Capítulo 7
Capítulo 7
Dark sunset
Los días en los que tenía que ver a Lü Bu terminaron siendo los mejores días para Thor. El chico no era tan fuerte como para ganarle, pero iba muy bien encaminado a pesar de ser un simple humano. Sus golpes con cada mes en que se veían y se encontraban eran más fuertes, más rápidos. Tenía muy buenos reflejos y una gran resistencia. Thor había llegado a devolver sus golpes, aunque no con su máxima fuerza, y a pesar de que el chico retrocedía y se quejaba por el dolor, seguía en pie y listo para devolver el golpe.
Aunque la mayor parte del tiempo peleaban, también hablaban. Al menos en estos últimos meses habían comenzado a hablar más. Lü Bu le contaba sobre algunos viajes que hacía, las personas que conocía y las batallas que llevaba a cabo con hombres que creía que eran fuertes pero que terminaban siendo una decepción. Thor era más de escuchar que hablar, pero a veces hacía comentarios que hacían que Lü Bu continuara hablando.
—La carne del norte no es agradable—comentó en un momento Lü Bu, mientras descansaban, o descansaba él, contra el árbol destruido—. Prefiero cazar mis propios animales. Las liebres son fáciles de atrapar o los pescados. Prefiero eso a la carne insulsa de los cerdos del norte. ¿Y ustedes que comen? Me dijiste que eres un dios, así que deben comer carne diferente a la nuestra, ¿no?
—Los animales que cazan para comer son muy diferentes a los que ustedes comen—explicó Thor—. Nuestra carne es mejor.
—Mm...siempre dices eso cuando comparas algo humano con algo divino—bufó Lü Bu—. Los dioses siempre tienen cosas mejores, armas mejores, comidas mejores, casas mejores. Los humanos dicen que los dioses son intocables, son perfectos, son únicos y no debes ofenderlos—el chico lo miró—. Yo creía así, creía que en el cielo había alguien increíble. Pero ahora que te conozco, solo creo que son unos idiotas egocéntricos. Sí, son fuertes, pero son todos demasiados tontos y con el ego por las nubes.
Thor miró al chico, que ya superaba los catorce años de edad, mirando todo aburrido. Como si insultar a un dios fuera una cosa sin importancia. Lü Bu estaba insultando a Thor y a todos los dioses del mundo. Un insulto así provocaría la ira de muchos dioses.
—¿Te das cuenta que estás insultando a un dios?
—¿Y? Tú siempre dices que es una lástima que sea un simple humano, como si me menospreciaras—Lü Bu le restó importancia—. Además si se enojan solo reafirman mis palabras. Dime, Thor, ¿te enojarás?
Posiblemente a Thor no le hubieran gustado esas palabras si un humano cualquiera las hubiera dicho. Pero como Lü Bu no era cualquier humano, realmente no se había enojado con este chico.
—Da igual—dijo encogiéndose de hombros y mirando hacia el cielo—. Aunque sigo pensando que es una lástima que seas solo un humano.
Lü Bu sonrió.
—Yo creo que es una lástima que seas un tonto dios.
Thor lo miró. El chico no tenía miedo, no parecía asustado por las consecuencias de hacer enojar a un dios por insultarlo. Parecía confiado y seguro, incluso cuando era consciente que su fuerza no era suficiente para ganarle.
Los humanos decían que ellos eran arrogantes, sin embargo, los humanos lo eran también. Tan arrogantes y tontos, ofendiéndose por ser superados por seres que habían nacido con la capacidad de ser mejores. Después de todo, ellos los habían creado. Sin embargo, los dioses, seres seguros de su fuerza, se ofendían cuando eran insultados por alguien inferior a ellos. Entonces, ¿eso no quería decir que no eran tan seguros como mostraban?
Lü Bu se levantó, llamando su atención.
—Ya es hora de que me vaya, ¿nos vemos el próximo mes? ¿O el señor dios súper perfecto no está interesado en volver a ver al humano débil?—Lü Bu lo miró, diversión y burla brillando en sus ojos.
Thor sonrió suavemente, mirándolo.
—Nos vemos, humano débil.
—Bien, nos vemos, dios tonto—Lü Bu rio y corrió hacia su caballo para subirse y galopar lejos, a un lugar donde pudiera hallar refugio para dormir esa noche.
