26

El azabache conduce su auto, su mente solo necesita saber la verdad detrás de ese expediente. Necesita respuestas y las conseguirá a como de lugar.

Su celular suena, presiona la pantalla táctil de su auto vinculado a su aparato electrónico.

—Llegue a casa —escucha la dulce voz de Jimin, la cual, lo relaja un poco. —Taehyung, esta emocionado, está preparando algunas cosas porque quiere hacer un picnic —le comenta el menor a su novio.

—Eso suena genial —dice Jungkook, mientras conduce.

—¿Estás conduciendo? —pregunta el menor. —Jungkook —lo llama, preocupado el pelinegro.

—Sí —responde entre dientes.

—Voy a colgar, no quiero que tengas un accidente. Te amo —finaliza la llamada, Jimin.

—También te amo, bonito —susurra el mayor.

El azabache estaciona su auto frente al hospital privado que su padre visita.

Baja del vehículo con ambas carpetas en su mano izquierda, suspira, entra al hospital y va directo a la recepción, en la cual, se encuentran tres secretarias y tres enfermeras.

—¿En qué puedo ayudarlo, joven? —pregunta una de las secretarias.

—Busco al doctor, Dave —habla Jeon, observando la recepción y sus alrededores.

—Él no puede recibir vistas —dice la mujer.

—Llámelo y dígale que el hijo del señor Jeon, lo busca y necesita hablar con él. Estoy seguro que va a recibirme —se dirige de forma altiva el azabache a la secretaria.

Mientras Jungkook, escucha el nerviosismo en la voz de la mujer mientras habla con el médico, revisa su celular esperando un mensaje de su madre.

—El doctor Dave, está ocupado con un paciente, pero lo atenderá después. Por favor acompáñeme —le pide amablemente la mujer—. Espere aquí.

Jeon, toma asiento frente a una silla que se encuentra frente a la puerta de la oficina del médico, abre una vez más las carpetas y lee en repetidas ocasiones su nombre arriba del expediente.

Baja su mirada hasta dar con un nombre extraño, pero que llama su atención, Queratocono. Cierra el expediente y abre el segundo, lee su nombre nuevamente y un poco más abajo el titulo Trasplante de córnea, lo cual, lo deja helado y perplejo.

La puerta frente a él se abre, el doctor despide a su paciente y permanece bajo el umbral observando el rostro pálido del hijo del señor Jeon.

—Joven Jeon —alza un poco su voz el médico, llamando la atención del azabache.

—Jungkook —articula nervioso el joven, poniéndose de pie. —Gracias por recibirme —agradece Jeon, tomando asiento frente al escritorio del médico.

—¿En qué puedo ayudarle? ¿Se encuentra bien su padre? —pregunta el médico, acomodándose en su silla.

—Mi padre está bien, soy yo el que necesito respuestas.

Jungkook alza las carpetas, deja ambas sobre el escritorio, las abre y luego las acerca al médico.

—Empiece por el de la derecha —le pide el azache, señalándole la carpeta.

—Es su expediente médico —habla el doctor, tomando la carpeta.

—Lo escucho —dice Jeon, acomodándose.

—Su expediente fue hecho cuando era pequeño, fue diagnosticado con Queratocono. el queratocono es una patología degenerativa de la córnea, justo en la parte transparente de la cara anterior del ojo. Se caracteriza por ser una alteración —el médico hace una breve pausa. —El queratocono produce distorsión de las imagenes y algunas veces disminución de la visión. Suele afectar a jóvenes y adolescentes, pero usted fue diagnosticado cuando era un niño.
Según el expediente médico afirma que tu diagnóstico era grave, tanto, que el médico recomendó una queratoplastia —el doctor coloca la carpeta sobre el escritorio, observa a Jungkook lucir su rostro pálido y su mirada vaga. —¿Quieres que pare? —indagael médico.

—No. Por favor, continúe —le pide en voz baja el azabache.

