23
Jungkook había tenido una semana pesada debido a sus exámenes, el cumplimiento de sus horas sociales, y el trabajo extra que debe hacer para su padre.
Aún con todo lo que debe hacer, aparta al menos una hora en la noche, para poder visitar y ver a su bonito novio.
No ha podido ir a dejar a su novio a su casa por tantas cosas, pero va a visitarlo, y cenan juntos, mientras un Taehyung molesto se encuentra en la sala completamente en desacuerdo que Jimin se encierre junto al azabache en su habitación.
Jeon había dormido nada más dos horas, su alarma sono a las cuatro y media de la mañana, se ducho y vistió, para luego ir rumbo a la Fundación.
Después de haber llegado a un acuerdo con su jefe, dijo que llegaría temprano para hacer todo el que hacer, para poder realizar su examen, por la tarde ayudar a su padre con algunos cuantos papeles, y luego regresaría por la tarde casi noche a la fundación a acomodar las sillas y los cubículos.
Su día sería un tanto pesado, pero gracias a la ayuda de Jimin y sus horarios para lograr que Jeon se organice, sabe que todo le saldrá como lo había planeado.
—Buenos días, bonito —habla a través de su celular, mientras se queda de pie frente a la fundación.
—Buenos días —responde con voz adormilada.
—¿Aún estas en la cama? —pregunta el mayor, mientras sonríe al escuchar los sonidos tiernos que su novio realiza con su boca.
—Estaba por levantarme —responde el menor.
—Bonito, sino te levantas ahora, vendrás tarde al trabajo.
—Ya estoy despierto. Dios, Taehyung, se molestará —dice un tanto preocupado el pelinegro.
—No dejes que se pase contigo, sabes que no me gusta —le recuerda Jeon.
—No lo hará, cariño. Ahora iré a bañarme.
_Esta bien —se limita a decir Jungkook.
—Suerte en tu examen, sé que saldrás bien, compórtate con tu padre, y no llegues tarde a recogerme —habla de forma rápida el menor.
—Cuídate, y aliméntate bien —le pide el azabache. —Auch —se escucha el quejido de Park.
—Jimin ¿Estás bien? —cuestiona, pero no recibe respuesta. —Bonito, respóndeme —le ordena, con voz llena de preocupación.
—Diablos —alza su voz Jimin.
—Estoy bien, solo golpeé mi dedo meñique del pie —le hace saber a su preocupado novio.
—Voy a colgar, no quiero que te sigas golpeando.
—Oye —se queja el menor, como un niño pequeño.
—Te quiero, bonito.
—También te quiero, Jungkook —luego de escuchar esas cuatro palabras, Jeon cancela la llamada.
Viaja hasta a la universidad, y se concentra en realizar y contestar cada pregunta de su examen, su mente piensa en cada párrafo que ha leído de su libro, y recuerda lo que ha practicado con Jimin.
Luego de haber terminado de realizar su examen, almuerza solo en un restaurante de comida rápida, cuando ha terminado se dirige hasta el lugar de trabajo de su padre.
—Joven Jungkook —lo saluda la secretaria al verlo entrar.
—Hola, busco a mi padre —habla, observando el lugar remodelado.
Tiene varios años de no pisar el lugar de trabajo de su padre, exactamente desde que lo descubrió con otra mujer.
—Tú padre espera —le indica la rubia.
—Gracias —se limita a decir, dando un leve, pero notorio asentimiento.
Hola y gracias, son palabras que Jungkook no suele utilizar ya que, tampoco las escucha decir a su padre, pero de todas las veces y el tiempo que pasa junto a su novio, esas palabras ya son parte de su léxico.
—Papá —dice entrando a la amplia oficina.
—Jungkook —se pone de pie su padre al verlo entrar—. Necesito que ayudes a mi secretaria a buscar un documento importante.
El azabache alza sus cejas, mientras mira a su padre.
—Claro, para que más me querría mi padre en su oficina —habla Jungkook, dejando su bolsón sobre una de las sillas que se encuentra frente al escritorio de cristal de su padre.
—No toques nada que mi secretaria no te ordené, Jungkook. Estoy siendo claro contigo, no hagas una estupidez —lo señala su padre, con el dedo índice de su mano derecha. —Tengo un viaje de negocios, regresaré hasta mañana por la noche, ten —el señor Jeon, saca su cartera del bolsillo de su interno de su saco.
Rebusca en los separadores hasta que lo encuentra.
—Ten —le extiende la tarjeta a su hijo. —Tómala antes de que me arrepienta —le dice agitando la tarjeta con su mano.
—No te entiendo —habla Jungkook, tomando su tarjeta.
—Esta recargada de dinero, con todos los meses y días que te la confisque. Debes estar agradecido con el cieguito, es por él que te la devuelvo.
Luego de escuchar todas esas palabras salir de la boca de su padre, el ceño de Jungkook se arruga, suspira y mira desafiante a su padre.
—¿Cieguito? —verbaliza mientras alza sus cejas, sin dejar de ver a su papá. —Ese chico ciego tiene nombre, es Park Jimin y es mi novio, si no te agrada es tú problema, padre —Jungkook camina hasta la puerta y espera por su padre. —Que tengas un buen viaje de negocios, papá —lo despide.
—Eres un irrespetuoso —lo confronta su padre.
—Es algo que herede de ti, debes sentirte orgulloso —sonríe falsamente, Jungkook.
—¿Tu noviecito sabe que te comportas de esa manera? —lo cuestiona su padre.