Thor se quedó ahí sentado, viendo al caballo volverse más pequeño mientras más se alejaba, hasta que se perdió en el horizonte y fue incapaz de notar siquiera su sombra. En ese momento se levantó y regresó a su casa, donde los sirvientes lo recibieron mientras él simplemente seguía su camino para ir por Mjölnir y entrenar un rato. Era lo mejor que podía hacer en ese momento, después de todo, no había nada mejor para hacer. Asgard estaba a salvo, los gigantes ya no eran un problema y se podía respirar un gran sentimiento de paz por todos lados. Entrenar hasta el próximo mes era lo único que podía mantener su mente distraída. Los encuentros con Lü Bu eran los quiebres de rutina que más disfrutaba. Las peleas no lo hacían usar el cien por cien de su poder, pero el hecho de que el humano con cada mes que pasaba superaba un nuevo escalón de fuerza, llenaba de esperanza a Thor. Lü Bu era un digno oponente, alguien digno de ser llamado amigo en un futuro.
Realmente creía que era una lástima que Lü Bu hubiera nacido humano. Tanta fuerza en un cuerpo mundano era un desperdicio inmenso. Si hubiera nacido como dios, quizás en Asgard, y al mismo momento en que Thor nació, posiblemente no se hubiera sentido tan aburrido toda su vida y hubiera conseguido a un amigo con quien luchar por defender a su territorio.
—Mi señor—dijo uno de los sirvientes acercándose a él, Thor bajó la mirada para verlo—, la señora Sif desea verlo.
Thor asintió y siguió al sirviente que lo llevaría hacia Sif. Qué querría su esposa, no lo sabía. Como siempre, hablaban poco y nada, apenas saludándose durante el desayuno, a menos que Thor saliera antes. En ese caso, era probable que no hablaran en todo el día o en varios días. Incluso hubo una vez en que no habían hablado en semanas. Para Thor daba igual, no era como si Sif significara algo para él.
Ella estaba en su habitación, o bueno, el cuarto que compartían. Thor dormía en el mismo cuarto que ella, algunas veces que era cuando realmente lo necesitaba, y generalmente se olvidaba que ella estaba ahí. No eran un matrimonio que se amara, no era algo de extrañarse.
Sif se cepilló el cabello rubio, mirándose en el espejo. Parecía distraída, tanto que al verlo dio un respingo.
—Querido, gracias por venir—dijo, su voz sonaba temblorosa e indecisa.
—¿Qué quieres?—preguntó porque no quería dar rodeos al respecto.
Sif dejó el cepillo en su tocador y se levantó. Parecía nerviosa, mirando a cualquier lugar menos a él.
—Estoy embarazada—soltó de repente, sus manos apretando su largo vestido.
Thor se quedó un momento paralizado en su lugar, procesando la frase estoy embarazada. En su mente era difícil darle un significado, después de todo no era algo que esperara escuchar de Sif. No de su esposa, con quien nunca tenía sexo. La única vez que lo hicieron, fue cuando se casaron para consumar el matrimonio, y de eso hacía demasiados años. ¿Cómo es que Sif podía estar embarazada?
No tardó en darse cuenta de lo que había pasado. La ira creció en él por lo humillante de la situación. Su esposa lo había engañado y ahora estaba esperando un hijo de otro dios. No le importaba si Sif no lo amaba, pero el hecho de que lo engañara le resultaba un insulto total hacia él. Él nunca la había engañado ni había tenido hijos con nadie más, no había deshonrado a su esposa de ninguna manera. Sin embargo, ella sí lo había hecho.
—Estás embarazada—dijo apretando los puños.
Sif no tardó en estallar.
—Lo siento—exclamó nerviosa—, sé que no debería, pero yo...me sentía tan sola y...no es excusa, lo sé, no lo es, pero...estoy esperando un hijo y... ¡Por favor! ¡Te ruego perdones su vida!
Sif se arrodilló frente a él, rogando clemencia. Thor podría matarla, luego de su deshonra él estaba en su derecho de matarla. Pero era demasiada molestia para tomarse y Thor lo consideraba demasiado trabajo. Sif le daba lo mismo, por lo único que esto le molestaba era porque estas acciones eran un insulto hacia él. Nada más.
