C7: 21 semanas
5 meses/ 23 semanas
—¿Hitoshi? ¡Hitoshi! Buenos días~
¿Cómo su novio podía estar con náuseas, vómitos, antojos y fatiga un día... y cuando cumple su cuarto mes de embarazo se le va todo, además de agregar energía de sobra, ánimo y aspecto juvenil, y convertirse en una persona completamente asintomática?
Pero despertar y lo primero en ver a tu pareja con su pijama y una taza de té a mano, con su barriguita de embarazo dejándola destapada era, ¿Cómo decirlo?
Estar en el cielo...
Parpadeó varias veces para empezar a acostumbrarse a la luz de la habitación, se acercó al vientre del rubio y se quedó abrazándolo y besándolo mientras Denki le hacía cariños en su cabello.
—¡¿Hoy no estás emocionado?!
—Mm...— gimió roncamente, en señal de pereza —Sí, me encanta despertar así.— el rubio rió.
—No, no por eso, bobito. Lo digo porque hoy día vamos a saber el género de nuestros bebés— el rubio exclamó, aún peinando el cabello morado con sus dedos. —¡Ah, no puedo esperar!
Hitoshi se incorporó en la cama, frotándose los ojos suavemente. Se levantó de la cama para colocarse su bata y sus pantuflas para darle de comer a sus gatos. Los tres mininos empezaron a maullar y a frotarse en su pierna, esperando la comida en sus platos por ahora vacíos.
Al ver como Marie, Berlioz y Anvorguesa comían, volvió a su habitación a preguntarle al rubio suavemente.
—¿Desayunamos?
Tener un pan duro y medio limón en el refrigerador fue algo bueno y algo malo. Al pelimorado le dieron ánimos para hacer las compras y darle un mucho mejor y más sabroso desayuno a su pareja y a sus bebés.
—¡Llegué!— el pelimorado exclamó al abrir la puerta principal, empezando a mover las bolsas del supermercado dentro de la casa.—Ay, no tuviste que levantarte aún, Denki.
—Descuida, estoy emocionado y quería comprar las cosas para la fiesta de revelación— el rubio miró lo que llevaba a mano el pelimorado, que le estaba entregando —¿Qué es eso?
—Solo...quería darte algo. — El rubio recibió con una sonrisa tímida y un sonrojo, el bouquet de tulipanes de color amarillo y morado. Dejó las flores en la mesa un rato para abrazar al pelimorado unos minutos.
—Ten, siéntate. Yo haré la mesa.
El rubio se sentó en el sillón, acariciando con sus pulgares su barriga. Al poco tiempo, Marie fue hacia él y se acurrucó cerca de su vientre, sacándole una sonrisa.
—Toshi... ¿Desde cuando los bebés empiezan a escuchar? O sea, ¿Cuándo deberíamos empezar a comunicarnos con ellos?
—No lo sé, creo que desde el cuarto mes— respondió, despreocupado.
—¿¡Qué!? ¿Y no les he hablado a mis...? ¿A mis camarones?
— ¿Tus camarones? ¿Así los vas a llamar?
— Mientras no sepa qué son y cómo se llaman, sí. ¿Tú qué tenías en mente?
—No sé, algo más lindo como... gatitos. O mininos.— el rubio se encogió de hombros, cada padre puede llamar a sus bebés como quiera. —¡El desayuno está listo, Kitty!
El rubio se levantó del sillón emocionado, observando la mesa con mucho amor y cariño. Un batido de plátano y frutillas; un sandwich bastante bien hecho y al lado, una caja de macarrones.
Besó en la sien al ojimorado antes de sentarse lentamente, agarrando su vientre. Eso era nuevo.
Empezaron a comer tranquilamente, mientras hablaban sobre lo que iba a pasar hoy día. Esa noche sabrían el género de sus bebés, eso haría llegar al otro paso para empezar a comprar sus cosas... y su habitación... y sus nombres.
—Denki... creo que se nos olvidó un detalle.— el pelimorado le dijo suavemente, quedándose un rato pensando. Denki solo ladeó la cabeza.—Les dijiste a todos que esperábamos gemelos, ¿Verdad?
—Ah, jaja...— empezó a reír algo nervioso —¿Puede que... quizás solo le haya dicho a Eri?
El pelimorado se tapó la cara pensando. Bien... doble revelación será.
—Quizás tendremos que... comprarle una coca a Aizawa.
