Pero no termino de caerme porque una mano me sujeta, abro mis ojos y miro a un chico rubio de ojos azules. 

Me suelto de su agarre y lo quedo viendo de forma fría pero por dentro estaba aterrada, estaba segura que no había nadie y menos este chico.

—No debiste hacer eso —me mira con un gesto frío. 

—¿Y tú quién eres para decirme que hacer y qué no? —le digo muy bruscamente.

—Quien sabe —me mira con una sonrisa maliciosa —Ya lo veras.

No le digo nada y cojo mi bolso que lo tenía en el suelo, lo tomo y cuando volteo ese chico ya no estaba, ¿Cómo era posible que caminara tan rápido? Es un puente muy largo, solo se puede llegar velozmente en auto, llego a la conclusión que tal vez era un fantasma; nunca había visto uno,  pero si creía en ellos, me voy rápidamente a mi auto y acelero para irme de ahí lo más pronto posible.

Llego a mi departamento y abro la puerta, voy a mi habitación y cojo una pijama de mi ropa, me cambio y minutos después mis ojos se cierran suavemente hasta quedarme dormida por completo.

***

Me levanto a la misma hora de siempre y hago mis rutinas diarias y antes de irme a la universidad, tomo un trozo de pan tostado y un vaso de jugo de naranja. Salgo del edificio de mi departamento, tomo de mi bolso un cigarrillo y lo empiezo a fumar, siempre fumo tres cigarrillos al día porque siempre me relajan, es la única cosa que me relaja. Llego a la universidad y esta vez no es a primera hora que tengo Biología, sino, que es Historia. Es un tanto tedioso, pero de vez en cuando interesante.

Llego al salón y como de costumbre no miro a nadie, solo entro como si nada me importara, no es que me gusta que me tengan miedo, simplemente no quiero hablar con nadie a excepción del maestro. Me coloco en una de las primeras filas, es la única clase que me siento adelante y no como de costumbre atrás. Empieza segundos después la clase y después de algunos minutos alguien abre la puerta y es otra vez este chico rubio de ojos azules, lo miro y por dentro estoy algo asustada y al final no era un fantasma como yo lo había pensado, se sienta a mi lado y no le tomo importancia.

—Nos volvemos a encontrar —susurra y fija la mirada en mí. 

—No me hables —contestó y lo miro,  su mirada es fría. No emana ninguna emoción en él. 

El ignora mis palabras y se cambia de lugar, no sé nada de él pero es extraño ya que es mi segundo año de la universidad y jamás lo había visto por aquí.

Termino todas mis clases del día y ahora me dirijo al restaurante de siempre. Mientras voy en camino vuelvo a recordar esa mirada, ese chico realmente era como que si no fuera humano, su mirada no tenía vida, era incluso más frío que yo, y eso me asustaba.

Llego y bajo del auto, entro al restaurante y lo primero que diviso es que alguien está sentado en mi puesto. He comido durante años aquí y a la hora que vengo nunca esta nadie ahí. Me encamino rápidamente a mi puesto porque ansío saber quién está sentado ahí, lo miro y es otra vez este chico, ahora si estoy asustada, ya no creo que esto sea coincidencia, este chico me está siguiendo. 

—¿Qué haces aquí? ¿Me estas siguiendo?—me siento y le preguntó bruscamente. 

—Solo estoy tomando una taza de café o es que acaso ¿Es el único restaurante que hay en New York? —dice sarcásticamente. Sé que no lo conozco pero mi odio hacia él ya se está creando.

—Esta es mi mesa —lo miro furiosa. Realmente me está sofocando.

—Mira alrededor de la mesa— Aquí no dice tu nombre —vuelve a decirme con sus palabras sarcásticas —.

Cuando estoy a punto de decirle algo él se levanta de la mesa, coge su chaqueta negra y se va del restaurante. Espero no vuelva a encontrármelo. 

Salgo del restaurante y me dirijo al night club, pero antes de hacerlo recuerdo que tengo que pasar por mi ropa desaseada y llevarla a la lavandería. Llego a mi departamento y coloco rápidamente mi ropa desaseada en bolsas negras y las llevo al auto, llego a la lavandería que me queda cerca del trabajo. A unos cinco minutos en auto y aproximadamente unos diez o quince caminando. Después de haber lavado mi ropa, cojo las bolsas negras con la ropa ya limpia y pasados los cinco minutos llegó al night club. 

Me adentro al lugar. Me cambio y me maquillo lo más rápido posible ya que no llegué temprano como de costumbre, ya que hoy mi piel está más pálida que otros días, me coloco un poco de polvo y rubor para cubrir mi piel pálida. Jessica me pide hacerlo porque a los clientes no les gustan las chicas tan pálidas como yo, en realidad no me importa pero tengo que hacerlo por obligación.

Salgo del baño y rápidamente Jessica me dice que la bartender que tiene el mismo horario mío, no podrá llegar hoy por cuestiones de salud y que la reemplazaría en su lugar. Cojo mi cabello en una coleta y me dirijo al bar, no soy buena en esto pero se encuentra otra bartender a la que le pediré ayuda. Termino finalmente mi jornada y salgo rápidamente del night club, pero antes de irme tomo un cigarrillo de mi bolso y empiezo a fumar, minutos después lo termino y lo desecho.

Llego a mi departamento y me dirijo a la cocina por un vaso de agua. Miro una pequeña nota en el desayunador.

"¿Quieres respuestas? Te veré en el central park, después de tu trabajo, te espero."

atte. El chico rubio de ojos azules.

Boto el vaso y consigo hacerme una pequeña cortada en la mano, recojo los pedazos de vidrio del vaso roto y cubro mi herida con una venda. Salgo lo más rápido posible del departamento y mientras conduzco me hago muchas preguntas, ¿Cómo sabe que trabajo? ¿Sabrá que trabajo en ese asqueroso lugar? ¿Si se llegase a enterar la universidad, seguro me quitarían la media beca? ¿Cómo entro a mi departamento? A medida que conduzco me preocupo más ya que este chico o me está haciendo una broma o realmente sabe mucho de mí.

Llego y bajo del auto lo más rápido posible, miro a pocas personas a estas altas horas de la noche, miro desesperadamente por todos lados y no lo diviso. Mi preocupación aumenta conforme pasan los segundos, cuando de repente, alguien toca mi hombro y sé que es él porque es el mismo tacto frió de ayer.

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