—La patología que presentan para el trasplante es demasiado avanzada, seguro y debiste heredarlo. Te realizaron un trasplante completo de ambas córneas, es una cirugía común, la Queratoplastia Lamelar Anterior Profunda consiste en sustituir las dos capas externas de la córnea para luego reemplazarlas por tejidos sanos, pero en tu caso te realizaron el trasplante completo de córneas para evitar que perdieras los glóbulos oculares y posibles complicaciones —concluye de leer ambos expedientes.

—¿Usted realizó la operación? —cuestiona Jungkook al médico.

—No es mi área —se limita a responder—. Pero si estuve enterado. Le pedí a tu padre que esperara por un donante, pero al ver que no sucedía decidió tomar las riendas sobre tú enfermedad.

Jeon, asiente.

—¿Puede decirme el nombre del donante? —pregunta con temor.

—Quisiera decírtelo, pero la casilla está vacía.

—Gracias —dice Jungkook, poniéndose de pie.

—Espero y lo que te dije haya respondido tus dudas —habla el médico, mientras le entrega los expedientes al chico.

—Una última pregunta —se dirige Jungkook al médico.

—Dime.

—¿Puede una persona ciega ver a través de los ojos de alguien más?

El médico, niega.

—Es casi imposible, joven. Pero existen los milagros y cosas extraordinarias que nosotros no logramos comprender —responde.

—Entiendo —murmura Jeon.

Camina hacia la puerta, la abre y sale del hospital, de camino a su auto escucha el sonido exorbitante de su celular, lo saca del bolsillo de su pantalón y atiende al ver que quien llama es su madre.

—Mamá —atiende Jungkook.

—Hola, cariño, dime...

—Voy hacerte una pregunta y quiero me contestes con la verdad —la interrumpe su hijo, mientras entra al auto.

—¿Te encuentras bien? —lo interroga su madre, con tono preocupado.

—Sí, verás..., encontré unas carpetas con un diagnóstico médico de cuando era un niño. Puedes... —hace una pequeña pausa. —Podrías decirme la verdad —le pide Jungkook a su madre.

—Le dije que te darías cuenta, aunque te lo ocultara —susurra la mujer. —Cuando te di a luz, tus ojos parecían anormales, creímos que era porque estabas pequeño, pero cuando cumpliste tú primer año descubrimos que se te dificultaba mirar y lo comprobamos con el pasar de los años —su madre hace una pausa, suelta un suspiro y prosigue—. Tú padre, él, él se avergonzaba de ti, los lentes y tratamientos no hacían efecto, intenté protegerte y cuidarte hasta donde mis fuerzas y amor de madre me lo permitieron. No encontrábamos donador de córneas, él se frustró, no quería ser reconocido por el empresario que tenía un hijo ciego o con dificultades de visión.

La voz de la madre de Jungkook se entrecorta y el azabache siente como si su corazón se hiciese cada vez más pequeño.

—Así que él recurrió a otra de sus opciones, consiguió el contacto de alguien que trafica órganos, pidió unas córneas, inclusive pago el examen de compatibilidad al encargado del donador —la madre de Jeon, sorbe su nariz—. Te hicieron el trasplante de córneas y por eso ahora puedes ver bien sin dificultad alguna, pero quizás una niña o un niño perdió la vista para que tú la recuperarás.

Los ojos de Jungkook dejan salir enormes lágrimas que sus ojos no pueden aguantar más, traga grueso mientras limpia su rostro molesto.

—Entiendo —habla intentando sonar normal. —Mamá —susurra el azabache. —Mi novio —articula con voz quebrada. —Creo que tengo las córneas de mi novio —confiesa Jungkook, llorando.

—Cariño, yo... —la mujer se queda sin palabras que reconforten y hagan sentir bien a su hijo. —Debes hablar con tu padre, Jungkook, él sabe quién fue el donador —le recomienda su madre.

—¿Qué le diré a él, a mi novio? —pregunta sollozando.

—No llores hijo, no es tú culpa —le pide su madre, consternada.

