13

Jimin

Mi relación con Jungkook parece ir avanzando, ambos sabemos que nos gustamos, y que la atracción es mutua, pero debido a mis experiencias pasadas he decido llevar todo pausado y a pasos pequeños.

Taehyung me dio ese consejo, creo que lo hizo para hacer que Jungkook se rinda, pero al parecer él no está dispuesto a hacerlo.

Llevamos un mes completo conociéndonos, cada día él aprende algo nuevo de mí, debido a mi ceguera, pero yo también aprendo.
Aprendo y experimento cosas que jamás creí poder hacer, y eso me hace sentir feliz y orgulloso de mí mismo.

Jungkook es esa persona que me impulsa a realizar cosas que alguien ciego no puede hacer, pero el saber que está a mi lado, simplemente me da la confianza que necesito.

Tae, lo llama mala influencia, pero para mí es todo lo contrario.

Entre los dos hay una especie de separación, Jungkook dice que Taehyung me sobre protege demasiado cosa que yo sé a la perfección, pero también dice que existe algo más que no le agrada, aunque aún no sabe lo que es.

Mi mejor amigo dice que Jungkook nos separará y que yo lo dejare en el olvido, y cuando se molesta dice cosas como que todo lo que ese tipo hace es falso.

Las reglas entre ambos son sencillas, Taehyung me lleva a la fundación por las mañanas, Jungkook me lleva a casa cuando termino de trabajar y pasamos tiempo juntos. De esa manera no tengo por qué estarlos escuchando decirse tonterías.

Viajo en el auto de Taehyung, escucho su voz intentando armonizar como el cante lo hace, rio bajo intentando no llamar su atención.

—Deja de reírte —lo escucho decirme.

—No me reí —digo, fallando en hacerme el serio.

—Te escuché, Jiminie —me hace saber.

—Sigue cantando, me gusta tu voz —bromeo.

—No te hagas el chistoso —lo escucho reír, mientras conduce.

—¿Estás listo para impresionarlos a todos? —cambio de tema, recordando la presentación que mi amigo debe impartir.

—Estoy aterrado —confiesa.

—Vamos, Tae, tú puedes con ellos —lo motivo.

—Lo sé, es solo que...

—Todo va a salirte bien, los dejaras asombrados y tu jefe sabrá que no se equivoca al darte el ascenso —lo interrumpo.

—Tienes razón —dice sonando más animado.

—¿Y a ti como te va con el pequeño? —me pregunta.

—Bien, Minho aprende rápido, y es muy inteligente —le comento orgulloso de mi desempeño y del aprendizaje del niño.

—Eso suena genial —siento como disminuye la velocidad.

—Es genial —aclaro.

El auto no se mueve más y sé que hemos llegado a la fundación, con mi mano derecha sigo la cincha del cinturón de seguridad hasta llegar al botón, lo presiono fuerte tal y cual como Jungkook me lo dijo, me retiro el cinturón y sonrío leve.

Tomo mi bolso con mi mano izquierda, mientras que con la izquierda busco la palanca para retirar el seguro de la puerta, lo jalo y la puerta se abre.

—¿Qué crees que haces? —escucho la voz molesta de Taehyung.

—Voy a...

—Quédate donde estas, Jimin —me sentencia.

—Pero...

Escucho el clic del cinturón y luego el sonido de una puerta cerrarse.
Ahora sé que mi mejor amigo ha bajado de su auto y, que va a ayudarme como siempre.

—Puedo solo —digo en voz baja.

—Dame tu mano —me pide, Tae.

Extiendo mi mano derecha y dejo que me ayude a bajar de su auto como siempre lo ha hecho.

—Puedo hacerlo solo —me atrevo a decirle.

—Vas a lastimarte —suelta, molesto mientras me acomoda la chaqueta.

—Lo he practicado por un mes —confieso, frustrado.

—Escucha, Jimin. Voy a ayudarte siempre y no está a discusión, puedes lastimarte y no quiero que eso te suceda —se desahoga, sonando completamente molesto.
—Creo que el tipo se aburrió de ti, no aparece —dice con desagrado, refiriéndose a Jungkook.

—Tiene clases, y puedo entrar solo —replico.

Saco el mi bastón del bolso y lo extiendo.

—Suerte —digo, sonando frío.

Empiezo a caminar mientras agito mi bastón y me dejo guiar por las líneas que me dirigen hasta la entrada de la fundación.

