Simón.
Había pasado una semana desde nuestra discusión.

La casa se había sumido en un incomodo silencio y ninguno quería dar el brazo a torcer.

¡Ella no entendía que yo quería cuidarla!

¡Maldita Melody!

Había sido tan ingenuo al pensar que ella había cambiado. Una luz de alerta siempre había estado encendida en mi cabeza con respecto a ella, pero cuando Mika fue asesinada decidí ignorarla.

Había tanto dolor. Ella había sido nuestra mejor amiga y mi novia.

Pero Alcapone no quería que su hija estuviera conmigo.

Y la asesino a sangre fría, mandándome una foto bastante explicita de como lo había hecho.

Y desde ese día las muertes nunca habían parado, hasta ahora.

Que habíamos encontrado un sobre con unas líneas y, en la escena del crimen de ayer y decía.

Ella sufrirá y tú no podrás evitarlo.

Natasha no era Mika.

Ella era muy capaz de defenderse sola, pero igual había algo en Melody que no había visto en Natasha y eso era la compasión.

Melody no sentía culpa, para ella eran gajes del oficio. En cambio Natasha sentía cada una de sus muertes.

Lo veía a diario cuando ella se despertaba gritando por una pesadilla.

Y aunque ella no lo admitiera en voz alta o no me contara que se trataran sus pesadillas, sabía que era la culpa carcomiendo su conciencia.

Moví el bolígrafo entre mis dedos, cuando unos toques en la puerta me hicieron levantar la cabeza.

Marko me miraba preocupado.

-¿Mañana de reflexión?

-No tienes idea.

-¿Esto tendrá que ver también con el comportamiento de Natasha machacando a su equipo en el entrenamiento?

-¿Ella qué?

-Lo que has escuchado. Ella está furiosa amigo, no sé qué habrás hecho, pero ahora agradezco no estar en su camino.

-Nos peleamos.

-¿No me digas?-hablo sarcásticamente y yo lo fulminé con la mirada.

-Melody apareció y las cosas se complicaron.

-¿Al fin aceptaras lo que Duncan y yo siempre te hemos dicho?

En ese momento Duncan entro por mi puerta y la cerro, para que nadie nos escuchara-¿llegue tarde?

-Está a punto de aceptarlo.

-¿Esperen qué?

-Solo responde Simón- Duncan rodo sus ojos.

-¿Ustedes dos hijos de puta, apostaron?

Los dos se miraron con complicidad y sonrieron.

¡Malditos!

-Ahora no pienso seguir hablando ¡al diablo su apuesta!

-No seas así -Marko me vio divertido- desde que Natasha te ha sacado tu tarjeta de hombre, nosotros dos tuvimos que sacar a flote esta relación.

-No me mires así-Duncan levanto sus manos en señal de paz.

-¿Tarjeta de hombre? ¿Y la tuya Duncan en donde esta?

Marko largo una carcajada y Duncan me fulmino con la mirada - perfectamente a la vista.

-Sí. Síguete diciendo eso, hasta que te lo creas.

-Enserio parecen un matrimonio consolidado. ¡Si hasta se celan!- largo una carcajada y con Duncan lo miramos mal.

-Voy a aceptar que tenían razón, solo con una condición. El que gane, me dará la mitad de lo que gane.

-¡Sigue soñando!

Duncan me miro serio.

-Entonces ninguno recibirá nada.

Ellos se miraron y luego asintieron y nos dimos las manos en señal de aceptación.

-Bien. Acepto que tenían razón Melody no ha cambiado.

-Chocolate por la noticia.

-¿Cuándo te has dado cuenta?

-Había algo raro en ella cuando apareció por mi puerta, pero me lo confirmo cuando me dijo que Natasha era su objetivo.

-¡Si joder, gane! Paga maldito- Marko se puso a bailar y Duncan saco a regañadientes un sobre de su bolsillo y se lo dio.

-No sé si estoy feliz de obtener la mitad de ese dinero u ofendido porque haya ganado Marko y no tu.

Duncan se encogió de hombros- pensé que eras más inteligente y la descubrirías antes, no cuando amenazara a Natasha.

Puse una mano en mi corazón y lo mire ofendido-me lastimas.

El hizo una seña con sus manos, quitándome importancia-no seas un llorón.

-Yo te aconsejaría que vayas y soluciones los celos de tu mujer o ella terminara matando a alguno de esos pobres chicos.

-Va más allá de los celos.

-¿Qué hiciste?-Marko entrecerró sus ojos en mi dirección.

-¿Que te hace pensar que le hice algo?

-Le hizo pensar que no confía en ella- Duncan lo dijo, después de servirse un vaso de whisky.

Lo mire sorprendido-¿ella te lo dijo?

-No hizo falta. La conozco y a ti también. En tu afán de protegerla, las has hecho pensar que ella no puede contra Melody.

-No era esa mi intención-suspire cansado- solo quiero protegerla.

-¿No crees que ella pueda contra Melody?

-¿Ustedes si?

-Mira, siempre dije que esa mujer tiene lo mismo de angelical que de diablo. Pero yo no cuestionaría las habilidades de Natasha, ella es una máquina de matar, acuérdate que conviví con ella mucho tiempo. Si me preguntas yo apostaría por ella. Son dos caras de la misma moneda.

-¡No más apuestas!-lo señale con mi bolígrafo y él se rio.

-¿Duncan?

El me miro serio- yo creo que no debes subestimar a ninguna de las dos. No hay nada más peligroso y letal que una mujer motivada a matar para luchar por lo que quiere. Y en este caso las dos tienen mucho que perder, sino logran ganar.

-¿Entonces qué hago?

-No puedo decirte que hacer, solo que confíes en tus instintos y que te acuerdes de que has elegido a una mujer fuerte y no con muchos escrúpulos. Tu las has cambiado Simón, ella te ama y haría lo que fuera por ti. Lo que ella necesita es oír por ti, que tú harías lo mismo por ella y que confías en que ella podrá manejarlo.

-¿Si fuera Mushka qué harías?

-Fácil. La encerraría en una torre y me ocuparía de la amenaza yo mismo.

Lo mire complacido con mi respuesta, cuando el abrió los ojos como platos-¡Mushka no es Natasha! No puedes hacerle eso Simón, no te lo perdonara y encontrara la forma de escapar y todo se irá a la mierda. Es como querer contener una granada en una habitación. Solo ve y dile lo que quiere escuchar y armen un plan de defensa, juntos.

-Está bien, veré que puedo hacer.

-La va a cagar-Marko lo dice como si nada.

-Cuando te enamores, me dirás que tan fácil es manejar una situación así.

-Eso no va a pasar. Este cuerpito fue hecho para dar y recibir placer, no para amar.

Con Duncan lo miramos divertido. El no tenia de que el amor es la peor trampa, una vez que te atrapa no puedes escapar.