaba datos sobre niños desaparecidos, y a ella se le erizaba la piel ante las estadísticas. Se detuvo en mitad del camino y puso una mano en el pecho del moreno.

-Oye, ¿podrías dejar de decirme que el 99% de los niños mueren? Eso no siempre es cierto.- le dijo, con un tono firme.

-¿Ah, sí? Pues dame tú tus estadísticas.- replicó él.

-Solo te digo que muchas veces los niños salen vivos.- respondió la de ojos verdes, con una mezcla de frustración y angustia.

-¿Y tú qué sabrás?- preguntó Spencer, escéptico.

-Me secuestraron cuando era pequeña. Estuve encerrada durante casi dos semanas. Por eso sé que no siempre mueren en las primeras 24 horas.- confesó, volviendo a caminar mientras se secaba las lágrimas que amenazaban con salir.

-Eh, Cora, lo siento.- dijo Spencer, alcanzándola, visiblemente apenado.

-No pasa nada.- respondió ella, tratando de mantener la calma.

En ese momento, Hotch se acercó, junto a JJ, quien no pudo evitar mirar a Cora al notar las pequeñas lágrimas en sus ojos.

-¿Qué tenéis?- preguntó Hotch.

-El collar de Katie. La madre dice que se lo encontró hace un año en el patio.- Hotch pasó la joya a Cora.- Es de oro puro y diamantes.

-Esto costará alrededor de 460 dólares. Tiene una K tallada en el oro, lo que significa que es personalizada, lo que le sube el precio a 500 dólares. A la mujer se le debió caer. Y los diamantes tienen un tallado en forma de Moissanita.- explicó la cubana mientras examinaba el collar.

-¿Cómo sabes eso?- interrogó la rubia, sorprendida.

-Mi madre tenía una joyería, era la mejor de la ciudad. Desde pequeños nos enseñó a mi hermana y a mí a diferenciar tipos de diamantes para saber si eran falsos o no.- respondió Cora, con orgullo en su voz.

-Vaya, impresionante.- comentó Reid, dirigiendo una mirada admirativa hacia ella.

-Gracias.- respondió Cora, sintiendo una pequeña chispa de satisfacción en medio de la tristeza del momento.

Hotch volvió a mandar a Coraline, Reid y JJ para revisar algunas cosas. Durante el trayecto a la casa de la familia, Cora empezó a repasar el caso mentalmente; había aspectos que no le cuadraban del todo.

-Hay platos de tres personas.- dijo JJ.- Comían juntos.

-También veían películas juntos.- añadió Reid.

-Vamos al cuarto de Katie.- dijo la morena, y se dirigió junto a Spencer y JJ.

Llegaron arriba y entraron en la habitación, que estaba algo desordenada, pero nada fuera de lo común para la habitación de una niña de seis años. Coraline observó con detenimiento, pero Morgan la llamó, sacándola de su ensimismamiento.

-¿Cómo vais en la casa?- preguntó Morgan, haciendo que Spencer pusiese el manos libres.

-Estamos buscando, pero no hay nada raro.- respondió la dueña del móvil, mirando atentamente la cama de la cría.

-Hotch ha hablado con el padre de ella, al parecer tiene problemas de matrimonio, pero no quiere aceptarlo.- comentó JJ.

-Eh, Morgan, ¿te podemos llamar luego?- dijo Coraline, acercándose al teléfono que había cogido Reid.

-Claro, pasadlo bien, cerebritos.- dijo Derek con una media sonrisa antes de colgar.

-Katie moja la cama.- señaló Coraline al notar una mancha amarilla en las sábanas.

-Muchos niños no se levantan por miedo a la oscuridad.- observó JJ.

-Creo que es mucho más complicado que todo eso...- Reid le mostró una muñeca con la cara totalmente pintada y destrozada. La cubana cerró los ojos y suspiró al saber lo que eso significaba.

-Muchas niñas intentan parecerse a sus muñecas, pero esta vez, Katie ha intentado que su muñeca se parezca a ella. Quería ver a la muñeca tan horrible como se veía a sí misma. Quería que alguien más fuera como ella.

-¿Han abusado de Katie? - preguntó JJ, aterrada por la idea.

-Y creo que sé quién es.- dijo Coraline, llamando a Hotch para explicarle lo que habían descubierto.

-¿El padre?- preguntó el doctor. Coraline negó.

-No, el padre estaría muy mal por la desaparición de Katie, pero hay alguien que está peor. Y necesitamos separarlo de su hijo.

