Tianglong, miembro de Blackpink, se encontraba en su departamento, envuelto en una atmósfera cargada de ansiedad y tristeza después de una pelea intensa con su padre. Las palabras hirientes que intercambiaron aún resonaban en su mente, haciendo que su corazón se sintiera pesado y su respiración se volviera superficial.

Con las manos temblorosas, Tianglong intentaba distraerse con actividades mundanas, pero su mente seguía atrapada en un ciclo interminable de pensamientos negativos y preocupaciones. Cada ruido repentino lo hacía saltar, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras luchaba por controlar sus emociones.

—Debo calmarme. Todo estará bien. Todo estará bien...—se dijo a si mismo en leve susurros.

Se paseaba de un lado a otro en su departamento, sintiéndose atrapado en un torbellino de emociones que parecía no tener fin. La sensación de soledad lo abrumaba, haciéndolo anhelar la presencia de alguien que lo comprendiera y lo reconfortara.

En un intento desesperado por encontrar algo de paz, Tianglong se sentó en el suelo, cerrando los ojos y respirando profundamente, tratando de controlar el torrente de pensamientos que lo consumía. Sin embargo, incluso en la oscuridad detrás de sus párpados cerrados, las imágenes de la pelea con su padre seguían apareciendo, como sombras persistentes en su mente.

—Necesito hablar con alguien... alguien que me ayude a entender... alguien que me haga sentir que no estoy solo...

Con manos temblorosas, marca el número de la persona que más necesita escuchar en ese momento.

El primer tono sonó, y luego el segundo. Cada sonido desesperaba al omega. Hasta que por fin se escuchó una voz al otro lado de la línea.

—¿Tiang?

—Alfa... por favor, necesito que vengas. No puedo... no puedo calmarme—habló entre sollozos ahogados.

—¿Qué sucede, cariño? ¿Estás bien?—preguntó la voz masculina con toques preocupados.

—Mi padre... otra vez... me dijo cosas horribles. Que soy un fracaso, que nunca seré lo suficientemente bueno.

—Escucha, cariño. Estoy en el set de grabación ahora mismo, pero voy a salir en cuanto pueda—dijo con voz suave—. Respira profundo, ¿de acuerdo? Estoy contigo, incluso si no puedo estar físicamente.

Tianglong se esfuerza por respirar más calmadamente mientras su pareja trata de reconfortarlo por teléfono.

—Lo intento, alfa, pero... no puedo dejar de pensar en las cosas que dijo mi padre. Me hacen sentir tan... tan pequeño.

—Eres fuerte, Tianglong. Y valioso. Lo que tu padre dice no define quién eres. Yo te veo, y te admiro. Eres increíblemente talentoso y valiente—replicó el contrario con seriedad.

El onega se aferró al teléfono, sintiendo un poco de consuelo en las palabras de su alfa.

—Gracias, alfa. Lo necesitaba escuchar. Estaré esperando por ti.

—Voy a estar allí lo más pronto posible, cariño, unos minutos. Por ahora, solo recuerda que te amo, ¿de acuerdo?

El omega siente un poco de paz en medio de la tormenta emocional.

—Te amo también, alfa. Gracias por estar siempre ahí para mí. Te espero aquí en mi departamento.

El mayor termina la llamada, mientras se apresura a terminar su trabajo en el set, ansioso por llegar junto a Tianglong y ayudarlo a superar su crisis emocional.

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Alrededor de una hora después suena el timbre. Tianglong abre la puerta y ve como un alfa entra, llevando ropa que lo cubre completamente.

Tianglong rompió en llanto al verlo y se lanza a abrazarlo después de cerrar la puerta. El alfa como pudo se quitó los zapatos, mientras tenía a su omega aferrado a él.

—Lo siento tanto, cariño, me demoré más de lo que te dije. ¿Cómo estás ahora?—exclamó el alfa quitándose la mascarilla.

—Me siento como si hubiera cruzado una línea que no puedo volver a atravesar. Mi padre... él... siempre quiere controlarlo todo—murmuró el omega llorando en el pecho de su novio.

—No dejes que te hunda, Tianglong. Eres más fuerte de lo que crees—dijo el contrario acariciando el cabello rubio de su novio, antes de alzarlo en sus brazos y llevarlo a la habitación principal, donde ambos se acostaron en la cómoda cama, el omega apoyado en su pecho.

—¿Qué vamos a hacer? Él nunca va a aceptarnos, a nosotros. T-Traté de decirle que tengo una relación y se alteró mucho.

—No importa lo que él piense. Lo importante es que nosotros nos tengamos el uno al otro. Juntos, podemos enfrentar cualquier cosa, bebé. Te amo.

Tianglong se calma lentamente en los brazos reconfortantes de su alfa, sintiendo una chispa de esperanza en medio de la oscuridad.

—Gracias por estar aquí para mí. Te amo.

—Y yo a ti, más de lo que puedas imaginar. Ahora déjame quitarme todo esto. Hay un paparazzi escondido en los arbustos frente a la entrada del edificio. Iba a venir descubierto, pero mi manager me cubrió todo, mejor que le hice caso, porque si ese paparazzi me hubiera visto estaríamos acabados—dijo el alfa separándose para quitarse el gorro de pescador, la chaqueta, y bufanda.

—Tiene varios días ahí, es de Dispatch, otra vez me andan persiguiendo—murmuró el omega.

El pelinegro se rió divertido, quitándose la camisa también antes de acostarse y atraer a su novio contra su pecho. El omega se acurrucó feliz sintiendo las feromonas de chocolate amargo del mayor.

En esos momentos no tenía miedo a nada. Su alfa era su lugar seguro. Era su apoyo en los momentos difíciles.