Capítulo 13
Capítulo 13
Coming back to the northern lights
Thor no podía sacarse de la cabeza el beso que Lü Bu le había dado aquel día, no hacía más de una semana atrás. Desde entonces no hubo manera en que pudiera quitarse de la mente aquel suceso. El humano lo había besado, un beso simple pero que no dejaba de ser un beso. Sus labios cálidos se habían posado sobre los suyos, en un toque delicado que no se parecía en nada a las peleas feroces que solían tener. Fue un contacto breve, pero había vuelto cenizas la mente de Thor. Fue incapaz de hablar y de moverse por al menos un par de horas. Nunca esperó que Lü Bu fuera capaz de hacer algo así.
Pero tampoco le había disgustado. Simplemente...lo tomó por sorpresa.
En toda su vida, Thor solamente había besado a una divinidad y esa era su esposa. Nunca besó a un humano ni ninguna otra criatura antes. Podría decirse que su primer beso fue con Sif y que los pocos que le siguieron en la noche de bodas también fueron para ella. Pero luego de eso, no volvió a besar a nadie más. Lü Bu era la segunda criatura viviente a la que besaba, ¿cómo se suponía que debía reaccionar?
En un inicio pensó en la osadía del humano por hacer algo así, pero lo que más lo sorprendió fue el hecho de que no pensara en que ese hecho no volviera a repetirse. Muy dentro de él, le gustaba la idea de volver a besar a Lü Bu.
Como su mente no dejaba de estar en constante caos, Thor consideró la idea de entrenar con Mjölnir por horas para distraerse. Hacía un par de días que no entrenaba porque su mente iba y venía siempre en el mismo recuerdo de Lü Bu, pero hoy creyó mejor tener que entrenar para distraerse.
Pero no encontraba a su martillo, lo cual era inusual. Normalmente, cuando no iba con él a todos lados, lo dejaba en un lugar preciso donde Mjölnir descansaba hasta que lo usaba. Pero Mjölnir no estaba ahora donde lo había dejado, ni ningún otro lugar que él conociera. Recorrió todo su palacio sin éxito alguno, incluso preguntando a algunos sirvientes y a Sif si había visto su martillo. Nadie pudo darle una respuesta.
Solo cuando su padre envió a alguien por él, se enteró lo que había pasado.
Loki estaba intentando respirar mientras Thor sujetaba su cuello con fuerza. Odín no decía nada al respecto, solo dejaba que apretara el cuello del que se suponía que debía ser como un hermano. Loki solamente era un dolor de cabeza y Thor creía que muerto estaba mejor.
—Vas a devolver mi martillo, no importa cómo, lo harás—gruñó estampándolo contra la pared.
—N-no s-s-sé d-dónd...agh—Thor apretó con más fuerza, sin querer escuchar su horrible voz.
—Hijo, ya basta, suéltalo.
Como era un pedido de su padre, Thor lo soltó y lo dejó caer al suelo. Realmente quería matar a Loki por robar su martillo y perderlo. Bueno, no creía que perderlo fuera lo más indicado, sino que se lo robaron o Loki dejó que lo hiciera porque ¡qué divertido ver cómo roban el Mjölnir!
Thor definitivamente lo mataría algún día. Pero antes quería recuperar a Mjölnir, un arma divina que fue regalo de su padre cuando Thor fue capaz de dominar su poder con los rayos. Ahora lo tenía vaya a saberse quién.
—Vayan a buscarlo. Loki, irás con Thor. Tú lo perdiste, tú ayudarás a encontrarlo. Thor, irás para facilitar la obtención de Mjölnir y evitar que Loki muera.
Thor no quería trabajar con Loki, pero Loki perdió el martillo por lo que él debía saber dónde estaba.
—Sí, padre—dijeron ambos antes de dar media vuelta para salir de ahí.
Al salir, Thor volvió a tomar del cuello a Loki y lo estampó contra la pared.
