Sale de debajo de una piedra y se quita las telarañas.

Ey! Hola si hay alguien aún por aquí... 

Como siempre tengo un montón de excusas... me operaron, me cambie de casa y así, peeeeeero sobre todo di cuenta que había perdido a mi musa hasta que volvía, así que todos le debemos dar las gracias y así, jajaja.

@kioko_harase   Esto es en agradecimiento a ti <3

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Aun cuando el ambiente en la habitación estaba hecho para que las personas estuvieran completamente relajadas en aquel espacio, Loki no podía ocultar su irritación, maldiciendo el momento en que había aceptado de Hela ir aquel spa para "relajarse" cuando lo que menos estaba en ese momento era relajado.

Acababa de correr a la tercera "señorita" que había intentado darle un masaje, porque aquello que hacían sobre su cuerpo no era un masaje, era apachurrar su piel sin sentido alguno. Estaba ya tan harto que había gritado que quería ahí a la dueña del lugar, y la quería en ese preciso momento, pensamiento que si era sincero desapareció al ver aquella masa de músculos rubia aparecer ahí.

- ¿Sr. Laufeyson? Soy Thor Odinson, su nuevo masajista.

- ¿Y usted si saber dar un masaje? ¿O también seré tratado como puñado de masa de repostería?

- Espero que mis habilidades sean de su agradado – respondió este amable.

- Hmm... - No supo porque razón ya no quiso seguir peleando, solo le miró en silencio.

- Saldré para que se quite la bata y se acomode boca abajo sobre la mesa de masaje, recuerde dejar su cuerpo desnudo y cubrir este con la sabana que se encuentra ahí – le recordó el proceso, aquel por el que ya había pasado 3 veces y que le tenía cansado pero supo que tenía que hacer para recibir el dichoso masaje que su hermana le había pagado.

Dejó que el rubio saliera y entonces hizo lo que le había indicado, sintiéndose ligeramente cohibido ante el pensamiento de que estaría completamente desnudo a merced de aquel hombre.

Negó con la cabeza, él hecho de que tuviera un impresionante físico, no significaba que fuera intentar hacerle algo.

Miró de reojo cuando el hombre entro a la habitación y apartó la mirada cuando vio que este se llenaba las manos de aceite y frotaba estás de una manera que le pareció por demás sensual, aparentemente su mente estaba muy creativa ese día...

Maldijo el aire acondicionado de la habitación que mantenía una temperatura baja, pues apenas las grandes manos tocaron su piel, el calor de estas le sacudió en un ligero escalofrío y ante el sonido que amenazó con abandonar su garganta, hundió el rostro en la superficie de la mesa de masaje.

Los músculos que antes habían estado tensos, comenzaron a ceder ante la presión de esas grandes manos que parecían abarcar su cuerpo con facilidad, logrando lo que las 3 chicas que previamente le habían atendido no se habían acercado ni un poco en muchos minutos.

Las manos se deslizaban ágiles sobre la piel de sus hombros, sobre la espalda, sobre sus muslos, y el sentía que el calor de estas era como fuego sobre su cuerpo que se derretía sin remedio.

- ¿Así está bien? ¿O desea que aplique más presión? – preguntó la voz grave.

- Más – pidió sin pensarlo, casi añorando que lo hubiera preguntado antes, y apenas pasaron un par minutos en los que escuchó aplicaba más aceite en sus grandes manos, sintió como estas presionaban su ahora sensible piel con más fuerza, haciéndole gemir sin que pudiera evitarlo. Ocultó su rostro ante la vergüenza y tan sumergido estaba en ella, que no se dio cuenta que las grandes manos acariciaban en zonas que no habían hecho previamente, como las estrechas caderas o el interior de los blancos muslos, y si bien de forma consciente no se dio cuenta de ello, su cuerpo sí que disfrutó la deliciosa presión en sus hombros incluso en su firme trasero, haciendo que sin pensarlo, rozara su miembro por demás despierto contra la mesa de masaje, buscando algo más de consuelo.

