Capitulo 32

Buenas buenas.
Les pido perdón si pensaron que los había abandonado.
Es que estuve rindiendo finales, para los que no lo saben estudio derecho y es una carrera que demanda tiempo y más el trabajo me encontraba muy cansada para otras cosas.

Acá les dejo un nuevo capítulo de esta parejita que es un fuego.

Simon

Sus ojos arden en llamas y sus puños se encuentran apretados de la presión contenida.

-¿¡Qué mierda hago yo!?¿Que es lo que tú haces? Llevamos menos de una semana casados y a la primera crisis que tenemos me buscas una suplente.

Natasha camina a paso rápido a la living, destapa la botella de whisky y toma y se sirve un vaso.

Luego se lo toma de un trago y vuelve a repetir la misma acción.

Su respiración se encuentra agitada y sus ojos brillantes. Su pelo es una maraña roja , a causa de la lluvia.

No lleva maquillaje puesto, por lo tanto me deja apreciar su piel blanca rodeada de pecas.

Lleva puesto un vestido blanco de flores azules. Raro en ella que siempre pasaba del negro al rojo.

Mis ojos se quedan mirando sus largas piernas torneadas. Y ahí es cuando recién me doy cuenta que ese vestido que era simple y no provocativo, es el más sexy que la he visto usar desde que nos conocimos.

-¿¡Te vas a quedar mirándome sin decir nada!?

Levanto mi mirada a la suya y ella me mira con nerviosismo. Me gusta saber que tengo ese tipo de efecto en su cuerpo y que no soy el único afectado.

No puedo ni recordar por que estaba cabreado. Solo quiero tomarla entre mis brazos y hacerle el amor como un loco.

Me acerco a ella lentamente y la tomo de la cintura. Sus ojos chispeantes me miran con desconcierto.

-¿Simón?

-Hablamos después. Ahora sólo quiero besarte.

Tomó su labio inferior y lo muerdo tirando un poco de el. Ella hace ese sonido que me vuelve loco y aprovecho para hacerme dueño de su boca.

Natasha agarra de mi camisa con fuerza y tira de ella hacía su cuerpo.

No pasa mucho tiempo cuando de un salto ella envuelve sus piernas en mi cintura y su espalda termine contra la pared.

Tampoco pasa mucho cuando mi mano ansiosa se cuele bajo su vestido y encuentre lo que estaba buscando.

Natasha me besa de una forma salvaje. Tira de mi cabello con fuerza y gime en mi boca, mientras yo hago un desastre en sus bragas.

-Te necesito ahora.

No fue una petición. Y yo estoy encantado con obedecerle.

Ella baja sus manos y en un intento gracioso, trata de deshacerse de mi cinturón.

La ayudo y bajo mi pantalones junto con mis boxer.

En un movimiento rápido arrancó sus bragas y ella jadea por la sorpresa.

Levanto su cintura y de un tirón me introduzco en ella.

Los dos gemimos al unísono.

Se siente tan bien, como si encajaramos en un rompecabezas.

Se siente como estar en casa.

Comienzo a moverme rápido. Ella dice incoherencias mientras gime en mi oído.

Beso su cuello, mientras me adentro más y más.

Puedo sentir como mi orgasmo está cerca y también el de ella.

Bajo mi mano nuevamente y mis dedos se ocupan de hacer todo el trabajo.

Ella susurra mi nombre antes de morder mi hombro para acallar su gemido.

Yo me vengo después.

Natasha esconde su rostro en mi cuello y susurra.

-Si así va a ser nuestras vida de casados, no quiero divorciarme nunca.

Levanto mi mirada y me encuentro con la suya. Ya no hay irá ni nerviosismo.

Hay dulzura y amor.

Ella acepto que estamos casados.

Y no querer divorciarse.

Acarició su mejilla.

-Di algo. Desde que llegué no has sido tú.

-¿Y como soy yo?

-Un parlanchín- sonríe.

-¿Solo eso?

Le sonrió.

-Mm. Déjame pensar. Además de parlanchín, eres un hombre muy Sexy, dulce, paciente, muy bueno usando tu....

Tapo su boca y ella ríe a carcajadas. Si seguimos así no la dejare dormir en toda la noche.

-¿Sabes que más eres Simón Maclean?

Su mirada se fija en mi con determinación.

-¿Qué?

-Eres Mi esposo. Tu, cariño eres Mío.

Y con solo esas palabras he vuelto a caer en sus redes.

-Y tú eres mía entonces. Natasha Maclean.

Ella sonríe con dulzura y me da un beso en la comisura del labio.

-Nunca mi nombre se escuchó tan bien. Es como si al fin estuviera en casa.

-Esta es tu casa si quieres....

-¿Me estás invitando a vivir contigo?

-Al menos que tengas algún problema. Pero como ya estamos casados no veo por qué no....

Ella me besa callando mis palabras y sonrió, por lo bien que se siente todo esto.

-Ahora si has vuelto a ser tu. Me encantaría vivir contigo. Mañana mismo buscaré mi cosas y a whisky.
Pero primero quiero aclarar algo.

-¿Que cosa?

-¿Quien puta es Melody?

- Mariposa, estábamos bien. No quiero pelear.

-Necesito saber. Hay algo en ella que no me gusta Simón. No confío en ella y mi instinto nunca falla.

-Solo estás celosa.

-Mis celos no son un problema. Es algo más, es como si es mujer trajera muchos problemas.

-Es solo una amiga mariposa, no tienes que preocuparte.

-Eso espero. No me quiero imaginar cómo te sentirías si llega su me encuentras con otro hombre que no te cae bien y encima el tiene mi alianza en su mano.

Un gruñido sale de mis labios de solo imaginar la escena.

-Eso nunca sucederá. Voy a matar a cualquier hombre que ose tratar de conquetearte.

-Que bien que sabes cómo se siente. Por que no quiero volver a sentirme nunca más así o rebanare tu hombría.

Mis manos van directamente a mi amigo tapándolo, como si así podría portegerlo.

Mis ojos se achican- no te atreverías.

-Pruebame.

Luego ella arruga la nariz-¿Metiste algo al horno?

-¡Mierda! ¡La comida!

Salgo corriendo y me olvidó que mis pantalones están bajos, as que tropiezo con ella y termino en el piso.

Natasha se parte a carcajadas y dice entre risas- yo me ocupo.

Genial. No podía evitar hacer el ridículo con esta mujer.

Una sonrisa se extiende en mis labios cuando pienso que no es cuquier mujer, es mía y hay papeles que lo certifican.

-Cariño ¡Levanta tu culo del piso y ven a la cocina! No se quemo, lo he apagado justo.

Me levanté de un salto y ajuste mi cinturón. Todo volvía a acomodarse y eso me ponía feliz, pero no podía evitar pensar que tanta tranquilidad avecinaba todo menos cosas buenas.

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