Simón.

-Yo... iba a decírtelo.

Ella me miró con el entrecejo fruncido-¿Cuándo? ¿Cuándo tenga matones detrás de mío persiguiéndome? O ¿Cuándo nos llegue la cabeza de tu padre en una caja de zapatos?

-Tú no lo entiendes. Mi padre no es un santo, hasta hace unos días pensaba que estaba muerto.

-Estoy furiosa Simón y no soy buena manejando la ira. Así que voy a respirar profundamente, me sentare y tú me contaras todo lo que tengo que saber, sin omitir ningún detalle, por más ligero que parezca ¿estamos?

Ella se alejo de la ventana y se sentó en el borde de la cama, mirándome inquisitivamente.

Suspiro antes de empezar mi relato- mi padre nunca fue un hombre de bien. Tenía muchas debilidades, especialmente por el juego y la bebida. Todas las noches después de cenar el salía con su abrigo y volvía al amanecer con olor a alcohol y tabaco.

Hasta que un día el no volvió. Mi madre para ese entonces ya se había divorciado de él, por enterarse de varias infidelidades y estaba saliendo con Alex.

Ese mismo día fui a visitarlo a mi padre y cuando llegue a su casa unos hombres lo estaban esperando. Parecía que él había perdido un gran juego esa noche y a la hora de cobrar se dio a la fuga. Estos hombres no tuvieron mejor idea que llevarme en su lugar para exigir más dinero y extorsionarlo.

Así fue como termine en ese sótano contigo. Me dijeron que él había muerto antes de llegar a mí, por lo tanto yo debía quedarme con ellos para saldar su deuda.

La sangre se paga con sangre. Eso fue lo que me dijeron y esa frase quedo grabada en mi cabeza hasta ahora. Logre salir gracias a la ayuda de las hijas de Alcapone y a Alexander, él fue el que me enseño todo lo que se y gracias a él sobreviví. Fue mucho más padre de lo que fue el mío.

Hace unos días recibí una llamada. Era mi padre y me exigía que te cambiara por su vida. No dio explicaciones, solo exigió y eso me cabreo para la mierda.

¿Quién se creía que era para aparecer ahora que era feliz y exigirme esta mierda?

Natasha me miro inexpresiva- vaya, si que tuvimos unos padres geniales eh. Es una gran historia Simón, pero lo que no entiendo es porque no me lo dijiste. No sé si e porque no confías en mi o...

-Para, por favor. Ni siquiera lo digas, claro que confió en ti mariposa, yo solo tenía miedo joder, ellos te quieren a ti y no son los únicos y yo solo quería protegerte. ¿Qué pasaba si yo te lo contaba y tú te entregabas? Eso me destruiría, yo no puedo concebir la idea de ti siendo torturada, de ellos dándote un destino peor que la muerte...

Sus dedos silenciaron mis labios, luego me abrazo- escúchame bien Simón Maclean, que sea la última vez que me ocultas este tipo de información. Soy una mujer que puede con lo que sea y si me lo hubieras contado antes podríamos haber planeado algo para contrarrestar la amenaza. Jamás me hubiera entregado, no soy tan estúpida, no me voy a meter sola en la cueva de lobo, sabiendo que...

Ella se cayó y me miro preocupada.

-¿Sabiendo qué? Dilo

-Que hay una posibilidad gigantesca de que esto sea una trampa y tu padre este de su lado.

-Lo sé y créeme hasta ahora es la teoría más votada.

-¿Qué haremos Simón? No podemos dejar que la amenaza siga creciendo, hay que cortarla de raíz o no podremos contra ella. Es como si cortáramos una cabeza y por ella salieran tres más.

-Dijiste podemos.

Ella me miro como si me hubiese vuelto loco- Si eso dije.

-Es la primera vez que hablas de nosotros como un equipo y no quieres hacerlo por tu cuenta.

-De todo lo que dije ¿te quedas con eso?-soltó un risa- eres increíble, nuestras vidas corren peligro de muerte y tú te fijas que en vez de querer hacer las cosas por mi misma te tengo en cuenta.

-Perdóname por emocionarme-le hago cosquillas y ella se retuerce de risa en mis brazos.

-Simón para, por favor.

Me siento en la cama y a ella en mi regazo-pediré una reunión con la junta. Debemos valorar las amenazas y empezar a reaccionar acordes a ellas. No voy a permitir que ninguno salga lastimado, esto se termina ahora.

-Te ves muy sexy cuando te pones en papel de líder-ronroneo en mi oído.

Mis manos apretaron su agarre en su cintura-eres malvada.

-Tenemos tiempo antes de que convoques la junta y yo te necesito justo ahora.

Nuestros labios chocaron en un beso infernal. Su lengua se entrelazo con la mía en juego peligroso y sus uñas se clavaron en mis hombros. Ella saco mi remera y yo abrí su bata buscando el contacto con su piel de seda.

Mis manos se colaron debajo de ella y jugaron con sus pechos. Ella gimió en mi oído y mordió mi lóbulo izquierdo. Bese su cuello y lo mordisquee, ella abrió mi pantalón y enredo sus piernas en mi cintura cuando me puse de pie.

Como pudimos logramos bajar mi pantalón y mi bóxer, antes de volverme a sentar y que ella bajara sin ningún cuidado sobre mi miembro hinchado. Ella me monto con destreza y a su ritmo arrollador.

Cuando ella se vino exclamando mi nombre entre susurros, la di vuelta y con sus piernas todavía enrolladas en mi cintura la penetre sin descanso buscando mi liberación.

Mi cuerpo se libero unos segundos después y caí sobre ella, con cuidado de no aplastarla.

Gire sobre mi cuerpo, dejándola a ella sobre mí. Natasha me dio una sonrisa soñolienta antes de acurrucarse en mi pecho y quedarse dormida. Acaricie su cabello mientras pensaba en cómo iba a salir de esta y que en posiblemente iba a ser padre y eso hacia las cosas más complicadas.

No me juzguen sería feliz, pero sería otra vida en riesgo, sin contar la mía cuando Natasha se enterara de que mis espermatozoides era una grandes caballos de carrera y había llegado a la meta, conquistando a sus ovarios y creando un imperio.

Si, mejor no diría nada por ahora.