Pequeño extra 3
Pequeño extra 3
El tío Adamas
Kojiro había pensado sobre esta posibilidad desde el momento en que Eunoia estaba creciendo en la perla del génesis. Había pensado en la relación rota de Adamas y Poseidón, en el amor que Adamas sentía por su hermano y que este nunca correspondió. Si Adamas no hubiera sido tan impulsivo, posiblemente se hubiera ganado el respeto de Poseidón, pero como nunca se lo ganó simplemente se resignó a odiarlo por casi asesinarlo.
Sin embargo, Eunoia no era Poseidón, así que Kojiro pensó en que, quizás, Adamas estaría de acuerdo en conocer a su sobrino. Pero no era una decisión sencilla, principalmente porque antes quería hablar con Poseidón y su hijo al respecto. Eunoia sabía por su tía Hestia que tenía un tío llamado Adamas que vivía en el Hellheim, pero eso era todo. Por motivos de su corta edad, no sabía la razón por la que Adamas nunca fue a visitarlo al palacio.
—¿Podemos hablar?—preguntó Kojiro esa noche cuando vio a Poseidón ingresar al cuarto que compartían.
Kojiro estaba sentado en la cama, ya con una túnica interior para dormir y el cabello cepillado. Poseidón asintió mientras se quitaba la ropa para colocarse algo más cómodo para acostarse a su lado.
—Creo que Eunoia merece conocer a Adamas.
—No es necesario que lo conozca, Adamas no es el dios más indicado para tener contacto con ningún niño.
—Tu sobrina Meili lo ama por lo que tengo entendido—comentó Kojiro levantándose de la cama para acercarse a su esposo—. Sé que a ti no te agrada, pero eso no quiere decir que a Eunoia le pase lo mismo.
Poseidón se mantuvo en silencio, buscando la bata de seda que usaba. Kojiro se cruzó de brazos, viendo a su esposo semidesnudo caminar por el cuarto para ir por la bata.
—¿Hablaste con Eunoia?—preguntó al encontrar la bata.
—Quería antes saber tu opinión.
—Sabes mi opinión ya, solo querías informarme lo que querías hacer.
Kojiro sonrió, acercándose a Poseidón.
—Bien, me atrapaste—Kojiro pasó sus brazos por los hombros de su esposo, sonriendo travieso—. El rey del mar en verdad es muy listo, no se le escapa nada.
—¿Estás queriendo compensarme luego de tomar una decisión que claramente no me gusta?—preguntó Poseidón frunciendo el ceño.
Pero igual se aferró a la cintura de Kojiro, acercando el cuerpo más pequeño al suyo.
—Tal vez—Kojiro rio.
Poseidón lo miró fijamente unos segundos antes de levantarlo con facilidad y caminar hacia la cama.
—Espero que sepas que me sigue sin agradar el hecho de que Eunoia conozca a Adamas—lo dejó en la cama, subiéndose encima de él.
Kojiro abrió las piernas y desató la bata de Poseidón.
—Está bien.
Lo único que importaba era que Poseidón no se metiera en el asunto, nada más.
*
Eunoia no estaba en desacuerdo con conocer al tío Adamas, en realidad se puso muy feliz y solo por eso Poseidón no dijo nada. No fue difícil ir al Helheim luego de comunicarse con Hades, quien parecía encantado con la idea de que Adamas conociera a su sobrino. Así que pronto se encontraron en la sala del trono del tío Hades, quien sonreía feliz de ver a su pequeño sobrino. Eunoia ya conocía a Hades, por lo que pronto comenzó a contarle sobre las cosas que había visto en un paseo que dio con la tía Hrist. Hablaron mientras esperaban a que Adamas llegara, el cual tardó alrededor de una hora porque, según Hades, estaba lejos del palacio ese día.
—Espero que sea importante porque tuve que venir de muy lejos y no fue sencillo—dijo Adamas nada más entrar.
Eunoia, al ver a alguien nuevo, se escondió detrás de las piernas de Kojiro. Adamas notó la presencia de su cuñado e hizo una mueca de disgusto.
—Me alegra que llegaras, quería presentarte a alguien.
—¿A este humano? Ya lo conozco, es el esposo de Poseidón—Adamas suspiró—. ¿Solo para esto? ¿Me haces perder tiempo para esto?
—En realidad—intervino Kojiro—, vine porque quería presentarte a tu sobrino Eunoia. Eres el único tío que todavía no conoce.
Adamas lo miró un momento antes de dirigir su mirada al niño oculto tras sus piernas. Chasqueó la lengua.
—¿Seguro no lo obligaron?
—Eunoia es algo tímido al principio—Kojiro sonrió y separó las manitos de su hijo de sus piernas para acuclillarse y quedar a su altura—. ¿Quieres que te acompañe a conocer al tío Adamas?
Eunoia negó con la cabeza y tímidamente comenzó a caminar hacia Adamas, el cual se acuclilló frente al niño para no parecerle tan intimidante. El pequeño de tres años siguió caminando hasta estar frente a él, alzando su mirada azulada para mirar a su tío, el cual lo miraba aburrido.
—Hola—saludó bajito jugando con sus deditos.