Dio unos pasos hacia ella, mientras Sif temblaba en el suelo. Pensó en qué podría hacer, algo para descargar su ira. Hasta que una idea pasó por su cabeza.
—¿De quién?
Ella tembló, sus manos apoyadas en el suelo.
—Y-yo...
—No te quitaré a tu hijo, pero no le perdonaré la vida a él. Habla o haré que mi padre elija el castigo por mí.
Sif sabía, luego de tantos años a su lado, que si Odín elegía el castigo, sería mucho peor de lo que Thor podría llegar a hacer. Odín sentiría aun más la ofensa a su hijo favorito y no solo aplastaría al bastardo que la embarazó, sino también a su hijo no nato. Si era inteligente, diría el nombre del tipo al que le abrió las piernas.
—F-fue uno de los sirvientes...él...trabaja en la cocina...el único de cabello blanco y ojos negros.
Thor no tardó en dejarla sola en el cuarto, encaminándose a paso veloz hacia la cocina. El sirviente detallado estaba ahí, preparando unos aperitivos. Al verlo no tardó en mostrar sus respetos, pero Thor simplemente fue directo al asunto.
—¿Tú te acostaste con Sif?—preguntó directo, causando impacto en los otros sirvientes que estaban en la cocina.
El sirviente de cabello blanco abrió los ojos y comenzó a temblar. Thor esperó su respuesta, para saber si realmente era el culpable o Sif le mintió. De ser así, dejaría que su padre eligiera el castigo de Sif.
—Y-yo...mi señor—el sirviente rápidamente se arrodilló frente a él—, ¡este sirviente reconoce su error! ¡Fue débil ante la señora y falló a sus amos! ¡Ruego su perdón, mi señor!
Vaya osadía para exigir perdón luego de haberse acostado con su esposa. Maldita rata desvergonzada.
Thor no gastó palabras en él, simplemente caminó hacia él y pisó su cabeza, aplastándola contra el suelo y esparciendo su sangre por todo el suelo. Roja y espesa, ensuciando sus botas. Algunas sirvientas chillaron asustadas, pero se mantuvieron en su lugar. Los otros sirvientes simplemente se mantuvieron al margen y cuando quitó su pie, no tardaron en limpiar el cuerpo del desgraciado que creyó divertido dejar embarazada a Sif.
Dio media vuelta y se marchó de ahí, caminando directo hacia Mjölnir para poder irse a entrenar y descargar la ira en su pecho.
***
Lü Bu sabía que su entrenamiento intenso estaba dando resultados. Sabía que gracias a él estaba consiguiendo que Thor lo tomara más en serio y usara más su fuerza. Sus peleas se estaban volviendo más interesantes y Lü Bu estaba aprendiendo más de lo que hubiera aprendido luchando con otros hombres más débiles que él o con los animales salvajes de los bosques. Además, hablar con Thor era bastante divertido, aunque a veces lo sacaba un poco de quicio las comparaciones que hacia entre dioses y humanos. Sí, ellos eran más fuertes y mejores, pero era molesto escuchar siempre lo mismo. Le recordaba a aquel idiota que mató a su padre. Los hombres con poder eran peligrosos y engreídos, generalmente destruían todo a su alrededor y pisoteaban a los más débiles. Los dioses no eran diferentes.
A Lü Bu le disgustaban este tipo de personas, dioses o humanos, le daba igual, simplemente no les gustaba. Aunque tampoco era como si se fuera a hacer un justiciero que protegiera a cualquier persona débil. No era como su papá, pero era capaz de proteger a aquellos que se ganaban su lealtad. Si no fuera porque Thor nunca necesitaría de su ayuda para nada, lo ayudaría si estuviera en peligro.
—Oye, niño—dijo un hombre mientras Lü Bu estaba sentado al lado de su caballo comiendo un bollo relleno que una anciana le había obsequiado—, Lü Bu, ¿verdad?
—Hm.
—¿Te has enterado que se ha comenzado una guerra con el este? El emperador está buscando hombres fuertes y valientes para su ejército.
—¿Y qué tiene eso que ver conmigo?
Lü Bu solo quería terminar de comer para seguir entrenando.