—Será mejor que lo encontremos o, de lo contrario, te arrojaré al Helheim—amenazó antes de soltarlo y alejarse para ir por algunas cosas para el viaje.
Porque Thor estaba seguro que hallar a Mjölnir no le tomaría un par de días.
Si Loki llegaba vivo al final, solo sería por suerte.
*
Loki tenía suerte de que Thor no lo arrojara al Helheim luego de saber que debían aventurarse juntos a una misión para recuperar a Mjölnir. Resultaba ser que su martillo no estaba en Asgard, en realidad, nadie sabía dónde podía estar. Y Thor no sentía la energía de Mjölnir cerca, por lo que claramente no estaba ahí. Ahora lo que quedaba era tener pistas de dónde podría estar Mjölnir.
Según lo que Loki consiguió recolectar, Mjölnir posiblemente estaría en las cuevas nevadas del norte. Ese sector era conocido por algunos titanes errantes que vivían ahí. Que ellos quisieran su martillo no era una novedad. Lo realmente malo de esto era que llegar a las cuevas nevadas del norte les tomaría bastantes días, tantos que Thor no llegaría a su encuentro con Lü Bu.
Era lo único que realmente le importaba. Si no fuera por la importancia de su martillo, Thor dejaría que el idiota de Loki fuera por él solo. Pero Mjölnir tenía una conexión con él, por lo que ir con Loki era importante para hallar antes su arma divina.
Con el idiota de Loki hablando hasta por los codos y haciendo bromas horribles, Thor se encaminó hacia las cuevas.
El viaje terminó tornándose insoportable y largo. Las cuevas no tenían a Mjölnir y las pistas que obtenían eran pocas e inútiles. Terminaron yendo de un lado a otro, sin obtener lo que buscaban en ningún lado. Loki lo guiaba por caminos de todo tipo pero sin importar dónde fueran, no había rastros de Mjölnir.
A pesar de que quería matar al imbécil de Loki, Thor se mantenía tranquilo pensando en Lü Bu y en que pronto iba a volver a verlo y a disfrutar de su presencia. Quizás podría preguntarle sobre aquel beso y, de ser posible, quizás podrían llegar a repetir ese momento. Ahora que tenía mucho tiempo libre para pensar, ya que no luchaba demasiado porque no había nadie a quien enfrentarse, Thor tuvo un momento de realización. Luego de pasar semanas y semanas pensando en Lü Bu, llegó a la conclusión de que el beso no le disgustó por el simple hecho de que Lü Bu le gustaba. No era extraño. Esperaba impaciente los quintos días del mes para verlo y no solo esperaba luchar contra él, sino que también esperaba verlo para hablar con él. Porque conversar con él era tan gratificante como intercambiar puños. Thor se sentía cómodo a su lado, tan en paz como nunca antes había estado. A veces solía pensar que podía pasar toda su vida de esa manera, solo hablando con Lü Bu mientras miraban el cielo, y no se aburriría en absoluto.
Amaba estar con él y cuando Thor tuvo este pequeño momento de iluminación, pasó días en un silencio más profundo de lo normal. Pero, ¿de qué otra manera podía considerar sus sentimientos hacía Lü Bu? No eran amistosos, eso se quedaba corto. Tampoco era una obsesión, eso sonaba incorrecto en muchos sentidos. No se trataba de un capricho porque, sino, Thor perdería interés por él al poco tiempo. Incluso en este viaje largo que se seguía extendiendo y que ya llevaba tres años, Thor seguía anhelando y extrañando al humano. Su humano, su Lü Bu... ¿qué estaría pensando él al darse cuenta de que Thor ya llevaba tres años sin aparecer? ¿Se habría rendido y hubiera continuado con su vida? Tal vez habría ganado algún reconocimiento y ahora estaba casado, o tal vez alguna mujer se ganaría su corazón y tendría una familia. O quizás simplemente tendría una familia, siguiendo su necesidad masculina de tener descendencia.
