CAPITULO 33

NATASHA.

Me hace mucho calor. Trato de moverme, pero no puedo.

Tallo mis ojos y encuentro que mi trampa mortal tiene nombre y apellido. Simón Maclean, mi ahora esposo.

Me giro como puedo quedando frente a frente, con nuestras narices pegadas. El duerme como un angelito ajeno a todo.

Si me hubieran dicho hace un año atrás, que estaría casada y enamorada me les hubiera reído en la cara.

Siempre pensé que nunca habría tiempo para eso en mi vida. Era demasiado peligrosa, pero Simón me había demostrado que juntos éramos mas fuertes que separados.

Y que por más de que estuviéramos separados, igual nuestras vidas estarían en peligro.

Rose su nariz con la mia y el se movió apretándome mas contra su cuerpo. Mis manos bajaron y rastrillaron sus abdominales.

Era tan sexy y todo mío.

Mi mano siguió bajando y bese sus pómulos, su nariz y al final su boca.

El gimió ante mi tacto y abriendo los ojos me dio vuelta, terminando el encima mío y dedicándome una mirada feroz.

-¿Disfrutando de mi cuerpo esposa?

Enarco una ceja y me miro divertido.

-Eso intentaba, hasta que me interrumpiste.

El largo una carcajada y se giro, dejándome arriba de el.

-No te interrumpo mas-dijo con voz ronca.

Después de bañarnos y desayunar, nos cambiamos y fuimos la agencia.

-¿Hoy tienes entrenamiento?

-Si. Tengo que entrenar a mi equipo. No quiero que nos agarren desprevenidos y terminemos muertos.

El me agarro de la cintura y metió su rostro en mi cuello- me haces cosquillas-sonrei.

Me dio un beso ahí y luego tomo mi boca con fervor, haciéndome desear que el ascensor viniera vacio, para poder tomarlo nuevamente.

-Ya se lo que piensas mariposa. Yo también deseo lo mismo, pero si nos metemos ahí no saldremos más.

Hice un puchero que el atrapo con sus labios y, me dejo un beso demasiado corto para mi gusto.

Cuando el ascensor se abrió, el puso su mano en mi cintura y entramos.

La gente empezó a entrar dejándonos en la parte de atrás. Simón se hizo el que se iba a atar los cordones y al mismo estilo que Cristian Grey puso su mano sobre mi pierna y empezó a subirla lentamente.

Mierda. Mi cuerpo empezó a hiperventilarse.

-Deja de jugar a Cristian Grey-le susurre cuando se puso de pie con una sonrisa conocedora de cómo estaba la situación allí abajo.

-Así que lo has leído-movió sus cejas de arriba abajo.

-Como tu también. ¿Qué hace un hombre como tú leyendo cincuentas sombras?

-En mi defensa mi hermana me lo regalo y tenía curiosidad de saber porque las mujeres suspiraban tanto por Cristian Grey y su látigo.

-¿Ya que conclusión has llegado?-lo mire divertida.

El se puso la mano en la barbilla, fingiendo pensar- en que Cristian y yo tenemos varias cosas en común.

Lo mire curiosa-¿te va el sado?

-No me va la idea de pegarle a las mujeres, pero admito que hay ciertos tipos de juegos que pueden ser muy estimulantes.

-¿Entonces?-dije mas acalorada.

-Coincido con el, en que es un hombre que tiene muchos conflictos y que encuentra en ella algo a que aferrarse para salvarse. Su luz.

-Me pareces que te has equivocado, porque yo no soy luz, soy oscuridad-mire al suelo y muchos recuerdos me golpearon, apretándome el corazón.

El tomo mi barbilla entre sus dedos e hizo que lo mirara- escúchame bien mariposa. Tú no eres oscuridad, tú eres esa luz al final del túnel tan brillante como enceguecedora que te atrae como un imán.

Eres esa luz al que uno se aferra cuando piensa que no tiene salvación. Tu Natasha Maclean eres mi luz, mi salvación.

Mis ojos se aguaron y tomando su mano la apreté- es lo mas bonito que alguien me ha dicho.

-Es la verdad mariposa. Nada de lo que yo te diga será para endulzar tus oídos, todo lo que yo te diga siempre saldrá de aquí-se señalo el corazón.

Lo hubiera abrazado, pero no teníamos lugar. Así que apoye mi cabeza en su hombro y me abrasé a su cintura.

-No se que he hecho para merecerte, pero tu también fuiste mi salvación cariño.

El beso mi cabeza, justo cuando el ascensor abrió sus puertas.

Salimos y el tomando mi cintura con ambas manos me dijo-que tengas un hermoso día, te amo.

Luego me dio un beso en la mejilla y se fue, dejándome boquiabierta por su declaración.

El había dicho las palabras mágicas, sin que yo diga nada y se había ido antes de dejarme pensar en nada.