—¡Y su nombre es Jungkook! —alzo mi voz.

Reconozco la voz de la seguridad saludarme, escucho la puerta rechinar un poco y sé que él ha abierto para que pueda entrar.

—Gracias —digo cuando estoy adentro.

Camino hasta mi cubículo, y saludo a las personas que se toman la iniciativa de saludarme cordialmente.

Cuando ya estoy en mi cubículo, enciendo el computador, agradezco mucho tener una mente en buen estado y recordar los pasos que mi jefe y Jungkook me han enseñado.

Saco el teclado, coloco mis dedos sobre este y reconozco las teclas al instante.
La voz de la máquina me hace saber que esta encendida.

—Información de Minho —le hablo al aparato electrónico.

Después de unos segundos me notifica que el expediente en línea está abierto, empiezo a teclear y agregar los avances del pequeño, me detengo solo cuando recibo visitas por parte del personal o de nuevas personas interesadas en recibir mi ayuda.

Mi jefe se toma la molestia de convivir conmigo por aproximadamente una hora. Me felicita por el avance de Minho, y me motiva para la prueba que el pequeño tendrá que realizar por la tarde.

Después de tanto hablar me deja solo de nuevo, le ordeno a la máquina guardar lo que he agregado, tomo mi bolso y busco mi botella con agua, cuando la palpo la saco, la destapo y bebo un enorme sorbo de agua.

—Sediento.

Trago el sorbo de agua de forma rápida, luego de reconocer esa voz.

—Jungkook —articulo, luego de beber agua.

—¿Seguro? —me interroga.

—Por supuesto que sí —respondo con una sonrisa, mientras cierro la botella.

—Voy a guardarla —me retira la botella de mis manos.

—¿Cómo te fue en tus clases? —pregunto.

—Aburrido como siempre.

Permanezco en silencio.

—Pero preste atención —agrega. —Te traje comida —me informa, escucho como mueve algunas cosas.
—Ven acá —me pide.

Me pongo de pie y extiendo un poco mis manos para poder palpar alguna silla, pero lo que palpo es una parte del brazo de Jungkook.

—Lo siento —me disculpo.

Escucho como mueve la silla, y luego me ayuda a tomar asiento.

—Adivina lo que es —me pide emocionado.

—¿Qué voy a ganar yo, si adivino lo que es? —imdago mientras me cruzo de brazos.

—Primero que nada —gira mi rostro un poco. —Estoy en esta dirección —besa mi sien y luego se aleja. —Segundo, adivina y lo sabrás —es lo único que dice.

Suspiro, muevo mi boca de un lado a otro, inhalo para poder reconocer por medio de mi olfato que es lo que me ha traído de comer.

—Vamos, rápido, tengo hambre —me apresura.

—Bien —digo, suspirando de nuevo.

—Deprisa, bonito —dice impaciente.

—Creo que lo tengo —me relajo dejando caer mis brazos sobre mis muslos. —No aceptaré besos como regalo, aunque me gusten —le dejo en claro.

—Eso es injusto —lo escucho reír.

—Pizza, es una pizza —repito dos veces.

—¿Eso crees? —me cuestiona, intentado hacerme dudar de mi respuesta.

—No lo creo, estoy seguro que es una pizza —alzo mis manos y cuando siento el borde de la mesa las arrastro hasta dar con lo que parece ser la caja. —Dime que he ganado, por favor —le ordeno.

—Ganaste, bonito —me hace saber, mientras escucho sus palmas.

Tomo una porción de pizza y disfruto de su delicioso sabor en mi boca. Jungkook me comenta sobre su proyecto final y lo complicado que es.

Intento darle palabras que lo motiven, diciéndole que puedo acompañarlo, aunque no vea nada y quizás no pueda ser de mucha ayuda. Solo lo escucho suspirar y luego acariciar alguna parte de mi rostro o mi brazo.

Cuando terminamos de almorzar él se retira de mi oficina, y empieza con su trabajo en la fundación y yo continúo con el mío.

Las horas pasan y escucho unos toques en la puerta.

—Hola, joven Jimin.

—¡Jimin! —reconozco la voz eufórica de Minho.

—Señora An, pase —le pido.

—Minho está ansioso, no ha dejado de comerse las uñas en todo el viaje —me hace saber la madre del pequeño.

—Perdón por no encontrarlos —se disculpa Jungkook.

