Epílogo
Tras la crueldad que había hecho Simon; Dios lo envió a Darkland, un lugar para las almas perdidas. Donde estas no tenían rumbo de un camino claro. Permanecerían ahí por el resto de sus vidas.
Simon persistiría ahí por el resto de su vida, o, eso creía...
***
Lily trenzó su cabello mórbidamente, mientras se observaba en el espejo del baño, para obtener como resultado final; una trenza de cascada lateral. Soltó una pequeña sonrisa al ver detrás de ella, a Jessica.
— ¿Estás lista? —le sonrío Jessica.
—Sí —.
Habían transcurrido exactamente seis meses desde que Niall se había ido. Lily aún no podía asimilar con exactitud el suceso que había ocurrido. Sin embargo, no todo fue color negro; Jessica vendió el night club y con el dinero que había obtenido, compró un local, y de el, construyo un pequeño restaurante. Lily ahora trabajaba como gerente del restaurante.
Jessica se disculpó con Lily, por haberla hecho trabajar, en un lugar en el cual ella tanto aborrecía. Esta, observaba demasiado entristecida a Lily, por ende; le propuso una idea. La idea consistía en que se mudara con ella, así, no tenía que estar tanto tiempo sola. Necesitaba algo de compañía. Ambas, la necesitaban. Jessica logró ver a Lily, como su propia hija.
Antes de dejar por completo el departamento; Lily lo ojeo por última vez. Recordó con detalle cada recuerdo que había pasado junto a Niall; suspiro y sonrío ampliamente. Sin más, cerró la puerta del departamento, llevándose consigo, todos los recuerdos.
***
Ese mismo día de la mudanza, Lily quería despejar su mente por un momento, por consiguiente, salió de casa.
Se dirigió al South street seaport; donde había conocido a Niall por primera vez. Llegó y rápidamente, encendió un cigarrillo. Hacía muchos meses que no lo consumía, ya que, recordó que a Niall le fastidiaba verla fumar, era maligno para su salud.
Lily quedó ensimismada por un tiempo, y en ese transcurso, escucho algo en su mente. Que la dejo completamente dubitativa.
"Te encontraré, sé que lo haré..."
Y en ese momento, supo de quien era esa voz. Era Niall. Era la voz de su ángel guardián...
FIN.
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