04.
Juno miró a Billy y a Freddy, ambos agachados a la espera de que llegara la policía. Nunca había presenciado un robo, y mucho menos uno en el que hubiera un arma de fuego de por medio. Volvió a mirar a Freddy, que lucía tan nervioso como ella.
-Nosotros somos superhéroes, ¿no? Somos nosotros los que tenemos que hacer algo.- dijo Juno levantándose.
-No sabemos si somos antibalas, JJ.- respondió Billy, visiblemente preocupado.
-Habrá que comprobarlo.- exclamó Juno, saliendo de su escondite y poniéndose frente a los hombres armados.- ¡Eh, capullos!
-¿Pero qué...?- el primer ladrón levantó su pistola.
Los ladrones dispararon, y las balas rebotaron en el traje de Juno, creando pequeños destellos al impacto. Una finísima capa de energía se formó alrededor de ella, haciendo que las balas volaran lejos. Ella miró su traje, aún resplandeciendo por el choque del metal contra su traje.
-A mí no me han dolido.- dijo la rubia, sonriendo a ambos chicos.- Dispararle a él.- señaló al de rojo, lo que hizo que Freddy empezase a grabar.
-¡Hoy es ocho de diciembre, y esta es una prueba de que los superhéroes son reales!- los ladrones le dispararon a Billy.
-Tío, no sabemos si nuestro trajes son antibalas, o nosotros.- habló Juno.- Disparadnos a la cara.- los ladrones hicieron caso, y las balas volvieron a rebotar.
-A mí me han hecho cosquillas.- dijo él con una sonrisa. Pero, al ver la gravedad de la situación, su mueca se desvaneció.- Estáis muertos.- agregó, y rápidamente lanzó al ladrón que quedaba por la ventana.
Tras lo sucedido, los tres jóvenes salieron de allí con una cerveza en la mano. Brindaron con las latas y tomaron un sorbo, solo para escupir el líquido caliente y asqueroso. Juno se metió al baño para beber agua y cuando salió, vio a sus amigos tosiendo, aún por el sabor de la cerveza.
-Sabe a pis.- comentó Juno.
-Peor, a vómito.- respondió Billy, riéndose.
-Definitivamente no volveré a beber cerveza.- sentenció Juno.- Ni ahora, ni nunca.
Se sentaron en un callejón, y el silencio los envolvió. Freddy se levantó con dificultad y miró a Juno y a Billy, que se quedaron en su sitio, mientras Freddy caminaba de un lado a otro con dificultad debido a sus muletas.
-¿Cómo vais a volver a ser vosotros?
-No lo sé.- contestó la chica.- La maga dijo que debía decir la palabra Dyádikos.- En ese momento, un rayo de energía la atravesó y volvió a ser ella misma.
-¿Qué acaba de pasar?- preguntó Freddy, sorprendido.
-Vuelvo a ser yo...- Juno dio una vuelta sobre sí misma.
-Ojalá pudiera hacer lo mismo.- dijo Billy, con una nota de tristeza en su voz.
-No te preocupes, Batson, yo me quedo contigo.- dijo Juno, apoyando su cabeza en su hombro.
-No me prometas que te quedarás, nadie lo hace.-replicó Billy, molesto.
-No pretendía...
-Da igual, déjalo. Volvamos a casa.
Regresaron a su hogar y Juno vigiló que Rosa y Víctor no los vieran. Mientras subían las escaleras, un escalón crujió bajo su pie. Juno suspiró nerviosa, y Rosa se giró desde donde estaba sentada. Bajó un par de escalones al ver que Rosa se acercaba.
-¿Juno, cariño, estás bien?
-Sí, quería un vaso de agua.- mintió Juno.- Os quiero.
-Nosotros también.- respondió Víctor.
-Buenas noches.- dijo Billy, pero luego se tapó la boca.
-¿Quién es?
-Es Billy, pero está cansado y tiene laringitis.- Juno golpeó el brazo de Freddy.- Está... muy grave.
-¿Billy?- saltó Rosa.- Deja que te veamos.
-No, no, se encuentra muy mal.- intervino Juno.
Corrieron escaleras arriba y se metieron en la primera habitación abierta que encontraron. Cerraron la puerta, mirándose entre suspiros y quejidos. Juno se giró y se quedó sin aliento al darse cuenta de quién era la habitación.