—Así que tú eres el hijo de Poseidón.
—Sí—Eunoia asintió, jugando todavía con sus dedos.
Adamas chasqueó la lengua de nuevo. Estaba por decir algo más cuando el niño miró hacia arriba en su cabeza, bastante interesado. Kojiro podía darse una idea de lo que su hijo veía con tanta atención.
—¿Qué?
—¿Qué es eso?—señaló Eunoia a la especie de araña que decoraba el cabello de Adamas.
—Una araña, ¿por qué? ¿Te asusta?
Eunoia se acercó más a su tío y se estiró tanto como pudo para tocar las patas de la araña con suavidad. Rio al tocarlas.
—Es suavecito—pronto pareció recordar algo y se quitó la mochila que todavía tenía en la espalda—. Uh...no la dibujé.
—¿Dibujé?—preguntó Adamas confundido.
—Sí, la tía Hestia me mostró una foto porque quería dibujarte—Eunoia dejó caer la mochila cuando logró encontrar el dibujo—. Mira, lo hice para ti. Aquí estás tú y aquí estoy yo. Le puse brillo aquí porque la tía Hestia me dijo que tienes ropa de metal y el metal es muuuy brillante. También dibujé un pulpo porque me gustan los pulpos y una burbuja porque las burbujas son divertidas.
Kojiro recordó el dibujo que Eunoia insistió en hacer para llevarle de regalo a su tío Adamas. Hestia le dio una foto de él para que Eunoia pudiera dibujarlo. Su hijo lo hizo, dibujó a Adamas junto a él tomados de la mano y lo decoró con todas las cosas que él tenía para decorar. La mesa donde hizo su arte quedó con más brillo y pegatinas que el papel.
Adamas tomó el dibujo y lo miró por un largo rato. Eunoia lo miraba con dudas porque no entendía por qué su tío miraba tanto un dibujo.
—¿Está feo?—preguntó asomándose para ver el dibujo como si no lo conociera.
Fue entonces cuando Adamas lo abrazó con fuerza contra su pecho, en su mano todavía el dibujo de Eunoia.
—No, es el dibujo más hermoso que me han dado—dijo Adamas, todavía abrazando a su sobrino.
Eunoia sonrió feliz y lo abrazó también, comentando lo frío del metal que recubría a su tío. Adamas sonrió y comenzó a hablar con él, mientras Kojiro se relajaba y veía feliz la escena de tío y sobrino. Sabía que a Poseidón no le agradaba Adamas, pero si su hijo quería conocerlo nunca se opondría a eso. Ya si Eunoia terminaba por desagradarle su tío, sería cosa suya. Aunque viendo cómo iba todo, Kojiro dudaba que Eunoia odiara a Adamas.
—Papá, el tío Adamas me va a llevar de paseo, ¿puedo ir?
Kojiro sonrió y acarició su mejilla.
—¿Quieres ir?
—¡Sí, sí!
—Bien, en ese caso te espero aquí.
Eunoia corrió de nuevo hacia Adamas, quien lo cargó en sus brazos para salir de la sala del trono, escuchando al niño hablarle sobre las cosas que veía cuando iba al parque en alguna ciudad submarina. Kojiro sonrió y se dirigió hacia Hades, quien veía feliz a su hermano irse con su sobrino.
—¿Qin Shi Huang está libre?
—Debe estar a esta hora pasando tiempo con Meili, así que sí lo está. Vamos, te acompaño con él.
Kojiro lo siguió, pensando que al llegar a casa Poseidón sería bombardeado con un largo monólogo de su hijo sobre su paseo con el tío Adamas.
Bonus
Eunoia veía el dibujo que había hecho, pensando que le faltaba algo. Tenía un pulpo y burbujas, pero todavía faltaba algo. Quería que su tío supiera que Eunoia quería conocerlo y jugar con él como con sus demás tíos.
—Papá—llamó viendo a Poseidón llegar a la sala donde Proteo lo estaba cuidando.
—¿Qué ocurre?—Poseidón se sentó a su lado, viendo el dibujo que había hecho.
—¿El tío Adamas habla gu-gu-guriego como tú?—Poseidón asintió—¿Me ayudas a escribir algo?
—¿Quieres escribir algo al dibujo?
—Shí.
—¿Qué es lo que quieres escribir?
—Quiero escribir te amo, tío Adamas. Pero no sé cómo se escribe.
Poseidón pareció tardar un momento en responderle a su hijo.
—Bien, yo te ayudo.
Y así, con ayuda de su padre, Eunoia consiguió escribir esas simples palabras dedicadas para su tío.
Esperaba que el tío Adamas pudiera entenderle la letra o sino tendría que decírselo él mismo.
Uno de los motivos por los cuales Adamas se emociona, es porque sabe que las palabras de Eunoia fueron escritas gracias a Poseidón. ¿Cómo lo sabe? Porque como Eunoia no estaba pudiendo escribir de manera legible, Poseidon tomó su mano y escribió con él esas palabras. De alguna manera eso, mas el hecho de ser aceptado por su sobrino, consiguió ablandarlo lo suficiente
Ya que tengo que subir un ff, les dejo este y otro pequeño extra uwu
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