CAPITULO 53

Simón.

-¿Estas seguro?

-Si, mi fuente me ha dicho que será en ese lugar. No hay muchas pelirrojas que anden asesinando personas por el mundo Simón, es ella.

No lo entiendo, si es ella ¿Por qué no me busco? Ella quería dejar esa vida atrás, no tiene sentido ¡íbamos a renovar nuestros votos joder!

Duncan me mira inexpresivo- ¿seguirás quejándote como una abuelita o te pondrás los pantalones de hombre y buscaras a tu mujer?

-Los pantalones de hombre-dije entre dientes y el asintió conforme. Solo es que hemos seguido pista tras pista y no la hemos podido encontrar. No tiene sentido.

-Ella es una mujer inteligente y letal, estará bien. No perdamos la fe ahora.

-Bien. ¿A que hora es la gala?

-A las ocho, hay que ser puntuales. Yo iré con Mushka y tu nos cubrirás escondido en un punto táctico y con visualización panorámica.

-Esta bien. ¿Cómo van los entrenamientos?

Duncan suspira – bien, sigo insistiéndole que esto no es para ella, pero es terca, quiere aprender a defenderse a como de lugar. Encima ahora se nos sumo la cotorra de Megan, esas dos vana terminar enloqueciéndome.

-Te compadezco.

- Me voy, tengo que pasar por los mellizos y alistarme.

Me despedido de Duncan y me voy a mi casa, en donde me preparo para la gala de esta noche. Ha pasado una eternidad desde la última vez que pude dormir, todo el lugar estaba impregnado con su olor y cada rincón con sus recuerdos.

Cada pista, por mínima que fuese había sido seguida e investigada, pero al final del día solo nos dábamos la cabeza contra un muro de cemento. No hubo día en que no me preguntase si sumergirme de nuevo a este mundo fue la opción correcta. Hubo días mas duros que otros, aparentar que éramos parte de esto fue lo mas difícil para los dos, no todos nos recibieron con los brazos abiertos y fue por eso mismo que debimos hacer cosas de las cuales nos avergonzamos para ganarnos su respeto y no tenerlos hurgando cada paso que dabamos.

Alexander también había sido implacable, nadie podía saber que el nos estaba ayudando a buscar a Natasha o mostraría un frente débil, mas ahora. Algo raro estaba pasando entre las mafias, la sangre y la venganza impregnaron el aire con su olor y los suelos fueron manchados de rojo.

Ojo por ojo, diente por diente. Una guerra se avecinaba y eso tenia intranquilos a todos los que estábamos abajo, porque nadie decía nada o opinaba al respecto, hasta que de la nada una misteriosa mujer comenzó a asesinar cabecillas importantes y se hizo con los negocios de los muertos.

Una mujer que tenía las mismas cualidades físicas que Natasha, pero que a la hora de matar era todavía más cruel y sanguinaria, como si volcase toda su furia en esas personas. Nuestro informante nos dijo que el próximo objetivo seria Liptein hijo, ya que el padre se encontraba demasiado enfermo para tomar las riendas del negocio familiar.

Era nuestra oportunidad de sustraerla. Si era mi mujer todos los sacrificios hubieran valido la pena y sino lo era pues...otra muerte mancharía mis manos, ya que Michael había sido muy claro sobre esto, no podía permitir que se desatara una guerra entre mafias y menos entre países, ya que muchos de ellos mantenían estrechas relaciones con agentes del gobierno y eso pasaba muchos inocentes morirían por una causa injusta y sin sentido.

¿Se preguntaran por que Duncan y no yo? Duncan no era el mejor candidato para relacionarse con las personas y menos en un evento de tal magnitud, pero por esta noche deberíamos confiar en sus cualidades teatrales, ya que yo no podía ser visto o todo se iria a la mierda.

Alcapone estaría esta noche. Así es, el gran hijo de puta por fin haría su aparición y yo estaba de manos atadas, si lo mataba desataba la guerra que quería evitar, sino lo hacia dejaba un asesino y psicópata suelto que llevaba años tratando de encarcelar. No podía llamar a la agencia, ni por la línea segura, todos los limites estaban demasiados borrosos para poder arriesgarme.

Y sobre todo Al Capone no debía verme o el plan fracasaría.

Debía hacer la vista gorda por esta noche, luego me encargaría de que tenga su merecido final.

La gala era en el hotel "Only Queen", por su gran inauguración. El hijo de Liptein, uno de los cabecillas de la mafia inglesa, había decidido abrir un hotel en honor a su reina, según las fuentes periodísticas, aunque todos sabíamos que era su forma de lavar dinero y hacer tratos sucios.

Entre siguiendo las instrucciones de Duncan y me posicione con mi rifle. Mire a través de él los alrededores buscando algún indicio, buscándola a ella.

Cuando lo vi a el. Al Capone charlando alegremente con otro hombre que no supe reconocer.  Hice zoom para ver más de mas cerca cuando una mujer rubia camino hacia el y tiro su copa sobre su traje.

Ella estaba de espaldas, pero aún así la reconoci. Era ella, Natasha estaba aquí.

-Ella está aquí, debemos largarnos como el infierno.

-¿Dónde?

-Con Alcapone, la mujer rubia.

-Imposible.

La voz de Duncan sonó de ultratumba, casi nervioso.

-Te digo que es ella, debemos proceder con rapidez o se nos escapara.

-El no debería estar aquí.

-¿De qué díablos hablas?

Natasha le sonrió al hijo de puta y paso sus dedos por la solapa de su traje, sacándole una sonrisa al mafioso.

Estaba realmente furioso. Esto se ponía cada vez más confuso y si ella no se alejaba de el, perdería la cabeza y nada bueno saldría de eso.

Mi dedo tanteo el gatillo, por un momento vi todo rojo, cuando de repente ella giró su cabeza y sus ojos se encontraron con los míos.

Era imposible que ella me viese o supiera que estaba allí, pero aún así mantuvo el contacto y gesticuló.

-Confia en mi.

Luego se dio la vuelta y el caos se desató, cuando ella saco su arma de la funda de su pierna y abrió fuego.

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