•03•

— ¡No puede ser, Taesung! —Caminó en círculos por toda la habitación. 

Sus nervios estaban saturados desde que abandonó el escenario.

—De seguro fue coincidencia. No te exaltes —Su amigo trataba de contenerlo, pero ni siquiera él tomaba su propio consejo.

— ¡El señor Min está aquí, ¿Como carajos me pides que no me exalte?!¡También le bailé! Mierda, he hecho una payasada —Se agarró del cabello, desesperado.

—Cálmate —Le volvió a repetir Taesung sin poder moderar su tono brusco. La puerta fue golpeada suavemente por alguien cuando estaba por decir algo más. Ambos miraron con horror en esa dirección, pero el primero en reaccionar fue el rubio —. ¡Ponte el antifaz, rápido! —dijo y el pelinegro obedeció. Se levantó para abrir la puerta, y el guardia de seguridad lo saludó—. ¿Qué sucede?

—Hay dos señores que desean encontrarse con Jay, señor. Uno dice ser Min Youngi y el otro no me dijo su nombre —Taesung chasqueó la lengua y miró a Jaemin.

—Espérame —Volteó hacia su amigo y le susurró lo que el guardia había dicho.

—Que se vayan al diablo —dijo entrando al probador a cambiarse para largarse de ese lugar.

El rubio entendió aquellas palabras y fue a encargarse de los hombres que esperaban a Jaemin mientras él se desarmaba entre temblores en el cubículo del probador.

Taesung caminó hasta donde los esperaban los dos hombres, elegantes y de buen porte.

—Buenas noches, caballeros —saludó, siendo respondido de igual modo.

—Creo que su guardia le informó que deseo una entrevista con el bailarín de hace un rato —dijo el azabache que reconoció como Youngi, pues ya lo había visto un par de veces, y el otro hombre lo miró con las cejas levantadas.

—Me va a disculpar, señor, pero yo llegué mucho antes que usted —replicó el castaño sin perder la paciencia.

— ¿Señor? —Su tono tenía un aire ofendido.

— Disculpe, pero yo llegué antes.

—Yo puedo pagar más —retó Min.

—Juega muy sucio —volvió a decir el de cabellera café. Taesung los miraba con una sonrisa de burla en sus labios.

—Me emociona su pequeña discusión, pero lamento bajarlos de su nube: Jay no va a recibir a ninguno de los dos esta noche. No está en condiciones —sonrió—. Con su permiso—Dio media vuelta, dejando a los dos hombres discutiendo y reclamando el servicio.

Volvió a entrar a la habitación y explotó en una carcajada que sacó a Jaemin apresurado del cubículo.

— ¿Qué pasó? ¿Ya se fueron? —Sus ojos miraban todo con desesperación.

—Se estaban peleando por ti —habló una vez cesado su risa—. Los hubieras visto, estaban diciendo que tal llegó primero y que el otro podía pagar más por verte—Volvió a reír—. Youngi era el más interesado.

—No me parece divertido —dijo tomando su mochila y colgándosela al hombro.

—Pues lo era —Retiró una pequeña lágrima que salió de sus ojos por la risa—. Deberías irte antes de que vuelvan y tumben la puerta, porque se les veía desesperados por verte—guiñó un ojo y Jaemin rodó los suyos.

—Deja de decir idioteces —Agarró un tapabocas negro del mueble que le correspondía y se lo colocó.

—Solo digo lo que veo.

—Adiós, Taesung. Cancelo el segundo show —Caminó hasta la puerta trasera del club y salió, fijándose que nadie estuviera cerca.

La calle seguía sin personas alrededor, a excepción de algunos vehículos estacionados ahí.

Se colocó bien la mochila en el hombro y comenzó a caminar apresuradamente. Calculó que eran como las dos de la mañana, más o menos, lo que le daba tiempo a dormir unas cuatro horas si llegaba a la mansión en menos de veinte minutos.

🥀

Despertó particularmente de buen humor ese día.

Recién dan las siete de la mañana. Todos los empleados tenían el día libre, pero solo Jaemin decidía quedarse, y lo hacía más por amor que por servicio. Pero prefería quedarse ahí antes que salir a algún lugar donde sabía no estaría cómodo mucho tiempo. Esa mansión es un refugio, además de ser el lugar donde trabaja.

Salió de su habitación y caminó hasta la cocina, empezando su primera labor de amor: hacer el desayuno. Como Namsook no estaba, él era el responsable de hacer el desayuno y de las otras múltiples tareas. Pero los fines de semana no había mucho que hacer.

Terminó de cocinar el soufflé de queso y pensó hacer una sopa de papas, pero recordó que a Youngi acostumbra beber algo dulce por las mañanas.