—¡AAAAHH, ERES ENORME!— la pelirrosa exclamó al ver al rubio con su panza. Abrazó a Denki que hizo un puchero con su labio inferior, algo dolido por lo que dijo su amiga.
—¿Por qué me dices eso?— preguntó, aún haciendo un puchero.
—Ay, perdón, pero no esperaba que tu embarazo estuviera tan desarrollado. Ahí solo tienes a un bebé, ¿Verdad? — bromeó, haciendo reír a Sero y a Eijiro, quien sostenía a Katana. Hitoshi y Denki compartieron la risa, con mucho mucho nerviosismo. — En fin, la última vez que nos juntamos nos contaste sobre tu embarazo. Lo ocultabas con un polerón de Hitoshi, pero con esa pancita ya no podrás.
¿Por qué esas palabras le dolieron tanto...? No tenía sentido.
—Mapache, piensa bien en lo que dices antes, ¿Sí?— el rubio le dijo autoritariamente, cargando a su hijo dormido en brazos. Ashido miró la sonrisa algo triste de Denki y se empezó a disculpar con unas reverencias.
—Perdón, perdón. En serio perdón, Denki.
—Está bien, Mina.
—¡Bebés!— la pequeña rubia fue dejada en el suelo por su padre y caminó a saltitos hacia el ojiamarillo. —¿Puedo?— Denki asintió tiernamente, dejando que Katana tocará su vientre.
—Con cuidado, hija. Perdón, le hablamos a los mellizos de que iban a ser primos de un bebé y le dijimos que sí querían, podían tocar tu panza, pero pues... lo sentimos.
—No te preocupes. — el rubio sonreía al ver cómo la rubia seguía sobando su pancita, mientras seguía murmurando "bebés, bebés, bebés...".
La puerta fue abierta nuevamente, entrando la familia Todoroki con los Aizawa. Eri llevaba de la manito a la pequeña Melody, que llevaba un regalo que traía arrastrando.
—¡Wow, decoraron tan bonito!— el peliverde exclamó al ver la sala de estar de sus amigos. La mesa con la isla de cocina con comida, dulces con los colores de la sala, y bebidas. Lo demás estaba decorado con banderines y globos transparentes con serpentina morada, morada pastel, blanca y dorada.
La temática de la fiesta era sobre la astronomía, por las decoraciones de sol y luna. Luz y oscuridad. Y, en el techo, se encontraban 11 globos negros con helio flotando en el techo.
—Ten, Denki...— La tricolor le entregó el regalo a su tío que lo recibió con amor, acariciando la cabeza cariñosamente a la infante.
—¡Ah, Melody!— la infante rubia corrió dónde su amiga a abrazarla, que espero el abrazo con los brazos abiertos tímidamente. Con solo escuchar el nombre de su prima, el pelinegro despertó en los brazos de su padre, pidiendo bajarlo.
Los tres infantes empezaron a jugar entre sí, mientras que los adultos empezaron a saludarse y...a iniciar la fiesta.
—Eri, ¿Puedo hablar contigo un segundo?— el rubio arrastró a la albina hacia su habitación, no dejándola llevarse aunque sea una galleta. —¿Les dijiste a Shota o a Hizashi sobre que íbamos a tener gemelos?
La de orbes rojos negó. "Qué alivio...".
—Bien, porque nadie más que Hitoshi tú y yo sabemos que vamos a tener dos... o tal vez Katana, que insiste en que tengo bebés.— la albina y el rubio se quedaron en silencio unos segundos para luego volver a la fiesta.
Aizawa y Hizashi jugando con Marie y Anvorguesa, Shoto y Katsuki jugando con sus hijos, Momo y Jirou coqueteándose como si no vivieran juntas...
Sí, todo iba normal.
—Denki, ¿Y por qué no trabajas en la oficina? Los días se hacen tan~ largos sin ti...— la pelirrosa molestó un poco al rubio, que se encontraba enumerando los globos para ver quién iba a revelar la sorpresa.
—Me encantaría, pero... tengo un novio sobreprotector que me quiere en casa.— Ashido río al ver de lejos como Hitoshi escuchó la respuesta de su pareja, entrecerrando los ojos. —¡De acuerdo, ya está listo! Mina, ten— le entregó un alfiler de plateado. — Tú vas a romper ese globo. Y tú...
Todos sus invitados estaban en la posición correcta. Tomó a su novio del brazo, saltando emocionado y llamó la atención de todos.