-¿Juno?- dijo Darla, quien no había tardado en reconocer la voz. Billy le tapó la boca inmediatamente.
-Bien, genio, seguro que así no se asusta.- recriminó Juno, apartando a Billy y abrazando a Darla por los hombros.
-Hola Peluche.- Darla se abrazó a su hermana de acogida.
-Darla, soy Billy, pero un mago me hizo decir SHAZAM.-explicó rápidamente Billy. En ese instante, un rayo atravesó a Billy y le devolvió a su verdadera forma.
-Te transformas diciendo SHAZAM.- observó Freddy. Juno abrazó a Billy nuevamente.
-Me alegra que seas tú de nuevo.
-A mí también, JJ.- respondió él.
-Billy, eres un superhéroe. ¡Eso es super guay !
-Pero no se lo puedes decir a nadie, correríamos peligro.- advirtió Freddy.
-¿Eres buena guardando secretos?
-No mucho.- respondió Juno, separándose de Billy.
-Las buenas hermanas guardan los secretos.- dijo el de ojos azules mientras se acercaba a Darla.
-Yo soy una buena hermana.- respondió la niña con orgullo.
-Claro que lo eres...
Volvieron a su habitación y Freddy se acomodó para descansar tras el largo día. Juno, sin embargo, decidió subir al techo para despejar su mente. Observaba el cielo estrellado cuando Billy se sentó a su lado. Habían descubierto cómo revertir la transformación que los había convertido en adultos, pero Darla los había descubierto en medio del proceso. Juno sabía que Darla nunca diría nada de eso a propósito, el problema es que se le escapara.
-¿Crees que hicimos lo correcto al contarle a Darla lo que nos pasó?- preguntó, Juno notó claramente la preocupación en su voz. La rubia giró su cabeza hacia él y le dedicó una sonrisa tranquilizadora.
-Creo que fue lo mejor, Billy. Darla es más inteligente de lo que uno podría pensar y habría sospechado que algo extraño estaba sucediendo. Además, ella es nuestra hermana, tenemos que confiar en ella.- contestó. Billy asintió lentamente, jugueteando con sus manos.
-Supongo que tienes razón... Pero aún así, me preocupa que pueda decirle esto a alguien más.
-No te preocupes, Billy. Darla es una buena hermana, aunque no sea la mejor guardando secretos, sé que hará todo lo posible para que no nos descubram. Y ahora que ella sabe lo que nos pasó, tiene más razones para mantenerlo entre nosotros.
Ambos mantuvieron el contacto visual durante unos segundos que a Juno le parecieron eternos. Los ojos azules de Billy eran fascinantes, y cuando él sonrió, ella sintió una mezcla de calma y emoción. Se apoyó en su hombro y suspiró, cerrando los ojos.
-Creo que he encontrado mi razón para quedarme, JJ.- Billy la miró con atención, y Juno se sonrojó ante sus palabras.
-Eso está muy bien.- respondió ella, tratando de mantener la compostura.
Era como si todo encajara perfectamente en ese momento, como si finalmente hubiera encontrado la paz que tanto había buscado desde que entró en esa casa llena de locuras. A pesar del día de locos que llevaban, este momento de tranquilidad difuminó todo el nerviosismo del día.
-¿Sabes?- dijo Billy rompiendo el silencio que los envolvía.- Eres la única persona capaz de hacerme olvidar todos mis problemas. Cuando estoy contigo, siento que puedo ser yo mismo sin miedos ni reservas.
-Me alegro. A mí me costó mucho encontrar mi razón.- Las palabras de Billy dejaron a Juno sin habla. Su corazón latía desbocado, y le costaba respirar con normalidad. Billy la miró fijamente, como si pudiera leer sus pensamientos. Su sonrisa se amplió y su mirada se llenó de complicidad.
-A veces encontramos las razones adecuadas en los peores momentos.- dijo, refiriéndose a sus nuevos poderes.
-Lo sé.- respondió ella, y de repente la abrazó con fuerza, como si quisiera transmitirle todo su amor y seguridad a través de ese gesto.- Billy, ¿estás bien?- preguntó Juno, intrigada.
-Solo necesitaba que alguien me escuchase.- respondió él. Juno cerró los ojos, disfrutando de la calidez y protección que sentía en los brazos de Billy.
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