—El jugo de naranjas será mejor —dijo.

Rebanó algunas naranjas y comenzó a exprimirlas. Pero no estaba satisfecho con el resultado. Era muy poca cosa, pensaba.

Cuando se disponía a ordenar el desayuno para dejárselo a Youngi en su habitación como siempre hacía, éste apareció en la cocina entre bostezos.

—Buenos días, Jaemin —Su voz sonaba ronca y Jaemin no pudo evitar observar la remera que se le levantaba un poco y dejaba a la vista parte de su abdomen.

—Buenos días, señor—Desvió la vista hacia el plato de comida.

— ¿Qué haces? —Se sentó en una de las butacas frente a Jaemin.

—Estaba por llevarle el desayuno a su habitación—contestó sin atreverse a mirar a Youngi después de que lo asaltara el recuerdo de la noche anterior.

—Vengo repitiéndote desde hace ocho años que dejes de decirme señor —lo regañó—. Crecimos juntos, Minie, dime Youngi.

Jaemin tragó saliva.

—No puedo —Le dio la espalda y comenzó a lavar los utensilios que había utilizado—, usted es mi jefe y tengo que tratarlo como tal.

—Por hoy no eres mi empleado, eres mi viejo amigo Jaemin —Las manos de Jaemin detuvieron lo que estaban haciendo y se giró sobre sus pies y lo miró sin poder parpadear.

—Youngi... —El nudo se formó en su garganta, pero los deshizo carraspeando sutilmente—. Lo llamaré así solo por hoy.

—También aplica para la formalidad —Arqueó una ceja con una sonrisa.

—Está bien, Youngi —rio y sirvió el desayuno para su jefe.

— ¿Ves?, se escucha mejor. Esto se ve delicioso. Muchas gracias.

—No hay de qué. ¿La señorita Misuk vendrá hoy? —preguntó sirviéndose café.

A Youngi le gustaba el café, pero solo si lo bebe de lunes de viernes. Los sábados y domingos no puede beberlo porque, según él, el café es parte de la rutina.

—No, tiene una cena con sus padres en Hwanju.

— ¿Y qué piensa... piensas—se corrigió cuando Youngi lo miró— hacer hoy?

—No lo sé. Estaba pensando en ir a jugar golf, pero creo que lo ocuparé investigando a alguien —a Jaemin le temblaron las manos ante esa respuesta y dejó su taza de café a un lado.

— ¿Puedo preguntar a quién?

—Puedo decírtelo por la confianza que te tengo —La respiración del menor se aceleró—, pero no vuelvas a repetirlo, mucho menos frente a Misuk.

—Jamás te traicionaría —Vio la sonrisa de Youngi por la falta de formalidades.

—Ayer conocí a alguien —Bebió un sorbo del jugo. Jaemin se secó las manos por su pantalón porque el sudor en ellas hacía que la taza se resbalara de entre sus dedos—. No sé su nombre, ni cuántos años tiene, ni siquiera vi su rostro completo. Pero Jaemin, juro por mi vida que es el ser más hermoso que he visto en mi vida.

—Oh, ya veo...

Un personaje que él mismo creó estaba llevándose lo único que le importaba. Desplazado por él mismo, por alguien mejor que él que fue capaz de conseguir la atención que por más de una década estuvo recogiendo como migajas.

— ¿Y... qué tal con ella? —Fingió saber que no era una mujer.

—Quise hablarle, pero no me recibió —Youngi no lo corrigió, lo que solo le indicaba que no quería quedar al descubierto ante él.

— ¿Piensas volver a verla?

—Hasta el día en que me case —El corazón de ambos se estrujó en su pecho.

— ¿Le será infiel a la señorita Misuk? —No pudo evitar la formalidad esa vez. Se regañó por eso.

—La infidelidad es subjetiva, Jaemin —su respuesta le dejó confundido.

— ¿Cómo? —su ceño se frunció.

—Cuando estuve en Alemania comprendí que la infidelidad es según lo que tú creas—Miró a Jaemin y se fijó en su semblante confuso, entonces decidió seguir explicándole—. Tú puedes creer que la infidelidad necesariamente está ligada al sexo y no es así. Ese es un pensamiento que me asalta recurrentemente. Pero sea lo que sea, no es infidelidad admirar la belleza ajena.

— ¿Eso significa que la señorita puede mirar a otros y desearlos sin que usted sepa?

—Totalmente; no se puede evitar admirar algo que es obvio —Bebió otro sorbo de su jugo—. Y yo no puedo evitar sentirme atraído por esa belleza tan... —Sus ojos viajaron hasta la mano perceptiblemente temblorosa de Jaemin.