—Debo colgar, papá regresa pronto —dice Jungkook.

—Te amo, Jungkook, y lamento mucho no haberte dicho la verdad sobre tu enfermedad, pero son temas que a tú padre no le interesan tocar.

—Te amo, mamá —es lo último que dice Jungkook para luego cancelar llamada.

Enciende el auto y conduce hasta su casa, recuerda el rostro de su bonito novio, y sus ojos se llenan de lágrimas.

Su celular suena y la pantalla le hace saber que es Jimin, deja que suene hasta que la llamada se pierde, hace lo mismo aproximadamente tres veces, no tiene el valor de hablar con él, al menos no por ahora.

Baja del auto y a pasos rápidos entra a la casa luego de haber visto la camioneta de su padre estacionada fuera de la casa.

—Joven.

Las palabras de la sirvienta quedan en el aire, ya que Jungkook simplemente pasa de largo.

—Jeon Jungkook —lo llama su padre, cuando lo mira frente a la puerta de su oficina. —¿Dónde están las carpetas que te pedí? —se dirige a su hijo, mientras su novia rubia yace sobre sus piernas.

—Te refieres a estás —dice Jungkook, alzando ambas carpetas.

—Vete —le ordena el señor Jeon a la rubia. —¿Qué haces con las carpetas en tu mano? Cuando te pedí que las queria sobre mi escritorio —lo regaña su padre.

—¿Quién es? —pregunta Jungkook, ignorando la pregunta y el regaño de su padre.

—¿Quién es qué? —le responde con otra pregunta el señor Jeon.

—Sé la verdad, papá. Pagaste una cirugía ilegalmente para no tener un hijo ciego, ahora dime ¿quién fue el donador? —le pide exigente su hijo.

—No sé de qué hablas —dice con una risa burlona su padre.

—¡Basta! —alza su voz Jungkook. —Más vale que me digas la verdad, a menos que quieras que toda la ciudad sepa sobre lo que hiciste —lo amenaza su hijo.

—Bien, sí. Si pagué por tu cirugía, no quería un hijo enfermo de la vista, no quería un ciego como primogénito, por eso hice lo necesario para que recuperarás la vista.

—Quiero el nombre del donador —le pide nuevamente, Jungkook.

—No puedo darte lo que ya conoces —dice el señor Jeon.

—Papá, por favor, deja de ocultarme la verdad —le súplica con lágrimas en sus ojos el azabache.

El señor Jeon, se pone de pie, intenta acercarse a Jungkook, pero este se aleja.

—Está bien —dice el padre, caminado hacia su caja fuerte.

—Solo dime ¿Por qué dejaste que tuviera una relación con una persona no vidente? Si tú cuidas tú asquerosa reputación —lo interroga el azabache.

El padre de Jungkook se gira con un folder en su mano.

—Ten —dice en voz baja, entregándole el folder color manila a su hijo.

El azabache abre el folder con dificultad, lee un poco la información del padre del donador.

Su mirada se detiene y se posa en la información del donador.

Nombre: Park Jimin.

Edad: Cinco años.

Respuesta de compatibilidad: 99.9%

Jungkook, niega, mientras lee esas tres líneas y observa una fotografía de su novio cuando era solo un niño.

El azabache deja caer las carpetas al suelo de la oficina de su padre, alza su vista y con lágrimas desbordando sus ojos y recorriendo su rostro mira a su padre.

—Dejaste que saliera con él porque lo sabías todo —habla con dificultad, Jungkook.

—Hijo

—No quiero escucharte. No. Solo cállate y no te acerques a mí —le pide Jungkook, cerrando el folder.

—Jungkook, hijo

El azabache se gira sobre sus talones y sale de la oficina sin dejar de llorar, entra a su habitación, toma la fotografía de Jimin, la observa mientras camina en dirección al baño.

Se detiene frente al espejo, suspira y mira sus ojos en el espejo.

—Son tus ojos, bonito —susurra, mientras llora.

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