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La joven pelirroja caminaba de un lado a otro en su habitación siendo seguida por la bolita celeste ya algo cansada, esta estaba hablando en voz alta mientras movía sus manos al aire sin importarle estar haciéndolo a la nada y con su cabello revuelto por tanto tirar de el.

—Von all den Menschen, die er hätte mitbringen können, entschied er sich, mich einzuladen, da ich fast keine Ahnung habe, was ich bei solch stressigen Ereignissen sagen soll, ah, ich werde qualvoll sterben.. –Chilló de forma infantil dejándose caer sobre la alfombra suspirando, a pesar de que su padre fuera un alto diplomático gubernamental ella jamás se había visto envuelta en esa parte de su vida.. menos aún luego del fatídico accidente además de ser una menor de edad en esos tiempos– Ojalá pudiese llevarte conmigo boli, me confortaría muchísimo pero sería muy controversial y eso es malo en todos los sentidos..

(De todas las personas que conoce que pudo haber llevado decidió invitarme a mi que tengo casi nulo conocimiento de qué decir en esos eventos tan estresantes, ah me voy a morir en agonía..)

La pequeña masita con ojos saltones se acomodó sobre sus brazos y ronroneó para que centrar su atención en él, lo cual funcionó porque la contrario sonrió más tranquila alzándolo para abrazarlo muy feliz de tenerlo esa noche con ella como antes pues su compañía era muy valiosa para su soledad.

Mientras tanto el de ojos celestes firmaba papeles con calme en su oficina, acostumbrándose poco a poco a sentir "Caricias fantasma" en sus mejillas debido a la conexión con su Ball y a que la humana era muy cariñosa con este, dicha idea ido que divagara en su mente sobre cómo se sentiría si esas caricias en realidad fuesen a su piel, si Ilse lo tocase con sus delicadas manos y lo abrazara con el mismo ímpetu que a la masita de emblema blanco.

Detuvo sus pensamientos cuando sus mejillas calientes le hicieron caer un cuenta de lo que estaba pensando, se sintió demasiado avergonzado y escondió su rostro enrojecido entre sus brazos sobre el escritorio para tratar de calmarse antes de que alguien lo viese de esa manera.

Momentos después la risa burlona de FBI a tras vez de los pequeños parlantes de su oficina le dio un escalofrío y se levantó para hacerle una seña a la cámara y a los minutos ya lo tenía en frente aún riéndose.

—..¿Podrías dejar de burlarte de mi?.. –El rubio bufó mirándolo con los brazos cruzados, le era imposible no hacer una mueca de fastidio en ese momento—.

—No. –Volvió a reír el de piel azul avanzando hasta sentarse frente a él con toda la tranquilidad del mundo, después de todo eran amigos desde su creación décadas atrás– ¿Y ahora porqué tan rojo, buscas cambiar de color?

—Idiota, es... olvídalo no tiene importancia ahora. –Se recostó más en su silla con desgana antes lo patético que se debía estar viendo, se suponía que debía actuar correctamente como la importante organización internacional que era o tendría problemas con sus supervisores humanos—.

—Sabes que no tienes que mentirme, no veo a ONU Ball por ningún lado así que me es fácil deducir con quién lo dejaste tan en confianza –El de ojos hielo sonrió pícaro y se inclinó sobre el escritorio, era una chismoso del mismo calibre que OTAN y por lo tanto siempre se enteraban de todo sorbe todos—.

—Me siento extraño.... cuando estoy o pienso en la señorita Garten.. –ONU acabó por confesar en tono bajo para que ya ningún otro entrometido viniese a reírse a su oficina, suficiente tenía con la organización de seguridad y sus chistes malos—.

—¿Pues caliente o cóm.. –Soltó en una carcajada hasta que la mano ajena hecha puño cayó con fuerza aplastando su diestra por lo que soltó un quejido y la movió para abrazarla evitando que el otro volviese a dañarla– Es broma, ya no me pegues, puede ser que te guste o por la conexión con tu Ball.. quién sabe.

—Eso es imposible, no digas tonterías por favor –El de traje blanco bufó apoyándose sobre su codo mientras viraba los ojos, si alguno de sus jefes llegaba a escucharlo iba a tener demasiados problemas, se supone que su existencia era para evitar las guerras, no para enamorarse de los humanos como en las películas—.

—Claro que se puede, anciano, aunque no somos de la misma raza somos seres similares en la estructura corporal y el razonamiento –Le explicó el de uniforme táctico como si fuese a un niño pequeño y luego imitó la postura del contrario, en cierta parte lo entendía.. él también había tenido algunos amores humanos hace mucho– ....Aunque que esté permitido ya es otra cosa.

—Incluso si lo estuviera.. no sé lo que siento, pero es la primera vez que experimento algo así –El embajador de la paz resopló retomando su postura para acomodar sus papeles, no podía perder más tiempo en asuntos personales cuando estaban a puertas e un importante evento internacional—.

—Entonces date el tiempo de conocerla y saber si realmente te está gustando o es sólo porque no tratas mucho con mujeres –FBI alzó un poco los hombros simplificando la odisea que se formaba en la cabeza de su amigo, a pesar de que esa pelirroja le había dado el golpe de su vida no parecía ser una mala persona– Ahora deja de lloriquear y termina tu trabajo para poder pedir pizza, UE me está llenando de mensajes.

   

   

  

   

   

  

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