— ¿Tan qué? —Su mirada fija hizo a Youngi sonreír.

—Nada.

El silencio fue demoledor para ambos. La incomodidad comenzaba a abrirse paso entre los dos y lo trataron de disimular bebiendo Jaemin de su café y Youngi de su jugo.

—Youngi, si esa chica quiere... ya sabes, algo más contigo, ¿aceptarías? —El temor cargaba la pregunta como un rifle preparado para matar. Youngi lo miró atentamente.

—No creo —El alivio recorrió por las venas de Jaemin—. Pero hay algo en esa chica que me recuerda parte de mi vida, ¿sabes?

—Eso sería un sí a mi pregunta.

—No sé si a tu pregunta, pero me da miedo aceptar que sí podría caer en su tentación si se diera la oportunidad —Suspiró.

—Eso quiere decir que aceptarías.

—No lo sé, Jaemin. Es algo que no logro comprender. Anoche no dormí bien por pensar en el...lla.

—Solo tienes que admitir que serías infiel y ya, no darme mil vueltas sobre que no sabes y que no quieres; que eso y lo otro. Ya somos grandes —Su semblante se oscureció.

—Es que no podría ser infiel, pero hay algo en esa persona que me llama. Algo que conozco y que, a la vez, no sé qué es. Me interesa su ser, saber por qué...

—No puedo seguir hablando contigo mientras no te decidas —Tiró el pañuelo con el que estaba limpiando, se sacó el delantal y salió de la cocina más decepcionado que enojado.

— ¡Jaemin! —Youngi bajó de la butaca y caminó rápido para alcanzarlo—. ¿Qué te sucede?

—No pasa nada.

—Te siento enojado. Tu voz lo delata.

—Tengo que limpiar —Se excusó sin dejar de caminar. Youngi lo seguía sin importar que el otro no lo mirara.

—Es sábado, Jaemin.

—Hay suciedad.

— ¿Estás molesto porque otra mujer me parece atractiva? —Para Jaemin hubiera sido mejor no haber escuchado aquello. Detuvo su andar y giró para quedar cara a cara con Youngi.

—A mí no me molesta lo que hagas, pero si con lo que haces lastimas a quien dices querer entonces no mereces el amor de nadie —Sentía el picor ya conocido subir por sus labios para llegar hasta sus ojos.

—Pero, ¿qué de malo tiene? —Se acercó más al menor y este retrocedió, asustado de su propia cercanía—. Solo me atrae, no es ningún pecado.

—Yo solo soy tu mayordomo, no un juez —Suspiró—. Ya no busques en otras lo que tienes a tu lado; no tengas amores teniendo uno fiel a ti —Dejó a Youngi en el pasillo sin atender los llamados que le hacía y desapareció por el pasillo tan rápido como pudo.

Era una confesión implícita que Youngi jamás podría comprender. Una simple frase que resumían quince años de espera tortuosa, de amores que no fueron amores, de cuerpos que no fueron suyos por más de una noche y de madrugadas que lo llenaban de recuerdos.

Sabía que había sido hipócrita de su parte decirle aquello cuando él mismo buscaba otro cuerpo para darse calor. Pero era diferente. Por supuesto que era diferente.

Jaemin no tenía una relación con nadie.

Sí, le había jurado amor eterno en el silencio de su llanto a los dieciséis años, pero eso no significaba renunciar a la necesidad de sentirse deseado por alguien más. Sin embargo, Youngi tenía una relación, una de hace años, y se comportaba tan infantilmente... que sí, que no, que no sabe.

¡Qué no sabes! Lo sabes, y lo tienes en la punta de la lengua, pero no lo dices porque sabes que está mal y sabes que no hay subjetividad que borre el dolor del pecho de una persona a quien engañas.

Esa línea quedó atorada en la garganta de Jaemin. Quiso decírselo, pero el nudo que impedía el flujo de su voz se deshizo en cuanto cerró la puerta de su habitación y la primera lagrima cae por su mejilla.

¿El causante? Su alter ego seductor e imprudente. Ese diablo enmascarado que tomó el valor que él nunca tuvo de acercarse a su tacto de aquella forma y que lo hechizó sin siquiera esforzarse.

Caminó hasta su mochila y de ella sacó la máscara que utilizó el día que Jay conoció a Youngi. Se acercó al espejo y la colocó sobre su rostro rojizo por el llanto.

—Un día de estos te mataré,Jay.

🥀

Hasta acá mi reporte, Joaquín

¿Les esta gustando esta nueva versión? Me esforcé mucho por mejorarla y eso implicó el 99,9% de mi capacidad mental ajdkjad. 

Muchas gracias por darme una oprtunidad 

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