Cuatro paredes

13 de abril del 2014

Narra Ciel:

Estaba sentado frente a aquel hombre de bata blanca... Él tenia una pequeña linterna con la que alumbraba mis ojos... Me pedía que mirara a la izquierda y luego a la derecha.
Papá estaba parado al lado mío.

Doctor: Sus pupilas tienes un tamaño normal... No parece tener problemas de sueño. ¿Las cosas que vez están siempre... O solo aparecen cada tanto?

Yo: Ellos no suelen acercarse a mí... Pero se que pasan cerca de la casa como a las 04 : 40 p.m.

Doctor: Aja... ¿Las viste hace poco?

Yo: ¡No...! Ya no me gustan, dan miedo.

Doctor: Bueno... Señor Phantomhive ¿Él suele estar deprimido? ¿Tiene cambios en el estado de ánimo? ¿Delirios de preocupación? ¿Pensamientos o conducta desorganizada?

Apago la linterna y la guardo en el bolsillo se la bata, luego llevo su mano a mi cabeza, dándome leves caricias.

Papá: No... Nada de eso. Solo las alucinaciones y pesadillas, pero no siempre ¿Porqué?

Doctor: Pensé que podría ser Epilepsia... Seria mucho mejor que otras enfermedades.

El señor sacó de otro de sus bozlsillos un bombón, me lo dio mientras con su otra mano volvía a acariciar mi cabeza.

Doctor: Lo hiciste muy bien, nene.

Le sonreí mientras tomaba el chocolate... Justo en ese momento comencé a toser.

Papá: Ciel... ¿Te sientes bien?

Afirme con mi cabeza, pero sin quitar mi mano de mi boca, por si volvía a toser.

Doctor: ¿Algún resfriado?

Papá: No, bueno... Sufre de asma, al igual que mi esposa. Lo desarrollo el año pasado.

Doctor: Mmm... Interesante. Por las dudas ¿En qué momento, aproximadamente, se desarrollaron estas alucinaciones?

Papá: Bueno, en realidad no estoy muy seguro ¿Porque?

Doctor: La fiebre... Cuando esta es muy alta, puede llegara provocar alucinaciones. Es preocupante... Pero realmente preferiría enfocarnos en eso primero. Entenderá, no quiero mandarlo a internar... Es muy pequeño para un lugar como para Bedlam.

No entiendo mucho de lo que hablan... Pero como no me dijeron que me fuera, no me fui. Me gustaría saber que es "Bedlam", en esta semana he escuchado nombrar ese lugar casi unas tres veces.

Papá: No lo se... Rachel jamás tuvo estos síntomas.

Doctor: Tal vez la fiebre acuática de manera diferente en él, es demasiado pequeño, por lo que en realidad no sería sorprendente.

El hombre se puso de pie y estrechó su mano con la de mi padre.

Doctor: Realizare una investigación más... Pero tú trata de controlar su fiebre. Existen distintas formas de hacerlo.

Papá: Te lo agradezco.

Doctor: Adiós, Ciel.

Yo: Chau.

Él se retiró de mi habitación.
Me quedé observando la puerta por unos segundos... Y estaba apunto de salir para buscar a Lapiz, pero una vez tuve un pie fuera de esta, sentí las manos de papá pasándose en mi cintura.

Papá: No, no, no...Ciel.

Me alzó y me devolvió al cuarto. Camino hasta mi cama, donde abrió las sábanas para dejarme reposar una vez más.

Yo: Pero... Me siento bien. Quiero ir a jugar con Lapiz.

Papá: No quiero arriesgarme a que te enfermes... Yo le diré a tu hermano que venga.

Me besó en la frente mientras acariciaba mi mano. Luego se puso de pie y salió en busca de Lapiz.

01 de diciembre de 2017

Narra Ciel:

Realmente, es como si toda mi vida se hubiera enfocado en dejarme enterado entre cuatro paredes... Primero con el asma y ahora aquí.
Mis pensamientos estaban en otra parte, por lo que no me percaté que el horario de estar afuera había terminado.

Sr. Jefferson: Ciel... Ciel.

Di un par de parpadeos, volviendo a mi realidad. Lo miré en silencio, sin entender en qué momento habíamos terminado el juego.

Sr. Jefferson: Es hora de ir adentro.

Yo: Mmm... Si. Yo acomodarme las piezas del juego, usted entre... Lo veré en la cena.

Él se puso de pie y caminó hasta la puerta... Pero al estar cerca mío, me dio unas palmadas en la espalda.

Narrador omnisciente:

Espantoso, sin una forma proporcionada, cruel y poderoso... Podrían ser las palabras ideales para describirlo.
Aquel humo había sin rumbo alguno, y ya se había alejado demasiado de la cuidad... A decir verdad, estaba cerca de Bedlam.
Pasaba como si nada... Pues nada le importaba.
Difícil pensar que era invisible a los ojos de todos...

O casi todos.

Al pasearse cerca de los pacientes, sintió algo, un olor peculiar y exquisitamente provocador.
Se detuvo al estar cerca... Lo que hizo saber al proveniente de aquel aroma que estaba cerca.
Volvió lentamente, tamando una forma distinta a la de solo un montón de humo. Pies negros, con la forma de un par de botas con tacón de punta, con los cuales hacia un fuerte ruido al dar cada paso; un par de cuernos oscuros y enormes posados en su cabeza, una boca con colmillos blancos y filosos, una parte de su cuerpo era completamente de humo, y en esta habían un millar de ojos rojos; en cuanto su otra parte del cuerpo, esta era casi humana, a excepción de aquella ala negra que se posaba en su espalda.
Se paró junto a el niño azulino, el cual no dejaba de temblar. Sintió su aroma otra vez, sorprendido de lo fuerte que era.

Demonio: Joder, hueles bien.

El menor le costó procesar sus palabras, estaba un poco asustado de la forma que este tenia... Pero aún así, pensó que sería educado contestar. Ni siquiera sabía que estaba apunto de cambiar el transcurso de su historia al decir una simple he insignificante palabra.

Ciel: Gracias...

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