Juno se miró en el espejo una última vez y salió de su cuarto. Bajó al salón, saludó a Freddy y le dio un beso a Billy. Darla soltó un quejido de asco y Juno rió en mitad del beso. Se separaron y se sonrieron.

-Hola.- murmuró Juno.

-Hola.- contestó Billy.

-Dios, iros a un hotel...- Freddy apareció en la puerta y Juno no pudo evitar reírse un poco.

-Déjanos en paz, Freeman.- rió Juno.

-Eh...- miró a Billy, que señaló la tele, algo estaba pasando en el puente.- Hoy hace un buen día en Filadelfia.- sonrió y todos salieron fuera.

-¿Dónde vais?- preguntó Víctor curioso.

-Em... ¿Fuera?- contestó Juno.

Empezaron a correr por la calle y se transformaron en sus alter ego. De un salto, comenzaron a volar y, en un instante, llegaron al puente Ben Franklin, donde varios coches habían chocado.

-Billy y yo los que están colgando, el resto sacad a todo el mundo de aquí antes de que esto colapse.- chilló Juno y agarró varios coches que colgaban del puente, colocándolos en un lugar seguro.

-¿Estás bien?- le preguntó Billy. -¿Necesitas ayuda?- Juno negó con la cabeza. Agarró otro coche, pero este pesaba demasiado, no podía levantarlo. Intentó salir volando, pero no pudo.

-Pero qué...- miró sus manos y volvió a agarrar el coche, esta vez con éxito.

Dejó el coche en un lugar seguro y acto seguido, se desmayó, cayendo de espaldas contra el asfalto. Empezó a ver cosas, imágenes. Un árbol dorado y muchos monstruos, muchos, demasiados... También vio a tres mujeres, pero no pudo identificarlas, aunque podía ver que eran mujeres.

-¿JJ?- oyó de manera distorsionada.- ¿Juno? Despierta, por favor.- Abrió los ojos y vio que estaban en su cueva/guarida.

-¿Qué ha pasado?- miró sus manos y se había convertido en sí misma.- ¿Alguien me ha visto?- Mary negó mientras le acariciaba el pelo.

-¿Qué te pasó?- preguntó preocupado Freddy.

-No lo sé, es como si hubiese perdido mis poderes temporalmente, no era tan fuerte, no podía volar.- contestó Juno.- Y luego, pues eso, me desmayé.

-Está bien, no te preocupes, ahora descansa.- Juno le sonrió a Billy y salió de la guarida.

Subió al techo, su lugar seguro después de todo lo de los magos. Dos años y medio. Dos años y medio desde que unos magos les otorgaron poderes que nunca pidieron y les soltaron a la vida a pelear contra seres de otro mundo.

-¿Estás mejor?- Billy se sentó a su lado y Juno dejó un beso en su mejilla.

-Creo que sí, pero no lo sé.- Él pasó un brazo por sus hombros.

-Bueno, como te llevo diciendo dos años, aquí estoy para todo lo que necesites.- sonrió Juno.

-¿Qué he hecho yo para merecer a un novio tan genial?

-Creo que esa pregunta podría hacerla yo.- le miró.

-¿Tienes novio?- él se puso rojo de vergüenza.- Es broma, te adoro, Batson.

-Lo mismo digo, Watson.

En la cueva, esperábamos a que Eugene apareciese, pero Billy se estaba poniendo nervioso. Yo estaba junto a Darla, que acariciaba a uno de los gatitos que se había llevado del rescate de esta mañana.

-Billy, ¿podrías hacerme el favor de ser tú?- pedí.

-Pero si soy yo.

-No me refiero a eso, y los sabes.- él gritó SHAZAM y se convirtió de nuevo en Billy.- Freddy, Darla, Pedro, Mary, haced lo que tengáis que hacer, ¿vale?- todos se marcharon.

-¿A dónde van?

-A hacer su vida. Tienes que dejar que sean libres. Que Mary quiera ir a la uni, que Freddy quiera volar un rato o que Pedro quiera ver un partido de béisbol no significa que te vayan a abandonar como lo hizo tu madre.

-Pero...

-Billy, sabes que te quiero, pero también sabes que cuando haces las cosas mal, te las digo. Escucha, Mary ya tiene diecinueve años, lo que significa que el estado ya no le paga la manutención a Rosa y Víctor, y pronto pasará lo mismo contigo y conmigo. Lo que quiero decir es que Mary tiene un trabajo para poder seguir viviendo con nosotros, y deberíamos hacer lo mismo.