Todos corrieron al coche y se metieron dentro. Cora arrancó y, sin esperar a que Spencer y JJ se pusieran los cinturones, aceleró, cegada por la rabia y la ira que sentía en ese momento. Reid la miró y suspiró.

-¿Te pasó lo mismo?- preguntó. Coraline negó.

-Parecido.- respondió. JJ no entendía a qué se referían, pero comprendió que era un tema privado y no hizo ninguna pregunta.

Llegaron al centro de la policía, y Cora entró hecha una furia, dirigiéndose directamente hacia el padre de Jeremy. Sin dudarlo, lo tomó de la solapa de la camisa y lo condujo a una sala aparte, donde permanecieron por un momento.

Spencer, sintiendo el peso de la tensión en el aire y el temor que Cora emanaba, decidió dejar que ella fuera quien hablara con Jeremy. Aunque él también entró con ella.

-¿Qué edad tienes?- preguntó Cora, mucho menos suave que en sus interacciones anteriores con el chico.

-Trece.- respondió Jeremy, y Spencer pudo ver cómo la ira en los ojos de Cora creció intensamente.

-Coraline, deja que hable yo. Y tómate un respiro.- replicó Spencer, viendo cómo Cora asentía, cruzando los brazos y quedándose en un rincón, visiblemente frustrada. Spencer respiró profundamente, buscando el enfoque correcto.

-A mí a los trece también empezaron a gustarme las chicas,- dijo con calma.- pero no sabía cómo reaccionar ante ellas. Siempre me frustraba.- Jeremy lo miró, confundido.

-¿Por qué me dices eso?

-Porque entiendo que estuvieses en la sala de videojuegos, aprovechando la ocasión para mostrar tu lado más violento. Y cuando viste a Katie llorando, te frustraste. Creíste que podías llevar el juego a la vida real.

-Yo no he dicho eso... - protestó el chico, pero la duda en su voz era palpable.

-Contesta a la pregunta, Jeremy... - dijo Cora, acercándose un poco más hacia él.

Spencer observó la dinámica entre ambos, dándose cuenta de la intensidad de la situación. Se preparó para intervenir si era necesario, consciente de que el diálogo era crucial en ese momento tenso.

La agente salió de la sala de Jeremy y se metió en la del padre. Cuando lo vio, él se levantó, pero de un solo portazo, se volvió a sentar. Hotchner, que estaba allí presente, se puso a un lado, sabiendo que ese interrogatorio ahora era responsabilidad de la cubana.

-¿Qué gustos tiene Jeremy?- preguntó con una sonrisa sarcástica.

-El ordenador, supongo... - respondió el padre, visiblemente nervioso.

-¿Quién es su mejor amigo? Y no se atreva a mentirme.

-No lo sé.- dijo, cada vez más nervioso.

-Qué raro que no conozca a los amigos de su hijo, ¿no cree?

-Nunca me dice nada.

-O usted no le pregunta.

-No me diga cómo tengo que criar a mi hijo.

-No, pero le diré que tiene que prestarle atención.

Hotch, reconociendo la tensión de la situación, agarró a la de ojos verdes por los hombros y la sacó de allí. Cora salió al pasillo, tratando de calmar su ira. JJ y Emily le pasaron un vaso de agua, mientras Hotchner se marchaba a hablar con el padre de Katie. Emily se sentó a su lado, preocupada.

-¿Qué ha pasado?- preguntó.

-Sé que lo hizo. Pero necesito que lo admita. Necesito que acepte que es un monstruo.

-Cora, no puede forzar nada, solo perjudicará la investigación.

-Pero necesito saber la verdad.- replicó, con determinación.

Volvió a entrar sola en la sala y cerró la puerta tras de sí. Morgan y Hotchner se quedaron afuera, atentos. El hombre miró a la agente, atemorizado, mientras ella tomaba asiento frente a él. Se estableció un silencio incómodo durante varios segundos hasta que finalmente, el padre decidió romperlo.

-¿Dónde está mi hijo?- preguntó, en un tono de desesperación.

-Cierre la puta boca.- respondió Cora, con frialdad.- Ahora voy a hablar yo. Y va a escucharme muy atentamente, ¿está claro?- el padre de Jeremy asintió.

En la sala de al lado, Spencer observaba a Jeremy en silencio. El niño parecía cada vez más nervioso desde que Coraline se había ido.

-Me gustaba más la otra chica.- dijo Jeremy al quedarse a solas con Spencer.