—Esta bien —dice la señora An.

—Jungkook —lo saluda Minho.

—El jefe la espera en su oficina, señora An —le hace saber, Jungkook.

—Gracias, todo te saldrá bien mi amor, lo harás excelente —se dirige la señora al pequeño.

—Se ha ido —nos hace saber Jungkook.

—¿Nervioso, Minho? —le pregunto al pequeño.

—Un poco —responde el niño.

—Lo harás bien, cariño.

Siento como alguien toma mi mano, la alza un poco y la coloca sobre el brazo de alguien pequeño.
Sonrío debido a la iniciativa de Jungkook.

—¿Y si me equivoco? y si olvido todo lo que me has enseñado —dice Minho, nervioso, con voz triste.

—No lo harás, no olvidarás nada porque yo iré a tu lado. No podrás escucharme, pero iré a tu lado siempre, y Jungkook —hago una pausa. —Él irá detrás de ambos —concluyo.

—Iré justo detrás de ustedes —dice Jungkook.

—Todo va a salirte bien —llevo mis manos hasta el rostro del pequeño, lo palpo unas cuantas veces, hasta dar con sus mejillas.

—Todo está listo —nos informan.

Bajo mi mano por el hombro y luego por el brazo de Minho hasta llegar a su mano, lo sujeto fuerte para brindarle confianza.

—Vamos.

Jungkook toma mi mano, y la coloca sobre uno de sus hombros para guiarme hasta la salida, mientras yo guio al pequeño.

—Dime lo que ves —le pido a Jungkook.

—La madre está junto al jefe, los evaluadores están listos, y la evaluación también —me hace saber.

—Tú puedes, Minho —suelto la mano del pequeño, cuando Jungkook retira mi mano de su hombro.

—Asómbralos pequeño —escucho que le dice Jungkook al niño.

Sé que lo ha llevado a la zona donde realizará la prueba, me quedo de pie y me muevo hasta que Jungkook regresa a mi lado y me lleva a un lugar cercano.

—¿Crees que lo logre? —pregunto dudoso.

—Tú y yo sabemos que sí —me responde con completa seguridad.

El sonido de que la aprueba ha empezado se escucha, habíamos practicado tanto con Minho, su madre y Jungkook las superficies y sus distinciones para ser guiado.

Le cuesta un poco el braille, pero puedo asegurar que ha aprendido cuando las líneas le piden detenerse, cruzar, descender, ascender y continuar.

—Lo hizo —escucho a lo lejos, pero no puedo dejar de pensar en que si Minho falla posiblemente se deprima mucho. —Lo logró, Jimin —siento como las manos de Jungkook se posan en mi cintura, y me mueven un poco.

—¿Lo logró?

—Así es, bonito —me confirma Jungkook.

Sonrío enormemente, siento como mis ojos se llenan de lágrimas.

La madre de Minho llora a mi lado, mientras me abraza y me agradece muchas veces. Mi jefe me felicita al igual que al pequeño.

—Se han ido —me hace saber, Jungkook. —Ya deja de llorar —me pide.

Asiento, mientras intento limpiar mi rostro.

—Ven acá —toma mi mano, y me mueve hacia él. —No puedes llorar y no dejar de verte bonito —golpeo lo que parece ser su estómago. —Voy a decirte tu premio —limpia mi rostro con lo que parezco sentir es un pañuelo.

—Más vale que sea algo bueno —lo reto.

—Lo es —me afirma. —Voy a llevarte a casa —bufo en desacuerdo. —Dejame terminar —habla entre risas.
—Te llevaré a tu casa, vas a arreglarte y a ponerte más bonito —bajo mi rostro, cuando siento que empiezo a sonrojarme—.Voy a ir por ti y luego vas a recibir tu premio, por ser un chico inteligente.

Mi corazón palpita tan deprisa que puedo sentir las pulsaciones en mi garganta.

—¿Qué te parece? —me pregunta.

—Tratas de hacerme caer en tus intentos de seducción —lo acuso nervioso.

—Ya caíste ante mí, bonito —entrelaza nuestras manos—. Vamos.

—Mi bolso —digo, al recordar que no lo llevo conmigo.

—Lo tengo —me hace saber.

Salimos de la fundación luego que ha terminado su trabajo, me lleva a casa y reconozco que soy un manojo de nervios, pero que estoy impaciente por saber qué es lo que Jungkook tiene planeado.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top