—¿Te interesa unirte a sus tropas? He escuchado sobre ti, sobre tu fuerza. Un hombre como tú sería sin duda alguna una gran ventaja para nosotros.
Unirse a sus tropas...
Ser parte del ejército no era algo que Lü Bu hubiera pensado antes, pero estaba aburrido y quizás la vida en el ejército fuera mejor que estar vagando por todos lados entrenando y esperando el día para ver a Thor.
—¿Qué gano yo si me uno?
—Tendrás un lugar donde dormir y tres platos de comida al día, ¿qué más esperas?
No era algo que Lü Bu no pudiera conseguir por su cuenta.
—Entonces no me interesa—terminó su bollo relleno y se levantó para marcharse.
—Espera, chico, ¿qué es lo que quieres?
El hombre lo siguió, Lü Bu tomó las riendas de su caballo para comenzar a alejarse.
—Si es un lugar donde dormir, puedo conseguirlo por mi cuenta. También tres comidas al día. No ofreces nada que no pueda obtener.
—¡Lucharás con personas más fuertes que tú! ¡Tendrás acceso a las armas que quieras y a un entrenamiento que solo los más afortunados pueden tener!
Lü Bu siguió alejándose tranquilamente con su caballo, mientras pensaba en las palabras de ese hombre. Luchar con hombres más fuertes que él le resultaba imposible. Ya conocía a alguien que podría matarlos a todos de un solo golpe. Pero el hecho de acceder a otro entrenamiento y a armas, las cuales casi no era de usar, había llamado su atención.
Quizás eso lo ayudaría más en sus peleas contra Thor quien tenía un gran martillo para luchar. Tal vez era momento de que Lü Bu también consiguiera su propia arma.
—Está bien—dijo deteniéndose y girándose hacia el hombre que seguía balbuceando esperando que aceptara su propuesta—. Solo espero que cumplas con lo que dijiste.
Y esperaba conseguir algún avance en su fuerza para sorprender a Thor en el próximo mes.
*
El ejército resultó mejor de lo que esperaba. El entrenamiento no era malo, aunque el combate cuerpo a cuerpo era algo que llevaba ya dominado por lo que se concentraba más en el entrenamiento con armas. La alabarda era su fuerte y era un arma que había encontrado interesante. Incluso sin saber dominarla mucho ya podía hacer retroceder a sus compañeros con un solo golpe de la misma, e incluso había llegado a romper un par de ellas durante los entrenamientos. Gracias a eso habían confeccionado varias alabardas especiales para Lü Bu que pudieran durarle más de un golpe.
Era con una de ellas que fue a su encuentro con Thor, luego de decirle a un compañero que tenía que irse por hoy. No dio explicaciones, solamente se marchó en su caballo y fue al mismo lugar de encuentro temprano en la mañana ya que ahora estaba más lejos de lo que usualmente solía estar.
Estaba emocionado por ver a Thor y demostrarle sus nuevas habilidades. Quería ver su sorpresa cuando le mostrara lo letal que podía ser con su alabarda. Le demostraría que sería capaz de enfrentarse a él con su martillo incluido y salir victorioso.
Llegó al lugar de encuentro varias horas después, antes de que la mitad de la tarde brillara en el cielo. Bajó de su caballo y se quedó practicando movimientos con su alabarda en lo que Thor se dignaba a aparecer.
—Dios perezoso, ¿qué tanto hace en su perfecto mundo como para tardar tanto?
Eran tan perfectos y geniales, ¿qué podría estarlo retrasando tanto?
Lü Bu entrenó por horas con su alabarda y solo cuando el sol comenzaba a bajar, se dio cuenta de que Thor no había aparecido en todo el día. Era el quinto día del mes, estaba muy seguro de eso. ¿Por qué Thor no estaba aquí?
Lü Bu miró el cielo que lentamente comenzaba a perder brillo y suspiró, sabiendo que ese día no pelearía contra Thor. Se acercó a su caballo y se subió, marchándose al campamento militar donde ahora vivía.
En el camino solo esperó a que ese gigante hombre estuviera bien.