-Me da igual eso, Jeremy. Ella y yo hacemos el mismo trabajo, y créeme cuando te digo que somos muy buenos en él. Somos buenos porque sé que estás alejándote de mí; sabes que puedo sacarte información. También sé que te estás mordiendo la mejilla por dentro porque me ocultas algo.

-Yo lo conté todo.- respondió Jeremy, pero en ese momento, un fuerte golpe resonó al otro lado del muro. Spencer y JJ salieron y vieron a todo el mundo mirando hacia la otra sala.

-¿Fue en ese momento cuando decidió abusar de Katy?- gritó Cora.- ¿¡Fue exactamente igual que con el resto de las niñas!? Pero esto estaba mal, porque era tu sobrina.- Cora dio otro manotazo a la mesa de metal, estampando el collar de Katy contra ella.- ¡Creías que por regalarle un collar, todo pasaría! -siguió gritando.- ¡Usted sabía perfectamente lo que hacía y nunca quiso parar, pero la culpa le carcomía por dentro!

-¡Nunca le haría daño a Katie! Es demasiado frágil para que le hiciese daño.- Cora lo miró y lo agarró de la camisa.

-¿Dónde está ella, Sr. Jacobs...?- respiró profundamente.- Dónde está su sobrina.

-No lo sé.

-¡Dónde está!- volvió a gritar.

Morgan y Spencer entraron, temiendo por la seguridad del hombre, y sacaron a Cora de allí. Spencer se quedó fuera con ella mientras el moreno detenía al hombre por abuso de menores. Al mirar su camisa, Spencer notó que Cora le había agarrado con fuerza para evitar que la sacaran y vio sangre. Mucha.

-¿Cora, qué te ha pasado en la mano?- le agarró por la muñeca y vio un corte grande en la palma de su mano.

-Me he cortado con el collar de Katie al darle contra la mesa.- Spencer fue a buscar el botiquín.

-No puedes tener así la mano.

-¿Ahora te caigo bien?- Cora medio rió.

-Deja de hablar antes de que cambie de opinión.- Spencer oyó un suspiro de sonrisa por parte de Cora.

Terminó de vendarle la mano y ella le agradeció el gesto. Hotch se acercó y le preguntó a Cora por su mano. Ella insistía en que estaba bien, aunque claramente no lo estaba; le dolía y mucho. Ella suavemente frotaba su mano para aliviar el dolor.

-No pasa nada, estoy bien. Gracias a Reid.- dijo y lo miró.

-Bien, yo voy a hablar con la madre de Jeremy. Vosotros...- les miró atentamente.- Tomaos un descanso.

-Pero... - Cora fue a reclamar.

-Nada de peros, Cora, soy tu jefe y te ordeno que te tomes un descanso.- La chica resopló y se sentó.

Spencer se acomodó en una silla cercana y observó la comisaría. Entró un policía con un cigarrillo en la boca, y él frunció el ceño. A su lado, Cora se levantó y lo miró, ambos tuvieron la misma idea.

-La madre de Jeremy, Susan, dijo que él estaba fumando cuando anunciaron la desaparición de Katie.- dijo Spencer.

-Pero no ha fumado en todo el día. Y ha sido estresante. ¿No trabajaba ella en un centro comercial? - preguntó Cora. Spencer asintió.

-Joder...- Cora se levantó de un salto.

Caminó hacia la mujer mencionada y habló con ella. Nadie podía oír lo que decían, pero por las expresiones de Susan, estaba claro que Cora la había pillado en una mentira. Cora había resuelto el caso.

-Es buena.- dijo JJ a su lado.

-Muy buena.- medio sonrió Spencer.

-Que veo... ¿a Spencer Reid sonriendo a la que era su mayor enemiga hace dos horas?- dijo Emily, apareciendo a su lado.

-Déjame en paz.- respondió Spencer, sintiéndose nervioso.

En el avión de vuelta, todos estaban agotados y la mayoría se durmió en cuanto tocaron los sofás. Cora estaba intentando leer, pero por su mente solo pasaba una y otra vez la carita de Katie en cuanto la encontraron.

-¿Quieres jugar?- preguntó Spencer, señalando las fichas de ajedrez que tenía delante de él.

-Me encantaría, Spencer.- respondió ella, mientras se sentaba frente a él y se quitaba la chaqueta, dejando al descubierto el tatuaje en su antebrazo.

-¿Qué significa ese tatuaje?- preguntó él, intrigado. Cora lo miró a los ojos.

-Lo tengo junto a mi hermana. Es un recordatorio de que después de la oscuridad, siempre vendrá la luz.- dijo mientras señalaba la luna y luego el sol.- Mi madre se llamaba Luna...

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