Gimió de nuevo más audiblemente aun cuando su rostro seguía oculto ante la vergüenza, sobre todo porque necesitado como se encontraba en ese momento, continuó rozándose contra la superficie, sin llegar a darle importancia al hecho de que las grandes manos ahora se dedicaban a presionar con ansia la piel completamente descubierta de sus muslos ahora enrojecidos, así como sus glúteos con el mismo ritmo en que se mecía contra la mesa, volviéndole loco.

Las manos subieron a su cadera, acariciando la piel de esta hasta su delgado torso y de regreso un par de veces previamente a que sin más, sintiera la rasposa barba rozar su piel antes de tener los firmes dientes mordiendo su trasero.

Un jadeó por demás extraño abandono su garganta al sentir aquello, y apenas tuvo tiempo de aferrarse al borde de la mesa, cuando tuvo los dientes ajenos marcándole completamente.

Ni siquiera pensó en contener los sonidos de su boca porque era imposible, así como imposible había sido que para ese momento no hubiera elevando su cadera quedando de rodillas, a merced de la boca ajena quien ahora le llenaba de atenciones la piel expuesta.

Cuando luego de un par de minutos donde sus piernas no fueron más que gelatina, sintió aquel par de dedos dentro de él, no solo abrió los ojos ante la sorpresa, también abrió la boca conteniendo la respiración ante lo bien que se sentía todo aquello. Movió las caderas al ritmo que marcaban aquellos dedos y sumergido en la agradable sensación, no fue consciente de cuando el rubio se subió también a la mesa de masaje y sin sacar sus dedos de su interior, empujó su cadera cubierta aún el uniforme blanco que usaba.

La nueva sensación le hizo girar la cabeza y mirar de reojo por sobre su espalda arqueada como un gato, descubriendo el par de ojos celestes mirarle con deseo, minutos antes de que la mano libre del rubio atrapara su miembro y comenzara a masturbarlo.

En ningún momento se puso a pensar en donde estaban ni que es lo que hacían, el placer que le hacía sentir ese hombre parecía completamente irreal si tomaba en cuanta la tensión que por meses había sentido.

Gimió y jadeo sin pudor alguna bajo el toque del rubio y tan fuerte fue el orgasmo que sacudió su cuerpo, que simplemente quedó inconsciente casi al momento de terminado este.

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No supo cuánto tiempo había pasado cuando despertó, el sonido de agua fluyendo lo había traído a la consciencia, así como la sensación de su cuerpo completamente relajado como no recordaba en meses.

Abrió los ojos y se encontró una pequeña habitación privada, estaba recostado en un mullido sillón con el cuerpo limpio y la bata blanca cubriendo su cuerpo. Su traje y sus objetos personales se encontraban a la mano, así como otros artículos de uso personal para que pudiera arreglar su apariencia.

Junto a la cascada artificial había una cafetera y un par de jarras con agua natural y jugo de naranja, así como nueces, pasas y un par de frutas frescas. Tomó alguna de ellas en un plato y se permitió disfrutar de estas con una tranquilidad no experimentada antes por él. Sin prisa al terminar se puso su ropa, acicalo su imagen frente al espejo, y salió por la puerta hasta el pasillo que le sacaría la recepción del lugar.

- ¿Listo? ¿Ha sido el servicio de su agrado? – preguntó la chica de la recepción con completo profesionalismo.

- Si, gracias, quisiera saber el nombre de... - comenzó a decir Loki, pero calló al ver la foto tras las chica donde se mostraba el equipo del trabajo del lugar, al igual que el dueño de este, Thor Odinson, aquel rubio de gran sonrisa en medio del puñado de señoritas que miraban hacía la cámara.

- ¿Sí...? – preguntó ella sacándole de sus pensamientos.

Él negó con la cabeza, encaminándose a la salida.

- Esperamos vuelva pronto – le despidió ella, ajena a sus pensamientos.

- Así será – murmuró para si el pelinegro, sonriendo satisfecho. 

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Salió casi como lo había imaginado así que, espero que les haya gustado. 

Me quedan 2 retos y el final de la historia de mi amigo secreto, ojalá mi musa me ayude y salga más pronto....  Mis deseos de siempre, pues, jajaja. 
Gracias a quienes aún me leen y sobre todo gracias por sus comentarios. 

Hasta lo próximo que salga del horno! :D