*
Tal y como era la costumbre, el quinto día del mes Lü Bu se encontraba viajando de nuevo al lugar de encuentro con Thor. Nadie le decía nada al respecto porque, de todos, Lü Bu era el más fuerte y nadie podría enfrentarse a él. Además, él simplemente se fue y regresó en el día, quizás interrumpiendo su entrenamiento, pero de todos siempre era el más preparado por lo que los superiores no tenían motivos para castigarlo.
Y estaban seguros que, de tenerlos, ese chico no se dejaría castigar y los mataría a todos antes.
Esta vez, al llegar, vio a Thor sentado a un costado del árbol. Lü Bu se bajó del caballo y se acercó a él con su alabarda en mano.
—Oye, vine aquí el mes pasado y no estabas, ¿en qué parte del camino te perdiste?
De cierta forma, estaba un poco molesto con el gigante dios por no haber aparecido. Lü Bu no conocía bien su mundo ni qué papel tenía el dios en él, por lo que no sabía si había sufrido daño y por eso no fue o le había pasado algo peor. Pero ahora que lo veía todo bien, Lü Bu podía imaginar que el único problema de Thor fue el no ver el calendario ese día.
Thor se giró a mirarlo, sus ojos de esclerótica negra e iris dorado parecían notar recién ahora su presencia. Como si antes de eso hubiera estado demasiado perdido en sus pensamientos.
—Tuve unos asuntos que atender.
—¿Asuntos? ¿Algo grave? Está bien si dices que simplemente no tuviste ganas de venir—dijo Lü Bu rodando los ojos—. No tienes que hacer que suene bonito.
—Mi esposa está embarazada—soltó de repente Thor.
Lü Bu lo miró sorprendido, realmente no sabía qué decirle al respecto. ¿Era un evento feliz o no?
—Eso... ¿es bueno?
Por la cara de Thor, no parecía ser que la noticia le gustara demasiado. Pero Lü Bu no podía simplemente afirmar lo que fuera porque no conocía la vida de Thor. Ni siquiera sabía que tenía esposa hasta hoy. ¿No era normal que una pareja de casados estuviera en la espera de un bebé?
¿Siquiera tenía Thor más hijos?
—No es mío.
Oh.
Oh. Ahora tenía más sentido su semblante. Su esposa lo había traicionado. Debía ser...humillante. Quizás.
Lü Bu se sentó al lado de Thor, mirando el cielo.
—Yo...creo que...te mereces una esposa mejor—¿qué más se suponía que podía decir en ese momento?
Thor se encogió de hombros.
—Nunca quise casarme, solo fue formalidad. Tampoco me interesa tener otra esposa.
La forma en la que Thor hablaba sobre su esposa dejaba en claro que en verdad no le importaba ella. La situación solo parecía ser humillante para él porque su esposa había quedado embarazada de alguien más y eso era, en definitiva, un insulto a su matrimonio.
—Mm...¿esto te dio problemas con alguien?
Lü Bu estaba intentando saber por qué Thor parecía tan ensimismado en su mente. No parecía ser por la infidelidad de su esposa, no parecía amarla como para que eso lo afectara.
—No, se tomaron las medidas necesarias y no pasó a mayores—Thor le restó importancia, por lo que Lü Bu descartó que se sintiera mal por algo así.
—Entonces, ¿por qué te ves tan mal?
—No es nada—Thor giró la cabeza y miró el arma a su lado—. ¿Alabarda?
—Mm...—Lü Bu se giró hacia el arma, dejando de lado la falta de respuesta de Thor—Es el arma que me dieron. Formo parte de las tropas de alguien para ir a pelear a una guerra que, la verdad, poco me interesa.
—¿Guerra?
—Sí, dos territorios que pelean por ver quién se queda con las riquezas de quién—Lü Bu se levantó y tomó la alabarda—. Vamos, no andes de perezoso ahí sentado, tenemos una batalla pendiente.
Thor se levantó y se preparó para pelear contra él sin ningún tipo de armas para defenderse. Lü Bu frunció el ceño al notar su mente todavía lejos. Lo haría regresar al presente a golpes de ser necesario.
La historia de Lubu sera diferente de lo que es en su spin off, pero hice esto basandome en el hecho de que aqui termina conociendo a Thor desde muy joven, así que muchas cosas de su vida cambiarán por eso
En breve subo el siguiente capitulo porque este lo subi tarde
Nos vemos!
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