—Por supuesto —responde el azabache.
—Señor Jeon, el auto espera por usted —le indica su secretaria.
—Voy enseguida —se dirige a la rubia—. Ordena los papeles del escritorio de la casa.
—Claro, padre —dice con desagrado.
—Buen viaje, señor —habla la secretaria.
El señor Jeon sale de su oficina, tanto su secretaria y su hijo lo miran partir, luego entran a la oficina.
—¿Por dónde empezamos? —inquiere Jungkook.
—Revisa ese estante —le indica la mujer.
—¿Qué debo buscar? —realiza una nueva pregunta el azabache, cuando ha abierto el estante que la rubia le ha indicado.
—Una carpeta transparente —responde la mujer.
Sin hablar más, Jungkook y la secretaria se pasan las próximas dos horas buscando en todos los estantes de la oficina de su padre.
—¡Lo encontré! —exclama la chica.
—Yo también encontré uno —dice Jeon, alzando la carpeta.
—Lleva estos dos a la casa y déjalos en su escritorio —le ordena la rubia.
El azabache asiente.
—Ordenemos esto, mi novio espera por mí —habla Jungkook, luego de haber visto la hora en la pantalla de su celular.
La chica asiente.
Ordenan todo y lo dejan mejor de lo que estaba, Jungkook toma las dos carpetas que han encontrado, las guarda en su bolsón y sale del lugar de trabajo de su padre.
Conduce lo más rápido que puede hasta llegar a la fundación, sonríe ampliamente al ver a su lindo novio sentado sobre un borde de cemento, sosteniendo con su mano derecha el manguillo color negro de su bastón, acompañado con su amigo Taehyung.
Jeon estaciona lo más cerca que puede, Jimin sonríe al reconocer el sonido de la motocicleta de su pareja, y al ver una leve imagen en su mente del edificio de la fundación.
—Jungkook, está aquí &dice emocionado el pelinegro.
Taehyung se pone de pie y ayuda a Jimin.
—Gracias por hacerme compañía, Tae. Te dije que él vendría por mí.
Extiende sus brazos y su amigo lo abraza de forma rápida.
—Cuídate, si llegas a estar en problemas o te sientes incómodo llámame —le pide el castaño a su amigo.
—Estaré bien, Tae. Jungkook siempre me protege —le hace saber Jimin.
—Nos vemos —se despide Park, girando sobre sus talones.
—Hola, bonito —alza un poco voz Jungkook, provocando una gran sonrisa acompañada por un notorio sonrojo, en las mejillas blanquecinas del pelinegro. —Un poco a la derecha —lo guía Jeon—. Un paso más.
Jimin asiente ante las indicaciones de su novio.
—Lo lograste —dice el azabache, retirándole el bastón de la mano.
—Lleva mi bolsón, yo llevaré tu bolso —le pide Jungkook.
—Ok —dice Jimin, retirando el bolso de su hombro.
Jeon le coloca su bolsón a Park, seguido por el casco.
—Empaque una linda boina que me obsequió mi madre, sabía que viajaríamos en tu motocicleta y que mi cabello se despeinaría —habla el pelinegro, posando sus manos sobre el hombro de su novio para subir a la motocicleta por sí solo.
—Jimin —se escucha la voz asustada de Taehyung.
—Puede hacerlo solo —interviene Jungkook.
—Va caerse —replica Taehyung, empezando a caminar en dirección a la motocicleta.
—No te acerques. No va a caerse, él puede hacerlo solo —añade Jeon, mirando serio al amigo de su novio.
—Listo —dice contento, Jimin.
—Te lo dije —recalca Jungkook, haciendo sonar el motor de su motocicleta.
—Dejen de discutir —les pide el pelinegro. —Te quiero —se despide Jimin, enrollando sus brazos en la cintura del azabache.
Jungkook, arranca, viendo de forma furiosa a Taehyung, pero se relaja al sentir como Jimin a recuesta su cabeza sobre su espalda, mientras rodea su cintura con los brazos.
—Concéntrate, bonito, quiero que veas algo —le pide Jeon, disminuyendo la velocidad de la motocicleta.
—¿Qué haces? —lo interroga Jimin, cuando escucha y siente que la motocicleta no se mueve más.
—Quiero que veas algo.
Gira su vista hacia el lindo atardecer, Jungkook lo mira detenidamente viendo los lindos colores reflejados en el cielo.
Ambos permanecen en silencio por unos segundos, hasta que Park hace un sonido de asombro con su boca.
Jungkook, es bellísimo —habla encantado el pelinegro, viendo en su mente un lindo, pero no tan colorido atardecer.
—Azul, amarillo y naranja —le recuerda el azabache.
—Creí que lo olvidaría, gracias —dice Jimin, abrazando más fuerte la cintura de su novio.
—No tienes nada que agradecerme, bonito —el azabache suelta el manubrio de la motocicleta, para llevar sus manos sobre las de Park.
Las acaricia con sus largos dedos, brindándole calidez y soporte a Jimin.
—He preparado una sorpresa para ti —le confiesa Jungkook.
—Me gustan las sorpresas, aunque no las pueda ver —canturrea Park.
—Pero ahora tienes un novio que puede describirte todo, detalle a detalle.
Jimin ríe bajo ante las palabras del azabache.
Con su dedo pulgar e índice toma uno de los dedos del mayor, presionándolo un poco.
—Eso quiere decir que me quieres mucho —dice nervioso, Park.
—No te imaginas cuanto, bonito —sonríe Jungkook.
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