Una sonrisa gigante se instalo en mi rostro. El me amaba.

Las personas alrededor miraban la escena con curiosidad. No les di mucha importancia, no lo valía.

Me di vuelta todavía anonadada derecho a la sala de entrenamientos.

Mi día había estado estupendo, al igual que mi humor.

Todavía les faltaba mucho entrenamiento a mi equipo, pero por hoy ya los había machacado mucho.

Camine hacia mi departamento cuando vi en una tienda un arbolito de navidad gigante.

Entre y compre algunas cosas. Luego pase por mi departamento, le di de comer a whisky y guarde una valija para llevarme a lo de Simón. Luego vendria por lo demás.

Abrí la casa, con llave que el me había dado esta mañana y entre admirando mi nuevo hogar. Whisky se puso a correr por los alrededores ladrando.

Deje las cosas y acomode las compras. Saque el arrollado e hizo dos de verduras y unos rolls.

Luego agarre la batidora e hice una torta de chocolate con fresas y unas galletas con forma de muñecos.

La repostería era uno de mis hobbies favoritos. Amaba cocinar como comer. Gracias a dios, que me había dado un cuerpo con metabolismo rápido y tan inquieta, sino seria mas fácil rodarme que darme vuelta.

Me cambie por unos shorts de jean y una remera básica negra. Con la calefacción que había aquí adentro, era como estar en varano. Puse el reproductor de Simón y "hot stuff" de Donna Summer comenzó a sonar por los parlantes.

Amaba esa canción, subí el volumen y cantando me puse a armar el arbolito.

Nunca había tenido uno, en mi infancia no se festejaba la navidad, así que la emoción que tenía era la de una niña armando su primer arbolito.

Saque las bolas y comencé a ponerlas. Cuando termine deje la estrella para ponerla con Simón y seguí con al decoración.

Puse dos calcetines en el hogar.

Y justo cuando estaba subida a la silla colgando unos adornos, la puerta se abrió y Simón silbo.

-No me quejo de la vista, pero ¿asaltaste una tienda navideña?

Largue una carcajada y me baje para saludarlo-¿te gusta?

El dio una mirada a todo y luego me miro con diversión-veo que has tenido una tarde entretenida.

-¿No te gusto?-hice un puchero.

-¡Claro que si mariposa! Solo que no me has dejado que te ayude.

Sonreí y busque la estrella -eso no es cierto. Te estaba esperando.

El me sonrío con ternura y me dijo tomándome de la mano-venga, pongamos esa estrella en su sitio.

El me ayudo poniéndome sobre su hombro y yo puse la estrella. No puedo explicar lo feliz que me sentí en se momento.

Como si esto fuera el principio de todo lo bueno que siempre había estado esperando.

Cuando me bajo, nos quedamos frente a frente y el dijo-hola- con voz seductora.

-Hola-le sonreí. Todavía no podía olvidarme de lo que me había dicho esta mañana.

Le di un beso que termine demasiado rápido, cuando el reloj del horno pito.

-¡La torta!

Salí corriendo antes la risa del. La saque intacta y sonreí para mis adentros. Todo estaba perfecto.

-Mariposa ¿Qué es esto?

Llego muerto de risa con Whisky en sus manos.

-¿Qué cosa?

-Su disfraz. Dime que no tienes uno así para mi, porque por más de que te ame no pienso ponérmelo.

Whisky llevaba un disfraz de santa y se veía adorable.

Pensé en la sorpresa que tenía guardada en el fondo de placard y lo mire divertida- esta bien, entonces si tu no te pones tu disfraz yo tampoco me pondré el mío.

Y comencé a caminar para el cuarto para cambiarme. Hoy vendrían todos a comer y celebrar la navidad aquí.

El me agarro de la cintura y me atrajo a su cuerpo.

-¿Te compraste un disfraz?- susurro en mi oído, haciendo erizar todos los vellos de mi piel.

-Aja.

-Quiero verlo.

-No antes de las doce.

Hizo un puchero adorable -pero pero...

-Pero nada cariño-me puse seria.

-Eres cruel-me saco la lengua y yo sonreí antes de decirle- yo también te amo corazón.

El abrió los ojos como plato y con una sonrisa lobuna me cargo en sus brazos, dándome un beso sonoro-¿Qué has dicho?

-Que te amo.

-Repítelo.

Rodé los ojos y el me miro serio-te amo Simón.

-Me importa un bledo la gente, la comida, el brindis y el disfraz.... Bueno el disfraz no tanto-se rio- pero quiero celebrar.

-¿Qué celebraremos?

-El amor.

Buenas buenas a todos.

Querías desearles una muy feliz navidad. Que la pasen de maravillas y llenos de amor y felicidad.

Amo tanto a esta pareja.

Besos. ¡Los quiero!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top