Thor pensaba egoístamente en que deseaba que Lü Bu lo esperara, sin importar cuánto fuera a tardar. Pero no podía ser así con él, él tenía derecho a seguir su vida y olvidarlo.
***
Las batallas no eran mejores a las que tenía con Thor, eso era algo que Lü Bu tenía en cuenta desde el primer enfrentamiento. Estos humanos no podían compararse con el dios y su fuerza, tampoco con su experiencia en combate ni con sus hazañas. Solo eran hombres que decían ser los más fuertes y que terminaban siendo una decepción. Lü Bu solía aburrirse de pelear contra ellos. Era decepcionante que no pudieran soportar un solo golpe de su parte.
Solo esperó impaciente al quinto día del mes y, sin importar que no estaba muy cerca, Lü Bu de todas formas informó que debía marcharse por todo el día y se fue sin escuchar lo que sus superiores tuvieran para decirle. Sabía que lo que fuera que le dijeran, a Lü Bu no le importaría y si lo hacían enojar, dejaría el ejército y se iría lejos donde nadie pudiera hallarlo.
Su pobre caballo tendría que tener un descanso luego de este gran viaje ya que Lü Bu lo estaba haciendo correr tan rápido como sus patas se lo permitieran para llegar a un lugar bastante alejado. Y lo peor para su pobre caballo era que eso lo tendrían que repetir unas horas después. Bueno, solo era algo que hacían una vez al mes.
Llegó casi cuando la tarde estaba en su punto máximo y se acostó en el suelo para ver el cielo porque parecía ser que el dios tonto de Thor todavía no había llegado. Quizás se había quedado a cepillarse el cabello o tal vez se cohibió luego de que Lü Bu lo hubiera besado. Cobarde, era solo un beso, no era para tanto. Si no le había gustado, solamente tenía que decírselo y ya. ¿Acaso pensaba que eso lastimaría sus sentimientos? Ja, que tonto, eso no pasaría. Lü Bu era un hombre fuerte capaz de entender cuando no era correspondido. Si Thor no lo veía de la misma forma que él lo veía, entonces podían seguir siendo amigos y hacer de cuenta que eso nunca pasó. Lü Bu podía vivir con eso, por supuesto.
El cielo pronto comenzó a oscurecerse y supo que debía marcharse. Tal parecía ser que Thor había tenido un nuevo problema que no le permitió ir a verlo. Si no era por acobardarse por su beso, entonces tuvo otro hijo bastardo que lo hizo perder la noción del tiempo. Nunca sabía con qué problema podía enfrentarse el dios.
Cuando montó su caballo de nuevo, Lü Bu deseó que sus problemas no fueran tan graves.
*
Al siguiente mes, Lü Bu se encontró más lejos de lo que había estado antes, pero aun así viajó para ver a Thor, esperando que esta vez estuviera ahí. Y aunque llegó más tarde, Thor no llegó, por lo que tuvo que regresarse, con la duda de lo que podría haberle pasado al dios como para desaparecer así.
¿En serio un simple beso lo asustó tanto como para no volver a verlo? Lü Bu no quería poner esa idea como opción, pero si los meses seguían pasando y Thor seguía sin aparecer, entonces, debería aceptar que un beso terminó por espantar a ese enorme dios.
Pero no podía ser capaz de desaparecer para siempre solo por un beso. Lü Bu no podía creer que un dios tan fuerte y grande como Thor se espantara por un simple beso. Era imposible. ¿En serio una muestra de cariño de un humano era tan aterradora? ¿A ese punto llegaban a repugnar a un dios su presencia?
No. No podía ser eso. Thor había sufrido algún percance que lo obligó a quedarse en su perfecto mundo de dioses. Cuando lograra librarse de ese dichoso problema, regresaría con él. Thor no lo dejaría así como así sin darle una explicación. Él no iba a hacerlo, Lü Bu confiaba en él.
