Prólogo
Shakespeare creía que es el destino el que baraja las cartas, pero que somos nosotros los que jugamos. Puede que nos haya tocado un ambiente determinado en la ruleta de la vida, pero por encima de esas circunstancias está la mano del hombre para poder cambiar el rumbo de los acontecimientos y sacar el máximo partido a los recursos con los que cuenta.
Hyemin iba caminando por las desoladas calles de Londres, era de madrugada y solo había pocas personas que iban a trabajar. Se sentó en una de las bancas del parque y se puso a divagar en su mente. El recuerdo de esa tragedia fatal aún le dolía, como si apenas hubiera pasado un día de lo ocurrido cuando en realidad han pasado dos meses. Estaba desbastada. Las lágrimas se acumularon en sus preciosos ojos color miel. No quería llorar. Debía ser fuerte por ella. Se paró del asiento y se dispuso a volver a su hogar donde ella vivía por un corto periodo con sus tíos y su prima. Pasó por una pastelería y pensó que a su tía le encantaría un pastel de chocolate. Ingresando al local se encontró con un joven de espaldas que estaba colocando pastelillos de piña en una vitrina. Hyemin carraspeó para llamar la atención del apuesto joven y lo que vio le sorprendió mucho que hasta su cuerpo se quiso caer para atrás. No podía si quiera hablar, su cuerpo no respondía, ella aseguraba que en estos momentos estaba pálida como el papel.
ー ¿Señorita se encuentra bien? —Pregunta el joven de cabellera azabache oscuro.
Hyemin juraba haber visto un fantasma porque lo que estaba al frente de ella no era real.
"Hyemin esto no es real. Solo te pegaste bien fuerte la cabeza con la puerta de la pastelería y ahora estás inconsciente. Sí, debe ser eso." Pensó.
Cuando alzó la vista se encontró con el chico cerca de ella preocupado. No sabe de donde salió esas palabras de su boca pero por fin habló.
ー ¿Jeongguk? ーmiró pasmada al chico frente a ella. ー ¿Jeon Jeongguk?
ー ¿Me conoces?... ーAl no recibir respuesta se aclaró la garganta. ーDigo mi apellido está bien pero no es "Jeongguk". Me llamo Jeon Jungkook.
Jungkook con una sonrisa coqueta extendió su mano para estrecharla con la hermosa joven frente a él y dijo:
ー Pero me puedes llamar el amor de tu vida, preciosura. ーGuiñó.
Tú decides si te quedas quieto ante las adversidades que se presentan en la vida y te limitas a sufrirlas o, por el contrario, analizas las cartas que tienes y te preparas para lanzar tu mejor jugada.
"El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos"
<<Próximamente>>
Shine, dream, smile - M.S.
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