—Bien, a cada uno les tocó un globo. Están enumerados en ese orden, y en ese orden los van a romper. —dijo con un tono más agresivo.
— Pero sabemos que el último número es el que dice...
—Cállate, Mina.— La pelirrosa miró a Denki, aguantándose la risa.— Ahora... Si el globo explota y tiene serpentina morada, significa que era el acierto de Hitoshi, que es una niña. Pero si es serpentina amarilla, significa que yo adiviné, por lo cual, es niño. ¿De acuerdo? Acuerdo. Eri, tú eres la número uno.
—Claro... — la albina intentó darle varias veces al globo con los ojos cerrados hasta que reventó. Nada.
Globo número 2: Izuku. Nada.
Globo número 3: Shoto. Nada.
Globo número 4: Katsuki. Nada.
Globo número 5: Eijiro.
—¡Yo quiero, yo quiero!— Katana le pedía con los brazos en alto a su papá. El pelirrojo cargó en brazos y tomó la mano de Katanita para juntos pinchar el globo. —¡AHH! Divertido. — la rubia río luego del susto.
Globo número 5: Eijiro. Nada.
Globo número 6: Momo. Nada.
Globo número 7: Aizawa.
Hizashi era el único que veía como Shota estaba temblando. El pelinegro tomó el alfiler y apuñaló el globo suavemente. Esa escena se vivió en cámara lenta para Shota y los padres.
—¿Morado?— Aizawa preguntó al tomar con las manos algunas serpentinas que caían de distintos colores de morado. —Es una...
—¡NIÑAAAAAAAAAAAAA!— Nadie se esperaba la emoción del pelimorado, que se encontraba prácticamente gritando de rodillas. Todos fueron a abrazar al rubio, que los detuvo exclamando.
—¡Sigan rompiendo los globos, por favor! Amor, cálmate... — Abrazó al ojimorado que seguía en el suelo, abrazando su vientre.
Globo número 7: Aizawa. Es una niña.
Globo número 8: Sero. Nada.
Globo número 9: Jirou. Nada.
Globo número 10: Mina. NADA.
Globo número 11: Hizashi.
El rubio estaba preparado para reventar el globo. Quizás Hitoshi y Denki querían explotar todos los globos para la basura, o algo así. Hasta que Anvorguesa se entrometió en eso...
El gato anaranjado empezó a jugar con el listón que colgaba del último globo negro. Como efecto, una de sus garras pinchó el globo e hizo que explotara haciendo que cayera serpentina de distintos colores morados y una foto de una ecografía que cayó suavemente en el suelo.
Hizashi y Shota se quedaron viendo la foto, analizándola calladamente. Eso es una bolsa, pero ahí hay dos...
—¿Son...dos?— Todos en la habitación se quedaron mirando a la pareja, quienes seguían abrazados.
—V-van a tener dos... dos niñas.
—¿Papá? — la albina tocó a Shota, viendo su estado. —Traiganle una coca, por favor.
Los niños fueron donde sus papás cuando escucharon mucho más ruido que el de siempre. Melody fue hacia donde su mamá, ya teniendo algo de sueño. Mientras que los mellizos fueron donde Katsuki.
—¿Qué pasó?— Toshinori le preguntó a Eijiro, que limpiaba su mejilla cariñosamente.
—Vas a tener dos primas más. — Katana y Melody se miraron emocionadas, mientras que el pelinegro intentaba procesarlo.
¿Dos más? Quizás... ¿Otra Katana y otra Melody? ... Rayos.
—Ahora que sabemos que son dos niñas hay que pensar en sus nombres. — el pelimorado dijo suavemente, mientras acariciaba la pancita del rubio. —¿Te gustaría nombres similares o totalmente diferentes?
El rubio veía con amor a Hitoshi, que ahora colocó su cabeza en el vientre.
—Mmm... Ni uno ni lo otro. Quiero buscar unos nombres que sean... Ying y Yang. Quiero que sean opuestos entre sí. ¿Te gustaría eso?
—... Me encantaría, Denki.
¡Hola, hola!
¿Cómo están? ¿Cómo les ha ido desde que nos vimos?
Yo... me intoxiqué. Pero ahora estoy mejor, así que no se preocupen.
Así que ando recuperada y... enamorada.
En fin, síganme en mi Instagram: @te.de.arandano
¡Y eso!
Adieu!
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