*
Regresó una y otra vez los quintos días del mes, tal y como era la costumbre. No importaba en dónde estuviera, siempre regresaría al punto de encuentro para ver a Thor. Pero el dios nunca estaba ahí, no importaba si se quedaba todo el día, nunca lo vería llegar. Lü Bu había llegado a quedarse incluso en las noches más frías, esperando ver al tonto dios llegar apresurado para decirle que se había olvidado de ir antes y darle una explicación de por qué no estuvo yendo a su encuentro. Esperaba verlo en cualquier momento.
Pero Thor nunca apareció.
La vida de Lü Bu fue cambiando gradualmente. Había ganado reconocimiento y había perfeccionado una técnica llamada Devorador de los Cielos. Un gran golpe que había pensado en usar alguna vez con Thor para demostrarle el nivel de su fuerza. Quería, en verdad que sí quería.
Durante esos años conoció a Chen Gong, su estratega, quien le recordaba a su padre. El hombre era astuto y era capaz de crear buenos planes. Lü Bu solo debería comandar las tropas y seguir el plan pactado por su estratega, así ganarían cada día más reconocimiento del que ya tenían. Muchos lugares hablaban de él, en muchas ciudades se escuchaba su nombre.
No le importaba.
Con los años y la falta de oponentes fuertes, Lü Bu comenzó a aburrirse. Con cada día que pasaba, en donde solo entrenaba, pensaba en lo aburrido que era no tener a alguien que pudiera igualarlo en fuerza. Perfeccionó una técnica que posiblemente nunca sería capaz de usar. Pero lo hizo porque quería demostrarle a Thor que era fuerte, que era capaz de tener golpes que podían igualar a su Mjölnir.
Quería seguir siendo la mayor emoción en su vida.
Había días en donde morir era tentador. Dejarse atrapar y morir era lo mejor para su aburrida vida. Pero entonces pensaba en Thor, en que algún día regresaría y volvería a verlo.
Se negaba a morir antes de ver a Thor una vez más.
La vida siguió su curso y luego de años de lucha, su estratega decidió retirarse tras recibir la noticia de que su esposa estaba embarazada. Lü Bu, considerando que seguir sin Chen Gong como su estratega era arriesgarse a morir, decidió retirarse también. Le deseó la mejor de las fortunas a la familia Chen y a su tropa, que siempre lo siguió fielmente, y se marchó con Liebre Roja lejos de todos. No estaba en sus planes volver a verlos, no necesitaban que eso pasara.
Fue al límite, el punto de encuentro que tenía con Thor, y ahí construyó una choza lo suficientemente firme como para vivir tranquilamente con su caballo. Liebre Roja tuvo la libertad de irse con otro general, pero él se quedó a su lado, incluso si ya no regresaría al campo de batalla.
Vivir en ese sitio no era malo. Entrenaba a diario y viajaba con Liebre Roja al pueblo por provisiones, intercambiando los animales que cazaba por cosas que necesitara. Había vivido por su cuenta durante muchos años, podía regresar a eso.
Los únicos días en donde no dejaba su hogar eran los quintos días del mes, donde se quedaba afuera, hiciera frío o no, esperando la llegada de un dios tonto que parecía haberse perdido en el camino. Lü Bu creía firmemente en que Thor regresaría algún día, no dudaba de ese hecho. Ya si estaría aquí o no para verlo, esa era la gran duda.
A pesar de que llevaba una vida tranquila y saludable, la edad pareció afectar al cuerpo de Lü Bu, el cual enfermó. Sin embargo, con la necedad de un guerrero que se niega a morir en el campo de batalla para seguir luchando, Lü Bu se negó a morir por esa enfermedad. No hasta ver a Thor una vez más. Quería verlo una vez más. Solo entonces moriría en paz.
Pero el tiempo se le estaba agotando y aunque su fuerza y necedad todavía lo mantenían vivo, no sabía cuánto aguantaría.
Thor...dios tonto...¿dónde estás?
Sí... los ultimos tres capitulos culminan con las historias de estas tres parejas..
Proximo capitulo: 14/6
Nos vemos :D
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